1. HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
MÓDULO 4
Eje temático: El espacio geográfico nacional, continental y mundial
Unidad: Chile en el mundo
Introducción
En esta unidad estudiaremos y analizaremos las conexiones de Chile con
el resto del planeta, a través de tres coordenadas centrales:
1. La política exterior que ha desarrollado el estado chileno y q u e
h a permitido que productos, ideas y servicios de chilenos y chilenas
recorran el mundo exhibiendo sus ventajas comparativas.
2. Los acuerdos económicos que se han establecido con países
miembros de mercados exteriores.
3. La suscripción de acuerdos políticos ha incidido en la formulación
de políticas internas que buscan combatir la pobreza, luchar por un medio
ambiente limpio y asegurar que los derechos de las mujeres estén
presentes en las agendas nacionales.
Concretamente, te recomendamos comenzar estudiando las diferentes
estrategias que el gobierno de Chile ha elaborado para conectarse con
países vecinos, y que han repercutido en el establecimiento de alianzas con
nuevos socios económicos. En el desarrollo de contenidos que aparece
a continuación, se señalan los lineamientos generales de la política exterior
chilena de los últimos años que, en términos generales, ha estado
marcada por la búsqueda de nuevos mercados y por el
establecimiento de relaciones de cooperación con distintos países e
instituciones que alrededor del mundo buscan mejorar la calidad de vida
de sus habitantes.
En segundo término, te sugerimos revisar los distintos acuerdos
económicos que ha firmado nuestro país en los últimos años con
otros mercados y naciones, abriéndose al mundo.
Te invitamos a visitar dos sitios de interés en Internet donde
puedes encontrar información sobre estos aspectos:
www.minrel.cl: sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Chile.
www.un.org/spanish/: sitio general de las Naciones Unidas.
Dentro de este contexto, es importante que conozcas los actuales
1
2. foros mundiales donde se formulan soluciones a la grave crisis
medioambiental que atraviesa nuestro planeta. Te sugerimos investigar
el papel que ha desempeñado Chile dentro de estos foros. En el siguiente
sitio de Internet encontrarás información al respecto:
http://www.bioforum.net/.
Principales lineamientos de las relaciones exteriores del país
La política exterior de Chile ha experimentado una serie de cambios en los
últimos años. El siguiente texto da cuenta de esta situación, analizando las
relaciones de nuestro país con el resto del mundo.
Política exterior de Chile
Para A. Van Klaveren en su “ Inserción internacional de Chile”,
dentro del libro de C. Toloza y E. Lahera (ed), Chile en los noventa,
hay cuatro factores claves que definieron los contenidos que tendría la
política exterior de Chile en los gobiernos de transición a la democracia:
“El primero de ellos fue, por cierto, una tradición histórica acumulada
a lo largo de más de un siglo y medio de vida independiente, en
que se plasmaron algunos principios básicos que han marcado la
proyección externa del país y que se reflejan especialmente en las
definiciones territoriales, las relaciones con las naciones vecinas y la
participación de Chile en una serie de instituciones internacionales.
El segundo estuvo representado por el fin del régimen militar, que dejó una
cicatriz muy profunda en las relaciones internacionales, y la
restauración democrática que lo siguió.
El tercero fue la apertura económica, que se había iniciado durante
el régimen autoritario y que, al poco tiempo, coincidió con una
tendencia general que se hizo presente en toda la región latinoamericana.
El cuarto consistió en los grandes cambios políticos y económicos que
se registraron en el escenario internacional y que tuvieron un
impacto muy decisivo en la política exterior y en la propia sociedad chilena,
más allá de los procesos internos que se vivieron en el país.
Un legado complejo
“La política exterior de Chile contiene elementos de permanencia y
de cambio. En términos generales, durante los períodos en que ha habido
estabilidad interna han sobresalido los componentes de continuidad. Por el
2
3. contrario, cuando se han producido transformaciones tanto internas
como externas, han tendido a predominar los elementos de innovación.
Algunos de los elementos de permanencia que se siguen proyectando en la
política exterior chilena tienen su origen en las cuestiones territoriales que
se fueron sucediendo a lo largo de los años. En gran medida, ellas
resultaron de indefiniciones típicas del período colonial y de dificultades
posteriores de demarcación que incluso se han mantenido hasta tiempos
muy recientes.
