1. Tipos de emprendedores.No es lo mismo emprender porque tenemos una
idea, por necesidad o porque el azar nos lleva a ello. Son diferentes tipos de
emprendedores con características, ventajas y desventajas diferentes.
La revista Emprendedores.es ha detectado hasta ocho tipos de emprendedores
diferentes. Tú, ¿cuál eres?
1. El emprendedor visionario. Es aquél que se atreve con cualquier sector.
No tiene miedo al fracaso y por ello está constantemente buscando ideas
nuevas con las que emprender. Pasional y vocacional, también es
persuasivo y comunicativo. Puede parecer inestable e inconstante.
2. El emprendedor inversionista. Tiene capital y decide crear una compañía.
La rentabilidad de su inversión es su máximo objetivo. Tiene más miedo al
riesgo y eso puede frenar algunos proyectos.
3. El emprendedor por azar. La suerte juega un papel importante en este tipo
de emprendedor. Está en el lugar adecuado en el momento oportuno. Pero
no le tiene miedo al cambio ni a los contratiempos. Los sabe aprovechar
para emprender.
4. El emprendedor especialista. Aprovecha los errores de otros para
encontrar una oportunidad para su negocio. Puede que no tenga una gran
idea, pero sí que sabe sacar provecho de los vacíos de otras ideas. Como
es especialista en un área, suele necesitar de apoyos en otras.
5. El emprendedor persuasivo. Perseverante y constante, tiene buenas
dotes comunicativas. Suele contar ya con un prestigio ganado dentro de su
sector. Tiene mucha fe en su proyecto y su persona, lo que hace que los
otros también lo tengan. Puede pecar, no obstante, de no centrarse
suficiente en su objetivo, la empresa.
6. El emprendedor intuitivo. Sigue sus impulsos. Tiene empatía y suele
saber escuchar. La pasión es uno de sus principales puntos fuertes y por
ello sabe arriesgar. Pero eso mismo es lo que puede generar una
sensación de vértigo en los demás.
7. El emprendedor oportunista
Este emprendedor no entra en el mundo de los negocios porque lo necesite,
sino porque ve una oportunidad en el mercado.
Identifica a un grupo de compradores que tienen una necesidad (quieren
comprar un producto específico o un servicio) pero donde ninguna empresa
existente les proporciona lo que quieren.
Es una persona dispuesta a tomar riesgos porque normalmente suelen entrar
en negocios que no están probados en el mercado y no tienen la certeza de si
funcionarán o no.
Su gran ventaja es que suelen ser vendedores con argumentos muy
poderosos, y la competencia es normalmente baja – o no existe – porque nadie
ha entrado todavía en ese mercado.
2. Así que los clientes interesados por lo que ofrecen les reciben con las puertas
abiertas.
El gran obstáculo que se encuentran es que, al entrar en un mercado tan
específico, el tipo de productos o servicios que pueden vender son limitados.
Así que es importante que se piense cómo se podrá expandir ese negocio en
el futuro si los clientes cambian sus intereses por otros.
8. El emprendedor por necesidad
Estos suelen ser personas que crean su propio negocio por necesidad, ya que
se ven en una situación económica al límite y necesitan hacer algo para seguir
adelante.
Aquí hay dos subtipos de emprendedores: el autoempleador y el
autodescubridor.
El autoempleador es aquella persona que ha sido despedida de su trabajo y
que no consigue que le contraten en otro empleo, y su necesidad económica le
empuja a hacer algo para ganar dinero lo más pronto posible.
Así que decide iniciar un negocio que esté de moda y que le genere buenos
ingresos.
La ventaja es que esa “desesperación” hace que sean grandes trabajadores y
pongan todos sus esfuerzos en conseguir lo que quieren; pero a cambio, no
3. suelen tener vocación por ese negocio y corren el riesgo de aburrirse
rápidamente o que, en cuanto algo salga mal, abandonen.
El autodescubridor también empieza en este terreno por necesidad; pero al
contrario que el autoempleador, pronto descubre que ser emprendedor es su
verdadera profesión, y es algo que le apasiona y le encanta.
El obstáculo que suele encontrar es que llega hasta aquí por pura casualidad, y
eso le supone a veces inestabilidad en su primera empresa o no saber qué
pasos debe dar para arrancar su proyecto.
9. El multiemprendedor
Este tipo de emprendedor es el que sabe que en los tiempos que corren todo
puede ir bien… o todo le puede salir mal.
Por eso, en vez de iniciar un solo negocio, crea varias empresas en distintos
sectores como la tecnología, los servicios, los productos ecológicos…
Así, si una de sus empresas fracasa, sabe que tiene las otras como apoyo
económico.
Su virtud es que sabe diversificar sus ingresos y tomar las oportunidades; pero
su defecto principal es que es conocer de todo, pero experto en nada.
Le puede más el deseo por tener varios proyectos a la vez que preocuparse de
que cada uno de ellos funcione.
Por eso, si eres este tipo de emprendedor, lo mejor es que consolides un
negocio antes de comenzar otro.
10. El emprendedor tecnológico
4. Este es muy parecido al oportunista, sólo que el emprendedor tecnológico se
centra en la tecnología para estar en contacto con sus clientes: a través de
redes sociales, de chat, de vídeollamada…
Un aspecto favorable que tienen es que suelen crear negocios online, y
comparados con los tradicionales, son mucho más baratos (sólo necesitan una
página web y no gastan en locales, electricidad, personal, etc.).
