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UNIDAD 1.
1- a) LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Todas las teorías y, de hecho, todas las disciplinas académicas responden en parte a los sucesos1
que
ocurren en el mundo real: en última instancia, si no hubiera problemas en la sociedad y en los asuntos
modernos, si no hubiera crisis, no habría ciencias sociales. Fueron los delitos y los suicidios los que
impulsaron los estudios de los primeros sociólogos; la inflación y el desempleo, los que alentaron la
economía; y la agitación política y los defectos de legitimación, los que espolearon a los primeros
teóricos de la política. Lo mismo cabe decir de las relaciones internacionales. De hecho, se puede
considerar al nacimiento de las Relaciones Internacionales como disciplina que esta ligado a una
preocupación; la existencia de conflictos bélicos entre los estados.
Preocupación que en este siglo alcanza un nivel elevado a partir de la experiencia de las dos guerras
mundiales y con la aparición del arma nuclear.
Derecho de la Integración como rama del Derecho Internacional.
El derecho de integración o comunitario se caracteriza por efectuar intereses fuertemente arraigados.
Así resulta una asociación de Estados que quieran lograr objetivos comunes, para lo cual se someten
voluntariamente a reglas que acuerdan entre si. Se produce una delegación de ciertas competencias
para mejorar la situación de cada uno de los países.
La intersección del cumplimiento del derecho internacional público con el manejo político de las
relaciones exteriores y de las relaciones internacionales, es un tema que ha cobrado importancia en
los últimos años, sobre todo en el escenario académico.
La integración plantea problemas jurídicos, tanto desde el punto de vista estructural como teológico.
La integración se concreta normativamente mediante la celebración de un tratado-marco, que crea
la organización comunitaria, cuyas instituciones elaboran normas jurídicas. Estad tienen vigencia
inmediata, aun sin aprobación del Estado miembro.
En el contexto de las relaciones internacionales, el concepto de soberanía significa la independencia
de un Estado de todo control externo.
La intangibilidad de la soberanía, como principio absoluto, es incompatible con las necesidades que
plantea en el mundo actual. La posibilidad de un ordenamiento fraccionado de ella, permite variantes
estructurales y relaciones diversificadas, que tienden a asegurar la existencia misma de los Estados.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN
Periodos bien definidos:
Antes de 1914, el fenómeno de la guerra había sido tratado por filósofos, historiadores, juristas, e
incluso por estadísticas y diplomáticos. Los intentos de teorizar sobre las relaciones interestatales o
entre distintas comunidades o sociedades nacionales, dependiendo de cada momento histórico, se
remontan hasta Tucídides.
Sin embargo, será a fines de la gran conflagración de 1914 a 1918, cuando fueron extendiéndose, en
las universidades y altas escuelas los cursos exclusivamente consagrados a dichas relaciones, o que
bajo este título de internacionales.
A pesar de que la paz de Westfalia, en 1683, era el resultado de la terrible Guerra de los Treinta Años,
los incipientes Estados que empezaron a emerger en Europa, siguieron valorando el uso de la fuerza
como una opción legítima para interactuar con los demás. El orden que establecía partía de la base
de que tales Estados rechazaban cualquier política homogenizada por parte de un emperador o un
papa.
Pero esto no significaba un acuerdo para excluir el uso de la fuerza por parte de cada Estado, pues
la oportunidad nacía, no existía mecanismo alguno, concertado en Westfalia, que así lo impidiera.
Se aceptó tácitamente que la convivencia entre los Estados era tan valiosa y racional como la guerra,
pues lo fundamental del acuerdo era reconocer la independencia de las decenas de entes políticos
que habían surgido en Europa y que podían ser administrados autónomamente.
Desde los primeros instrumentos internacionales hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial
1
MARBEL
Westfalia: Inicio de la Diplomacia y estados soberanos La negociación como una opción legitima,
un mandato racional de la naturaleza humana Evitar la devastación y entender las relaciones
estructurales de los estados
La idea base de los primeros acuerdos fue la soberanía nacional e integralidad territorial
TRATADO DE VIENA: Encuentro internacional celebrado en la capital austriaca, convocado con
el objetivo de restablecer las fronteras de Europa tras la derrota de Napoleón Bonaparte y
reorganizar las ideologías políticas del Antiguo Régimen.
Así pues, su intención era retornar Europa a la situación anterior a la Revolución francesa (1789),
no solo para restablecer las fronteras nacionales trastornadas casi 20 años antes, sino también para
asegurar un equilibrio de poder que evitase otra serie de conflictos armados a gran escala, como
fueron las anteriores guerras revolucionarias francesas y, posteriormente, las guerras napoleónicas.
Cambios en el mapa político europeo e inicio de “juegos diplomáticos”.
Las teorías de las RRII y la cooperación al desarrollo
Este apartado analizará los postulados de las principales escuelas teóricas de RRII y su aportación
a la explicación del fenómeno de la cooperación internacional. Las teorías de las RRII están
caracterizadas por la competencia entre diferentes tradiciones de pensamiento. Aquellas que han
logrado mayor atención han sido las diferentes corrientes del realismo, liberalismo, marxismo y
constructivismo. La Escuela Inglesa ha tenido muy poca recepción en la academia norteamericana,
siendo más aceptada en el Reino Unido, Australia y países del sudeste asiático.
Los Idealistas: La teoría de las relaciones internacionales nace al final de la Primera Guerra
Mundial, pues se creó la necesidad de reflexionar sobre cuáles eran sus implicaciones y cómo se iban
a enfrentar los desafíos que planteaba su final. Además, como enfrentarían las ideas liberales del
desafío impuesto por la Revolución rusa, en 1917, y la ola de nacionalismo que invadió a Europa
después de la guerra. Con Wilson a la cabeza, esta escuela idealista, modernamente denominada
libera– pluralistas, básicamente argumentó que el discurso de la relaciones internacionales se debía
ocupar, no sólo del Estado, sino de la comunidad de las naciones. Abogó por la creación de una liga
de naciones, donde sus miembros se sentarían en términos de absoluta igualdad y se obligarían
cuando tomaron decisiones unánimemente. Éstos reconocían la potencialidad permanente de la
guerra, pero exhortaban a la colaboración para mantener la paz internacional. Su mejor herramienta
serían las normas de derecho internacional.
¿ Porque Fracasan? Parece que fue precisamente por su objetivo de crear un DI capaz de aglutinar
los intereses de seguridad y de estabilidad de todos los que habían participado en la guerra, mientras
que otros pasaban que cuanto importaba en la seguridad y la estabilidad de quienes habían triunfado
en la guerra, es decir, existía un consenso en lo que se refiere al objetivo general de no ir a otra
guerra, pero ninguno acerca del medio. Ahí es donde nacieron las barreras para la agenda de los
idealistas. Sujeto a un nuevo orden a un tratado de paz no negociado, sino totalmente impuesto sobre
los vencidos. Así, uno de los pilares básicos de la propuesta wilsoniana conocida en la historia como
los "Catorce Puntos," y que abogaba por la necesidad de proteger, con carácter universal, la
autodeterminación de los pueblos ,dependía, como todos los demás puntos, de los ánimos
vindicativos y disuasivos de los franceses e ingleses con respecto a Alemania Sociedad de las
Naciones y su rol de “Garante” .Los aliados pensaban, y esto es evidente en el Tratado, que la
autodeterminación de otros pueblos no era un principio de DI, sino una condición que se iba ganando
por algunos pueblos con el tiempo y que estaba sujeta a que sus intereses de seguridad y estabilidad
estuvieran previamente asegurados. Los aliados convinieron en no hablar de colonias, sino de
mandatos constituidos por "pueblos incapaces aún para afrontar, por sí mismos, las difíciles
condiciones del mundo moderno la Sociedad de Naciones por sí mismas aseguraría no sólo sus
ánimos vindicativos, sino que garantizarían que sus territorios no fueran nuevamente objeto de
agresión por parte de Alemania. Por esto la Sociedad de Naciones es apenas un capítulo muy
pequeños de un tratado que se concentraba en la venganza y la seguridad.