El legado también incluye una historia de relaciones vecinales intensas
y complejas, en que se fueron alternando episodios de cooperación e
incluso de solidaridad regional con episodios de competencia y, en casos
extremos, de conflicto diplomático y militar. Ocasionalmente, algunos de
estos problemas se proyectaron en las políticas chilenas frente a las
grandes potencias que, en el pasado, generalmente estuvieron
subordinadas a su política sudamericana. Como todo el resto de las
naciones latinoamericanas de la época, Chile operó durante el siglo pasado
dentro de un sistema de equilibrio de poder regional que giró en torno
a cuestiones territoriales, económicas, estratégicas y políticas.
Particularmente relevante fue la evolución de nuestras relaciones con
Argentina, Bolivia y Perú, y la relación histórica que se estableció entre
ellas.
El legado histórico que exhiben las políticas exteriores de Chile y de
los países más próximos no es muy distinto del que se puede
encontrar en Europa, con la salvedad de que en esta última predominaron
con más fuerza y hasta tiempos mucho más recientes los conflictos bélicos.
Sin embargo, la forma en que se proyecta este legado en la actualidad no
puede ser más diferente. En Europa Occidental, una historia de conflicto y
de rivalidad actúa como uno de los factores impulsores del proceso
de integración más avanzado que se desarrolla ahora en el mundo. Las
reivindicaciones territoriales quedaron en el pasado y si bien pueden
subsistir sentimientos de rivalidad y de afinidad derivados de antiguos
conflictos y alianzas, éstos no movilizan a la opinión pública, con la
posible excepción de los eventos deportivos.
En América Latina, y Chile no es la excepción, las secuelas de
conflictos antiguos y de cuestiones territoriales siguen representando
un elemento central de la política exterior que, paradójicamente, debe
conciliarse con tendencias hacia una mayor cooperación regional y con
los desafíos que imponen economías globalizadas. Al igual que en los
países vecinos, los factores históricos y, sobre todo, las visiones e
interpretaciones sobre ellos, han permeado las percepciones de actores
3
4. muy relevantes de la política exterior e influyen poderosamente en la
opinión pública.
La historia también sigue jugando un papel relevante en nuestras
relaciones con Bolivia y Perú. Uno de los diplomáticos peruanos más
influyentes de las últimas décadas, Carlos García Bedoya, destacó en sus
escritos el trágico impacto de la derrota de su país en la Guerra del
Pacífico y el largo camino que tuvo que recorrer para reconstruir un
sentimiento de unidad nacional y establecer una nueva personalidad
internacional que superara las “hipotecas” del pasado (Bedoya 1981:52)
(…)”
(Programa de Estudio Cuarto Año Medio, pp. 253 – 258).
Chile y el Tratado de Libre Comercio (TLC)
En el contexto de la economía globalizada, nuestro país se ha visto en la
necesidad de ampliar sus redes comerciales. Para ello se han firmado
una serie de acuerdos económicos, como el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos. Las negociaciones entre Chile y los
Estados Unidos concluyeron el 11 de diciembre de 2002. En
representación del gobierno de Chile firmó la Ministra de Relaciones
Exteriores, Sra. María Soledad Alvear y, por parte de los Estados
Unidos, lo hizo el Representante Comercial, Sr. Robert B. Zoellick.
Este Tratado implica para Chile consolidar y ampliar el acceso de
sus productos a una de las economías más grandes del mundo.
Según lo acordado, el 87% de las exportaciones chilenas a Estados
Unidos ingresará a ese mercado libre de aranceles desde el momento de
la entrada en vigencia del Tratado. Al cuarto año, el 94,8% de los envíos
chilenos estará libre de aranceles.
El resto de los productos se desgravará en un plazo máximo de doce
años, tras el cual todo el comercio estará libre de aranceles, incluidos
aquellos productos para los que se negociaron cuotas de ingreso durante los
primeros años.
