Testimonio de un joven con autismo

POR LOS SENDEROS DE LA CRUZ
1
Ing. Mario Antonio López Herrera
POR LOS SENDEROS
DE LA CRUZ
El testimonio de vida de un joven
cristiano con autismo

2
POR LOS
SENDEROS DE LA
CRUZ
El testimonio de vida de un joven
cristiano con autismo

3
Por Los Senderos De La Cruz.
Mario Antonio López Herrera.
Edición digital: 2021.
Copyright ©
Esta obra fue registrada ante el Instituto Nacional de los Derechos
de Autor, México.
Todos los derechos reservados conforme a la ley, 2021.
Propiedad de Ing. Mario Antonio López Herrera,
Asociación Pacto Por El Autismo.
Monterrey, Nuevo León, México.
Prohibida la reproducción parcial o total de este libro por medio
alguno, sin permiso expreso del autor.

4
UNAS PALABRAS DE ENRIQUE
PEÑA NIETO, PRESIDENTE DE
MÉXICO
2012-2018

6
INDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………….8
UNA “MADRE TULLIDA” Y UN “NIÑO PROBLEMA”...………………………………10
SEMBRANDO LA SEMILLA DE VIDA……..…………………………………………..14
VIDA NUEVA EN CRISTO………………………………………………………………19
PADRE DE HUÉRFANOS………………………………………………………………30
GENERACIÓN CON PROPÓSITO…………………………………………………….34
RELIGIÓN DE MEZQUINOS……………………………………………………………39
RATÓN DE BIBLIOTECA……………………………………………………………….49
LAS CINCO VÍAS TOMISTAS………………………………………………………….54
LA CIENCIA DESCUBRE A DIOS……………………………………………………..58
POR QUÉ CREO EN LA BIBLIA……………………………………………………….64
LOS CÓDIGOS DE LA BIBLIA…………………………………………………………70
JESÚS ES SU NOMBRE………………………………………………………………..81
JESUCRISTO, AVATAR DE LA DIVINIDAD………………………………………….89

7
¿ERA JESÚS REAL?..............................................................................................96
¿ES JESÚS DIOS?...............................................................................................105
¿SON VERDADEROS LOS EVANGELIOS?........................................................115
¿JESÚS FUE EL MESÍAS?...................................................................................128
¿RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS?.........................................................139
LA APUESTA DE PASCAL…………………………………………………………….151
COMO EN LOS TIEMPOS DE NOÉ………………………………………………….154
LOS PRINCIPIOS DEL EVANGELIO…………………………………………………158
CASTILLO DEL REY BRISAS…………………………………………………………174
FORUM UNIVERSAL DE LAS CULTURAS………………………………………….180
TIEMPO DE HACER PLANES………………………………………………………...187
FUEGOS DE AVIVAMIENTO………………………………………………………….191
UNIVERSIDAD Y ACTIVISMO………………………………………………………..194
LA GRADUACIÓN……………………………………………………………………...198
********************************

8
Mario en una sesión de trabajo en el Congreso del Estado de Nuevo León hablando de autismo
INTRODUCCIÓN
Me llamo MARIO ANTONIO LÓPEZ HERRERA, soy Ingeniero en sistemas
Computacionales, egresado del Tecnológico Nacional de México/Instituto
Tecnológico de Nuevo León. He sido líder social y activista por los derechos de las
personas con el espectro autista. Desde mi adolescencia me hice cristiano y Dios
cambió mi vida, aunque tuve épocas en que me alejé de los caminos de Dios, pero
de cada caída me levantaba con una fe más fuerte.
Primero superé mis limitaciones por tener autismo, gracias a mi conversión inicial a
la fe en Cristo, luego tras sufrir una serie de decepciones causadas por la gente de
mi iglesia, me refugié en la filosofía y el humanismo, donde llegué a dudar de la
existencia de Dios. Gracias al mismo estudio de la filosofía, me convertí en un
defensor de las evidencias que demuestran que Dios existe y que Jesucristo es un
personaje histórico. También dominaba ampliamente la historia y la arqueología de
la Biblia.
Tras volver a la fe por varios años y haber leído la Biblia completa varias veces,
incursioné en el estudio de la cábala, la teosofía y el esoterismo; volviéndome un
estudioso de la alquimia y el hermetismo, siendo así, me seguí declarando un

9
seguidor de Cristo, pero no más un evangélico, ya que estudiaba y apreciaba todas
las formas de espiritualidad y religiones.
Estudié el hinduismo, el budismo y la ciencia del yoga; fui lector de la extensas y
eruditas obras de Helena Blavatsky y de Manly Hall; así como un maestro del Tarot,
el cual no es bien visto en el medio evangélico. En esta etapa, una lectura de cartas
me dijo con claridad que debía abandonar el Tarot y regresar a mi fe cristiana
original, lo cual no estaba en mis planes y abandoné para siempre el Tarot.
Yo nací con autismo y por varios años sufrí discriminación para posteriormente,
mediante demandas, ir logrando el reconocimiento de mis derechos. Finalmente, al
abandonar el Tarot, regresé a la fe cristiana, aunque parcialmente, pues todavía
estaba muy influido por la metafísica.
Mediante una serie de situaciones, ingresé a estudiar mi carrera universitaria de
ingeniería en sistemas computacionales, donde, de forma inexplicable logré durante
toda mi carrera mantener en todo la máxima calificación, lo cual me pasó a convertir
en una figura pública, ya que llamó la atención de los medios de comunicación un
caso tan sobresaliente de éxito académico. Así fue como los medios de
comunicación me entrevistaban por ser uno de los alumnos de mayor promedio
académico en mi Estado.
De igual modo, de pronto y sin planearlo, me convertí en abanderado de la defensa
de las personas con autismo, presentando una iniciativa en el Congreso del Estado
de Nuevo León, que posteriormente se convertiría en una ley que otorgaría certeza
jurídica a las personas con dicha condición neurológica.
Gracias a mi lucha social, los niños con autismo eran admitidos en escuelas
regulares y les dejaron de negar la inscripción en los colegios, como antes se
acostumbraba hacer. Esta gesta fue una reforma social que reconozco haber
llevado a cabo por llamado divino, ya que, aunque todavía seguía las enseñanzas
de la metafísica, había regresado a los caminos de Dios, siendo un seguidor de los
Pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez, del mundialmente conocido
Avivamiento de Colombia, quienes me generaron una profunda influencia, siendo
por seis años considerados mis pastores.
Al terminar mi carrera escribí mi primer libro, “Pacto Por El Autismo”, donde exponía
mi historia de vida y compartía enseñanzas de la Biblia mezcladas con las de la
metafísica, planeando dedicarme a la academia, mientras preparaba otros dos
libros: uno de matemáticas y otro de ingeniería informática; sin embargo, Dios
interrumpió mis planes y me llamó a servirle a él y a escribir un nuevo libro con mi
testimonio de vida. En ese tiempo dejé en segundo plano la metafísica y volví
totalmente a considerarme un cristiano como al principio de mis días. Hoy les
comparto mi testimonio de vida, de lo que Cristo ha sido para mí todos estos años
y de mi caminar con Dios, en este mi segundo libro, esperando inspire a otros a
seguir a Cristo con amor y dedicación.

10
Foto de Mario cuando era un niño
UNA “MADRE TULLIDA” Y UN “NIÑO
PROBLEMA”
Decía mi padre, en tono amargo, que Dios lo había castigado con una esposa tullida
y un niño problema. Mi madre tenía artritis y yo autismo, así empieza la historia.
El trastorno del espectro autista es una condición relacionada con el desarrollo del
cerebro, que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con sus
semejantes, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El
trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El
término “espectro” en el trastorno del espectro autista, se refiere a un amplio abanico
de síntomas y gravedad.
El trastorno del espectro autista comprende afecciones que anteriormente se
consideraban independientes, como el autismo, el síndrome de Asperger, el
trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de trastorno
generalizado del desarrollo. Algunas personas aún utilizan el término “síndrome de

11
Asperger”, que generalmente se considera que está en el período final leve del
trastorno del espectro autista.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia, y a
la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en
situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas
de autismo en el primer año. Un número reducido de niños, parecen desarrollarse
de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre
los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas de autismo.
Si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento
intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
En mi caso yo no tuve esa ventaja, ya que no tuve acceso a un diagnóstico temprano
y me diagnosticaron Síndrome de Asperger hasta pasados los 30 años de edad.
Foto de los padres de Mario
Nací en Guaymas, Estado de Sonora, en México, de madre originaria de Monterrey
(México) y padre español. Inicialmente nos fuimos a vivir a San Diego, en California,
donde estudié mis primeros años rodeado de las mejores atenciones de maestros
y psicólogos, ya que yo tenía necesidades especiales de aprendizaje que me
detectaron a tiempo y supieron atender.
No obstante, los señalamientos de que en Estados Unidos son racistas hacia los
mexicanos, ese nunca fue mi caso y siempre fui muy bien querido en esa escuela

12
americana, donde, por cierto, se hacía oración cada mañana en clase antes de
empezar las actividades.
Tiempo después nos fuimos a vivir a España, donde las cosas cambiaron. En
España enfrenté mucho racismo por ser mexicano (aunque tenía la doble
nacionalidad española), además en la escuela nunca hubo la conciencia de la
necesidad de adaptar la enseñanza a mis necesidades especiales de aprendizaje,
antes bien toda esa etapa viví bajo la amenaza de ser expulsado de la escuela por
inadaptado y ser llevado a algún colegio internado lejos de mis padres.
Toda esa etapa viví con miedo, quería ser normal y portarme bien, pero cada intento
era infructuoso y los reproches hacia mí eran continuos, junto con las amenazas de
abandonarme en un internado para siempre.
Durante nuestra estadía en España, mi madre enfermó de artritis y quedó
imposibilitada para caminar, teniendo que depender de un bastón y unas muletas,
así como de una silla de ruedas. Esta situación fue muy dura para mí de sobrellevar.
Años después mi madre, quien tenía ya una relación matrimonial muy desgastada
con mi padre, se vino a vivir a Monterrey, México, con su hermana y yo me vine con
ella. Tiempo después encontraría que lejos de mejorar las cosas, el problema
seguía, yo no me adaptaba y sufría el rechazo y maltrato de mis tíos y mis primos.
En esta época mis padres se reconciliaron y de pronto se veía que íbamos a ser
una familia unida y feliz, cuando de pronto mi padre falleció en una visita a
Monterrey, poco antes de volar a España. Dicha situación sumió a mi madre en una
depresión de la cual nunca se recuperó y finalmente la llevó a la muerte años
después.
Mi madre buscó ayuda para mí por todas partes, primero acudimos a un brujo que
no nos resolvió nada. Luego acudimos a psiquiatras donde me dieron todo tipo de
diagnósticos y tratamientos. Se dijo que yo tenía esquizofrenia y me dieron
antisicóticos que me sumieron en un letargo, luego dijeron que tenía epilepsia y de
nuevo me dieron medicamentos que me pusieron peor. Vivía acostado, dormido y
aletargado por las pastillas. Para romper ese letargo solía salir unos momentos a
caminar alrededor de mi casa y ahí empecé a pedirle a Dios que tuviera piedad de
mí.
Veía películas de la vida de Jesús y cómo él sanaba a los enfermos, lo cual me
ponía triste, porque pensaba que él ya no estaba con nosotros en este tiempo y que
sólo escuchaba las oraciones de algunos escogidos. De este modo veía muy remota
la posibilidad de poder ver algún milagro en mi vida, como esos que aparecían en
la Biblia.
Un día a mi madre la invitaron a una misa carismática con un padre o sacerdote que
sanaba a los enfermos y al acercarse el cura a hacer oración por mi mamá, quien
estaba en silla de ruedas, esta le dijo “no pida por mí, pida por mi niño que está

13
endemoniado”, el padre lo hizo y al día siguiente nos invitó a la casa donde se
quedaba e hizo oración por mi mamá, la cual sanó de su artritis ante mis ojos llenos
de sorpresa, pues me habían enseñado que los milagros ya se habían acabado, es
decir que Jesús ya no estaba con nosotros y dejó de hacer milagros.
Mario abrazado de su madre
Mi madre siguió deprimida y con el tiempo recayó en su artritis, pero yo había
empezado a buscar a Dios pidiéndole un milagro para mi vida. En ese tiempo dos
amigas de mi madre, que la conocían desde la juventud, la empezaron a visitar cada
semana para orar por ella y hablarle de la Palabra de Dios. Ellas no eran católicas,
eran cristianas evangélicas.
Ellas testificaban de gente que había dejado las drogas por su conversión a Cristo,
que de forma milagrosa habían salido de la cárcel, de personas que habían sanado
de su enfermedad y de gente que, tras venir a los caminos de Dios, habían visto
restaurado su matrimonio cuando estaban al borde del divorcio.
Desgraciadamente, en mi madre no causó gran efecto el mensaje de la Palabra,
pero yo sí tuve un momento en el cual les pedí que orasen por mí y me dieran el
mensaje de la Palabra de Dios, lo cual hicieron y aseguraron que mi condición no
era imposible para Dios y que, si creía, él me cambiaría mi vida.

