2. SEXO Y PERSONALIDAD (ENSAYO)
JEAN PAUL RIVERA MORALES
KELLY VELASCO AHUMADA
MIGUEL PALACIOS GARCÍA
ANTROPOLOGÍA CULTURAL
VICTOR MONDRAGÓN
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
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3. SEXO DÉBIL: ¿CONSTRUCCIÓN BIOLÓGICA O CONSTRUCCIÓN CULTURAL?
A pesar de que son dos componentes que son parte crucial de nuestra existencia, aún existe
cierto desconocimiento de las diferencias entre sexo y sexualidad. Sexo es definido por la Real
Academia Española como “condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las
plantas”. Se refiere a toda la parte genital, al proceso reproductivo y las características físicas
que diferencian un género de otro. Del otro lado se encuentra la sexualidad, que hace referencia
a la parte psicológica del individuo. Interviene en la personalidad, en el modo de comportarnos,
y de relacionarnos con los demás. La sexualidad encierra aspectos como la identidad y la
orientación sexual, que son elementos claves a la hora de encontrar nuestra satisfacción. Ligada
a la sexualidad, se encuentra la personalidad, la cual básicamente es “la tendencia a comportarse
de determinadas maneras, independientemente de la situación específica” (Whitingy Whiting,
1978 p. 57). La diferencia entre cultura y personalidad está en que la primera sólo es
evidenciable en grupos, la segunda es propia de cada individuo. La sexualidad y la personalidad
de un individuo varían según las condiciones culturales y sociales en las cuales el individuo se
desarrolla. En cambio, el sexo, comprende dos géneros base en toda la especie humana,
masculino y femenino.
Desde siempre, y de manera instintiva, el individuo ha desarrollado una tendencia la cual hace
notar la superioridad y el poder de uno de los géneros frente al otro. En el mayor número de
sociedades y a través de la historia, al hombre se le ha dado una relevancia más notoria que a la
mujer. Esta tendencia se empieza a desarrollar desde muy temprana edad, y el neurólogo vienés
Sigmund Freud trató de darle una explicación que él consideraba universal (aplicable para todos
las culturas). Proponía que en la fase fálica, alrededor de los tres a los cinco años de edad, los
niños desarrollan el deseo de tener relaciones con su madre (complejo de Edipo), y ven su pene
como el objeto con el que van a establecer contacto con ella. Pero, se ven amenazados por el
padre, quien es realmente el que tiene disposición sexual sobre la madre. El niño entonces
empieza ver a su padre como una competencia, a pesar de que siguen existiendo sentimientos de
afecto entre ambos. Aparece entonces complejo de castración; el niño cree que el padre cortará
sus genitales para impedir sus objetivos. En las niñas, inicialmente también se desarrolla cierta
4. afección hacia la madre, pero se acercan más al padre (complejo de Electra), al descubrir que su
madre las hizo “incompletas”, y que sólo tienen una cavidad. Es ahí, donde se explica el papel
secundario de la mujer desde muy temprana edad. La carencia de pene, hace que la mujer tenga
una vida subordinada, a merced del hombre, y destinada a hacerse atractiva, y tener hijos varones
con él. Otra posible justificación por la cual el hombre tiene un lugar más privilegiado que la
mujer, es por su papel en las épocas de guerra. Notoriamente el hombre tiene ventajas físicas
sobre la mujer, y puede desempeñar mejor su rol en ellas. En las sociedades que se organizan en
bandas, los varones son preferibles que las hembras, ya que se pueden criar para el combate, o
porque al nacer más hombres, entonces se controla el volumen poblacional.
Reconociendo entonces la base de algunas causas por las cuales la mujer es considerada
inferior que el hombre, podemos notar que estas, de fondo, son producto de construcciones
netamente biológicas, pero no prueban de una manera adecuada, que la mujer nace siendo el
sexo débil. El interrogante que todo esto nos lleva a plantear es: ¿el sexo débil viene
determinado por sus condiciones biológicas, o por la construcción social previamente
establecida? Cabe aclarar que en la pregunta se habla de “sexo débil” y no propiamente de la
mujer. Debido a que la sociedad contemporánea se ha expandido de tal manera de que hoy no
solamente las mujeres toman el rol femenino, sino que puede variar según la identidad sexual de
la persona. Pero, el punto de enfoque de este texto es la mujer. Para empezar a responder la
pregunta principal, a continuación abordaremos un fenómeno social, que se da principalmente en
México, pero con fuerte influencia en todos los países latinoamericanos. Este fenómeno
conocido como machismo, es uno de los principales degradantes de la participación activa de la
mujer, en otros ambientes nombrados más adelante.
1. MACHISMO.
1.1 Definición.
El machismo hace referencia a “el énfasis o exageración de las características masculinas, y la
creencia de superioridad del hombre” (Giraldo, 1972 p.295). El machista pretende resaltar hasta
el punto máximo su heterosexualidad, rudeza, poder, ventaja y superioridad frente a otros
5. hombres, con el fin de ser respetado y reconocido como un verdadero “macho”. Esto también,
para para alardear con las mujeres las cuales desea poseer, y ganarse su reconocimiento y
preferencia a nivel sexual. El machismo tiende a darse con más frecuencia en comunidades de
recursos económicos limitados, o de bajo nivel académico.
1.2 Características.
El machista típico generalmente presume de su capacidad fálica frente a otros, lo que le da
ventajas al momento de satisfacer a una mujer. Suele exagerar historias acerca de su potencia,
para impresionar a sus compañeros. Entre más mujeres consiga, más macho es, pero suele
proteger a las de su familia porque interiormente, teme a que caigan en manos de otro hombre
como él. No suele entregarse sentimentalmente a su esposa, porque debe conservar su papel
dominante y frío. Debe ser el jefe de la casa, el que da las órdenes y toma todas las decisiones.