Teoría Realista En 1918 la victoria aliada, también plasmada en el Tratado de Versalles, había
implantado, ingenuamente, un modelo de desarrollo que privilegiaba la seguridad de Francia,
Inglaterra e Italia, con lo cual sacrificaba cualquier posibilidad de crecimiento a una de las
economías más grandes de la región (Alemania) y que, además, pasaba por alto que durante la
guerra de los gobiernos inglés y francés habían adquirido una deuda con los EE.UU. que superaba
los dos mil millones de libras. Es decir el tratado no previó que la posición privilegiada de Europa
como centro de producción de bienes manufacturados y como la mayor importadora de materias
primas antes de la guerra había quedado totalmente destruida, y que a esto se sumaba la dependencia
de Europa hacia a la economía estadounidense. En fin, se habían creado todas las condiciones
objetivas para llevar a los europeos a una segunda guerra.
ANTECEDENTES Ante el fracaso de la Liga de las Naciones, aparecen los realistas, quienes
aseguraron que el plano internacional se caracterizaba por la necesidad, la regularidad y el peligro,
y que allí no tenía cabida el filósofo moral. Los realistas no sólo rechazaron la moral, sino que
tampoco aceptaron una teoría normativa de las relaciones internacionales, pues la preponderancia
en el planteamiento de cualquier política debía dársela, argumentaban ellos, únicamente a las
consideraciones de poder político. Así los realistas, en 1918, como los neorrealistas modernos,
explican el mundo de las relaciones internacionales como caótico por naturaleza. Por ser los
poderosos los que determinan el orden mundial son ellos quienes, bajo la lógica realista, definen la
forma de esas relaciones con las naciones, no sólo con su pares, sino con los más débiles.
• Esta escuela invita a los gobiernos de esos Estados a plantear políticas internacionales que vayan
desde la vulneración de la independencia política y económica de uno o varios países hasta el
establecimiento de alianzas temporales con ellos. Lo anterior explicaría por qué el derecho
internacional sufrió tantos reveses en el periodo 1914–1945. Veamos cómo sucedió esto.
• A partir de un reflexión rápida sobre el modelo de relaciones que tácitamente gobernaba al mundo
desde el Westfalia hasta la Primera Guerra, fácilmente se puede concluir que las ideas maquiavélicas
y hobbesianas habían creado las bases teóricas para que el realismo fuera incuestionable.
• La devastación de la Primera Guerra Mundial da espacio a una nueva forma de pensar las
relaciones internacionales; es la carnicería de este conflicto la que obliga a que los historiadores y
los politólogos de las naciones más poderosas reflexionen sobre la manera de evitar que las
relaciones con los otros Estados vulneraran o pusieran en peligro la seguridad y estabilidad interna
de sus países.
• Por esa razón, este argumento insiste en que es con la Primera Guerra que nace la teoría de las
relaciones internacionales. Lo que sucedía en los primeros quince años del siglo XX era que no se
escuchaban voces que pensaran que el orden mundial podía ser diferente al establecido en 1638 y
ratificado en 1815 en el Congreso de Viena. Esto lo cambió la Primera Gran Guerra, y a partir de
entonces los gobiernos tienen que pensar en cómo asegurar un proyecto que trajera seguridad y
estabilidad interna a sus ciudadanos.
• Ejemplo evidente de ese realismo incuestionable era el de Theodore Roosevelt y su ampliación
oficial de la doctrina Monroe para los países latinoamericanos en 1904. La popularidad de las
acciones de este presidente estadounidense entre sus conciudadanos, llevaba a pensar, a la mayoría
de ellos, sobre la certeza del "Destino Manifiesto" de esa nación.
RESURGIR DE LAS IDEAS LIBERALES INTERNACIONALES: Antes de 1939 los teóricos
liberales de los EE.UU. advertían no sólo sobre la actitud de los líderes alemanes constituían una
verdadera amenaza a su seguridad y a su estabilidad, sino que igualmente les preocupaba la visión
de los líderes japoneses e italianos. Pero estas voces en 1938 eran muy escasas, pues el resto del
mundo prefería dar la espalda a la diatriba de odio del líder alemán. Por todos estos hechos es que
para 1939 los idealistas–liberales habían conseguido un segundo aire. La posición geográfica y el
poder de los EE.UU., al igual que en la Primera Guerra, convierten a esta nación nuevamente en la
cuna de las ideas liberales que propondrían otro nuevo orden mundial.
• De este modo, son los liberales quienes empiezan a encontrar eco a sus planteamientos en los
líderes estadounidenses de esos años. Franklin Delano Roosevelt tomó las banderas de los idealistas–
liberales, pues entendió que no podía existir una amenaza mayor para la estabilidad y seguridad de
los EE.UU. que los dictadores que conformaban el llamado Eje, desde 1937.
• Este líder también entendía que Stalin no tenían ambiciones expansionistas, que el líder ruso estaba
primero preocupado por industrializar su nación para llevarla al desarrollo económico. Si bien podía
ser un dictador, en términos de la teoría política, Roosevelt pensaba que mediante una mezcla de
diplomacia pasiva y activa, Stalin sería un aliado frente a los miembros del Eje. Incluso, 'revió que
Rusia llegaría a convertirse en una nación democrática. Estas conclusiones harían de Roosevelt
pieza esencial para la elaboración de una nueva PI.
La Carta del Atlántico fue el nombre con que se conocería la declaración de "principios mutuos",
que serviría de base para crear un "mejor futuro para el mundo". Principios como la auto–
determinación de las naciones y la cooperación para solucionar los problemas económicos de la
humanidad, más allá de la importancia que tienen para el derecho internacional como antecedente
de la ONU, dejan claro el giro de la política internacional de estas dos naciones.
En este punto es fundamental mencionar que a diferencia de la Primera Guerra, la propaganda de
los aliados en la Segunda Guerra demonizaban a Hitler y a su, seguidilla, pero no al pueblo alemán
Capitalistas y comunistas podían aducir que luchaban juntos para derrotar fuerzas no menos que
diabólicas. Pues fácil y conveniente era atribuirles a los socialistas del mundo una comunión
permanente con la democracia y la libertad. Se trataba simplemente de dos formas de entender la
economía, pero que se oponían a la visión, no solo totalitaria, sino racista de los líderes alemanes.
Surgimiento del sistema de las Naciones Unidas
Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de terminar en 1945, las naciones estaban en
ruinas y el mundo quería la paz. Representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional del 25 de abril al 26 de junio
de 1945. Durante los siguientes dos meses, procedieron a redactar y luego firmar la Carta de la ONU,
que creó una nueva organización internacional, las Naciones Unidas, que, se esperaba, evitaría otra
guerra mundial como la que acababan de vivir. Cuatro meses después de la finalización de la
Conferencia de San Francisco, las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre
de 1945, después de que la Carta fuera ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino
Unido, los Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios.
• Entonces con la Segunda Guerra Mundial aparecieron nuevamente los intentos de los liberales,
quienes alegaban que el orden mundial debería basarse en el reconocimiento de la igualdad de todos
los Estados, la autodeterminación y la seguridad colectiva, garantizada por un organismo
supranacional. No obstante, a pesar de que F. D. Roosevelt había conseguido la creación de la ONU,
el paradigma liberal otra vez se hundía ante los hechos; pues no pasarían tres años antes de que el
balance de poder del mundo se convirtiera en bilateral y, entonces, todas las ideas de los liberales
sonarían inadecuadas para garantizar la seguridad nacional de los EE. UU. y de la URSS.