14
Mario es entrevistado sobre el tema del autismo y la inclusión en el programa “Así Somos” por la reconocida
conductora Cristina Torres de Dominio Radio
SEMBRANDO LA SEMILLA DE VIDA
Las señoras que trajeron a mi casa la luz del Evangelio de Cristo, eran Mercedes
Calderón y Arminda De La Fuente, mujeres sencillas que vieron una necesidad y
que, aun sabiendo que no tenían oro ni plata que ofrecer, tenían un tesoro mucho
más valioso: las buenas noticias del Evangelio del Reino de Dios. Ellas sabían que
la semilla sembrada, en su tiempo daría su fruto adecuado y así fue.
La semilla que sembraban, no es otra cosa que el mismo mensaje que se puede
leer en la historia sagrada que se encuentra en la Biblia, es la historia del trato de
Dios para con el ser humano, con la finalidad de ofrecerle la redención de una vida
sin sentido, de una vida de maldad y sobre todo de una vida alejada de los caminos
de Dios.
La Biblia inicia explicando, muy posiblemente con metáforas y mitos, cómo Dios en
un principio formó al hombre y a la mujer (Adán y Eva), a su semejanza y el propósito
inicial era que el hombre fuera uno con Dios. Así fue como Dios puso al primer

15
hombre y a la primera mujer en un huerto perfecto, llamado el Jardín del Edén o el
Paraíso. En este lugar Dios y el ser humano tenían una estrecha relación de amor
y compañerismo, la cual se rompió el día que Adán y Eva decidieron ser
independientes de Dios, es decir creyeron que podían ser iguales a Dios y vivir su
vida teniendo los mismos logros sin necesidad de Dios.
A partir de aquí fueron expulsados del Paraíso y una vida de miseria se presentó
por delante. La enfermedad, la tristeza, la pobreza, el odio y finalmente la muerte,
fueron los frutos que entraron a formar parte de la ecuación de una vida sin Dios. A
partir de aquí, se da en la Biblia una línea de sucesión de personas justas que, en
medio de una generación sumida en la desesperanza, buscaron a Dios, y él los
preservó de las desgracias que el resto de la humanidad enfrentaba.
En Génesis 6, el ser humano había caído tan bajo, que Dios vio necesario traer un
diluvio que destruyera toda la vida en la Tierra, con el fin de poder llevar a cabo un
urgente reinicio. Así fue como Dios preservó la vida de Noé y su familia en un arca
en medio de una hecatombe.
Al salir del arca, Noé y sus hijos poblaban nuevamente la Tierra, y es así como en
el libro de Génesis, encontramos una tabla de naciones formadas a partir de los
descendientes de Noé. Tiempo después, Dios llamó a un descendiente de Noé,
llamado Abraham, a salir de su tierra sin rumbo, hacia un lugar que Dios le
mostraría.
Abraham, con el tiempo, llegó a una tierra llamada Canaán, la cual Dios le prometió
que sería de su descendencia, y que dicha descendencia sería una nación de la
cual nacería un Salvador que redimiría al hombre de sus pecados.
La descendencia de Abraham fue 400 años esclavizada en Egipto, donde un día
Dios los sacó de ahí mediante tremendos milagros y los introdujo en la tierra de
Canaán, no sin antes darles leyes y preceptos a cumplir, para que sus días fueran
de bendición. En Canaán se establecería la nación de Israel, la cual pasó por toda
una historia de momentos de fidelidad a Dios, y también de tiempos en que se apartó
de sus caminos para posteriormente volver. Por siglos, en Israel la Biblia se fue
escribiendo, hasta un día ser lo que hoy conocemos.
Las Escrituras de los hebreos señalaban la venida de un Mesías, y es así como un
día la historia sagrada dice que una mujer virgen concibió por obra del Espíritu Santo
una criatura, a quien puso por nombre Jesús.
La Biblia enseña en Colosenses que Jesucristo es la imagen visible del Dios
invisible, él es el principio por el que todo fue creado y en el Evangelio de San Juan
se expresa que en el principio existía el Verbo, que era con Dios y a su vez era Dios,
y que dicho Verbo se hizo carne, es decir tomó forma humana. Era pues Jesucristo
lo que en sanscrito se denomina un avatar: Dios en forma humana.

16
Nació Jesús en un pesebre, donde una estrella posó, ya que previamente un grupo
de astrólogos y magos habían visto una señal en el cielo, que anunciaba el
nacimiento de un Rey Celestial. Esta estrella era posiblemente una conjunción que
realmente existió, y que en 1952 el erudito alemán Shnabel encontró en unas
tablillas antiguas, procedentes de la Escuela Astrológica de Sippar, donde hay una
noticia de una conjunción de Júpiter y Saturno en la Constelación de Piscis, esto en
el año 7 antes de Cristo; porque se ha dicho que Cristo nació unos siete años antes
de la época que tenemos establecida.
Siglos atrás, Juan Kepler había propuesto la existencia de esta conjunción y la había
fechado en el año 7 antes de Cristo, agregando a dicha conjunción el planeta
Mercurio, que es el perfecto regente de los viajes y el estudio. Fue hasta 1952
cuando las tablillas babilónicas confirmaron las afirmaciones de Kepler.
Fue esta conjunción del planeta Júpiter, que es el astro de la grandeza y de la
expansión, en conjunto con Saturno, el planeta del sufrimiento, junto a Mercurio;
ubicados en Piscis, la casa de la era zodiacal que estaba a punto de ser inaugurada
con la venida de este gran rey sufriente. Así llegaron los magos de oriente, siguiendo
esta señal del cielo, la cual posó justo encima de un humilde pesebre en Belén de
Judá. Aquí había nacido un niño humilde, el cual fue visitado por estos magos,
quienes le trajeron obsequios muy caros: oro, incienso y mirra.
No caigamos en la idiotez de pensar que eran tres reyes, que depositaron tres
cofrecitos con una modesta cantidad de oro, de incienso y mirra. Los expertos en
la Biblia piensan que podía tratarse de un grupo de magos inmensamente ricos,
viajando en una gran caravana de camellos con un significativo cargamento de oro
y de fastuosos regalos, que fueron suficientes para asegurar que el joven matrimonio
de José y María, serían lo suficientemente solventes para poder costear un viaje de
unos 15 años a Egipto, la educación de Jesús en las mejores escuelas de Egipto y
su retorno a Judea, así como la continuidad de su vida hasta su muerte y ascensión.
Jesús era humilde, es decir modesto; pero no era pobre, Él tenía recursos y prueba
de ello es que el día de su muerte, su túnica fue rifada por los soldados romanos.
Al nacer Jesucristo, el Rey Herodes, temiendo que la señal en el cielo pudiera
significar el nacimiento de un suplantador, pidió a los versados en las Escrituras que
le dijeran dónde sería que nacería el Mesías y la respuesta fue en Belén. Así
Herodes mandó matar a todos los bebitos de Belén, para evitar que un día Cristo
fuera a quitarle su reino. Para este tiempo José fue avisado en sueños de huir con
María y el niño a Egipto, de modo que estuvo a salvo hasta su adolescencia.
De la adolescencia y juventud de Jesucristo, la Biblia no dice nada, aunque los
evangelios apócrifos, nos llevan a pensar que estuvo en estrecho contacto con los
esenios, un grupo discreto de judíos que no aceptaban en su comunidad a
cualquiera. Este grupo, según el historiador Flavio Josefo, estaba en Judea y tenían
otra comunidad en Egipto, con la cual es posible que haya estado Jesús. Eran los
esenios un grupo con conocimientos gnóstico-esotéricos y, posteriormente, sus

17
enseñanzas serían precursoras de las grandes verdades que leemos en los
sagrados evangelios.
En la Biblia encontramos que Jesús había crecido en una familia donde,
posteriormente, José y María tuvieron otros hijos, que serían los hermanos de
Jesús, y terminarían viviendo en Nazareth, ejerciendo el oficio de carpinteros y
creciendo en conocimiento en la sinagoga de su comunidad. Su ministerio empieza
cuando en una boda se acabó el vino y Jesús convirtió el agua en vino.
Jesús empezó a recorrer Tierra Santa haciendo milagros con paralíticos, ciegos y
leprosos, mientras predicaba que las profecías de las Escrituras se habían
cumplido. En Nazareth entró a la Sinagoga y pidió le prestaran el libro del Profeta
Isaías, donde viene una profecía del ministerio del Mesías y proclamó que dicha
profecía se acababa de cumplir. La profecía está en el libro del Profeta Isaías,
capítulo 61, y dice así:
“El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahveh.
A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones
rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad.”
Jesús vino a enseñar de una forma muy radical que Dios amaba a la gente pecadora
y marginada y no hacía acepción de personas. Su predicación la dirigió a que
ladrones, agiotistas, prostitutas y gente humilde supiera que podían acercarse a
Dios y que éste les era propicio. Su predicación causó que mucha gente
considerada de la “plebe” le siguiera y abandonara sus malas costumbres.
Históricamente, los grandes avivamientos de la religión han surgido justamente en
las cárceles, en las tabernas, entre las prostitutas y ahí se ha expandido el Evangelio
como fuego sobre la pólvora.
Esto puso en gran molestia a los “respetables” líderes religiosos de la época,
quienes empezaron a ver con muchos celos a Jesús, y su predicación se empezó a
volver una amenaza para ellos. Es así como una serie de sucesos llevó a que estos
líderes sobornaran a un discípulo de Cristo, llamado Judas, para que a cambio de
30 piezas de plata lo traicionase y lo pudieran arrestar. Jesús fue acusado de
blasfemia, por decir que era Dios, y de traidor al poder romano, ya que como Rey
de los Judíos, que pretendía ser, se oponía al César, quien en ese tiempo tenía a
Judea como una provincia romana. Así fue Jesús condenado a la crucifixión.
La doctrina cristiana nos enseña que la paga del pecado es muerte y que Jesús
tomó nuestro lugar al morir por nosotros y hacer expiación por nuestros pecados,
haciendo posible la reconciliación con el mismo Dios, que siglos atrás, por causa
del pecado, había expulsado al hombre del paraíso.
Es así como tres días después, unas mujeres que seguían a Jesús, fueron al
sepulcro, a llevar unas ofrendas, cuando encontraron dicho sepulcro abierto y entre
los jardines vieron a Jesús vivo de nuevo. Pronto Jesús se apareció al resto de sus

