1. células mioides.
Estas células están rodeando los túbulos seminíferos. Realizan una contracción rítmica que
provoca ondas peristálticas que ayudan a movilizar los espermatozoides y los líquidos testiculares
a través de los túbulos seminíferos. Esta actividad contrátil es estimulada por la oxitocina, la
serotonina y las prostaglandinas. Así mismo, estas células están implicadas en mediar los efectos
de hormonas y factores de crecimiento sobre células de sertoli y células germinales.
Funciones del testículo
El testículo produce los espermatozoides y también unas hormonas llamadas andrógenos, entre
las que se encuentra la testosterona. Para producir los espermatozoides se lleva a cabo el proceso
de espermatogénesis. Este requiere, además de las células germinales, las células de Sertoli, que
constituyen un soporte. Existe una barrera hematotesticular que aísla el epitelio germinal del resto
del organismo para que no haya reacciones inmunológicas. Por tanto, las células de Sertoli se
encargan de llevar los nutrientes y excretar los desechos al lumen procedentes de las células
germinales. Por su parte, las células responsables de la fabricación de testosterona son las células
de Leydig, que responden a FSH y LH (que son producidas por la hipófisis gracias a la acción de la
GnRH) y producen testosterona de forma pulsátil. La concentración de esta hormona en los
testículos es 500 veces superior a la del plasma sanguíneo.
Desarrollo de la función testicular
El testículo comienza a ser hormonalmente activo a partir de la octava semana de gestación. Las
células de Sertoli, producen una sustancia inhibidora de los conductos de Müller cuando está bajo
acción de la hormona FSH (hormona estimulante del folículo). Dicha sustancia inhibidora es capaz
de inducir la regresión de los conductos citados anteriormente, tiene acción en la fase abdominal
del descenso del testículo masculino y además produce un incremento del número de receptores
androgénicos en la superficie de las células de Leydig.
El completo desarrollo de los genitales externos se produce entre la semana 10 y 15 de la
gestación. Dicho desarrollo es dependiente de la acción enzimática de la 5alfa-reductasa, capaz de
producir dihidrotestosterona a partir de testosterona. Dicho producto enzimático se une a los
receptores androgénicos dentro de los órganos sexuales.2
Enfermedades y trastornos
Anorquia: Es la ausencia de ambos testículos al nacer.3
Criptorquidia: Se trata de una enfermedad que se caracteriza por el fallo en el descenso de
los testículos desde la cavidad abdominal. Durante el proceso del desarrollo fetal, los
testículos están dentro de dicha cavidad, pero gracias al desarrollo descienden al escroto.4
La criptorquidia se remedia con cirugía.
2. Cáncer de testículo: ocurre cuando células anormales dentro de los testículos se dividen y
crecen sin control.4
Hidrocele: acumulación de líquido en el escroto. Es una enfermedad benigna.5
Efecto de la temperatura en la espermatogénesis
Todo el proceso ocurre en el testículo y a través del epidídimo llega hasta el pene desembocando
al exterior. El testículo es una glándula secretora suspendida en una bolsa suelta de piel,
denominada bolsa escrotal. La finalidad de mantener el testículo fuera del cuerpo es para que la
temperatura de la glándula sea tres grados menor que la del cuerpo, debido a que la temperatura
óptima de funcionamiento óptimo de las polimerasas que llevan a cabo todas las actividades
enzimáticas en la espermatogénesis tienen una T óptima de unos 34 °C.
Por tanto, se concluye que en la mayoría de los mamíferos la temperatura tiene un efecto
inhibitorio sobre la espermatogénesis, al afectar a los siguientes factores:
Bloqueo de la maduración de las espermatogonias a la temperatura corporal.
La β-polimerasa y la recombinasa espermatogénica tienen un temperatura óptima de
funcionamiento ligeramente inferior (1-3 °C) a la temperatura corporal. Temperaturas superiores a
la óptima inhibe su actividad notablemente.
Para evitar estos efectos de inhibición por calor los testículos están dispuestos en el exterior en
la mayoría de los mamíferos.
El escroto no contiene grasa y sus músculos reaccionan al calor extendiendo o contrayendo la
piel. El sistema arterial (calor) y venoso (frío) también interviene en la regulación de la
temperatura escrotal.
3. Periodo embrionario
Una vez las células germinales llegan a la cresta germinal del embrión masculino, se incorporan a
los cordones sexuales, donde se mantendrán hasta la madurez, y perforaran a fin de formar un
orificio pasante que corresponderá a los tubulos seminiferos, y el epitelio de dichos tubulos se
diferenciara en células de Sertoli.
La formación de espermatozoides comienza alrededor del día 24 del desarrollo embrionario en la
capa endodérmica del saco vitelino. Aquí se producen unas 100 células germinales que migran
hacia los esbozos de los órganos genitales. Alrededor de la cuarta semana ya se acumulan
alrededor de 4000 de estas células, y el gen SRY determina que formen los testículos para poder
producir espermatozoides, aunque este proceso no empezará hasta la pubertad. Hasta entonces,
las células germinales se dividen por dos.
Transporte espermático en el testículo: eyaculación
Durante el proceso de eyaculación se dan los siguiente eventos:
Contracciones de los túbulos seminíferos, eferentes y deferentes.
Aumento del fluido luminal y su presión. El fluido luminal de los conductos deferentes
tiene mucho péptido conectivo para permitir la contracción.