• La tercera confrontación de potencias del siglo XX, la Guerra Fría, se había iniciado. En este
escenario, que duraría cuarenta años la posesión de las armas nucleares y la devastación que ellas
representaban planteaban la guerra en términos de detente, es decir, que cada poder simplemente
trataba de obtener avances en las esferas de influencia del otro, ciudadano de mantener el equilibrio
de poder a su favor, sin que ese balance se desajustara hasta obligar al uso de las armas nucleares.
• "No guerra, no paz", es tal vez la frase que mejor explica la política internacional de las dos
potencias Prueba del avance del DI como camino hacia la comunidad internacional es que, después
de la firma de la Carta (reconocida inicialmente como una declaración), el número de tratados
bilaterales que se ocupaban exclusivamente de la resolución pacífica de conflictos declinó
sustancialmente,. Ya no se necesitaba discutir sobre el uso o no de los mecanismos de resolución
pacífica de controversias. El DI reflejaba la concreción de una nueva cultura. Pero la Guerra Fría y
la bipolaridad que implicaba facilitaron que la resolución de conflictos quedara sometida a las
políticas exteriores de los dos grandes en el seno de la ONU. La estrategia se traducía en el uso del
poder de veto de estos países en el Consejo de Seguridad, el cual permitió crear un foro de discusión
que no alineara a ninguna de las potencias y así evitar las equivocaciones de la Sociedad de las
Naciones. De esta manera, decenas de conflictos alrededor del mundo fueron desdeñados por el
Consejo de Seguridad, que de acuerdo con la Carta era el organismo que iba a ejercer el poder de
policía, capaz de solucionar el problema de eficacia del DI.
Neo marxistas
El paradigma para entender las relaciones internacionales era la humanidad, pues sólo por medio
de ella la comunidad de naciones trascendería, centraron su atención, no ya en la guerra entre las
grandes naciones, sino en la pobreza y el desarrollo económico. Los comportamentales o
neomarxistas aducían que para el mundo, era tan importante evitar una nueva guerra mundial como
lo era atender las necesidades económicas de la mayoría de los Estados del planeta; El artículo 55
de la Carta es una prueba más del avance de las ideas comportamentales. Allí se establece que la
ONU debe promover altos estándares de vida, total empleo, progreso social e incluso solución de
problemas internacionales económicos, sociales y de salud. Todo esto a partir del criterio de que
éstas, junto al respeto de los derechos fundamentales, son las condiciones necesarias para construir
un ambiente de estabilidad y bienestar, y que sólo así las relaciones pacíficas son posibles. Esta
corriente dentro de las relaciones internacionales ha sido una oportunidad para plantear que las
relaciones entre Estados no se pueden ver solamente en términos de teorías sobre la guerra y la paz
(neorrealistas) o en términos de estructuras supranacionales que centran sus esfuerzos en promover
que las potencias solucionen pacíficamente sus conflictos y en las relaciones económicas entre ellas
(neoliberales–pluralistas–estructuralistas), sino que pasa por entender que el desarrollo económico
de los países pobres es fundamental para asegurar la paz, la seguridad internacional y la justicia. El
problema del tercer mundo radica en que incluso el discurso neomarxista tiene origen
mayoritariamente en los países poderosos y, como Steve Smith argumenta, muy escasos son los
trabajos donde se intenta crear un debate entre los paradigmas, los cuales se limitan a concentrarse
en área y en grupos de estudio. Para concluir hay que argumentar que el desafió para los líderes de
los países pobres del mundo, en términos de relaciones internacionales y de derecho internacional,
es poder establecer bloques compactos que contribuyan al avance de agendas que pretendan, no
solamente resolver y evitar conflictos militares, sino solucionar las causas objetivas que hace de esos
Estados–nación sistemas inseguros e inestables en términos políticos y sociales.
. Realismo: El realismo explica la realidad internacional a partir del interés primario de los Estados
de maximizar su supervivencia, seguridad o poder (como instrumento para los otros dos primeros
objetivos), tanto a partir del objetivo final de la dominación de otras naciones (Morgenthau 1986),
o de las características de la estructura en la cual están insertos (Waltz 1988). En este sentido, es
necesario diferenciar entre los postulados del realismo clásico y el neorrealismo o realismo
estructural. El primero identifica las causas del comportamiento de los Estados en la naturaleza
humana, o el primer nivel de análisis (Waltz 1959: 25-51). La conducta del hombre está determinada
por su interés y la búsqueda o maximización de poder (Morgenthau 1986: 19-20). Como el Estado
se encuentra compuesto por seres humanos, las RRII se constituyen fundamentalmente por conductas
egoístas por parte de los Estados, dedicándose cada uno de ellos a la búsqueda de mayor poder,
mayor seguridad, o maximizar el interés nacional (generalmente unido a la búsqueda de poder)
El realismo estructural, por su parte, explica las RRII a partir de fuerzas que se encuentran en la
tercera imagen, o nivel sistémico (Waltz 1959: 177-206). Una teoría sistémica explica «de qué modo
la organización de un dominio actúa como fuerza limitadora y autorizadora de las unidades
interactuantes» (Waltz 1988, 108), y explicita que las conductas y resultados se hallan en la
estructura del sistema. En las RRII, «la estructura de un sistema cambia con los cambios de la
distribución de las capacidades» entre los Estados (Waltz 1988: 145). Para el realismo estructural,
los Estados también buscan maximizar poder o seguridad, pero como consecuencia del estado
anárquico de las RRII. Así, esta búsqueda será diferente de acuerdo con el tipo de estructura en el
cual se encuentren los Estados. Para ambas versiones del realismo, las relaciones con otros Estados,
a través de su política exterior, se basan en la utilización de diferentes herramientas para alcanzar
los objetivos de aumento de poder o maximización de seguridad. En este sentido, la política de
cooperación oficial al desarrollo de un Estado tendría que ser entendida como una herramienta más
para la promoción del interés nacional. Continuando con este razonamiento, la AOD es distribuida
con el fin de generar mayor seguridad para el donante consolidando alianzas con los Estados afines
o cercanos, o para generar mayor riqueza nacional al impulsar el comercio bilateral del donante,
posibilitando oportunidades comerciales en el exterior, en este caso, con los receptores de AOD. En
términos empíricos, se puede pensar en una serie de variables que explicarían la asignación
geográfica de la ayuda al desarrollo desde una teoría realista de las RRII. En primer lugar, se debe
pensar en una variable geográfica de distancia entre el donante y el receptor de ayuda. Esta variable
se relaciona con el interés egoísta de los donantes de mantener un área de influencia y maximizar su
seguridad frente al peligro que pueden presentar los países más cercanos. La seguridad de un Estado
(en este caso, el donante) estaría amenazada, en primer lugar, por sus vecinos. Transferir recursos
hacia los Estados cercanos, en un postulado realista, contribuye a aminorar la potencial tensión que
podría existir entre el receptor y el donante, ya que mejora la situación socioeconómica, evita
conflictos internos desestabilizadores del statu quo y potenciales olas de inmigración. En este sentido,
la distancia geográfica entre los países se puede medir a partir de la distancia en kilómetros
existentes entre las capitales. La segunda variable realista que hay que considerar es el comercio
bilateral entre el donante y el receptor. Aquí se debería discernir si existe alguna relación entre la
cantidad de AOD que recibe un país y el nivel de importaciones que realiza el donante de los fondos.
Es una variable realista al ser la AOD un instrumento de promoción del interés nacional. En otras
palabras, se puede entender la AOD como instrumento de promoción de un interés económico (el
comercio exterior). En el realismo, se puede entender que la capacidad económica es parte del poder
de un país. Como tercera variable, se puede considerar el grado de cercanía como potencial alianza
que existe entre el donante y el receptor. Para el realismo, el juego de poder promueve la coincidencia
de preferencias, así sea por la persuasión o la fuerza del más poderoso hacia los más débiles. La
cooperación al desarrollo puede ser un instrumento de persuasión con el fin de generar o mantener
cierta afinidad entre los intereses del donante y los del receptor. Para Morgenthau (1969), la ayuda
externa puede ser utilizada en forma de soborno para «comprar» las voluntades de los receptores.