Entre otras cosas, el TLC incluye los siguientes temas: reducción
de aranceles para el comercio de bienes, reglas de origen, administración
aduanera, medidas sanitarias y fitosanitarias, salvaguardias, barreras
técnicas al comercio, inversiones y servicios, comercio electrónico,
servicios financieros, políticas de competencia, entrada temporal de
personas, propiedad intelectual compras públicas, laboral y
medioambiente, transparencia y solución de controversias.
4
5. En síntesis, el TLC implica consolidar y profundizar una estrategia de
economía abierta, competitiva y apoyada en el dinamismo de las
exportaciones, reforzando la estabilidad de la política económica y, a la vez,
representa un hito importante hacia la creación del Acuerdo de
Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Este TLC se suma al reciente Acuerdo de Asociación con la Unión
Europea y al cierre de negociaciones con Corea del Sur, por lo que
se refuerza la apuesta estratégica de Chile de constituirse en una
plataforma de inversión.
Derechos de la mujer
La prensa nacional también se ha hecho cargo de esta preocupación.
Un artículo publicado en el diario El Mercurio, analiza la situación de la
mujer a 10 años de la conferencia de Beijing:
Feministas versus organizaciones pro familia:
Conferencia sobre la mujer de la ONU en China. Avances-retrocesos
tras 10 años de Beijing
Siguen las dos lecturas frente a la fuerte arremetida feminista en
1995. Mientras ONGs y el Gobierno celebran que Chile sea el país de la
región que más compromisos ha cumplido, grupos pro vida advierten
sobre las consecuencias en la familia y sociedad.
CECILIA DERPICH CANESSA
En septiembre se cumplen 10 años de la Conferencia Mundial de la Mujer en
Beijing, aniversario que ha motivado a que tanto las Naciones Unidas,
como los gobiernos y la sociedad civil hayan comenzado a mirar en
retrospectiva la reunión, analizando los efectos de los compromisos
adquiridos y el grado de cumplimiento de éstos.
La revisión más masiva fue hace un mes, en la sede de la ONU en
Nueva York.
Allí, los países participantes -entre ellos Chile- decidieron ratificar el
conjunto de medidas de Beijing, conocido como Plataforma de Acción
de la Mujer (PAM) y seguir presionando a los Gobiernos para que la
incorporen en sus políticas públicas.
Pero, pese al apoyo de la ONU y de los Estados participantes, aún no existe
acuerdo respecto de qué tan positivos y relevantes han sido los
5
6. compromisos de 1995.
Temas como la incorporación femenina al mercado laboral y
especialmente los llamados "derechos sexuales y reproductivos" siguen
dividiendo principalmente a feministas y organizaciones pro vida y familia.
Estos últimos lamentan que sus puntos de vista ni siquiera sean
escuchados por el Gobierno chileno, ni menos tomados en cuenta a la hora
de ratificar y hacer cumplir los compromisos que, por ser fruto
de una Conferencia y no una Convención, no son obligatorios para los
países que los suscriben.
Cuánto se ha cumplido
Chile es el país latinoamericano que más ha acatado la Plataforma de
Acción de la Mujer, firmada en 1995.
Ésa fue la conclusión a la que llegaron expertas de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), que durante tres años
prepararon un índice de cumplimiento de compromisos de la
Conferencia, que fue dado a conocer hace pocos días.
Según el estudio, en el país se han puesto en práctica un 24% de
los acuerdos relacionados con participación y acceso al poder, un 90%
de las metas de autonomía económica y pobreza, y un 89% de los
referidos a salud de la mujer y derechos sexuales y reproductivos.
Según Teresa Valdés, autora de la investigación, estas cifras demuestran
que Chile ha tenido un avance sustancial en el logro de las metas acordadas
en la Conferencia. Aun cuando, lamenta, quedan tareas pendientes
que, según ella, recién en unos 50 ó 60 años más permitirían hablar de
equidad en Chile y en la región.
La misma opinión comparten organizaciones feministas, donde se
destacan los logros en áreas como la incorporación de la mujer al trabajo y
autonomía económica que han logrado.
Sin embargo reclaman retrocesos en salud, donde preferirían que se
profundizara en políticas de anticoncepción, esterilización y protección
del embarazo no deseado de adolescentes.