18
discípulos y luego a más de 500 que lo vieron resucitado; mientras les dio como
mandamiento ir por todo el mundo a hacer discípulos, y enseñarles que guarden las
cosas que él les había enseñado. Jesús ascendió al cielo y unos ángeles se
aparecieron a sus discípulos, anunciando que, así como lo vieron ascender, lo
verían regresar al final de los tiempos, para juzgar a la humanidad.
Una vez que Jesús ya no estuvo con sus discípulos, éstos formaron una comunidad
en la cual siguieron enseñando sus mismos principios, los cuales eran ir a buscar
más personas a quienes convertir en discípulos. Es así como en la Biblia se escribió
el libro de los Hechos de los Apóstoles, donde se narra cómo surge la Iglesia en
Jerusalén y esta empieza a crecer y crecer, hasta empezar a enviar misioneros a
otros lugares cercanos y luego hasta lugares muy remotos.
Con el último capítulo del libro de los Hechos de los Apóstoles, se cerró la historia
de la Biblia, pero posteriormente surgió un extraordinario historiador de nombre
Eusebio de Cesarea, el cual escribiría la Historia de la Iglesia, recopilando las
crónicas de los primeros siglos de la expansión del cristianismo, hasta haber
alcanzado a extenderse el culto a Cristo, por todo el Imperio Romano. Eusebio parte
del libro de Hechos, donde tras la Ascensión de Cristo, expone que los milagros en
la comunidad cristiana no terminaron, antes bien continuaron por mano de los
apóstoles y de los diversos creyentes, para que, tras la muerte del último apóstol,
continuar siendo parte de la vida de la iglesia.
Uno de los aspectos que la presentación de la Biblia me hizo entender, es que el
punto de vista que sostenía la Iglesia Católica, de que necesitamos realizar buenas
obras para llegar a alcanzar los suficientes méritos para poder acceder a Dios, es
falso y contrario a la Biblia; pues ésta señala que la Salvación y Redención que Dios
nos da, es un regalo que no depende de las obras que hayamos hecho. En la Biblia
encontramos que Jesucristo no vino a buscar a justos, sino a pecadores, para
invitarles al arrepentimiento. Fueron ladrones, borrachos, usureros y prostitutas,
muchos de aquellos a quienes vemos en la Biblia que seguían a Jesús, y vemos
que sus vidas cambiaron, a raíz de haberse convertido en sus discípulos.
Este, a grandes rasgos, es el mensaje de la Biblia, que con gran cariño me
presentaron las amigas de mi madre, Mercedes y Arminda; y fue así que ellas me
presentaron en ese tiempo a un pastor, de nombre Rubén Lozano, para que, como
se dice en el medio evangélico, me discipulase; es decir, me introdujera en la
doctrina cristiana y me enseñara en los caminos de Dios. El Pastor Lozano era muy
conocido en el medio evangélico de Monterrey, por tener un ministerio de liberación,
es decir era exorcista, y según él yo estaba endemoniado, lo cual con el paso de los
años he puesto seriamente en duda, como he puesto los diagnósticos de los
médicos y psicólogos. Fue así que, en la primavera de 1994, me convertí a Cristo y
empecé a asistir a la Iglesia Metodista La Trinidad, en el centro de Monterrey.

19
Mario en un día de trabajo en el Tecnológico de Monterrey
VIDA NUEVA EN CRISTO
Convertirme en cristiano fue solamente una decisión, fue pedirle a Cristo en oración
que fuese el Señor de mi vida y confesar públicamente mi decisión, después fui
bautizado. Tenía catorce años cuando le di mi vida a Cristo y fue en el año 1994.
Llegué a los caminos de Dios desesperado por que no podía ser normal, no podía
integrarme a la sociedad. En aquel momento había abandonado la escuela con solo
sexto de primaria, pues al ingresar a secundaria, los alumnos más grandes que yo,
me cobraban una cuota de $10 pesos diarios, a cambio de no golpearme y por ello
me rebelé y decidí no estudiar más. En mi barrio no podía salir a la calle, pues los
chicos de la cuadra me querían golpear. La relación con mi madre era un infierno y
vivía empastillado con unos medicamentos que causaban letargo.
Al convertirme a Cristo dejé para siempre los medicamentos y nunca volví a estar
aletargado, superé de forma total la agresividad, aunque siempre he seguido siendo
muy dado al enojo. De igual manera respeté a mi madre y dejé de pelear con ella.

20
Un año después me inscribiría en una secundaria abierta, es decir, no escolarizada
donde estudié tanto la secundaria como la preparatoria desde mi casa.
Mi vida era ir cada domingo y entre semana a las reuniones de la iglesia donde hice
muchos amigos, algunos de ellos fueron amistades para toda la vida. En la iglesia
pude constatar una y otra vez que los milagros no se terminaron en tiempos de
Cristo, antes bien seguían sucediendo, conocí casos de mujeres estériles que
pudieron embarazarse, casos de personas sanadas de cáncer, de SIDA y diabetes.
También personas con milagros económicos, es decir, gente que tuvo una
necesidad económica y de forma inesperada Dios se la suplió.
Iglesia Metodista La Trinidad en Monterrey, donde Mario conoció el Evangelio
Era normal conocer gente con un testimonio de esclavitud a las drogas, al alcohol o
la pornografía, que, convertidos a Cristo habían dejado sus malos hábitos. También
sucedía que personas a punto del divorcio, tras convertirse a Cristo enderezaban
sus matrimonios. El mensaje era que nada es imposible para Dios.
Haberme hecho cristiano marcó mi vida para siempre y considero que me dio los
elementos para tomar las mejores decisiones a lo largo de mi vida, evitando
perderme en los vicios o en el vacío existencial. Fue el cristianismo el que me dio
propósito de vida y en Cristo tuve un motivo para ser diferente. Esta es la
experiencia cristiana de la cual con los años he comprobado que abundan
testimonios favorables de muchas personas que la han experimentado.
Por experiencia cristiana entiendo el estado mental, espiritual y emocional, que se
genera en las personas como resultado de haberse convertido a la fe en Cristo y los

21
cambios que dicha experiencia genera. De inicio, podemos decir que la experiencia
cristiana es algo meramente subjetivo del individuo, pero el caso es que individuo
tras individuo, que tienen esta experiencia, nos ofrecen testimonios similares, que
hacen que, tras los hechos subjetivos de una conversión religiosa, se puedan
establecer fenómenos muy objetivos y medibles.
Los testimonios de millones de personas que se han convertido a Cristo son
demasiado parecidos, sin importar la época, lugar y contexto donde se hayan dado.
Estos testimonios confirman que la fe en Cristo y la experiencia cristiana, satisfacen
las necesidades existenciales y espirituales de las personas, sin importar su edad,
raza o nivel socioeconómico; con esto queda claro que la fe cristiana es válida para
el día de hoy, como lo fue hace siglos.
Un gran ejemplo de lo que la experiencia cristiana puede hacer en la vida de una
persona, lo tenemos en San Agustín de Hipona, quien ha pasado a la historia como
uno de los grandes teólogos y Padre de la Iglesia, al ser figura central en la
patrística.
San Agustín de Hipona
Aurelio Agustín nació en Tagaste, en el África romana, el 13 de noviembre de 354.
Su padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su
madre, la dulce y abnegada cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo
y educó a su hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo.
El niño, según él mismo cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y
díscolo, aunque excepcionalmente dotado. Romaniano, mecenas y notable de la
ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a quien repugnaba el griego,
prefería pasar su tiempo jugando con otros chicos. Tardó en aplicarse a los estudios,

22
pero lo hizo al fin, porque su deseo de saber era aún más fuerte que su amor por
las distracciones; terminadas las clases de gramática en su municipio, estudió las
artes liberales en Metauro y después retórica en Cartago.
A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un hijo al que
pusieron por nombre Adeodato. Los excesos de Agustín continuaron y se
incrementaron con una afición desmesurada por el teatro y otros espectáculos
públicos, así como la comisión de algunos robos. Esta vida le hizo renegar de la
religión de su madre. Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó
su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus intereses le
inclinaban hacia la filosofía, y en este territorio encontró acomodo durante algún
tiempo en el escepticismo moderado, doctrina que obviamente no podía satisfacer
sus exigencias de verdad.
San Agustín en su celda, pintura de Sandro Botticelli
En 384 encontramos a San Agustín de Hipona en Milán, ejerciendo de profesor de
oratoria, donde escuchó los sermones de San Ambrosio, Arzobispo de Milán, que
partía de Plotino, para demostrar los dogmas y a quien San Agustín seguía con
delectación, quedando "maravillado, sin aliento, con el corazón ardiendo". A partir
de la idea de que “Dios es luz, sustancia espiritual de la que todo depende y que no
depende de nada”, San Agustín comprendió que las cosas, estando
necesariamente subordinadas a Dios, derivan todo su ser de Él, de manera que el
mal sólo puede ser entendido como pérdida de un bien, como ausencia o no-ser, en
ningún caso como sustancia.
Dos años después, la convicción de haber recibido una señal divina (relatada en el
libro octavo de las Confesiones), lo decidió a retirarse con su madre, su hijo y sus
discípulos a la casa de su amigo Verecundo, en Lombardía, donde San Agustín
escribió sus primeras obras. En 387 se hizo bautizar por San Ambrosio y se

23
consagró definitivamente al servicio de Dios. En Roma vivió un éxtasis compartido
con su madre, Mónica, que murió poco después.
En 388 regresó definitivamente a África. En el 391 fue ordenado sacerdote, en
Hipona, por el anciano obispo Valerio, quien le encomendó la misión de predicar
entre los fieles la Palabra de Dios, tarea que San Agustín cumplió con fervor y le
valió gran renombre; al propio tiempo, sostenía enconado combate contra las
herejías y los cismas que amenazaban a la ortodoxia cristiana.
San Agustín y su madre Santa Mónica, de Ary Scheffer
Tras la muerte de Valerio, hacia finales del 395, San Agustín fue nombrado obispo
de Hipona; siendo que desde este pequeño pueblo de pescadores proyectaría su
pensamiento a todo el mundo occidental. Dedicó numerosos sermones a la
instrucción de su pueblo, escribió, ejerció a la vez de pastor, fue administrador,
orador y juez. Al mismo tiempo elaboraba una ingente obra filosófica, moral y
dogmática. Entre sus libros destacan los “Soliloquios”, las “Confesiones” y “La
Ciudad De Dios”, extraordinarios testimonios de su fe y de su sabiduría teológica.
Al caer Roma en manos de los godos de Alarico, se acusó al cristianismo de ser
responsable de las desgracias del imperio, lo que suscitó una encendida respuesta
de San Agustín, recogida en “La Ciudad De Dios”, que contiene una verdadera
filosofía de la historia cristiana.
Un caso más reciente del poder transformador de la experiencia cristiana es el del
escritor Giovanni Papini. Papini nació en Florencia, el 9 de enero de 1881. Él mismo

24
narró su penosa infancia y juventud en un libro autobiográfico de 1913, que tituló
“Un Hombre Acabado”. De formación autodidacta, hacia los veinte años se reveló
como periodista de clase y garra, escribiendo en publicaciones de las que era
fundador y director, tales como “Leonardo”, “L´Anima”, “La Voce”, “Lacerba” y otras.
También ejerció como redactor jefe de “Regno”, diario nacionalista florentino.
Por aquellos años se vivía en Italia una revolución republicana y anticlerical, que iba
desde las calles a los palacios. Un hecho concreto, referido por José Miguel Velloso,
nos da la medida de aquel año 1881, nacimiento de Papini: Se trasladaban los
restos del Papa Pío IX de la Basílica de San Pedro a la de San Lorenzo, mientras
la multitud entonaba canciones, al tiempo que se oían los gritos de: “¡Al río el Papa!”,
“¡Muera el Papa!”, “¡Mueran los curas!”. Un periódico de la época reseñó el
acontecimiento con las siguientes palabras: “Roma vio al papado arrastrado por las
calles de la ciudad ante el escarnio de la gente”.
Giovanni Papini
El padre de Papini se contaba entre los anticlericales y ateos de la época, y en este
ambiente creció el autor de “Gog”. En 1906 salen los primeros libros importantes de
Papini: “El Crepúsculo De Los Filósofos” y “Lo Trágico Cotidiano”. Su último libro
fue “Juicio Universal”, una obra fuera de lo común. Mérito de esta obra, entre otros,
es que Papini, privado de casi todos los sentidos a causa de una desastrosa
enfermedad, fue dictando trabajosamente las palabras, una a una, a su nieta Anna
Paszkowski. Con una increíble tenacidad y resistencia al dolor, poco antes de morir
el 8 de julio de 1956, escribió: “Yo muero un poco cada día, según el módulo
homeopático, pero espero que Dios me concederá la gracia, a pesar de mis errores,
de alcanzar la última jornada con el ánimo entero”.