En este sentido, varios trabajos han intentado descifrar si existe alguna relación en este sentido. Esta
variable ya ha sido extensamente utilizada en otros trabajos (Wittkopf 1973; Wang 1999; Dreher et
al 2006; Kuziemko y Werker 2006; Iwanami 2010; Sullivan et al 2011). El nivel de afinidad entre dos
Estados se puede medir a través de la coincidencia en las votaciones en la Asamblea General de
Naciones Unidas donde cada Estado expresa sus preferencias con respecto a diferentes temas. Como
las votaciones en Naciones Unidas no son vinculantes, los Estados pueden expresar a través de su
voto sus preferencias. Al comparar cómo votó cada Estado en un mismo tema, el investigador puede
deducir el nivel de coincidencia en las preferencias que tienen dos Estados. También es necesario
hacer referencia a variables que den cuenta de la influencia que la estructura tiene sobre las
relaciones entre los Estados. La cuarta variable de inspiración realista propuesta hace referencia a
la existencia o no de un sistema bipolar. Se considera a la distribución relativa de capacidades como
el principal factor explicativo de la distribución de preferencias y restricciones a la acción de los
Estados. La competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética, según esta corriente de
pensamiento, llevó a la utilización de los diferentes instrumentos de política exterior para el beneficio
de los donantes en la rivalidad Este-Oeste. El período de la Guerra Fría es considerado como un
mundo bipolar en tanto la distribución de capacidades materiales del planeta estaba concentrada en
dos grandes potencias globales. El fin de la Guerra Fría trajo consigo un mundo unipolar, nuevos
escenarios de conflicto internacional y nuevas modalidades de conducirse en la política exterior
diferentes a las existentes en el mundo bipolar (Fukuyama 1989; Krauthammer 1990; Gaddis 1991;
Rogers 2000). La capacidad explicativa de los cambios de la estructura es fundamental en el realismo
estructural para considerar el poder explicativo de esta corriente teórica (Waltz 2000). En este
sentido, se esperaría que el fin de la Guerra Fría haya sido un momento en el cual hayan existido
cambios en los patrones de distribución geográfica de la ayuda internacional. Meernik, Krueger y
Poe (1998) han encontrado que el cambio sistémico afectó la importancia relativa de los objetivos
de seguridad e ideológicos en las decisiones de asignación geográfica de la ayuda internacional. La
quinta variable hace referencia a la lucha de poder entre los bloques capitalista y comunista que
surge con la Guerra Fría. Los Estados comunistas han sido históricamente interpretados como
amenazas o enemigos por la mayoría de los Estados capitalistas liberales que son justamente los
donantes de cooperación al desarrollo de la OCDE. Por ejemplo, en 1961, el presidente
norteamericano John F. Kennedy afirmó que la ayuda al desarrollo era un instrumento de Estados
Unidos para sostener a varios países que de otra forma pasarían al bloque comunista (Hayter 1971).
La característica de país comunista denota la no alineación de un Estado con el bloque de países
capitalistas y donantes de ayuda al desarrollo.
Liberalismo A diferencia del realismo, la escuela liberal resalta la posibilidad de la cooperación y
la generación de un contexto para el progreso general, los cuales son considerados realizables, y
donde la cooperación está presente, al menos en potencia (Jervis, 1999). La escuela del liberalismo
permite explicar las RRII a partir de características internas de los Estados. En este sentido, el
liberalismo centra la explicación del fenómeno de las RRII en las variaciones en las preferencias de
los Estados (Moravcsik 2010: 113), y no en el interés nacional o distribución de capacidades
materiales que son dadas a partir del lugar que ocupa cada Estado en el sistema internacional. Estas
variaciones pueden llevarse a cabo a partir de las características particulares de cada Estado, sus
instituciones o la sociedad civil. Para los liberales, la política exterior de los Estados democráticos
no debería ser explicada únicamente en términos exclusivos de equilibrio de poder (como lo hacen
los realistas), sino también a través de las relaciones de confianza que se generan entre democracias
(Doyle 1983). En términos generales, Rathbun (2010) identifica al liberalismo como aquella
corriente que se centra en el análisis de la cooperación entre los Estados como variable dependiente,
en donde se espera un mayor potencial de cooperación y progreso en las RRII (Rathbun 2010: 4).
También identifica al liberalismo como el análisis de la realidad internacional, a partir de factores
de la primera o segunda imagen. Con respecto a la primera forma de identificar al liberalismo,
variantes del mismo se manifiestan en el institucionalismo neoliberal,6 liberalismo comercial,7
liberalismo militar,8 liberalismo sociológico,9 liberalismo cognitivo10 y liberalismo regulativo11
(Rathbun 2010: 7-8). Sin embargo, la tesis más importante de esta escuela es la teoría de la paz
democrática (como parte del liberalismo republicano), la cual afirma que los Estados democráticos
no se hacen la guerra entre sí. Las democracias son capaces de alcanzar la paz entre ellas porque
ejercen la precaución inherente a toda democracia y son capaces de apreciar los derechos
internacionales de las repúblicas extranjeras (Doyle 1986: 1162). Conscientes de la armonía entre
ellas, que deriva en la creación de un contexto de paz y seguridad, la cooperación puede surgir y
mantenerse. Por lo tanto, es racional para los Estados democráticos la promoción de la democracia
en otros Estados. De esta forma, se puede pensar en la cooperación internacional al desarrollo como
un instrumento de política exterior de los Estados liberales y democráticos para generar cooperación
y mayor democracia en el exterior y crear un mundo más seguro para las mismas. Este argumento
está relacionado con el lugar que
tienen las ideas en las relaciones entre Estados, y cómo estas se combinan con los intereses para
generar acciones. Para Goldstein y Keohane (1993) las creencias basadas en principios afectan la
formulación de políticas cuando estas se han integrado en las instituciones políticas y se convierten
en guías para asistir a los actores en la formulación de estrategias políticas en donde no existe un
único equilibrio. Así, la promoción de la democracia puede ser entendida como la aplicación de la
idea principista sobre los beneficios inherentes al sistema democrático, tanto para los ciudadanos
del Estado promotor (beneficios de seguridad) como para el Estado democrático (beneficios
individuales de libertad). La segunda forma de identificar al liberalismo según Rathbun (2010) es la
configuración institucional interna (como el sistema político, el sistema de partidos o la opinión
pública). Esta «segunda imagen» también puede influir en las preferencias de los Estados y, de esta
forma, en la política exterior. Macmillan (2004) afirma que la teoría de la paz democrática incluso
puede ser estudiada en mayor profundidad haciendo referencia a las diferencias internas que tienen
las democracias. En cuanto a los estudios de cooperación al desarrollo, Thérien (2002) y Thérien y
Noël (2000) hacen referencia al papel de la ideología de los partidos políticos en la asignación de la
ayuda internacional. Noël y Thérien (1995) afirman que los Estados con grandes políticas de
bienestar son propensos a destinar mayor ayuda internacional de acuerdo con sus capacidades. Así,
la cooperación al desarrollo sería el equivalente internacional de la seguridad provista por las
políticas de bienestar domésticas. También en este sentido, Tingley (2010) argumenta que la
ideología económica juega un papel importante en determinar la cantidad de ayuda destinada al
desarrollo. En este sentido, los gobiernos más conservadores comprometen menos fondos a la
cooperación al desarrollo que los gobiernos progresistas. Este argumento es un claro ejemplo de
cómo el liberalismo entendería la relación causal en los estudios de la cooperación al desarrollo. La
tradición liberal ha contribuido en dos sentidos a la teoría de las RRII. Por un lado, desde la tesis
de la paz democrática y, por otro lado, desde explicaciones que toman las preferencias de los actores
al interior de los Estados como factores determinantes de la política exterior. Dos variables liberales
pueden ser examinadas en esta forma de entender el liberalismo. La primera variable hace referencia
a los diferentes intereses y preferencias dentro de los Estados. Los donantes de la OCDE son todas
democracias, donde cada fuerza política puede participar en la competencia y tiene sus propias
preferencias de política exterior. Como se ha visto en la revisión de la literatura, según Thérien
(2002), dentro de las fuerzas políticas que compiten al interior de los Estados, la izquierda, al tener
un discurso más igualitario, es más proclive a ofrecer AOD. Así, los partidos socialdemócratas (o de
izquierda/centro-izquierda) tienen un efecto positivo en los niveles de ayuda al desarrollo que ofrece
un país (Thérien y Noël 2010). Como se señaló anteriormente, una explicación liberal de la
cooperación internacional puede incluir a los actores internos del Estado, como son los partidos
políticos y la distribución ideológica que existe en el sistema de partidos. La segunda variable
propuesta tiene en cuenta el supuesto sobre la tesis de la paz democrática y analiza si los donantes
tienen una preferencia positiva por los Estados democráticos a la hora de destinar fondos de ayuda
internacional. En esta variable, el liberalismo entiende que la cooperación al desarrollo es un
instrumento de la política exterior que los Estados liberales utilizan para generar cooperación y
mayor democracia en el exterior y, por lo tanto, mayor seguridad para ellos mismos.