Josefina Hurtado, de la ONG Red de Salud de las Mujeres, asegura
que debiera haber mayor libertad en el "plano del cuerpo", y una
menor influencia de grupos conservadores y credos religiosos sobre estos
6
7. temas.
El Gobierno también defiende esa visión. La ministra del Servicio Nacional
de la Mujer, Cecilia Pérez, destaca el cumplimiento de los compromisos
referidos a salud, considerando como positiva la eliminación de las
trabas para la esterilización de las mujeres (que hoy se puede hacer desde
los 18 años y sin haber tenido hijos) y la atención casi universal del
parto por parte del Estado.
Lamenta, eso sí, que aún no se profundice en la difusión de métodos
anticonceptivos y protección contra las Enfermedades de Transmisión
Sexual (ETS) y Sida.
Lo atribuye a la influencia de los cuestionamientos de ciertos sectores de la
sociedad "que han impedido que nos pongamos a la par de las
necesidades de hoy", explica.
La ministra destaca además la existencia de avances en autonomía
económica y superación de los niveles de pobreza de las mujeres. Sin
embargo, cree que esa mejoría se debe en gran parte al crecimiento
económico del país.
Este panorama contrasta con la visión de expertos y organizaciones pro
vida y familia. Ellos manifiestan su preocupación respecto de los cambios
que han provocado los compromisos de Beijing en la vida de las mujeres y
la sociedad en su conjunto.
Cuestionamientos al acuerdo
Para Rosita Camhi, economista del Instituto Libertad y Desarrollo,
la Conferencia no significó un avance, sino un retroceso para las mujeres.
Ella cree que el problema más grande de esa reunión es que estuvo
cruzada por una visión ideológica que planteaba un feminismo radical.
Eso hizo que no se buscaran posiciones que respetaran la diversidad,
pese a que se hablaba en pos de ella.
Si bien reconoce que ha habido avances en participación laboral, Camhi
cree que éstos no son atribuibles a Beijing, sino a la apertura de la
sociedad, al atrevimiento de más mujeres a salir de sus casas y a la
recuperación económica experimentada.
Cuestiona también que los acuerdos hayan dejado fuera la idea de
compatibilizar los roles de la mujer, exagerando su salida al mercado
7
8. laboral en desmedro de la función fundamental que cumplen dentro de la
familia.
El envejecimiento de la población y la baja de las tasas de
natalidad, confirman ese argumento. Según las cifras del Registro Civil,
durante el año pasado se registraron 150 mil nacimientos menos que en
1990, casi la mitad de 307 mil que hubo en esa fecha.
Por eso, Camhi asegura: "Mientras en Chile todavía se celebra que la
mujer se incorpore más al trabajo y deje de lado la familia, en Europa ya
vienen de vuelta y apuestan por la compatibilidad de los roles. Nosotros
debiéramos aprender de eso".
Marcia Araneda, de la ONG Investigación, Formación y Estudios sobre
la Mujer (Isfem), destaca los efectos de las políticas de salud que se
han implementado a partir de la Conferencia.
"Me parece gravísimo que en pos de una interpretación respecto de la
existencia de supuestos derechos sexuales y reproductivos que ni siquiera
aparecen en los documentos, se estén desarrollando políticas como
la repartija de pastillas anticonceptivas incluso para menores de edad,
píldoras de emergencia cuyo efecto abortivo aún se investiga, la
despenalización del aborto y la institucionalización de relaciones anti-
natura", dice.
Y concluye: "Todas las reivindicaciones feministas ven los derechos de
la mujer desde un punto de vista parcial. Por eso no toman en cuenta que
las consecuencias son globales y que inciden directamente en temas
como la desintegración de la familia y los cimientos de la sociedad".
8
9. CRÍTICAS AL POST BEIJING
EE.UU. no acepta los "derechos sexuales"
Los llamados “derechos sexuales y reproductivos" han sido uno de los
puntos más cuestionados de la Plataforma de Acción de la Mujer de Beijing.
Para las organizaciones feministas, el reconocimiento de que la mujer
puede decidir sobre su cuerpo, es algo equiparable a los derechos
humanos fundamentales de cualquier persona.