25
Su libro “Gog”, es conmovedor, todo el espíritu de combate de Papini se concentra
en dicha obra, que encarna a un personaje temible, caricatura del Anticristo, el cual
esconde el alma del diablo. Se trata de una obra cínica, una obra de dolor, con un
claro mensaje: El ser humano, insatisfecho y hastiado después de vivir hasta el
límite, tras haberlo experimentado todo, sólo tiene un punto de salvación: Cristo.
En 1921 Papini, que hasta entonces se había mostrado agresivamente ateo, tras
algunos años de hondas y profundas reflexiones religiosas y espirituales, sumido en
una lectura devoradora de la Biblia, más concretamente del Nuevo Testamento,
asombra al mundo con la publicación de un libro que marca su conversión al
cristianismo: “Historia De Cristo”.
Hasta aquellos años del siglo XIX, la historia de Cristo había sido contada
centenares de veces en todos los idiomas, por autores que pensaban
diferentemente, pero la obra de Papini era y sigue siendo única. Nadie había escrito
hasta entonces con tanta pasión, tanta profundidad dialéctica y tanta alegría
testimonial.
Si el lector de este siglo XXI desea desprenderse de los escombros que autores
improvisados e interesados amontonan sobre Cristo; si quiere leer una biografía del
crucificado auténtica, cercana y revolucionaria; no existe otra como la “Historia De
Cristo” contada por Papini. Este libro convirtió a Papini en un escritor de reputación
mundial. Inmediatamente fue traducido a los principales idiomas.
De negación en negación, Papini quiso llegar al ateísmo integral. Pero Cristo le
esperaba, como a la samaritana junto al pozo de Jacob. Como Saulo, Papini vio la
luz del cielo, de sus ojos cayeron escamas y recobró la vista. Esta “Historia De
Cristo” es el fruto primerizo de la nueva etapa del autor. Dos años después de la
“Historia De Cristo”, en 1923, Papini escribe “Segundo Nacimiento”, libro poco
conocido, que explica la conversión: “De Dios no se puede huir -escribe Papini-. Si
le afirmas, le amas; si quieres suprimirle, le reconoces. Se diga lo que se diga, no
se hace sino hablar de Dios. ¿Y de qué otra cosa se podría hablar sino de Dios?”.
Como narrador, Papini está considerado gran maestro de la prosa italiana. La obra
papiniana ha tenido divulgación y resonancia en el mundo entero. Ciento cincuenta
traducciones en diversidad de lenguas, entre ellas el japonés, el chino, el árabe, el
yiddish y el maltés. La temática religiosa está presente en casi todos sus escritos.
Ateo, anárquico y antirreligioso, Papini entró por vez primera en su vida a una
iglesia, templo católico en la plaza de la Santa Anunciación, en Florencia. Había
salido a comprar periódicos. Contempló el edificio religioso y decidió cruzar el
umbral. Lo que vio le impactó. Cuenta: “Jamás había sentido algo parecido. En ese
santuario reencontrado después de tantos años, mi dura tristeza se deshacía; mi
corazón terco se sentía, a pesar suyo, llamado hacia una infancia olvidada, hacia
un paraíso posible; y mi cabeza me decía: tal vez. Pero, entretanto, se inclinaba
como las otras, sin darse cuenta de ello (…) Y cuando el órgano estalló de nuevo

26
en cascadas sonoras, invocando la piedad de Dios con toda su poderosa voz,
cubriendo de terror a las criaturas arrodilladas, volví a sentir la necesidad impulsiva
de gritar con el instrumento: “¡Si; yo también lo quiero! ¡Que un Dios existe en el
cielo y me plegaré yo también bajo su mano!”
Portada de “Historia De Cristo” publicada por Editorial Porrúa
En una biografía de breves páginas, el rumano Vintila Horia divide la vida de Papini
en tres grandes fragmentos: “Su juventud representada por un hombre acabado; su
conversión, que va a parar en “La Historia De Cristo”, y todo el resto, que se
concentra alrededor de la idea del “Juicio Final”, el libro que llenó todos sus
esfuerzos y con sus gemidos toda la madurez y la vejez de Papini”.
Una experiencia similar, casi exactamente igual, vivió en 1968, en París, el escritor
y periodista francés André Frossard. Hijo de padre judío y de madre protestante. A
los 20 años Frossard cuenta que no sentía “curiosidad alguna por las cosas de la
religión”. Se declaraba “ateo tranquilo”. No buscaba a Dios, pero Dios lo buscaba a
él. El milagro de su conversión se produjo un 8 de julio a las cinco de la tarde.
Frossard había abandonado la redacción del periódico en el que trabajaba,
acompañado por un amigo católico. Viajaban en un viejo coche. Al llegar al Barrio
Latino, el amigo detuvo el coche ante la puerta de un templo católico. Dijo a Frossard
que le esperara, sentía necesidad de orar unos minutos. Los minutos pasaban y el

27
amigo no regresaba. Frossard decidió entrar. “Empujé la puerta de hierro para
examinar más de cerca como dibujante o como mirón”, cuenta. Allí tuvo lugar lo que
él mismo llama “el deslumbramiento de julio”, que describe así: “Habiendo entrado,
a las cinco y diez de la tarde, en una capilla del Barrio Latino en busca de un amigo,
salí a las cinco y cuarto en compañía de una amistad que no era de la tierra”.
Al año siguiente, 1969, el libro más vendido en Francia fue el escrito por André
Frossard para contar su experiencia de conversión: “Dios Existe, Porque Yo Lo
Encontré”, era el título. Igual le ocurrió a Papini. También él entró por pura curiosidad
a un templo católico en su Florencia natal y salió transformado espiritualmente, de
ateo a cristiano.
Un testimonio que ya es clásico y ha dado la vuelta al mundo es el de Nicky Cruz,
de quien se ha hecho una película y se han escrito libros. Nicky no es un caso de
un intelectual ateo, como los casos anteriores, antes bien es el testimonio de un
expandillero. Cruz fue criado por sus padres, los cuales
practicaban brujería y espiritismo. Ellos lo atormentaban mentalmente diciéndole
cosas como "Hijo de Satanás". El barrio donde él vivía era uno de los peores
en Puerto Rico y Nicky siempre se estaba metiendo en problemas. Era una persona
muy violenta.
El 1 de enero de 1955 -cuando Nicky tenía 16 años- sus padres lo mandaron a vivir
con su hermano mayor en Nueva York. Se mudó a Fort Greene, Brooklyn, a un
complejo de vivienda con más de 30,000 habitantes puertorriqueños y
afroamericanos.
En los guetos de Nueva York, como Fort Greene, la vida es muy difícil, y unirse a
una pandilla era una de las pocas opciones que los adolescentes tenían para poder
sobrevivir. En poco tiempo Nicky se hizo líder de la pandilla. Este puesto era
importante, porque es el que se reúne con sus homólogos de otras pandillas, para
discutir detalles sobre las peleas, por ejemplo, la hora y cuáles armas serán
utilizadas. Para 1958, Nicky estaba metido en robos y homicidios, así como también
con drogas.
El Pastor David Wilkerson estuvo en el vecindario de Nicky predicando, cuando
Nicky se encontró con él. Nicky amenazó de muerte a Wilkerson, pero lo que más
le impactó fue lo que el Pastor le contestó "Podrías hacerlo, podrías cortarme en mil
pedazos y arrojarlos a la calle, por eso no dejaré de anunciarte que Jesús te ama",
esto conmovió mucho a Nicky, pero él se mostraba duro, ahí fue cuando empezó a
experimentar el amor de Dios. Luego por la tarde, el señor Wilkerson dio la vuelta
por la base de la pandilla de Nicky donde el joven le cayó a golpes.
Dos semanas después, el Pastor volvió al barrio para una reunión evangélica.
Cuando el joven Nicky se enteró, decidió que iba a asaltar a Wilkerson de nuevo,
esta vez con otros miembros de su pandilla. La reunión se estaba llevando a cabo
en el "St. Nicholas Boxing Arena" y ahí era donde Nicky iba a ir. Según Nicky,

28
cuando llegó, algo extraño le pasó a su cuerpo. Empezó a sentirse culpable por los
acontecimientos y se puso a orar. Wilkerson oró con Nicky y el joven le pidió
a Dios que lo perdonara. También le pidió perdón al Pastor.
El siguiente día Nicky se entregó a la policía con todas sus armas. Rápidamente
comenzó a estudiar la Biblia y se matriculó en la escuela. Luego se convirtió en un
predicador y volvió a su barrio de niñez, donde les predicó a los otros miembros de
su pandilla para que aceptaran a Jesucristo como su salvador.
De izquierda a derecha, David Wilkerson acompañado de Nicky Cruz
Más tarde se preparó en un instituto bíblico, donde conoció a Gloria, quien es su
esposa. Se dedicó a ayudar a jóvenes, niños y muchachas con problemas de
drogadicción. Nicky fundó "Nicky Cruz Outreach", un programa con el propósito de
proveer ayuda para los adolescentes con problemas en la vida. El programa ha
tenido mucho éxito y tiene sucursales en Estados Unidos, América Latina y Europa.
También fundó varios centros de rehabilitación para los drogadictos.
En 1970 se editó una película sobre la vida de Nicky Cruz titulada “La Cruz y El
Puñal”, la cual incluye a Pat Boone como el Reverendo David Wilkerson y Erik
Estrada como Nicky Cruz. En febrero de 2000, un especial de televisión sobre Nicky
Cruz, titulado “Corre Nicky, Corre”, fue presentado en Estados Unidos.

29
De izquierda a derecha, Nicky Cruz, la portada de “La Cruz y el Puñal” y David Wilkerson
Nicky también hizo un documental de 55 minutos con Art Linkletter llamado "No
Need to Hide". Los siguientes libros sobre la vida de Nicky Cruz han sido editados
en varios idiomas: "La Cruz Y El Puñal", de David Wilkerson, "Corre, Nicky, Corre"
de Nicky Cruz, y "The Gangster Who Cried: The story of Nicky Cruz", de R.J. Owens.
Podría pasar horas y horas narrando casos similares de gente que salió de las
drogas, de gente que su matrimonio era un infierno, de gente que abandonó el vicio
del alcohol, de personas al borde del suicidio y un largo etcétera, pero baste con
esto para establecer que mi caso no fue mas que uno de tantos donde la experiencia
cristiana significó un cambio de vida.
William James dijo “la fe es una de las fuerzas que hacen vivir a los hombres y la
total carencia de ella significa el desplome”.
De igual modo el Doctor Carl Gustav Jung en su libro “El Hombre Moderno En Busca
De Un Alma” dice y cito: “Durante los últimos treinta años me han consultado
personas de todos los países civilizados. He tratado a muchos cientos de pacientes.
Entre todos mis pacientes en la segunda mitad de su vida -es decir, de más de
treinta y cinco años- no ha habido uno solo cuyo problema no fuera en última
instancia el de hallar una perspectiva religiosa de la vida. Puedo decir que todos
ellos se sentían enfermos por que habían perdido lo que las religiones vivas de
todos los tiempos han dado a sus fieles y ninguno de ellos se curó realmente sin
reconquistar esa perspectiva religiosa.”
1994 fue un parteaguas en mi vida, conocer el Evangelio significó encontrar sentido
para vivir y abandonar una vida de sufrimiento, sin esperanza de un mejor futuro.

30
En el Congreso del Estado de Nuevo León, con Ileana Mares de la Asociación Visión en compañía del Diputado
Luis Donaldo Colosio, hijo del reconocido candidato presidencial
PADRE DE HUÉRFANOS
Cuando me convertí en cristiano, encontré las respuestas existenciales que lograron
satisfacer plenamente mis inquietudes y trajeron la paz que mi alma necesitaba. Mi
vida cambió, dejé para siempre los medicamentos y me pude integrar a la sociedad.
Los primeros dos años de mi caminar cristiano, fueron en la Iglesia Metodista La
Trinidad, donde fui inmensamente feliz y tuve la fortaleza para lidiar con un problema
que todavía tenía: la enfermedad de mi madre.
Mi mamá había recibido un milagro y sanó de artritis, pero luego tuvo una recaída
derivada de que ella estaba muy deprimida y sin ganas de vivir, dado que había
quedado viuda. Durante dos años, tuve la esperanza de ver a mi madre sana y que
un día me acompañaría a la iglesia cada semana. Esos dos primeros años de mi fe
en Cristo, mi vida consistía en asistir a la iglesia cada semana. Acudía a las cuatro
reuniones del domingo y vivía pegado como rémora al Pastor Rubén Lozano, quien
me enseñó la Biblia.