??Marxismo??La??tradición??marxista??en??RRII??resalta??el??clivaje??NorteSur??entre??lo
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ntan??diversos??grados??de??diferenciación??del??sistema??productivo??y??ocupan??posicion
es??distintas??en??la??estructura??global??del??sistema??capitalista??se??genera??la??difere
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nida??de??relaciones??de??dominación?? Cardoso??y??Faletto?? ??????????Para??los??au
tores??de??esta??tradición??los??Estados??subdesarrollados??están??en??una??condición??de
??inferioridad??y??dependencia??debido??a??las??características??intrínsecas??al??capitalism
o??que??como??consecuencia??del??proceso??de??acumulación??genera??ganadores??y??per
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e??sistema??desigual??tienden??a??reforzar??estas??relaciones??a??través??de??sus??política
s??exteriores??La??ayuda??internacional??que??reciben??los??países??del??Sur??es??un??fen
ómeno??que??surge??de??las??jerarquías??materiales??existentes??entre??los??Estados??así
??sean??políticomilitares??o??socioeconómicas?? Hattori??
?????? ????????Según??la??tradición??marxista??la??vida??económica??de??las??naciones
??más??débiles??está??penetrada??por??los??intereses??de??las??naciones??poderosas?? Co
x?? ??????????incluso??en??aquellas??regiones??donde??la??práctica??imperialista??ha??d
esaparecido??todavía??existen??relaciones??jerárquicas??y??de??imposición??de??condiciones
?? comerciales??o??de??política??interna???? Hayter?? ???? ????Las??relaciones??actua
les??entre??el??Norte??desarrollado??y??el??Sur??subdesarrollado??pueden??ser??entendidas
??en??clave??de??neoimperialismo??como??la??explotación??de??los??países??subdesarrollad
os??por??parte??de??los??centrales??Esta??explotación??no??desapareció??con??el??fin??del
??imperialismo??sino??que??se??reconfiguró??Las??nuevas??formas??de??dominación??son??
menos??explícitas??Según??Krasner??
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??soberanía??El??marxismo??en??RRII??acentúa??el??significado??de??soberanía??westfalian
a??el??cual??es??un??acuerdo??institucional??basado??en??dos??principios????territorialidad
??y??exclusión??de??actores??externos??de??las??estructuras??de??autoridad??internas??Esta
??soberanía??se??viola??cuando??actores??externos??influyen??sobre??o??determinan??las??
estructuras??de??autoridad??internas??a??través??de??acciones??coercitivas??voluntarias??int
ervención??o??invitación?? Krasner??
????????????Así??los??imperios??informales??pueden??ser??definidos??como??«estructuras
??transnacionales??de??autoridad??política??de??facto??cuyos??miembros??son??Estados??so
beranos»?? Krasner??
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??al??desarrollo??se??ubica??dentro??del??nacimiento??de??un??nuevo??sistema??interestata
l????el??de??la??hegemonía??de??Estados??Unidos??marcado??por??el??nacimiento??de??la
??Organización??de??Naciones??Unidas??destinada??a??imponer??restricciones??institucional
es??en??favor??del??hegemón??Entre??el??abanico??de??herramientas??de??restricciones??in
stitucionales??se??encuentran??el??uso??de??la??fuerza??soborno??y??la??persuasión??ideoló
gica?? Wallerstein?? ??????????Como??parte??de??estas??dos??últimas??herramientas??se
??puede??entender??la??cooperación??al??desarrollo??dentro??de??este??marco??teórico??P
or??lo??tanto??las??nuevas??formas??de??imperialismo??se??pueden??manifestar??a??través
??de??la??utilización??de??la??ayuda??al??desarrollo??como??soborno??para??influir??en??l
as??estructuras??de??autoridad??internas??del??país??receptor??Por??otro??lado??para??la
??teoría??de??la??dependencia??el??poder??del??centro??se??manifiesta??a??través??de??las
??desiguales??condiciones??de??intercambio??en??el??comercio??internacional??y??en??la??
presencia??de??multinacionales??las??cuales??refuerzan??la??explotación??y??dependencia??
de??los??países??de??la??periferia?? Cardoso??y??Faletto?? ?????????? ????????Dentro
??de??esta??lógica??la??ayuda??internacional??que??ofrecen??los??países??del??centro??est
aría??relacionada??con??el??fortalecimiento??de??las??relaciones??de??dependencia??lo??qu
e??en??términos??empíricos??podría??significar??promover??las??inversiones??extranjeras??d
irectas??provenientes??del??donante??en??los??receptores??de??AOD
Constructivismo Dentro de las escuelas teóricas de las RRII, el constructivismo se ubica junto al
realismo y el marxismo como una escuela sistémica. Para esta corriente teórica, existen múltiples
formas de entender la anarquía del sistema internacional por parte de los Estados. Así, los actores
entienden a la política internacional como más o menos anárquica de acuerdo con las diferentes
áreas o dominios (Hopf 1998: 174). El constructivismo se ha concentrado en la influencia que las
ideas y normas poseen en el comportamiento de los Estados, en especial aquellas compartidas a las
cuales ajustan su comportamiento los diferentes actores del sistema internacional (Wendt 1999;
Finnemore y Sikkink 2001: 392). Las identidades estatales, para el constructivismo, determinan quién
es cada Estado y quiénes son los otros, además de afectar los intereses de los mismos. Estas
identidades, que son cambiantes, dependen del contexto histórico, cultural, político y social. Esto
permite
que, para el constructivismo, los Estados tengan intereses diferentes, supuesto que no se mantiene
para el realismo (Hopf 1998: 176). Además, reconoce la capacidad de evolución o cambio en las
ideas y normas, lo que posibilita pasar de sistemas competitivos a sistemas de cooperación o ayuda
en las relaciones entre Estados. El constructivismo propone la idea de identidad colectiva en las
relaciones entre Estados, en la cual el interés propio y el interés colectivo son efectos de un proceso
de identificación con el otro. Esta identificación es un continuo entre identificación negativa y
positiva, y puede variar en diferentes áreas (Wendt 1994). La explicación humanitaria de la
cooperación al desarrollo está relacionada con la identificación positiva que tienen los donantes con
las sociedades de los Estados receptores. Así, se puede entender a la cooperación al desarrollo tanto
como una evolución de una identidad colectiva mundial en la cual una norma internacional presiona
a los Estados ricos a ayudar a los Estados pobres con el objetivo de mejorar la condición de estos
últimos. También se puede pensar como la consolidación en los Estados donantes de la identificación
con los ciudadanos de los Estados en vías de desarrollo en tanto seres humanos con necesidades.