Según la visión de Beijing y otras de la ONU, los derechos sexuales
y reproductivos incluirían el acceso a anticonceptivos modernos, el que
los individuos puedan "gozar de su sexualidad sin riesgo de embarazos no
deseados y de contraer enfermedades de transmisión sexual y Sida" y
el reconocimiento de las mujeres como sujetos
autónomos, con responsabilidades y capacidad plena de decidir
sobre su cuerpo, su sexualidad y su fecundidad.
Sin embargo, las organizaciones pro vida cuestionan la existencia de estos
derechos y alegan que son sólo fruto de interpretaciones posteriores, ya
que la Declaración de Beijing no los menciona porque no fue aceptado
incorporarlos al texto final.
Alegan además que esas interpretaciones posteriores son las que
alimentan un debate que abre la puerta a temas a los que públicamente
se ha opuesto el Gobierno, como el aborto.
Eso fue lo que ocurrió en marzo en la ONU, en una reunión donde
se analizaron los 10 años de Beijing. Estados Unidos propuso una enmienda
que señalara expresamente que "los documentos de Beijing no crean
nuevos derechos internacionales ni incluyen el derecho al aborto".
Chile rechazó esa propuesta y apoyó la del grupo de Río, donde
justamente se aboga por los "derechos sexuales y reproductivos", lo que
las organizaciones pro vida consideran "un doble discurso".
(Fuente: http://diario.elmercurio.com)
9
10. Los reglamentos en relación a la preservación del ambiente
Legislación:
Reglamentos
• Ministerio Secretaria General de La Presidencia Comisión Nacional
del Medio Ambiente - D.S. N. 166 de 1999: Reglamento del
Consejo Consultivo de la Comisión Nacional y de las Comisiones
Regionales del Medio Ambiente .
• Ministerio Secretaría General de La Presidencia de la República -
D.S. N. 94 de 1995: Reglamento que fija el procedimiento y
etapas para establecer planes de prevención y de descontaminación.
• Ministerio Secretaria General de La Presidencia de La República -
D.S. Nº 93 de 1995: Reglamento para la dictación de normas de
calidad ambiental y de emisión.
• D.S. Nº 95 de 2001, del Ministerio Secretaría General de la
Presidencia
- Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
Superación de la pobreza e inserción laboral de la
mujer
A continuación, citamos la Intervención de la Ministra Cecilia Pérez Díaz en
la Inauguración del Seminario Internacional “Superación de la Pobreza,
generación de empleo y equidad de género”. OIT/PNUD en Julio del 2004:
“(…) No constituye un misterio para nadie aquí presente, o no debiera
serlo, la profunda relación que tienen entre sí los tres elementos que
definen este seminario: género, empleo y superación de la pobreza. En
efecto, es habitual señalar que el importante proceso de reducción de la
cifra de pobreza que vivió nuestro país en la primera década de la
democracia, está asociado a un conjunto de políticas sociales de
mejoramiento salarial e impulso a la inversión, pero se explica
principalmente por el ingreso de mujeres al mercado laboral,
transformándose en segundas perceptoras de ingreso para sus familias.
Así, en la última década del siglo pasado, mientras el porcentaje de
hogares bajo la línea de pobreza se reducía desde un 38.6 % en 1990 a
un 20.6% en 2000, la tasa de participación laboral femenina ascendía
desde un 29.6 % a un 35 % en el mismo período.
Tanta importancia tiene dicho factor como impulsor del proceso de
reducción de la pobreza que economistas como Pamela Gana
10
11. sostienen que, si restamos los ingresos de la mujer, en todos los hogares
biparentales, habrían 100.145 hogares que pasarían de ser no pobres
a ser pobres y 34.679 hogares que pasarían de ser pobres no indigentes,
a ser indigentes.
El desafío, entonces, es evidente. Para poder avanzar en el camino de
la reducción de la pobreza y la superación total de la indigencia en Chile, el
ingreso de las mujeres al trabajo remunerado constituye un pilar
fundamental.
Es por ello que iniciativas como este Seminario, enmarcado en el
Proyecto del mismo nombre que desarrollan las instituciones convocantes,
tiene tanta importancia y trascendencia.
Permítanme entonces, plantear dos desafíos que creo que debiesen
ocupar un espacio central en esta reflexión.