Contracciones de la cápsula testicular.
Los espermatozoides siguen el siguiente recorrido hasta la uretra:
Conductos eferentes: Testículo a epidídimo.
Conductos deferentes: Epidídimo a uretra.
El epidídimo es el responsable de la maduración y activación de la movilidad espermática
(capacitación, necesaria para que adquieran movilidad). Los espermatozoides tardan
aproximadamente dos semanas en atravesarlo, y se almacenan tanto en la porción final del
epidídimo como en los conductos deferentes antes de la eyaculación.
Eyaculación
4. El término eyaculación originalmente hacía referencia únicamente a la expulsión o emisión de
semen a través del pene. Ahora se sabe que también hay eyaculación femenina. Las primeras
eyaculaciones en la vida de un varón suelen producirse mientras se tiene un sueño erótico. A esas
primeras emisiones se les llama espermarquia.
La eyaculación suele coincidir con el orgasmo; mientras dura el acto sexual el varón puede
alcanzar una eyaculación cada cierto tiempo, en tanto que la mujer puede alcanzar varios
orgasmos uno detrás de otro (multiorgasmicidad).
La falta de control sobre la eyaculación (y específicamente, sobre el llamado "reflejo eyaculatorio")
ha sido definido por varios expertos como el trastorno de la eyaculación precoz, que también ha
sido caracterizado por "el corto tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal" y "la insatisfacción
sexual". Sin embargo, esta ocurrencia no tiene una definición universalmente aceptada ante la
abundancia de conceptos médicos sobre el tema.1
Cuando la eyaculación propiamente dicha no se produce, aún dándose un orgasmo, nos
encontramos ante el fenómeno de la eyaculación retardada.
Fases de la eyaculación
Tiene tres fases:
fase de excitación: en la que ocurren cambios morfo-funcionales;
fase meseta: se produce una pequeña secreción desde la glándula de Cowper;
fase de orgasmo: en la que se producen las distintas contracciones de los conductos
deferentes, los esfínteres, vesículas, próstata y diversos músculos que provocan que salga
el líquido seminal.
La fase emisiva forma parte del "reflejo eyaculatorio", bajo control del sistema nervioso simpático,
mientras que la "fase eyaculatoria" está bajo control de un reflejo espinal a nivel de la médula
espinal, la vía S2-4 del nervio pudendo.
Durante la emisión, los dos ductos vasos deferentes se contraen para impulsar espermatozoides
desde el epidídimo, donde estaban almacenados en la ampolla, al final de dichos vasos deferentes.
El momento del comienzo de la emisión se experimenta como el "punto de no retorno" o punto de
inevitabilidad eyaculatoria.
El esperma que pasa a través de los ductos eyaculatorios se mezcla con fluidos de las vesícula
seminales, próstata, y las glándulas bulbouretrales para formar el semen o eyaculado.
Durante la eyaculación propia, el semen es eyectado a través de la uretra con rítmicas
contracciones placenteras.2
5. La salida de semen no es continua; es espasmódica. El primer chorro, con una velocidad superior a
50 km/h, puede tener energía para alcanzar más de 2 m. Este mecanismo sirve para proveer
semen en lo más profundo de la vagina; los siguientes impulsos son de menor energía. La cantidad
varía mucho entre grupos étnicos, edades, abstinencias, etc.; no más de 3 a 5 ml por lo común
(puede llegar a 15 ml). Después se produce un periodo de remisión y de resiliencia, en el que, en
algunas ocasiones, si se trata de estimular el glande, puede llegar a producir dolor, debido a lo
sensible que se encuentra en ese momento.
Las contracciones rítmicas, percibidas por la pareja penetrada, son parte del "orgasmo masculino".
Posiblemente, la media de típicos orgasmos masculinos dure cerca de 17 s; pero nuevamente varía
desde pocos segundos a más de un minuto. Después de comenzado el proceso orgásmico, los
pulsos de eyaculado de semen empiezan a fluir desde la uretra, y alcanzan un pico de descarga
alto y luego disminuye el flujo. Un orgasmo consiste, por lo general, en 10 a 15 contracciones. La
tasa de contracciones declina gradualmente durante este proceso orgásmico.
Las contracciones rítmicas iniciales se dan con un intervalo medio de 0,6 s, con un incremento
ascendente de 0,1 s por contracción. Las contracciones orgásmicas de muchos hombres proceden
con intervalos rítmicos regulares durante el orgasmo. Y muchos también experimentan más
contracciones adicionales irregulares al concluir el orgasmo. El semen comienza a expulsarse
violentamente desde el pene durante la primera o con la segunda contracción del orgasmo. Para
muchos hombres, el primer chorro sucede durante la segunda contracción. Un microestudio en
siete hombres encontró el chorro inicial en la 1ª contracción en 2; y en la 2ª contracción en 5. Este
mismo estudio, que ha sido hecho por los siete que escribieron este artículo, mostró que entre un
26 y un 60 % de las contracciones orgásmicas se acompañaban de chorros de semen.3
La fuerza y monto eyaculatorio varían enormemente de un sujeto a otro y según la edad.
Aparentemente, una eyaculación puede contener por lo general entre 1,5 y 5 mL. La cantidad de
tiempo de abstinencia eyaculatoria desde la última eyaculación influye sobre el volumen
eyaculatorio adulto.4