Pero el mayor inconveniente es que, al no tener contacto directo con los
compradores, deben esforzarse mucho por crear buenas estrategias de
marketing digital para atraer clientes, dar a conocer sus productos o servicios,
y fidelizar a su público.
11. El emprendedor internacional
Con Internet se han abierto las puertas a los mercados de todo el mundo. Y el
emprendedor internacional sabe bien que con este medio puede llegar muy
lejos.
Por eso decide emprender fuera de su país para aprovechar la economía de
otros territorios que quizás tengan una mejor situación económica que el suyo.
Normalmente, este emprendedor suele comenzar con un negocio o tienda
virtual para vender sus mercancías a otros lugares fuera de su país (muchos
españoles ofrecen productos ahora a Francia o Reino Unido porque la
población tiene más riqueza que en España).
5. Sin embargo, uno de los aspectos negativos de esto es que en cualquier
momento la economía de ese país al que se sirve puede cambiar a peor, y las
aduanas suelen ser un osbtáculo si se envían ciertos productos con
características especiales.
12. El emprendedor visionario
Este tipo de emprendedor sabe que ha nacido para el mundo de los negocios,
le apasiona tener distintos proyectos entre manos, y tiene muy claro que no va
a trabajar para nadie salvo para sí mismo.
Cuando crea un negocio, lo hace porque le mueve su intuición, porque cree
realmente en ello, y no ve a la empresa como un medio para generar ingresos,
sino como algo para cumplir sus sueños.
Por todo eso, el visionario tiene a su favor la capacidad de esforzarse, de
trabajar, y de estar constantemente pensando en cómo puede mejorar aquello
que ha creado, y de innovar para diferenciarse de su competencia.
6. Pero también esto juega en su contra, porque suelen ser personas muy
testarudas que sólo se guían por lo que ellos creen o lo que les dice su
intuición, sin dejarse aconsejar por ningún experto.
Y además, muchas veces tienen tantas ideas fluyendo por su cabeza que se
dispersan y no llegan a concretar ninguna de ellas.
13. El emprendedor social
Hay muchos emprendedores que inician empresas no por el dinero ni por
cumplir su sueño, sino para ayudar a otras personas.
Lo que les mueve es hacer una diferencia en el mundo. Les apasiona la causa
social que eligen, y suelen ser bastante extrovertidos y entusiastas cuando se
trata de “vender” su misión.
Los más exitosos son aquellos que consiguen conectar su causa social con
una actividad comercial que les ayude a crecer de forma solidaria su empresa.
Un buen ejemplo es Anita Roddick, fundadora de la marca de cosméticos The
Body Shop, que se centra en ofrecer productos naturales y ecológicos, y
destina parte de sus ganancias a causas solidarias.
El único inconveniente que tienen este tipo de emprendedores es que a
veces se involucran tanto en sus causas, que descuidan el negocio que les
genera los ingresos necesarios para sostener ese fin solidario.
14. El inversionista
Este tipo de emprendedor suele tener un alto capital que proviene o bien de
sus ahorros o de su propio trabajo, y por eso busca nuevas oportunidades de
negocio en las que depositar su dinero para hacerlo crecer más.
7. Por eso, cuando decide crear una compañía e invertir en ella su dinero, por
encima de todo busca la rentabilidad. Y esa es precisamente su fortaleza y su
debilidad a la vez.
Al querer generar los mayores ingresos posibles, está abierto a todo tipo de
opiniones, sugerencias y colaboraciones para que la empresa llegue a lo más
alto.
Sin embargo, por esto mismo cuando se encuentran un obstáculo en el
camino, suelen abandonar rápidamente el proyecto ya que lo único que les
motiva es el dinero. Y se implican muy poco en el día a día de la empresa.
15. El emprendedor por azar
Aunque cada vez son menos, estos tipos de emprendedores han llegado al
negocio por pura casualidad. Quizás un amigo o un familiar les propusiese ser
socios en un nuevo proyecto, y decidieron decir que sí.
Incluso puede que trabajando en una empresa, el dueño le pidiese unirse a él o
ella para administrar juntos la compañía.
8. La principal característica positiva que tienen es que son decididos, están
dispuestos a tomar riesgos, y tienen una gran capacidad para adaptarse a los
cambios.
Pero a su vez, como la fortuna les ha sonreído con este “golpe de suerte”,
tienden a creer que todo siempre será igual de afortunado, y además les suele
faltar implicación en el proyecto porque llegan a donde están por casualidad,
no porque lo hayan deseado.
16. El persuasivo
El emprendedor persuasivo es conocido en su sector por ser una persona de
prestigio, con ideas innovadoras y una fe inquebrantable en sí mismos y en sus
proyectos.
Si tienen una idea, creen en ella hasta el final, y consiguen que los de su
alrededor también se apasionen por esos productos o servicios al igual que
ellos.
Son muy perseverantes y tienen una alta autoestima, no dejando que nadie
influya con sus opiniones en sus negocios.
Un buen ejemplo de emprendedor persuasivo es Steve Jobs, que no paró de
luchar por el tipo de producto que quería fabricar y que había soñado incluso
aunque eso le valiese el despido de su propia compañía.
Por desgracia, su pasión y su fe en sí mismos también es su maldición.
No dejan aconsejarse por nadie, y los compradores siguen más al
emprendedor persuasivo que al propio objetivo o productos de la empresa.