31
Mientras tanto mi madre cada día estaba peor. Siempre vivía culpándome de que
su situación la causaba yo. Todos los días me gritaba y en muchas ocasiones yo
me desesperaba y le contestaba, pero mi fe en Cristo me ayudó a no pasar de ahí
y contenerme. Un día, mi madre amaneció paralítica de la mitad de su cuerpo y se
la llevaron al hospital, tenía una embolia. Yo tenía 16 años y me faltaban unos diez
días para cumplir 17. Esa ocasión no paró de regañarme y culparme de que todo lo
que le pasaba era mi responsabilidad, y fue así, cómo sin dejarme ni darle un beso,
se fue molestísima conmigo llevada en su camilla por paramédicos. Al día siguiente
entró en coma y cuando la fui a ver, estaba inconsciente.
Así estuve una semana acompañando a mi madre en una oscura habitación de
hospital, desde cuya ventana podía mirar las montañas de Monterrey, las cuales de
noche tienen antenas con luces que brillan en la obscuridad. En todo esto un
presentimiento me dijo que ella iba a morir, lo cual me angustiaba, pues no sabía
qué iba a hacer con mi vida, pues solo tenía 16 años. Qué pasaría de mí si quedaba
huérfano, era mi gran pregunta. Entonces una paz interior me invadió y me hizo
entender que Dios cuidaría de mí. Días después, mi madre murió y pocos días
después cumplí 17 años.
Al morir mi madre, mandé cremar su cuerpo, y dado que su voluntad era que sus
cenizas se esparcieran en el mar, acudí en compañía de una tía a la Isla del Padre,
en el sur del Estado de Texas, donde en la playa arrojé las cenizas al agua. Desde
ese momento estaba solo. La soledad se hizo mayor, cuando días después me
sucedió algo inaudito: me robaron las joyas de mi madre y rompí con mi tía.
Mi madre tenía una bolsa con diversas joyas de ella y de mi padre, las cuales
consistían en relojes Rolex, Cartier y diversos adornos muy finos. Cierto día, dichas
joyas desaparecieron y sospeché de todos, menos de quien debía sospechar. En
eso, un amigo de la iglesia me pidió que hiciéramos oración, lo cual hicimos, y al
terminar de orar, le mencioné que durante la oración supe quién me había robado,
al decirle el nombre, él me confirmó que le sucedió lo mismo. La persona era mi tía.
Días después acudí a ver a mi tía y le dije: “Dios me dijo que fuiste tú quien me robó
las joyas” y mi tía sorprendida las regresó todas. Esto era algo asombroso para mí,
ya que estaba empezando a experimentar el cuidado de Dios y la respuesta a mis
oraciones. Hay que decir que me fui quedando poco a poco más y más solo, ya que
fui entendiendo que hasta de los propios familiares se podía llegar a sufrir la traición,
y que, realmente, el único en quien se podía confiar era en Dios.
Respecto a mis necesidades, he de decir que durante los siguientes seis meses de
fallecida mi madre, yo vivía al día con el dinero sólo del mes, pero es admirable
cómo de una forma u otra, llegaba siempre la cantidad que yo necesitaba, de modo
que nunca tuve necesidad de nada. Debo decir que Dios fue fiel.
El siguiente año, 1997, Dios me proveyó de forma milagrosa cantidades mayores
de dinero, que me permitieron vivir más holgadamente, sin depender tanto de mi fe

32
para que mes con mes viera la provisión. Debo decir que la provisión no era sólo
para comer y pagar los servicios de mi casa; incluso me compraba ropa del
diseñador Ralph Lauren, que era mi favorita, y siempre había lo necesario para
darme mis gustos finos y caros.
Para este tiempo, debo agregar, que yo tenía mi casa, es decir la casa que me dejó
mi madre, la cual era vieja y necesitaba mantenimiento, además de que la deseaba
remodelar con muebles nuevos. Esto se miraba como algo imposible e impensable;
sin embargo, había empezado a desarrollar mi fe, viendo como cada mes Dios me
proveía. De modo que me atreví a orar a Dios para la provisión necesaria, para
remodelar mi propiedad.
Un día oré a Dios y le dije que le demandaba respondiera a mi oración y que de
forma inmediata activase su plan, para que pudiera empezar a trabajar en la
remodelación de mi casa. No tenía dinero, pero sí la fe de que Dios me había
escuchado.
Esa misma noche sucedió el milagro mientras dormía. Al día siguiente, al despertar,
noté que durante la noche había recibido una llamada que no advertí, y que, al
revisar la contestadora, había un mensaje de una abogada española, que requería
que le llamase. Mi fallecido padre tenía unas propiedades en España, las cuales
tenían comprador y requerían de mi firma. Para este tiempo, ya tenía 18 años
cumplidos y era mayor de edad, así que empezamos a recibir remesas de dinero
una y otra vez durante el año 1998 y 1999.
Durante estos dos años tuve el dinero suficiente para contratar cuantos albañiles,
carpinteros, pintores y proveedores de la construcción en general se requiriesen, de
forma que mi casa fue totalmente transformada. Iba a las mejores mueblerías y
compraba de contado cada uno de los muebles que había anhelado, pero que a su
vez veía como algo inalcanzable.
Un día se me acabó el dinero, cuando a su vez ya había concluido la remodelación,
pero me preguntaba de qué forma iba a sostenerme en el futuro, cuando ya había
gastado o, más bien, invertido mi herencia en remodelar mi casa. Nunca había
trabajado, tampoco sabía cómo buscar trabajo, ni tenía nociones de qué es un
currículum, era una persona con solamente estudios de primaria. ¿Qué iba a hacer
con mi vida?
En septiembre de 1999 me puse a orar y ayunar, para pedirle a Dios su provisión,
ya que me asaltaban dudas tocantes a que, si Dios me había provisto, era porque
había una herencia en España de la cual echar mano, pero ahora dudaba de la
capacidad de Dios para volverlo a hacer, no habiendo ya nada de dónde echar
mano. Una seguridad de que mis oraciones fueron oídas me invadió y, aunque no
veía nada, yo estaba firme de que Dios me había contestado.

33
Una mañana, cuando casi no tenía dinero, encontré debajo de la puerta un pagaré
bancario de una inversión de mi madre por 17,000 dólares, de la cual ni siquiera
había escuchado y que vencía justo en el momento en que la necesitaba. De esta
manera, pude vivir todo el año 2000, mientras terminaba la secundaria en sistema
de educación a distancia, y de la cual me gradué ese mismo verano, para luego
estudiar mi preparatoria unos años después. De esta manera, conocí un aspecto de
Dios que durante el resto de mi vida fui experimentando más y más: El Dios que
provee.
Admito que me ha tomado toda una vida aprender a tener fe y confiar en Dios, y
que, muchas veces cuando creía tener fe plena, se presentaban nuevos retos donde
tuve que educarme otra vez en ejercitar mi fe. También hubo tiempo donde mi fe
faltó, y por esa causa pasé grandes pruebas, las cuales superé una vez retomada
la fe en Dios. Sin embargo, la lección aprendida en mi vida, y que deseo destacar
hoy en este capítulo, es que, en medio de una época de crisis, Dios me permitió
llevar en mi vida una tendencia distinta, donde mientras la gente batallaba para
pagar una renta, ya que veían como imposible comprar una casa, yo no solo tenía
casa, incluso tenía la mejor casa y sin haber hecho el menor esfuerzo para
adquirirla.
Años después, en el año 2009, ya tenía mi preparatoria concluida y se presentó la
recesión mundial que dejó a millones en el más precario desempleo. Para ese
tiempo ya trabajaba y durante un año que duró el desempleo en México, yo nunca
tuve falta de ingresos. También en el año 2020, cuando el mundo fue cerrado en
su totalidad por causa de la pandemia del Coronavirus, y millones se quedaron en
el desempleo, yo estuve “colgando de un hilo”, pero dicho hilo jamás se rompió y
durante toda la pandemia, la provisión de Dios me sostuvo con ingresos suficientes,
de forma que, pasada la crisis, yo hice un recuento de cómo durante todo el año
mis metas personales se lograron mejor aún que si no hubiera habido pandemia.
Pero no nos adelantemos en la narrativa, ya vendrá el momento de hablar de los
años 2009 y 2020, por lo pronto estamos en el año 2000 y cierro este capítulo
destacando que, tras perder a mi madre en el año 1996, cuatro años después, sin
haber trabajado jamás, había logrado económicamente lo que a muchos les tomaba
décadas de esfuerzo y que no siempre lo conseguían alcanzar. Confiar en Dios era
suficiente para que las más complicadas metas se cumpliesen.
A seis años de haberme convertido en cristiano, lejos de renegar, podía dar fe de
que fue la mejor decisión de mi vida y la más acertada experiencia de vida a
experimentar. Ser seguidor de Cristo fue suficiente para que, de ser un débil mental
sin futuro, destinado a ser un inútil el resto de mi vida, ahora había terminado la
secundaria, había dejado para siempre los medicamentos y los médicos, de igual
forma sobreviví la orfandad y económicamente estaba realizado y libre de deudas.
Este era el recuento que podía hacer el año 2000 tras seis años de haberme
convertido a Cristo.

34
Los pastores Ricardo y María Patricia Rodríguez del Centro Mundial de Avivamiento de Bogotá, Colombia; fue su
contacto con ellos lo que inspiró e impulsó a Mario como un reformador social en el Congreso
GENERACIÓN CON PROPÓSITO
Desde mis primeros años de vida, cuando tuve uso de razón, recuerdo que siempre
he tenido la conciencia de que Dios está conmigo. Siempre tuve conciencia de un
Ser Supremo a mi lado, y junto a eso, hubo siempre una fuerte conciencia de un
llamamiento divino.
Cuando yo me convertí en cristiano, sentí muy fuerte que era muy amado por Dios
y, además, mucha gente muy hermosa en la iglesia me lo demostró. Pasado el
tiempo, gente diversa se me acercaba y me daban profecías de parte de Dios,
referente a que él tenía un destino para mi vida. De 1994 a 1996, fui muy feliz
buscando a Dios en la Iglesia, estaba feliz y agradecido por que mi vida había
cambiado y ahora podía interactuar con la gente, cuando antes tenía una fuerte
dificultad para la interacción social.
Una costumbre durante mis primeros años de vida como cristiano, era ir a congresos
y eventos, donde siempre fui aprendiendo que Dios tiene un propósito para nuestras
vidas. Un congreso que año con año yo solía frecuentar, era el de Reto Juvenil, en

35
una iglesia llamada Castillo del Rey Brisas. Esta congregación yo la visitaba mucho
y con el tiempo se convirtió en mi iglesia, ya que marcó mi vida y mi destino para
siempre, como más delante veremos. En el Castillo del Rey Brisas, cada mes de
noviembre había un evento llamado Congreso de Misiones Mundiales, donde, año
con año Dios me recordaba que tenía un llamado para mi vida.
Castillo del Rey Brisas
Tras la muerte de mi madre, en verano de 1996, tuve la oportunidad de asistir a un
evento de la Iglesia Metodista de México, llamado los Juegos Nacionales, donde
jóvenes de todas las iglesias metodistas del país, se dieron cita para participar en
unas olimpiadas.
En la noche, en el culto predicó un conferencista llamado Abel Brito y de pronto me
señaló a mí y a otros dos chicos a quienes nos dio profecías muy atinadas, donde
dijo cosas de mi vida muy exactas y terminó diciendo que nosotros tres seríamos
como Sadrac, Mesac y Abed Nego; tres jóvenes judíos del libro de Daniel que fueron
personas notables en la corte del Rey de Babilonia. Esto empezó a generar muchos
celos en pastores y compañeros de la iglesia y, a la larga, terminaría por fracturar
una relación que hasta entonces había sido plenamente armoniosa.
Desde ese momento fui buscando entender exactamente para qué Dios me quería
y, meses después, en noviembre de 1996 se celebró un evento denominado
Congreso De Intercesión, Cartografía y Guerra Espiritual, con conferencistas como
Peter Wagner, Cindy Jacobs y Harold Caballeros. Aquí mi destino fue más marcado
aún por un propósito o llamado de Dios.