Por un lado, debemos revisar las políticas públicas orientadas a promover la
reducción de la pobreza y la superación total de la indigencia a la luz de este
objetivo. ¿Cuánto de lo que hacemos contribuye a estimular y promover el
empleo de las mujeres como estrategia de desarrollo de las
familias?,
¿cuántas de nuestras acciones y políticas apuntan hacia ello y
cuántas pueden ser perfeccionadas en tal sentido? Creo que estas son las
primeras preguntas que aparecen al abordar el tema.
Y, en esa línea quisiera referirme, brevemente, por cierto, a dos aspectos
del Sistema Chile Solidario, estrategia fundamental que el Gobierno del
Presidente Lagos ha implementado para terminar con la miseria.
El primero de ellos es la decisión de asignar la administración del bono que
acompaña la intervención sico-social a las mujeres de cada hogar. Creo
que esta decisión tiene un fuerte sentido de reconocimiento y de
valoración del rol de articuladoras sociales que las mujeres ejercen en el
territorio, especialmente allí donde la pobreza es más dura. Son las
mujeres de cada familia las que tejen la organización social, las que dan
vida al entramado comunitario y las que desarrollan con más fuerzas las
estrategias de solidaridad que permiten a las familias crecer juntas
en la tarea de superación de la pobreza. Creo que es un
reconocimiento, también a las mujeres que, con su sólo esfuerzo,
sostienen hogares monoparentales, en este caso, indigentes.
La administración del bono refuerza dicho rol y lo asocia al control
de recursos monetarios que, junto con la articulación del capital
11
12. social, se transforman en las principales herramientas de superación de
la indigencia. El bono es pequeño, por cierto. Sin embargo, lo importante,
aquí, es que se vinculan los pilares financiero y social en una sola persona,
la mujer. El bono es una apuesta por la mujer, que reconoce que para que
pueda ejercer en plenitud su rol de engranaje fundamental de la estrategia
de desarrollo de la familia, debe tener control de recursos propios. Este
mensaje es muy potente y debemos analizarlo con cuidado. Debemos
también, por cierto, analizar su coherencia con el resto de los
componentes del Sistema y con la situación ideal a la que aspiramos.
Y aquí, llegamos al segundo aspecto que deseo puntualizar respecto a Chile
Solidario. Me refiero a la dimensión de empleabilidad. En ella, los
mínimos a los que aspiramos se relacionan con la existencia de un adulto
trabajando en el hogar. Sin duda es un tremendo logro para familias
que están en las condiciones más precarias que podemos imaginar. Sin
embargo, el desafío es evitar que el cumplimiento de dicho mínimo se
oriente preferencialmente al hombre y siga considerando el trabajo
femenino como subsidiario. Debemos poner atención en ello y revisar como
estamos operando a partir de los datos que arrojen las sucesivas
cohortes de familias egresadas. Asimismo, debemos tender,
especialmente en condiciones económicas mejores, a fomentar el empleo
de hombres y mujeres al interior de dichos hogares, como única
estrategia sustentable de abandono de la indigencia y, posiblemente, de
la pobreza.
Finalmente, es evidente que el camino de lucha contra la pobreza y
la indigencia exige que las mujeres encuentren condiciones adecuadas
para poder atreverse a dar el paso fundamental de incorporarse al
mercado laboral o desarrollar un emprendimiento propio. La superación
de la pobreza y de la indigencia exige una intervención en la línea de
fortalecer integralmente las capacidades de las mujeres de construir su
propio destino, estableciendo relaciones de género más igualitarias y
justas. El principal aporte de los mecanismos de género, en el caso de
Chile, del SERNAM, a esta tarea, tiene que ver principalmente con
impulsar esta transformación integral.
Un segundo desafío para esta instancia, tiene que ver con la posibilidad de
buscar los mecanismos que se constituyan en impulsores de un
mayor ingreso de mujeres al mercado de trabajo. En todos los niveles,
pero especialmente entre las mujeres más pobres.
En Chile, hoy, un 36% de las mujeres que están en edad de trabajar,
lo hacen efectivamente, cifra muy menor al promedio de América Latina
(de un 45%) y considerablemente alejada de los niveles de los países
12
13. desarrollados.