Esta norma se ajusta a la cooperación internacional como una práctica voluntaria, ya que su
incumplimiento no implica una sanción, sino más bien una recriminación o reproche por parte de
otros actores del sistema internacional. La estructura de socialización internacional afecta tanto a
las identidades estatales como a las estructuras sociales internas. Esto, a su vez, influye en sus
intereses lo que les lleva a comportarse de cierta forma. Ahora bien, la cooperación internacional al
desarrollo es consecuencia de intereses específicos de los Estados. Así también lo es la asignación
geográfica que realizan estos países. Para explicar este comportamiento desde el constructivismo,
es necesario remitirse a la estructura internacional de las ideas, a cómo estos Estados socializaron
y socializan la idea de ayuda internacional al desarrollo. Además, es necesario investigar la
socialización interna que se hace de esta idea. Las variables de inspiración humanitaria son aquellas
que estarían inspiradas en la corriente constructivista de las RRII. En este sentido, la asignación de
ayuda internacional a los Estados más pobres está relacionada con la idea de cumplir con las
obligaciones morales que poseen los Estados ricos, obligaciones que surgen de un proceso de
socialización con otros Estados.
¿Cómo medir el grado de necesidad de un Estado? Aquí es donde los investigadores deben estar
atentos a las diferentes visiones de desarrollo que existen en el mundo. Desde el constructivismo se
entiende que la identidad nacional da forma a los intereses nacionales, y estos a su vez generan las
preferencias estatales en situaciones o áreas específicas. Pensándolo en el sentido contrario, cómo
un Estado donante ve al desarrollo en otros Estados depende de su identidad nacional. Así, algunos
Estados pueden hacer referencia al PBI per cápita (en sus diferentes variantes), el Índice de
Desarrollo Humano, necesidad humanitaria como consecuencia de desastres naturales o conflictos
armados, o indicadores más precisos: mortalidad, mortalidad infantil, nivel de alfabetización, acceso
a servicios básicos, etc. Como se afirmó anteriormente, las normas internacionales también tienen
su propia evolución (aunque no necesariamente evolucionan en un solo sentido). Otra forma de
evaluar el poder explicativo del constructivismo en la cooperación internacional al desarrollo es
analizar la evolución e impacto en los flujos de ayuda internacional de la norma internacional de
ayuda a los más necesitados del planeta. En este sentido, por ejemplo, Thorbecke (2000) muestra
cómo se ha ido consolidando y fortaleciendo el sistema internacional de cooperación al desarrollo
desde la década de los años sesenta, a través de la redefinición de los objetivos propuestos, las teorías
que sustentan estos objetivos, las estrategias y el papel de la ayuda internacional. A pesar de los
cambios, la cooperación al desarrollo se consideró siempre necesaria para colaborar con el
desarrollo del Tercer Mundo, aunque en diferentes niveles. Las diferentes declaraciones de la
necesidad de un mundo más igualitario, más justo o más desarrollado son manifestaciones del grado
de evolución de esta norma internacional en la sociedad de Estados. Desde el constructivismo
también se estudia cómo las organizaciones internacionales son un reflejo e influyen en las
identidades estatales (Finnemore 1996). Sin embargo, el estudio de la influencia de organizaciones
internacionales en las identidades o preferencias estatales está en competencia con el liberalismo
(Keohane 1989; Sterling-Folker 2000). El debate existente entre el constructivismo y el liberalismo
en esta materia excede el propósito y espacio de este artículo, aunque resulta necesario resaltar que
el argumento en disputa es si las organizaciones internacionales son la manifestación de la
socialización de los Estados o llegan a convertirse en actores independientes de los mismos. Por este
motivo, el análisis de la cooperación internacional al desarrollo desde las teorías de las RRII también
será enriquecedor para el debate teórico que existe en la disciplina.
b) LOS REGIMENES INTERNACIONALES Y LA POLÍTICA INTERNACIONAL
Un régimen internacional se define como el conjunto de principios, normas, reglas y
procedimientos para la toma de decisiones que rige el comportamiento de los Estados en
un Áreade la políticainternacional.’
Junto con organismos internacionales tales como las Naciones Unidas o la Union
Europea, y las convenciones básicas de la sociedad internacional, como las que establecen
la soberanía de los Estados, los regímenes internacionales constituyen una clase
primordial de instituciones internacionales. Los regímenes
son ordenes internacionales parciales, creados ex profeso y de alcance regional o mundial,
cuyo propósito es sustraer ciertas áreas de la política internacional del ámbito de las
practicas unilaterales. Al crear expectativas comunes sobre las conductas que resultan
apropiadas y elevar el grado de transparencia en un ámbito determinado de la política,
los regímenes internacionales propician que los Estados (y otros actores) cooperen con
el fin de obtener ganancias comunes, expresadas, por ejemplo, en un mayor bienestar
social o en mayor seguridad. Si clasificamos las áreas de la política internacional de
acuerdo con el valor predominante en cada una de ellas, encontramos que existen
regímenes en todos los ámbitos de la política mundial contemporánea: existen regímenes
de seguridad, como el régimen de no proliferación nuclear; regimenes económicos, como
el de comercio internacional; regímenes ambientales, como el régimen internacional para
la protección de la capa de ozono, y por ultimo, regímenes de derechos humanos, como el
que se basa en la Convención Europea de Derechos Humanos."
Los académicos se plantearon preguntas sobre la trascendencia política de los regímenes
internacionales:
¿qué tan efectivas son las normas y reglas acordadas mediante las cuales definimos a los
regímenes?; en otras palabras, ¿pueden pronosticar con certeza el comportamiento de los
Estados o es más bien el interés nacional, en sentido estricto, lo que explica que los actores
ignoren los mandatos de los regímenes cuando éstos se vuelven inconvenientes? Por otra parte,
¿qué tan resistentes o vigorosos son los regímenes frente a los retos o factores exogenos que se
presentan dentro de un área o fuera de ella? Por ejemplo, si se debilita la estructura de poder
que prevalecía cuando se creo el régimen, ¿acaso esto conduce necesariamente a la caída del
régimen, o bien los regímenes adquieren una vida propia, al ganar cierta independencia respecto
de las condiciones que alguna vez facilitaron su formación y configuraron también los principios
y normas que fueron adoptados?''
Hoy, a finales de los años noventa, las polémicas que suscito este tema de estudio han
disminuido, pero ello no significa que el análisis de los regímenes como campo de investigación
haya dejado de existir. Por elcontrario, el hecho de que el concepto de régimen no sea ya objeto
de acaloradas controversias académicas debe interpretarse como un indicio de que el estudio
de los regímenes internacionales (o en términos mas amplios, el estudio de las instituciones
internacionales) ha madurado y se ha convertido en un campo, firmemente asentado, de las
relaciones internacionales." Tampoco debe pensarse que el análisis de los regímenes se ha
estancado, pues en el curso de la ultima década se publico un numero considerable de trabajos
interesantes.'" Así, ciertos temas a los que los estudiosos de los regímenes no habían prestado
antes demasiada atención son ahora objeto de importantes estudios empíricos, como es elcaso
de la política ambiental internacional, antes y después de la Conferencia de Rio de 1992. Por
otra parte, en respuesta a la acusación que comúnmente se imputa al análisis de los regímenes
de centrar la atención exclusivamente en el Estado, se han hecho varios intentos por estudiar
de manera mas sistemática el papel que desempeñan los actores no estatales en la formación
de los regímenes internacionales. Es así que los estudiosos han examinado las llamadas
“comunidades epistémicas”, es decir, las redes transnacionales de expertos en determinadas
áreas, que comparten tanto hipótesis sobre los procesos físicos y sociales que requieren de la
acción internacional, como una visión sobre las políticas publicas que debieran adoptarse. Se
han identificado varias comunidades epistémicas influyentes en diversas áreas de la política
internacional, que abarcan desde la preservación de los mares hasta el control de armamentos.