36
Cindy Jacobs conferencista internacional que le dio a Mario una profecía meses después de haber quedado
huérfano
Empezado el año 1997, tras haberse definido claramente el llamado de Dios para
mi vida, y habiendo entendido que ese era el destino que Dios me tenía como
propósito de vida, empezó de forma muy declarada la oposición en la Iglesia
Metodista, no obstante, yo me refugié en Dios y confié en él de forma plena.
Entre tanta oposición, me escapaba regularmente a visitar el Castillo del Rey Brisas,
donde recuerdo que, en verano de 1997, hubo un congreso de jóvenes llamado
“Generación con Propósito”. Este tema me marcó tanto que se convirtió en un
slogan para mí hasta la fecha. Ser Generación con Propósito significa que sabemos
que no estamos en el mundo por casualidad y que, a la luz de la Biblia, los
personajes bíblicos parecían tener un doble propósito en la vida: Servir a Dios y
servir a su generación.
Este doble propósito de vida nos convierte en personas con destino, es así como
dejamos de ser autómatas, que viven solo por vivir, y pasamos a ser una generación
que sabe a qué vino al mundo y que hay un Dios que honrará a aquel que tenga
ese propósito como suyo propio.
No olvidemos, por tanto, lo que significa ser una generación con propósito, significa:
1. Servir a Dios.
2. Servir a nuestra generación.
Incluso, si se puede agregar un tercer punto, significa que el servicio que le
prestemos a nuestros semejantes, debe dejar huella para las generaciones
venideras.
La Iglesia Metodista, que tanto me amó y que me dio los rudimentos para iniciar mi
fe en Cristo, me discriminó y no me apoyaron en mi decisión de entrar a estudiar al

37
Seminario Juan Wesley. Lejos de eso, me cerraron todas las puertas y me negaron
la oportunidad de prepararme para ser pastor. En ese tiempo me cuestioné muy
fuerte cómo en las iglesias hay muchas veces tanto favoritismo, y suele pasar que
quienes terminan en el pastorado no son las personas que Dios escogió, sino
quienes por influyentismos lograron llegar ahí. En las denominaciones históricas,
como los bautistas, presbiterianos y metodistas; los cargos eran realizados por
votación y existía una fuerte similitud con la política. Ser pastor en este tipo de
denominaciones requería ser, ante todo, muy político y astuto.
Así fue como yo decidí seguir confiando en Dios y creyendo en mi llamado, aun en
contra de la propia iglesia que me dio la vida y me vio nacer en la fe. En ese tiempo
medité mucho en el ejemplo del fundador del movimiento metodista, Juan Wesley,
quien, tras serle prohibido predicar dentro de la Iglesia Anglicana, se fue a predicar
a las calles bajo el lema “el mundo es mi parroquia”. Esto implica que, si me
prohibían predicar en la iglesia, tengo el mundo completo para hacerlo. Así fue como
Juan Wesley salió a las calles de Inglaterra, y le llevaba la Palabra de Dios a quienes
necesitaban de ella, ganando cientos de miles de convertidos sin necesitar para
nada del permiso de los mezquinos anglicanos.
En aquel tiempo confieso que no me atreví a predicar en las calles, pero veía que
en la radio había programas y me frustraba por no poder comprar tiempo en la radio.
De igual manera, mi vocación de escritor me decía que podía escribir un libro, pero
era frustrante pensar que luego nadie lo iba a querer publicar. Tener una visión y
depender de que otros crean en ella para que te ayuden, es algo muy frustrante y
yo desde niño he sido la persona más independiente y autosuficiente que existe. Se
miraba imposible y ridículo que un día mi voz fuese a ser escuchada por muchos,
pero era lo que Dios me quería dar a entender. Esto era ya en el año 2000.
Pasarían 15 largos años, donde llegué a olvidarme de mi llamado y, de pronto en el
año 2015, ya me estaba convirtiendo en figura pública gracias a una herramienta
que nunca jamás soñé llegaría a existir: Las redes sociales, que condenaron a
muerte a la radio y la televisión. De igual manera, los libros de papel se empezaron
a volver obsoletos y, gracias al internet, ahora los libros podían ser publicados en
formato electrónico por cualquiera, y de paso distribuidos en plataformas como
Amazon.
Todo esto no se veía como algo posible en el año 2000, pero 15 años después, las
cosas habían cambiado y ahora podía decir justo como Juan Wesley “el mundo es
mi parroquia”. Sin pensarlo, las redes sociales y el internet, me permitieron tener
seguidores de España y Latinoamérica, además de la muchedumbre que me seguía
en Monterrey. Fueron las redes sociales las que me permitieron ser conocido y
apoyado por el Presidente de México, diputados y ciudadanía en general, cuando
fue el tiempo de traer una reforma social, para beneficio de las personas con
discapacidad en general y en particular con autismo. De paso hay que agregar, que

38
con el tiempo los medios de comunicación también se acercaron conmigo y tuve
mis participaciones en radio y televisión.
Mario de visita en Dominio Radio para una entrevista al aire en medio de la conductora Cristina Torres y la
productora Gabriela Moyeda
La Iglesia Metodista tenía 1000 miembros cuando yo asistía, y con las redes
sociales llegué a mucho más que ese número de seguidores, sin tener que adular
a ninguno de sus pastores para pedirle la oportunidad de ingresar a su anticuado
seminario para ser pastor. De paso, llegado el tiempo, en las mismas redes sociales
contacté a esos pastores metodistas y les mandé mi foto ocupando la tribuna del
Congreso, mientras les decía “quédate con tu viejo púlpito, mientras yo me dedico
a hablar en el Congreso, lo cual tú jamás harás”, les restregaba mi foto en la tribuna
del Congreso y les decía que su capacidad no les daba para llegar a otra cosa que
un púlpito viejo para predicarle a un puñado de gente… eso les calentaba bastante.
Definitivamente, si Dios nos llama, él tiene un tiempo y los medios llegarán cuando
sea el momento, sólo hay que esperar. Llegará el día en que veamos que, si Dios
prometió algo, es por que ya están los medios en el horizonte, no importa que
nosotros no los veamos. De igual manera, si alguien se nos opone y nos cierra la
puerta, es por que ese no es nuestro camino y realmente podemos estar seguros
que Dios tienen otra cosa mejor con un final feliz, donde podremos ver que el que
nos cerró la puerta no llegará a nada significativo, mientras nosotros, en cambio,
estaremos arriba, bien arriba.
Para ver cumplido lo que Dios prometió, pasarían muchos años, en los cuales todas
las circunstancias decían que mi llamado era un sueño guajiro, algo estúpido en lo
cual había perdido los mejores años de mi vida, pero al final aprendí que a veces la
espera puede ser casi eterna, pero todas esas vivencias tienen un propósito y nada
se desperdiciará. Al final las cosas se cumplirán en el tiempo perfecto de Dios.

39
Mario en el Congreso en compañía de los diputados Gloria Treviño Salazar, Vicepresidenta del Congreso y
Marco González Valdez, Coordinador de la Bancada del PRI; tras haber aprobado la ley que protege a las
personas con autismo
RELIGIÓN DE MEZQUINOS
El diccionario define la palabra mezquino como un adjetivo para una persona ruin,
de mal corazón, perversa y envidiosa. ¿Será que dentro de todo lo hermoso que fue
conocer a Cristo en la Iglesia Metodista La Trinidad, hubo gente mezquina que me
arruinó la experiencia cristiana? La respuesta es afirmativa.
Como mencioné en el capítulo previo, gente de la Iglesia Metodista me discriminó
por mi condición y me negó todas las oportunidades, pero hay más que agregar,
ellos cometieron abuso psicológico y religioso hacia mi persona, así como también
abuso económico.
En mi primer libro, “Pacto Por El Autismo”, hay un capítulo denominado “Religión
sin Compasión”, donde describí con una manifiesta indignación el daño recibido en
la Iglesia Metodista La Trinidad, y cómo me fui muy dolido de esa congregación. A
continuación, voy a citar de forma extensa dicho capítulo:

40
“(…) Al morir mi madre, la persona más cercana era el Pastor Lozano. A estas
alturas, para tener una justa apreciación de este pastor, sería importante compararlo
(y de paso al resto de la gente de la Iglesia Metodista) con la historia de una gallina,
que por casualidad se encontró un huevo de águila abandonado y se lo llevó a su
nido. Es importante recalcar, que, si el huevo estaba abandonado, es muy posible,
que el águila de ese huevo no tenía posibilidades de nacer. Sin embargo, todo
cambió un día que la gallina recogió ese huevo y lo llevó a su nido.
La gallina dejó el huevo de águila junto a los huevos de pollo y se dedicó a
empollarlos, hasta que un día, uno a uno de los cascarones fue roto y nacieron los
pollitos y el aguilucho. Desde ahí, el aguilucho fue cuidado por la gallina día tras día,
la cual le proveía de alimento y calor materno.
Nadie puede discutir hasta aquí la labor tan noble y encomiable de nuestra gallina,
nadie dudaría en reconocer la bondad y el amor demostrado hacia ese bebé águila,
a quien le ofreció la oportunidad de vivir, cuando no tenía ninguna posibilidad. Ese
es justamente el impagable favor que le debo a la Iglesia Metodista y al Pastor
Lozano. Pero hasta el más abnegado amor puede ser susceptible de convertirse en
una relación tóxica.
Regresando a la historia llena de amor, de nuestra mamá gallina y su bebé águila,
un día nuestro aguilucho creció educado como un pollo, para por casualidad voltear
al cielo y ver pasar un ave majestuosa. La gallina le dijo al aguilucho que esa ave
que pasó era un águila, pero “ni en sueños te compares con ella, tú eres un pollo y
no estás hecho para volar a esas alturas, tu destino es escarbar para comer
lombrices como tus hermanos”. Es aquí donde el aguilucho empieza a notar una y
otra vez, que de cuando en cuando, por el cielo pasan volando las águilas, y al
observarlas, encuentra un enorme parecido suyo con ellas, mientras, a su vez,
detecta muchas diferencias, al compararse con sus hermanos. Al sospechar algo
raro en todo esto, el aguilucho, cuestionaba a mamá gallina, la cual se indignaba
mucho, junto con los hermanos pollitos.
Llegadas las cosas a este punto, el aguilucho por casualidad empezó a volar como
águila, descubriendo, al final de cuentas, que realmente él no era un pollo, sino un
águila, y ahora estamos ante dos panoramas, que veremos a continuación:
➢ El aguilucho puede declaradamente escoger vivir en su pleno potencial y
jugar el papel que la vida le otorgó al permitirle ser un águila, lo cual implicaría
el automático rechazo de su familia, que lo catalogaría como un traidor y un
malagradecido.
➢ El aguilucho podría renunciar a sus derechos de surcar los cielos y
conformarse con comer lombrices el resto de su vida para tener a gusto a
mamá gallina y a sus hermanos pollitos.
Es lamentable decirlo, pero la mayoría de las veces, la gente opta por la segunda
opción, pues no tienen la fuerza de voluntad, ni la independencia de carácter, para

41
ser ellos mismos y construir su propia vida, sin importarles la opinión de los demás.
Por otro lado, los pollitos y la gallina podrán decir que ellos le salvaron la vida al
aguilucho y es verdad, pero el amor verdadero nunca debe de ser posesivo, sino
antes bien debe ser capaz de darlo todo sin esperar nada a cambio. Un verdadero
amigo debe ayudarte y saber dejarte ir cuando tu crecimiento lo exige.
En la Iglesia Metodista fueron iguales que mamá gallina, ellos me tomaron y me
llevaron a su nido para darme calor y alimento, gracias a ellos tuve un encuentro
con Dios que hasta hoy es diario y perenne. Junto con el Pastor Lozano, debo
mencionar mi pleno amor y gratitud por otra familia, de apellido Peña. Se trata del
Pastor Gilberto Peña Martínez, sus hijas Lorena y Karina, y su yerno Hugo. Todos
ellos, al igual que mamá gallina y los pollitos, tuvieron misericordia de este ser
humano abandonado en el mundo, sin consuelo ni esperanza, y me llevaron a su
nido para darme calor y alimento. La hija del Pastor Gilberto, Karina Peña, era una
(…) jovencita muy hermosa, elegante y distinguida. Tenía muy buena educación y
se convirtió en mi mejor amiga.
Pero esta armonía tan perfecta, se empezó a afectar el día que, al igual que el
aguilucho, quise seguir mi propia senda, pues ninguno estuvo dispuesto a aceptarlo
y yo no soy de los que por un chantaje emocional me dejo manipular. De modo que
la amistad se terminó, me fui yo muy dolido con ellos por haberme intentado frenar
mi crecimiento; mientras que ellos consideraron, que yo era un malagradecido, que
no valoré lo que hicieron por mí. La verdad es que no es cierto nada de eso; se
agradecen mucho los favores recibidos, pero nunca permitiré que esto se entienda,
como una obligación a permanecer al lado de alguien, que me quiere impedir lograr
mi propio potencial y buscar mi crecimiento. Eso nunca lo entendieron.
El día que yo “vi volar un águila”, sucedió en 1996, cuando días después de fallecida
mi madre, se celebraron los Juegos Nacionales de la Iglesia Metodista de México.
En una de las reuniones, tuvimos a un conferencista de nombre Abel Brito, quien,
sin conocerme, me vio entre la audiencia y me pidió que subiera al presídium. Al
pasar, me dio una profecía, en la cual dijo demasiadas cosas de mi vida muy
exactas, que nadie conocía. Meses después, tuvimos un congreso nacional con el
Apóstol Harold Caballeros, de Guatemala, quien, de igual manera, me dio una
profecía en público. En ambos casos el sentido de la profecía coincidía y era que
tenía un llamado divino a ser un profeta a la nación, con un mensaje que en su
tiempo miles escucharían.
En la Biblia sucedió, que un joven llamado José tuvo un sueño, donde Dios le
anunciaba un futuro brillante. Sus hermanos lejos de alegrarse, se enojaron al grado
de venderlo como esclavo y enviarlo encadenado a Egipto. Lo gracioso es que, tras
muchos años, “por casualidad” conoció al Faraón y José pasó de ser un esclavo, a
convertirse en Gobernador de Egipto. Otra “casualidad”, es que sus hermanos
fueron a Egipto a comprar comida y tuvieron que doblar sus rodillas delante del
flamante Gobernador de Egipto, a quien años atrás habían vendido como esclavo.