Este reto, adquiere mayor relevancia en el contexto de nuestra
conversación hoy al constatar que esta cifra se reduce a 24.8% en el
primer quintil y se eleva a 52.1 % en el quinto.
Hoy, Chile tiene capacidad de incorporar masivamente a las mujeres a su
mercado del trabajo. La fuerte inversión hecha en materia educacional en la
última década nos permite decir hoy que, en todos los tramos etáreos, las
mujeres tenemos mejores niveles de escolaridad que los hombres,
participando además de forma plena en todos los niveles de la estructura
educacional. Podemos decir, entonces, que la brecha educacional entre
hombres y mujeres está cerrada. ¿Cuáles son, entonces, las tareas
pendientes?, ¿qué obstáculos impiden hoy el ingreso de más mujeres
al trabajo remunerado? Como Servicio Nacional de la Mujer, creemos que
las tareas tienen que ver básicamente con los siguientes ámbitos:
El ámbito cultural. En este aspecto tenemos que derribar todavía
muchos mitos que, principalmente, inhiben la contratación de mujeres
por parte de los empleadores. El primero de ellos es aquel que dice
que las mujeres somos más caras que los hombres. Como bien ha
demostrado la OIT, esta afirmación no es correcta. Con menores tasas de
accidentabilidad y con una carga de maternidad que es fundamentalmente
asumida por el Estado, las diferencias de costo entre mano de obra
femenina y masculina son mínimas. Más aún cuando gran parte de las
tareas que las mujeres dejan por concepto de permiso maternal son
redistribuidas entre los trabajadores y trabajadoras de las empresas, que
se ahorran así el reemplazo durante el período pre y post natal.
El segundo de ellos tiene que ver con los empleadores, pero
principalmente con las familias y las propias mujeres, y es aquel que
entiende el ingreso femenino como complementario al del hombre en el
hogar. Esta concepción incide directamente en la menor remuneración
que recibimos en promedio las mujeres por las mismas tareas que
los hombres y en la mayor inestabilidad laboral a la que estamos
sujetas.
Esta concepción está más arraigada de lo que creemos y queremos
en nuestra sociedad. Se encuentra detrás de las propuestas que entienden
una flexibilidad laboral amplia como la receta para aumentar la tasa de
participación laboral femenina. Al respecto un comentario. Para que la
flexibilidad pueda efectivamente aportar al mayor empleo de mujeres,
tiene que establecerse en negociaciones más o menos simétricas entre la
trabajadora y la empresa y debiese considerar, también, posibilidades
13
14. similares para los hombres. Una flexibilización de la jornada de trabajo
a requerimiento exclusivo del empleador, que rebaje los ingresos de la
trabajadora y hagan de su jornada algo impredecible en el tiempo,
sólo perjudicarán las estrategias que esa trabajadora desarrolle para
conciliar su trabajo con la vida familiar.
Y aquí llegamos a uno de los nudos centrales en la problemática del
empleo de mujeres en nuestro país hoy que, en un ámbito práctico, dice
relación con el desarrollo de estrategias que permitan a la mujer conciliar
su vida laboral con sus proyectos familiares y el cuidado de los hijos.
Creo que sobre este punto hay un cierto consenso en el debate en
nuestro país. Los distintos actores entienden que aquí tenemos un
problema. El punto es cómo generamos una salida que implique avanzar
en una sociedad más igualitaria y democrática y que no nos retrotraiga al
pasado.
Es por ello que, como Servicio Nacional de la Mujer, hemos
planteado nuestra Campaña 2004 de Mujer y Trabajo en torno a este
nudo, y entendemos que debemos avanzar en varios espacios paralelos
y conexos entre sí, para construir una respuesta que reconozca la
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y los derechos de la
mujer como un punto a favor y no como un obstáculo.
Debemos potenciar una redistribución de roles en el hogar. El equilibrio de
género en lo público, debe ir acompañado por el equilibrio de género en lo
privado. Esto no es nada nuevo. Ya en plena dictadura la consigna
era “Democracia en el país y en la casa”. El problema es cómo llevarlo a
cabo. Esto implica un fuerte cambio cultural en las parejas y en los
individuos, que en cierta medida está cada vez más presente en muchas
parejas jóvenes en Chile; pero implica también la posibilidad de que los
empleadores establezcan condiciones que permitan a las mujeres,
pero también a los hombres, dedicarse de mejor forma al cuidado del
hogar y crianza de los hijos.