Mas aun, los estudiosos han empezado a examinar la teoría y la realidad empírica de los
regímenes transnacionales, esto es, de aquellas instituciones normativas de alcance
transfronterizo que crean y mantienen actores privados. Ejemplo de tales regímenes
internacionales privados es la cooperación reglamentada entre grandes empresas
transnacionales en sectores como el de los seguros, la banca o el transporte de carga.'Sin
embargo, lo que importa destacar aquí es que la corriente de trabajos teóricos creativos en
materia de regímenes internacionales no se ha interrumpido.
La mayor parte de las teorías de los regímenes internacionales pueden atribuirse a uno de
los tres siguientes programas de investigación o escuelas de pensamiento: el neoliberalismo,
que privilegia el análisisde diversas configuraciones de intereses; el realismo, para el cual las
relaciones de poder entre los Estados representan la variable clave, o el cognitivismo, que pone
el énfasis en el conocimiento causal (causal knowledge) y social de los actores. Cada una de
estas tres escuelas de pensamiento ha elaborado y defendido una perspectiva diferente sobre
los orígenes, estabilidad y consecuencias de los regímenes internacionales, al tiempo que
se han entablado entre ellas prolongados y, a menudo, fascinantes debates
intelectuales .Pero, si bien la competencia entre neoliberales, realistas y cognitivistas en
torno al estudio de los regímenes internacionales ha sido, sin duda, muy saludable, podría
afirmarse que es hora de que los estudiosos de los regimenes internacionales exploren en
forma mas sistemática las posibilidades de llevar a cabo una síntesis o división del trabajo
entre las tres escuelas de pensamiento. El argumento prima facie para proponer esto es
que las tres escuelas ofrecen una visión plausible sobre los regímenes internacionales y
pueden sustentar su interpretación con una cantidad considerable, aunque no concluyente,
de evidencia empírica, de donde podría derivarse que las variables privilegiadas por cada
una de las tres escuelas —intereses, poder y conocimiento de alguna manera interactúan
(o trabajan conjuntamente) en la creación y configuración de los regímenes
internacionales. Pero, de ser esto cierto, aquellas teorías que contraponen una variable a
las otras dos son necesariamente sesgadas y, por tanto, es mas factible que en muchas
situaciones resulten engañosas como instrumentos de pronostico y como guías para la
política exterior.
Esta observación justifica la tentativa de combinar ciertos elementos de las
perspectivas neoliberal, realista y cognitivistas sobre los regímenes internacionales a fin
de elaborar una teoría mas compleja.
1) El neoliberalismo y el realismo no solo tienen raíces comunes en el racionalismo, en tanto
postura metateorica, sino que también pueden trabajar de manera conjunta y fructifera para
explicar los regímenes internacionales, lo que abre la posibilidad de elaborar una teoría
racionalista de las instituciones internacionales mas unificada.
2) Existe una vertiente particular de la escuela cognitivista, denominado “cognitivismo
débil”, la cual puede servir como el complemento analítico necesario para la explicación
racionalista de los regímenes internacionales y, por tanto, puede ser incorporada a ella.
3) Una síntesis mayor — que también incluya las formas mas radicales, a saber, los
“duros” del cognitivismo— no es posible. Los “cognitivistas duros” parten de posturas
ontológicas y epistemológicas radicalmente opuestas a las de los neoliberales y realistas. En
este caso, resulta mas probable y deseable que continué la competencia intelectual y no así que
se hagan intentos fallidos por fusionar dos paradigmas de investigación que son mutuamente
excluyentes.
ESCUELAS DE PENSAMIENTO EN EL ESTUDIO DE LOS REGIMENES
INTERNACIONALES: NEOLIBERALISMO, REALISMO Y COGNITIVISMO
Neoliberalismo
Los neoliberales subrayan la forma en que los regímenes internacionales contribuyen a que los
Estados logren ciertos intereses comunes, los Estados que son presentados como egoístas
racionales a los que solo les interesan sus propias ganancias (absolutas) . En la política
internacional no todo es conflicto, aunque la cooperación, que podría resultar benéfica para
todos los participantes, es difícil de lograr, dada la profunda incertidumbre que caracteriza a la
vida internacional. En particular, los Estados dudan de que se pueda contra las promesas de
cooperación de los socios. Al hacer mas transparente la conducta de los Estados y vincular los
asuntos de interés durante un tiempo suficiente (lo que hace posible que se adopten estrategias
de reciprocidad) los regímenes reducen tal incertidumbre, disminuyen el terror a ser engañado
o explotado por las otras partes y propician, así, que los Estados se aventuren a participar en
empresas conjuntas. Los neoliberales han tornado muchos conceptos de la teoría económica de
las instituciones que destaca el papel que desempeñan la información y los costos de transacción.
Ciertos modelos de la teoría de juegos, como “el dilema del prisionero” o “la batalla de los
sexos”, han sido utilizados para caracterizar la gama de intereses que están en la raíz de varios
tipos de regímenes internacionales y que influyen también en la posibilidad misma de que se
cree un régimen."Al apropiarse deliberadamente de ciertos conceptos básicos del enfoque
realista sobre la política mundial, los neoliberales han objetado el escepticismo del realismo
estructural con respecto a las instituciones internacionales e intentan demostrar que, de hecho,
tal escepticismo no puede fundamentarse en los supuestos realistas sobre la naturaleza de los
Estados y del sistema internacional. Los regimenes contribuyen a que los Estados, centrados en
sus propios intereses, coordinen sus acciones de ta1 suerte que puedan evitar colectivamente la
obtención de resultados obtimos, y es posible mostrar que los Estados se interesan por preservar
los regimenes existentes aun cuando los factores que les dieron origen hayan desaparecido. Los
neoliberales destacan que, pese a que los Estados carecen de un sentido de la obligación, si
reflexionan antes de violar las reglas acordadas, pues en un régimen potencialmente benéfico,
los Estados con reputación de oportunistas tendrán mas dificultad para que se les acepte como
socios en e1 futuro. Mas aun, dado que no es sencillo crear instituciones internacionales, los
Estados dudaran antes de poner en peligro a un régimen, lo que ocurriría, por ejemplo, si
condicionaran la continuidad de su cooperación a la realización de cambios profundos en e1
régimen. En otras palabras, los regimenes internacionales son resistentes pues representan
“costos perdidos”, es decir, son inversiones políticas que no pueden recuperarse fácilmente y
aplicarse a otros fines.
Realismo
Aunque los realistas estructurales de la corriente wa1tziana han prestado poca atención a las
instituciones internacionales, cuya influencia en la política internacional no es, en su opinión,
sino marginal, los “realistas pos- clásicos, admiten que la cooperación entre Estados basada en
los regímenes es una realidad que requiere ser explicada. Algunos realistas que estudian los
regímenes internacionales, como Robert Gi1pin ," Stephen Krasner" o Joseph Grieco," afirman
que e1 poder es igualmente decisivo tanto para la cooperación como para la discordia entre las
naciones. De acuerdo con estos “realistas estructurales modificados”, la distribución de las
capacidades entre los actores influye de manera crucial sobre las posibilidades de que surja y
se mantenga un régimen efectivo en un área determinada, así como en la naturaleza del régimen
resultante, sobre todo en lo que se refiere al destino final de los beneficios generados por la
cooperación. Una versión anterior de esta idea es la teoría de la estabilidad hegemónica, según
la cual los regímenes son bienes públicos internacionales que escasean hasta en tanto un actor
dominante (o poder hegemónico) se encarga de crearlos y hacerlos valer. Los teóricos de la
estabilidad hegemónica no creen que los regímenes puedan sostenerse si no hay un líder
poderoso que se interese por ellos. Sin embargo, si admiten la posibilidad de que exista una
“reverberación hegemónica”, es decir, un periodo limitado durante el cual, tras la desaparición
de la superioridad indiscutible del líder, ciertos factores, como la inercia, el habito o el miedo
al cambio, operan en favor de los regímenes que dicho líder instauro cuando estaba en la cúspide
de supoder.