42
En la iglesia enfrenté cuánta oposición se pueda mencionar, a partir del momento
en que recibí esas profecías que me dieron. Fueron iguales que mamá gallina,
cuando su aguilucho descubrió que no era un pollito, sino un águila y quería volar.
El Pastor Lozano, me dijo que, en vez de estudiar, me comprase unas brochas y
aprendiese del oficio de pintor, ya que, según él, hasta eso nada más llegaba mi
capacidad. Este pastor, ni estudios de ningún tipo tenía, era muy leído, eso sí, pero
toda su vida había sido un pintor. Sus cuatro hijas y dos hijos, todos excepto dos,
sólo estudiaron menos de la preparatoria, de modo que ninguno quería que yo
estudiase.
Harold Caballeros, Apóstol y Pastor de Guatemala. En un congreso le dio a Mario una profecía junto con la
conferencista Cindy Jacobs
Por otro lado, la familia Peña, es decir Karina, sí quería que estudiase, pero no en
la modalidad que yo lo estaba haciendo, ya que estudiar en modalidad a distancia,
era para ellos una educación de segunda. Yo creo que no es de segunda, porque
no hay mejor mérito que estudiar por sí sólo, ya que, sin ayuda de ningún maestro,
se aprende mejor y ese es mi caso. Pero me negaron la oportunidad de buscar ser
pastor, dado que ¡¡¡no tenía estudios!!! ¿y los “pintores” Lozano sí los tenían o ellos
por qué sí tenían el pastorado? La verdad lo tenían por pura simonía y
compadrazgos.
Karina y su cuñado Hugo, empezaron a meter una infame presión, para que yo
dejara la secundaria abierta y estudiara en una escuela común con sistema
escolarizado. Me molesté con ellos, dado que yo no vine al mundo a vivir para los
demás, sino para mí. El motivo es tomar mis decisiones, no las que otros quieran.
Por otro lado, en ese tiempo un psiquiatra cristiano me empezó a ayudar, y a
diferencia de otros especialistas, él sí me ofreció una ayuda valiosa, lejos de
medicamentos nocivos y de diagnósticos confusos. Su terapia y consejo, iban
dirigidos a que tuviera el valor de seguir el camino que más conviniera a mis
intereses, y no a dar gusto a un montón de personas cuyos consejos eran molestos.

43
Los pastores terminaron por decir que la psiquiatría era de Diablo, que mi terapeuta
era “instrumento de Satanás” y al no quererme desprender de la genuina ayuda que
me ofrecía, el enojo era muy grande hacia mí. Enfrenté sermones predicados desde
el púlpito de la iglesia, donde sin llegar a pronunciar mi nombre en público, se
mencionaban todo género de referencias a mi persona, de tal modo que era obvio
que se referían a mí. Karina, que era mi mejor amiga, sin motivo me dejó de hablar
como antes y ahora todo parecía muy similar a la decisión que párrafos atrás
mencionaba que el aguilucho tuvo que tomar:
➢ El aguilucho puede declaradamente escoger vivir en su pleno potencial y
jugar el papel que la vida le otorgó al permitirle ser un águila, lo cual implicaría
el automático rechazo de su familia, que lo catalogaría como un traidor y un
malagradecido.
➢ El aguilucho podría renunciar a sus derechos de surcar los cielos y
conformarse con comer lombrices el resto de su vida para tener a gusto a
mamá gallina y a sus hermanos pollitos.
¿Cuál decisión tomaría yo? Ellos eran casi mi familia. Al perder a mi madre y tener
sólo diecisiete años, ahora dieciocho, realmente ellos eran todo para mí. ¿A dónde
iría sin su amistad? Hasta Karina me trataba como un traidor y malagradecido. ¿Qué
hacer? ¿escuchar a Karina o escuchar a Dios? El panorama era muy claro y la
decisión se tenía que tomar escogiendo una de las dos opciones:
➢ Puedo escoger vivir en mi pleno potencial y jugar el papel que la vida me
otorgó, al permitirme seguir el llamado divino, lo cual implicaría el automático
rechazo de la gente más cercana a mí, para quienes yo pasaría a ser un
traidor y un malagradecido.
➢ O, de otro modo, podría renunciar a esa voz divina que me llamaba y
conformarme con vivir en el statu quo el resto de mi vida, para tener a gusto
a la gente de la iglesia, que indiscutiblemente, me habían ayudado mucho y
tenían un genuino afecto hacia mi persona, pero no un amor tan
desinteresado, como para dejarme seguir mi camino, si mi crecimiento
personal así lo exigía.
En algún momento le hice ver a Karina mis puntos de vista, a lo que ella respondió
que en realidad ya no me hablaba igual que antes, toda vez que su familia estaba
molesta por que yo no les hacía caso en lo que todos querían que yo hiciese con mi
vida, lo cual, por supuesto que me lo decían, según ella, “por mi bien”. Le pedí a
Karina, que por favor nunca más se me volviera a acercar, ni a tener nada que ver
conmigo. Esa línea no la respetó, y en un congreso de jóvenes, celebrado en
semana santa de 1999, al acercarse Karina a sermonearme, provocó que yo
explotase en ira y, públicamente, le exigiese que ya me dejara en paz y no volviera
a cruzar la línea que le puse. Este hecho, fue prácticamente interpretado por toda
la iglesia como un sacrilegio, toda vez que era la hija de un pastor y nadie

44
cuestionaba ni contradecía a los pastores. A todo el mundo le ofendió muy profundo
esta acción, y uno a uno de los amigos se me fueron retirando, hasta quedarme
sólo.
Al escribir esto, han pasado exactamente 20 años desde que esto sucedió, he tenido
tiempo para reflexionar en lo que hice y, debo admitir que, al principio, esto significó
una liberación y un alivio que me trajo mucha tranquilidad. Unos dos años después,
llegué a la conclusión de que cometí un error y debía de pedirle perdón, sin
embargo, al estar lejos de ellos no pude hacerlo, antes bien seguí mi vida, y tuve
más tiempo todavía para madurar mucho más y arribar a otras conclusiones
distintas.
Este suceso con Karina fue cuando yo tenía 19 años, he cumplido 20, 25, 30, 35 y
ahora 40 años. Ha pasado tiempo mucho más que necesario para madurar y pensar
muy bien en lo que hice. 20 años es un tiempo, donde un prisionero que comete un
delito reflexiona y admite su error, pero yo, en mi caso, tras reflexionar, los primeros
dos años pensé haber cometido un error, pero tras pasar más años, me di cuenta
de que mi conclusión era distinta: La conclusión el día de hoy, tras 20 años de
reflexión, es que, si bien mi reacción fue muy drástica, fue la correcta (…)
(…) Hoy, tras haber vivido los suficientes años para considerarme una persona
madura, mi consejo para las generaciones venideras, es que sigan sus propios
sueños, escuchen la voz de su corazón y no teman cometer errores. Solamente
escuchen los consejos de la gente vieja, pero al final de cuentas tomen sus propias
decisiones. Luchen por sus sueños y, de ser necesario, aléjense de sus propias
familias y amigos, si estos no apoyan sus decisiones. Mi consejo para la gente
grande, es que vivan sus vidas, y dejen a las generaciones venideras vivir las suyas;
déjenlos cometer sus errores, así como ustedes cometieron los suyos; no se
conviertan en algo así como la mamá gallina de mi historia, que, con su falta de
amor desinteresado, buscaba impedir el crecimiento de una criatura como el águila
que salvó, pero que ahora no la dejaba vivir su propia vida.
Cuando toda la iglesia casi me excomulgó, yo me refugié en la filosofía, de lo cual
hablaré más adelante en otro capítulo, pero mis lecturas eran ofensivas a muchos
cristianos fundamentalistas. Sin embargo, un día me crucé con un señor de esa
iglesia, de nombre Nicanor Chapa, a quien le externé mi intención de dejar la iglesia
y continuar mis estudios de filosofía. Don Nicanor me contestó, con una gran
sencillez, un consejo que realmente nunca podré dejar de agradecer, me dijo “sé
fiel a tus propios principios y sigue tu propia senda”. Estas palabras nunca podré
olvidarlas, y nunca dejaré de estar agradecido con este gran ser humano Don
Nicanor, quien siempre tuvo un criterio mil veces más amplio que la gente de esta
secta.
Pero no solamente este chantaje espiritual, y su búsqueda por aconsejarme no
seguir mis sueños fue el daño que recibí de la gente de la iglesia, hay más cosas
que describir. Karina tenía una hermana de nombre Lorena, casada con un

45
ingeniero de nombre Hugo, quien es hijo de Don Nicanor, el que me aconsejó seguir
mi propia senda. Hugo en lo que podía ayudaba, pero su esposa Lorena, hermana
de Karina, era una mujer muy soberbia, pensaba que, por ser la hija de un pastor,
eso la convertía en alguien de la realeza de esa iglesia. Lorena siempre tuvo
conmigo los peores desplantes. Lorena y su esposo estaban al frente del grupo de
alabanza, que eran los músicos de la iglesia, de tal modo, que quienes la adulaban
y la complacían en todo, eran quienes tocaban en las reuniones; los demás se
quedaban de ayudantes en la cabina de sonido. Lorena no mostraba ningún amor
cristiano hacia las personas en la iglesia, lejos de eso regañaba con dureza a la
gente, especialmente a los de la cabina de sonido. En lo que a mí respecta, Lorena
siempre aseguró que yo era algo menos que un retrasado mental, que nunca iba a
llegar a nada en la vida. Su apuesta por mi persona, era al fracaso total.
El Pastor Lozano, a su vez tenía cuatro hijas y dos hijos; uno de ellos siempre se
condujo con amor cristiano hacia todos; pero el otro, en sus años, fue un borracho,
peleonero y mujeriego. Cuando yo tenía catorce años y él 25, siendo once años más
grande, me agarró a golpes delante de todos. Las cuatro hijas del Pastor Lozano,
por su parte, siempre me discriminaron, abundaron en muestras incesantes de
desprecio hacia mi persona. En esta gente encontré algo muy similar a lo que
encontró José en sus hermanos, cuando lo vendieron como esclavo para ser llevado
a Egipto.
Pero hay más cosas que decir. Cuando muere mi madre, batallaba yo porque nunca
había trabajado, no sabía ni siquiera cómo se conseguía trabajo y el dinero que me
dejó mi madre escaseaba.
Entonces, el Pastor Lozano se acercó a mi casa, a decirme que le prestase una
cantidad para sacarlo de un apuro, y esa cantidad nunca la devolvió. El liderazgo
de la Iglesia Metodista supo de la incidencia y se hizo de la vista gorda, sin reprimir
al Pastor Lozano. Además del Pastor Lozano a la Iglesia Metodista, le entregué de
ofrenda más de 15,000 dólares americanos, pero el día que yo necesitaba apoyo
para mis estudios, sólo me dieron una palmada en la espalda, mencionando que
iban a estar orando por mí.
En la iglesia, a su vez abundaban los amigos aprovechados, a quienes realmente
los vivía apoyando económicamente y nunca paraban de pedir apoyo. Uno de ellos
se llama Francisco Flores, quien venía de una familia sin prestigio, ni fama que llegó
a la iglesia, pero de inmediato se ubicó como voluntario en el grupo de alabanza,
rindiendo pleitesía por todo a Lorena, logrando ascender a convertirse en un
lidercillo, a punta de muchos años de dejar la dignidad en el camino. Hoy Francisco
ni me conoce y de todo lo que lo apoyé, el día que yo necesité, jamás se acordó.
En amigos cómo él, despilfarré mucho de lo que mis padres me dejaron. Es infame
decir que en la iglesia no encontré, al final de cuentas, otra cosa que no fuera rapiña
del más corriente nivel.