Debemos mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres. A fin
de estimular su ingreso al mercado laboral. La brecha salarial, la
discriminación en las promociones, el acoso laboral y el acoso sexual
contribuyen a hacer del trabajo algo menos atractivo para las
mujeres. Debemos, entonces, avanzar en condiciones de trabajo
decente para todas las mujeres. Hemos avanzado bastante en dicho
ámbito, incorporando a las Trabajadoras de Casa Particular al Código del
Trabajo, regulando las condiciones de trabajo de las Temporeras en los
predios, instruyendo medidas contra el Acoso Sexual en la Administración
del Estado y promoviendo un proyecto de ley que lo tipifica y sanciona en
14
15. todos los espacios de trabajo.
Finalmente, debemos generar alternativas eficientes y oportunas de
cuidado infantil, que permitan a hombres y mujeres trabajar con la
seguridad de que sus hijos e hijas están bien cuidados. Las nuevas
condiciones del mercado laboral exigen el desarrollo de mecanismos
diversos y flexibles de cuidado infantil, que llegue al lugar o al horario
donde la educación preescolar no llega. Que se transforme en alternativa
a la mujer que hoy deja sus niñas o niños encargados con una vecina,
un pariente o simplemente encerrados en sus casas, con los peligros que
conocemos.
La sociedad chilena debe generar alternativas comunitarias,
individuales, ligadas a los barrios, a las empresas o al Estado, que
permitan a cada mujer y hombre, acceder a aquella que se adapte de
mejor forma a sus condiciones de trabajo y a sus requerimientos,
marcados cada vez más por un mercado dinámico y flexible.
Algo de eso hemos hecho de forma ya tradicional con las mujeres
temporeras de la agroexportación y nuestro desafío es avanzar en la
implementación y reconocimiento de dichas alternativas en otros entornos.
El desafío es mayor y la tarea es inevitable. La tasa de participación laboral
femenina sólo puede aumentar. Las mujeres seguirán saliendo de
sus hogares a trabajar porque eso las dignifica, les entrega herramientas
para construir relaciones más igualitarias y no violentas en la casa,
permite la superación de la pobreza en sus familias y contribuye
decisivamente al desarrollo y competitividad de nuestro país.
El reto es que este proceso se desarrolle de buena forma;
preservando buenas condiciones de trabajo, maximizando los
potenciales beneficios del proceso, cuidando la mantención de las tasas
de natalidad y el bienestar de las niñas y niños, así como permitiendo el
ejercicio pleno de los derechos de las mujeres.
Porque, finalmente, el desafío global que nos plantea la relación entre
superación de la pobreza y equidad de género nos obliga a una
mirada multifacética y completa que incluye solucionar las carencias
críticas de ingreso, pero junto con ello –y más estratégico tal vez–
visibilizar y abordar otras relaciones asimétricas de poder como las
vinculadas al trabajo no remunerado, el uso del tiempo, los derechos
reproductivos y la violencia contra la mujer (…).”
(Ministra Cecilia Pérez Díaz en la Inauguración del Seminario Internacional
15
16. “Superación de la Pobreza, generación de empleo y equidad de
género”. OIT/PNUD en Julio del 2004)
Sitios sugeridos
Si deseas profundizar tus conocimientos, te sugerimos revisar el anexo del
Programa de Cuarto Año Medio que puedes encontrar en:
www.mineduc.cl (específicamente en la sección Planes y Programas, NM4,
Ciencias Sociales).
Otros sitios que te pueden ayudar a profundizar tus conocimientos, son
los siguientes:
www.enlaces.cl
www.un.org/spanish/: entrada general al sitio de Naciones Unidas.
www.undp.org/: sitio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
www.unfpa.org/: sitio del Fondo de Población de Naciones Unidas.
www.britannica.com: sitio de la Enciclopedia Británica.
www.nationalgeographic.com: sitio del National Geographic con
acceso a mapas mundiales y regionales
16