El documento describe una casa diseñada por Norman Foster en Córcega en 1990. La casa presentó el desafío de construirse de madera para cumplir con las normativas locales, a pesar de su ubicación privilegiada frente al mar. La cubierta parcialmente ajardinada integra la casa con el terreno y crea una sensación de protección, gracias a su forma curvada y aerodinámica que se extiende como el ala de un pájaro.