46
Tiempo después, Gonzalo Estrada, quien era un importante empresario
regiomontano, al acudir a la iglesia y tener miles de problemas con todos los
hambreados pastores, externaba con mucho acierto la situación, en una frase que
una y otra vez le escuché pronunciar: “todo el que se acerca a mí en la iglesia, lo
hace para pedirme dinero o trabajo”.
Además de esto, el psiquiatra que me estaba ayudando a superar el daño causado
por esta secta, me contaba que su madre también había asistido a la Iglesia
Metodista La Trinidad, cuando le diagnosticaron cáncer. Los doctores le dieron
plena seguridad de recuperación, toda vez que el cáncer empezaba, pero la
condición era someterse de inmediato a tratamiento. La gente de la iglesia se le
echó encima y le exigieron que no se tratara, bajo el argumento de que Dios la iba
a sanar.
Tiempo después, su hijo la llevaba por la fuerza al médico ya invadida de cáncer,
cuando el galeno le preguntaba “doña Lilia, ¿por qué no siguió su tratamiento, si le
aseguré que usted se salvaba?, ¿por qué se dejó invadir de cáncer?” La moribunda
señora ya ni podía contestar de lo mal que estaba. Lilia murió por creerles a estos
criminales consejeros, que pretenden saberlo todo y no saben nada.
Tal vez me consideren drástico, al haberle gritado duramente a Karina Peña, que
se alejara de mí; pero en realidad el grito no fue dirigido solo a Karina, fue dirigido
a la religiosidad maligna que destruye y aniquila a quienes quieren vivir una vida
plena. Creo que lo drástico, no es gritarles un par de merecidas groserías, a estos
parásitos vividores, mantenidos de la fe; drástico es usar la religión para explotar
económicamente a otros, usarla como una forma de esclavizar a las personas a un
modo de pensar; drástico es sentirme dueño de la verdad y negarle el derecho a los
demás de ser felices, bajo pretexto de que todo es pecado: pecado es tener dinero,
pecado es tener sexo, pecado es no pensar como piensa el pastor… pecado,
pecado, pecado... Creo que pecado es el fanatismo, pecado es meterse en la vida
de otros, pecado es juzgar a los demás, pecado es discriminar. Eso sí es pecado y
ellos lo cometen diario.
Jesucristo golpeaba con duras palabras a los líderes religiosos de su tiempo.
Cuando visitó el templo, tomó un látigo y expulsó a los mercaderes, mencionando
que ellos habían convertido el templo, de ser una casa de oración a ser una cueva
de ladrones. Yo no llegué a tanto, sólo me limité a hacer llorar a la hija del pastor
por decirle la verdad. Por qué pensar que Jesucristo no llamaría “cueva de ladrones”
a esta secta que abusa de un huérfano adolescente con autismo. Por esos motivos
me fui para nunca más volver, y si algo bueno me llevé de aquí, es haber conocido
a Jesucristo, a quien llevo en mi alma, hasta mi último día de vida, de quien nunca
me avergonzaré de llamarlo Señor; pero me fui vomitando a la Iglesia Metodista,
con profundo desprecio.”
Esta es la descripción tan fuerte y tan enérgica que hice en mi anterior libro “Pacto
Por El Autismo” de la situación. Tal vez las palabras suenen muy fuertes, pero

47
Jesucristo también en la Biblia advirtió de un fenómeno dentro de la religión: Que
mientras existe gente sencilla queriendo conocer a Dios, también encontraremos en
la iglesia gente voraz, hipócrita y abusiva; especialmente entre los propios líderes
religiosos. Fueron dichos líderes, precisamente, quienes se opusieron a Jesucristo
y causaron que fuera crucificado. De ellos dijo Jesús que nos cuidáramos.
Una vez que me fui de la Iglesia Metodista La Trinidad, duré un par de años lejos,
pero por alguna razón me reconcilié con el Pastor Rubén Lozano, quien para este
entonces ya había abandonado la Iglesia La Trinidad y había fundado una pequeña
iglesia dentro de la misma denominación metodista, llamada “Iglesia de Jesucristo,
el Camino, la Verdad y la Vida”. En este tiempo había vivido una temporada de
milagros financieros que, como mencioné capítulos atrás, me permitieron remodelar
mi casa. Sin embargo, bajé la guardia y me dejé aconsejar por el Pastor Lozano, lo
cual destruyó completamente por años mi fe para recibir milagros y cesaron los
milagros financieros por varios años, hasta que superé el daño causado por este
nefasto consejero y siervo del Diablo.
Fue el Pastor Lozano, un agente sembrador de incredulidad y, para no entrar en
detalles, hablaré de una historia en la Biblia que describe el poder de la fe y el peligro
de dejarnos aconsejar por personas que siembran la incredulidad y destruyen la fe
y las promesas de Dios.
Cuando Dios sacó a los hebreos de Egipto tras 400 años de ser esclavos, les dijo
que les pidieran sus riquezas a sus amos, de forma que en una noche todo Egipto
le entregó sus riquezas a Israel. Durante 40 años vivieron en el desierto sin tener
que comer, pero les caía maná del cielo; cuando no tenían agua, brotaba de una
piedra. Un día estos hebreos llegaron a una tierra que Dios les había dado y fueron
a reconocerla un puñado de personas. Ellos regresaron diciendo que la tierra era
buena, pero imposible de conquistar por que vivían puros gigantes en esa tierra.
Todo el pueblo se echó a llorar, excepto Josué y Caleb. Ambos aceptaban que la
tierra estaba llena de gigantes, pero que sin problema los podrían vencer.
Dios dijo que no entraría en la tierra nadie de esa generación, excepto Josué y
Caleb, POR QUE TENÍAN UN ESPÍRITU DIFERENTEAL DE LOS DEMÁS. 40 años
después, toda la generación incrédula había muerto en el desierto, excepto Josué
y Caleb, quienes lideraron a los jovencitos de la nueva generación y fueron a poseer
la tierra y a pasar a filo espada a cada uno de esos gigantes que guardaban la tierra
de la promesa. La culpa la tuvieron unos espías, que dieron un informe pesimista, y
el pueblo que les quiso creer. Gracias a eso, una generación murió en el desierto y
se retrasaron 40 años en ver cumplida la promesa de Dios.
Este mismo daño me hizo el Pastor Lozano, el cual era una persona que a todo
proyecto que Dios ponía en mi corazón iniciar, le veía imposibilidades y lo criticaba
con mucha molestia. Incluso sabiendo los milagros financieros que yo había
recibido, él criticaba con mucha dureza que, en vez de ponerme a trabajar, haya
recibido más de un millón de pesos para decorar mi casa. Eso estaba mal y si una

48
vez sucedió, fue por casualidad, pero no volvería a suceder, porque Dios “no cumple
caprichos”, solía decir.
En el año 2004 una mañana de domingo cuando iba al culto, una sensación de no
querer volver me abrumó y me di la vuelta para regresar a mi casa. De este modo,
abandoné para siempre al Pastor Rubén Lozano y me fui de ahí, de una iglesia
donde todos estaban en problemas y donde se respiraba un horrible ambiente de
desesperanza y opresión. Gracias a Dios no volví a ver a ninguna de sus cuatro
tóxicas hijas, cuya especialidad era hacerme desplantes diarios y voltearme la cara.
Cuidado con esas iglesias y, en general, con juntarnos con gente cuya mentalidad
es negativa y para todo ven imposibles. Hay muchas iglesias donde llega la gente
endeudada y ahí mismo se hace libre y cambia; pero un lugar donde la gente está
permanentemente en deudas o problemas, no es de Dios y hay que huir de ahí.
Tiempo después, me uniría al Castillo del Rey Brisas, que por años yo visitaba sin
animarme a asistir, pero de pronto lo hice y estuve 10 años asistiendo y siendo muy
bendecido.
Debo señalar que tardé más de 10 años en sacar de mi mente los malos consejos
del Pastor Lozano, y nunca volví a ver milagros financieros significativos, hasta el
día que hube superado la mala consejería de este ministro del Demonio.
Ahora que superé el daño causado por sus malos consejos, nuevamente disfruto de
la misma prosperidad que antes. Durante estos años ha sucedido que me he
quedado con poco dinero en el banco y cuando escasea, voy a una tienda
departamental y compro ropa de lujo, me lleno de artículos de marcas como Ralph
Lauren y Salvatore Ferragamo, y me doy vida de magnate para generar un estado
de ánimo, donde me creo inmensamente rico. Entonces sucede que, días después,
surge un imprevisto que trae como consecuencia una remesa fuerte de dinero.
Durante los 4 años de mi carrera universitaria, me la pasé recibiendo remesa tras
remesa surgidas de puros imprevistos, muchos de ellos problemas que daban por
resultado dinero inesperado. Estoy hablando de que en un año levanté más de 100
mil pesos mexicanos de puros imprevistos. Si pensamos que nos va a ir bien, si
cada mañana amanecemos creyendo que somos ricos (aunque vivamos en una
choza), pronto nos veremos nadando en abundancia; si por el contrario vivimos con
miedo, los miedos se convertirán en realidad. La diferencia la hace la fe o la
incredulidad.
En el año 2018, tras catorce años sin verlo, encontré al Pastor Rubén Lozano en
redes sociales y le exigí que pidiera una disculpa pública por el daño causado. El
Pastor con soberbia expresó que no tenía por qué disculparse y me bloqueó. Dos
meses después, en redes sociales me enteraba, con gran sorpresa, que el
ministerio del Pastor se había terminado. El Pastor había fallecido de un infarto de
forma sorpresiva y su iglesia vino a menos.

49
Mario en el Congreso del Estado presentando un exhorto contra el Gobernador
RATÓN DE BIBLIOTECA
Cuando me retiré de la iglesia, tuve siempre muy claro que no debemos poner los
ojos en el hombre, pues éste falla. Antes bien, nuestra mirada debe estar puesta en
Dios. Siempre fui muy consciente que Dios no me fallaría, y que, en realidad,
quienes me estaban fallando eran las personas. Sin embargo, llegué a tomar como
un lema frases como “los cristianos son los peores”, o la frase de Gandhi “me gusta
tu Cristo, pero no tu cristiano”. Es así como me retiré de la iglesia metodista.
Mientras yo me alejaba de la iglesia, mi devoción por Dios estaba intacta y mi
vocación de servirle también. Fue aquí, donde, como ya había terminado la
secundaria, decidí ingresar a estudiar la preparatoria o bachillerato, el cual lo estudié
en modalidad a distancia. Al ingresar a preparatoria, había sentido mucha inquietud
por educarme, dado que era un joven con poca escolaridad, sin buena gramática y
bastante ignorante e inculto. Mi único libro hasta entonces, había sido la Biblia, pero
estaba ávido de aprender y adquirir una buena cultura.

Testimonio de un joven con autismo

Testimonio de un joven con autismo

Recomendados

Recomendados

Más contenido relacionado

Similar a Testimonio de un joven con autismo

Similar a Testimonio de un joven con autismo (20)

Último

Último (15)

Testimonio de un joven con autismo