Plantar árboles requiere considerar su tamaño adulto para evitar daños, regarlos adecuadamente sin excesos para que sus raíces crezcan profundamente, y en ocasiones fertilizar el suelo si carece de nutrientes. Además, los árboles purifican el aire, protegen el suelo de la erosión, dan refugio a la vida silvestre y mejoran la calidad de vida al embellecer el paisaje.