El hombre machista es celoso, y cree tener derecho de golpear a la mujer cuando ella cometa una
falta, porque considera que esa es la función del matrimonio. En muchos casos, el machista
termina quitándole la vida a su esposa. Por último cabe mencionar su agresividad, vulgaridad, e
ingesta exagerada de licor sin siquiera embriagarse.
1.3 Machismo y el complejo de inferioridad.
Sabiendo entonces que el machismo es una necesidad de exaltar la hombría de una manera
exagerada, nos preguntamos entonces ¿por qué esa insistencia en hacer notar su hombría, y que
los otros reconozcan que él es un verdadero macho? Como consecuencia esto trae a pensar que
existe cierta inseguridad sexual, por parte del hombre, y esto lo lleva a querer ser superior que
sus semejantes, y, opacar a la mujer como tal. “Esa preocupación excesiva con la masculinidad,
(heterosexualidad y agresividad) debe tener su origen en una falta de seguridad acerca de la
misma, o sea un complejo de inferioridad” (Giraldo, 1972 p.300).
Aquel complejo de inferioridad, también suele ir relacionado con el sentimiento de algunos
países tercermundistas, de que son menos que otros. No se sienten identificados con lo que les
rodea, ni orgullosos de su país en ninguno de sus ámbitos. Incluso, no se sienten orgullosos de
6. ellos mismos. Se sienten tan inferiores, que por eso buscan la manera de hacerse ver grandes de
alguna manera.
Más exactamente, se cree que el complejo de inferioridad se cultiva especialmente en el
hombre desde su infancia. El padre desde el vientre desea que el sexo de su próximo hijo sea
masculino. Pero, a pesar de su deseo, se va generando un distanciamiento con el pasar de los
años por parte del padre, generando un ambiente hostil entre ambos. “El niño no sólo siente
inferioridad física natural, sino además, una inferioridad psíquica resultante del temor y la
distancia de sus padres, particularmente del papá” (Lewis, 1967). Ese distanciamiento ocurre
más que todo para que el niño se acostumbre a ser frío, y agresivo, tal como lo es un típico
macho. Al contrario, las niñas son tratadas con afecto, y se les demuestra confianza. “Mientras
que a las niñas se les muestra afecto y ternura, los hombres deben de ser endurecidos, y se espera
que muy pronto se hagan autosuficientes y viriles” (Giraldo, 1972 p.304). Lo cual provoca que
en un futuro estas se sientan cómodas con sus maridos, y crean que les deben servir y respetar.
Es en este punto, donde más fuertemente evidenciamos cómo la cultura involuntariamente
enseña al sexo femenino a ser el sexo dominado.
2. SITUACIÓN SOCIAL DE LA MUJER
2.1 Religión
América latina es una región donde hay un alto índice de catolicismo y otras religiones
derivadas del cristianismo. A pesar de ser una corriente menos estricta que las islámicas, ha sido
una fuerte influencia, al momento de exaltar el rol masculino por encima del femenino. Nos
plantea el mito de la creación; en donde la mujer es extraída de una costilla del hombre, para que
estuviera a su lado, y pudiera satisfacer todas sus necesidades. Este dominio del género
masculino se puede evidenciar solamente yendo a una ceremonia religiosa. Los sacerdotes
siempre son hombres, al igual que los cargos de más rango, como los obispos y hasta los papas.
También los personajes más importantes de la religión también lo han sido; los apóstoles, Jesús,
entre otros.
7. 2.2 Política
Si bien en Colombia existe cierta preferencia por los candidatos masculinos, y que la
participación de la mujer en los puestos de poder es menor que la del hombre; la ley 581 de 2000
“reglamenta la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de las
diferentes ramas y órganos del poder público, de conformidad con los artículos 13, 40 y 43 de la
Constitución”. Como se especifica en el artículo primero de dicha ley, “crea los mecanismos
para que las autoridades, en cumplimiento de los mandatos constitucionales, le den a la mujer la
adecuada y efectiva participación a que tiene derecho en todos los niveles de las ramas y demás
órganos del poder público, incluidas las entidades a que se refiere el inciso final del artículo 115
de la Constitución Política de Colombia, y además promuevan esa participación en las instancias
de decisión de la sociedad civil”.
3. SEXO DÉBIL: ¿CONSTRUCCIÓN BIOLÓGICA O CONSTRUCCIÓN CULTURAL?
Aunque Sigmund Freud nos plantea que las condiciones biológicas de la mujer la destinan a
estar a merced del hombre, ya que están incompletas y solamente tienen una cavidad, los
antropólogos modernos plantean que los hombres no nacen con una tendencia innata a ser
agresivos, y a ser dominantes, como es sabido que son. Por su parte, las mujeres tampoco nacen
tendientes a ser frágiles, y menos rudas que los hombres. Los intereses de cada sexo, no pueden
ser determinados por factores biológicos, sino que entorno sociocultural del individuo es el que
construye su personalidad como tal. Si argumentáramos que el hombre es importante,
simplemente por el hecho no haber nacido “castrado”, estamos descuidando la
complementariedad que el hombre y la mujer tienen en el proceso reproductivo.
También si orientamos nuestra posición hacia la supremacía femenina, por encima de la
masculina, caeríamos fácilmente en un fenómeno social llamado feminismo. Las relaciones de
los individuos deben darse lo más justas posibles, y poco a poco hay que ir destruyendo todos
aquellos paradigmas que nos hacen tener contemplaciones sesgadas y caer en el sexismo.
8. REFERENCIAS
Harris M, (1998). Antropología cultural.
Giraldo O, (1972). El machismo como fenómeno psicocultural. Revista latinoamericana de
psicología, Vol. 4, Num.3 pp. 295-309