Hemosseñalado que losneoliberales retoman ciertos conceptos realistas cuando hablan,
de manera comparativamente optimista, en favor de la importancia de los regímenes
internacionales, como ocurre, por ejemplo, al reconocer la trascendencia de la anarquía
internacional y de la primacía de los Estados en la políticainternacional. A ello los realistas
responden que el argumento de sus oponentes es incorrecto dado que nunca llegan a captar
el significado de las premisas realistas que dicen haber incorporado en su teoría. En
particular, la anarquía no solo genera el temor a ser engaña- do por los socios con quienes
se coopera, sino que la ausencia de un gobierno común lanza a los Estados a una lucha
constante por la supervivencia y la independencia, lo que les impide darse el lujo de ser
esos entes egoístas que, por definición, son indiferentes a las ventajas de los demás. Por el
contrario, los Estados deben tomar en consideración tantolas ganancias absolutas coro las
relativas cuando examinan las posibilidades de una cooperación basada en regímenes.
Dado que el amigo de hoy puede ser el enemigo de mañana, a los Estados les preocupa
que sus socios obtengan mas ganancias. Por ello en ocasiones pueden negarse a cooperar,
aun cuan- do pudiera serles benéfico en términos absolutos. La conclusión general para los
realistas interesados en las instituciones internacionales es que los regímenes
internacionales son mas difíciles de crear y aun mas de mantener de lo que los neoliberales
quisieran hacernos pensar.
CONGNITIVISMO DÉBIL O COGNITIVISMO DURO
Los cognitivistas han sido, también, agudos críticos de la explicación neoliberal de las
instituciones internacionales. No obstante, la dirección de sus criticas es diametralmente
opuesta a la de la escuela realista. Desde la perspectiva cognitivistas, e1 problema del
neoliberalismo no es que haya malinterpretado algunas de las premisas realistas sobre la
naturaleza de la política mundial. Por e1 contrario, sus limitaciones como teoría de las
instituciones internacionales radican precisamente en varias “herencias” realistas que aun
siguen operando en las teorías neoliberales. De esta manera, los cognitivistas de todas las
tendencias critican tanto a realistas como a neoliberales por interpretar las preferencias y
opciones (percibidas) de los actores como “variables exsgenas”, es decir, como hechos que
son inferidos u observados, pero sobre los cuales no se elabora una teoría. De esta manera,
segúnloscognitivistas, losrealistas ylos neoliberales ignoran otrivializan una importante fuente
de variación del comportamiento internacional.
Resulta útil distinguir dos corrientes dentro de la escuela cognitivista de pensamiento en e1
análisisde los regímenes, a saber, e1 cognitivismo débil y e1 cognitivismo “duroLos cognitivistas
débiles (o minimalistas) centran su atención en e1 papel que desempeñan las ideas, expresadas
como proposiciones causales, sobre la formación y e1 cambio de los regímenes."' Según los
cognitivistas débiles, los neoliberales y los realistas subestiman la capacidad de aprendizaje,
así como e1 grado de incertidumbre que enfrentan hoy en día quienes toman las decisiones,
incertidumbre que se refiere tanto a los medios como a los fines de una po1itica."Buscando
establecer solidas creencias sobre causas y efectos, los responsables de la toma de decisiones
demandan conocimientos confiables sobre asuntos específicos y esta necesidad puede
convertirse, a su vez, en una fuente de influencia política para aquellos que tienen la capacidad
de proporcionar dichos conocimientos.” Por tanto, los cognitivistas débiles han estudiado e1
papel que desempeñan las “comunidades epistémicas” en la coordinación de las políticas
internacionales y, en general, en las condiciones y mecanismos del aprendizaje
gubernamenta1.'
Mientras que los cognitivistas débiles destacan e1 sustento intelectual de las instituciones
internacionales, los cognitivistas duros (o maximalistas) —a quienes también se denomina
“reflectivistas"” y “constructivistas"'°— enfatizan el carácter social de las relaciones
internacionales. Al igual que los cognitivistas débiles, los cognitivistas duros se interesan por las
ideas y e1 conocimiento que tienen los actores, pero se preocupan mas por e1 conocimiento social
(esto es, el conocimiento de las normas y e1 entendimiento de si mismos y de los demás) que por
los conocimientos de causa-efecto. Esta postura, mas sociológica, enfrenta de manera mas directa
a los cognitivistas duros con los realistas y neoliberales. Los cognitivistas duros (no así los débiles)
rechazan e1 concepto de los Estados como actores racionales que, frente a la sociedad
internacional y a sus instituciones, definen individual- mente y a §ñori su identidad, poder e
intereses fundamentales. En su opi- nion, los Estados son configurados por las instituciones
internacionales en la misma medida en que ellos configuran las primeras.'” Los cognitivistas
duros afirman que toda interaccion prolongada afecta la imagen que tienen los actores de st
mismos y de los demás. En particular, la cooperacion insti- tucionalizada puede propiciar el inicio
de un proceso en e1 que e1 egoismo de los actores disminuya y éstos empiecen a respetar cada
vez mas los inte- reses legitimos de los otros, en lugar de solo tomarlos en cuenta." En este proceso,
las normas de cooperacion se internalizan, aun cuando en un prin- cipio los actores las vieran
como meros instrumentos para alcanzar sus ob- jetivos individuales. Por tanto, las teorias
fuertemente cognitivistas suelen atribuir un mayor grado de efectividad y solidez a las instituciones
interna- cionales que el que les reconocen las teorias realistas o neoliberales.
Contextualización de los enfoques racionalistas sobre los regímenes internacionales
Las perspectivas neoliberal y realista sobre los regímenes internacionales no solo tienen
mucho en común —lo que en general es admitido—, sino que también pueden ser combinadas
para dar lugar a una teoría mucho mas completa, posibilidad que tiende a ser ignorada o
subestimada por los protagonistas del debate.
Recientemente, los realistas y los neoliberales iniciaron un intenso debate sobre cual de las
dos escuelas esta mejor equipada para analizar y explicar los regímenes internacionales y otros
fenómenos de la política mundial. Un rasgo sobresaliente del debate es que tanto los realistas
como los neoliberales declaran que los miembros del otro bando no están del todo equivocados,
pero que sus proposiciones tefiricas no pueden verse sino como un caso especial de la propia
interpretación de la política y de los regímenes internacionales. Los realistas afirman que su
teoría engloba a1 neo- liberalismo y los neoliberales sostienen lo contrario. Así, por ejemplo,
Robert Keohane,4" uno de los principales neoliberales, ha declarado que: “Al comparar e1
institucionalismo neoliberal con e1 neorrealismo es preciso comprender que e1 primero no
constituye una mera alternativa del segundo, sino que, de hecho, pretende abarcarlo.” Por
su parte, Joseph Grie- co,^ un prominente realista “posclasico”, ha señalado que, a1 reconocer
e1 interés de los Estados por las ganancias absolutas y las ganancias relativas,
“e1 realismo ofrece una teoría mas amplia sobre e1 problema de la cooperación que aquella que
propone e1 institucionalismo neoliberal”.
En tanto argumentos sobre la prioridad y la subordinación entre posturas tefiricas, estos
planteamientos se contraponen tajantemente. Sin embargo, en ambos se observa un notable
rasgo común:los estudiosos de los regímenes internacionales que se adhieren a una modalidad
racionalista de análisis (como lo hacen tanto los neoliberales como los realistas) podrían
avanzar mas en sus proyectos si intentaran ampliar y explotar sus puntos en común, en lugar
de querer conseguir el “triunfo total”. El punto clave es que neoliberales y realistas conceden
que los argumentos y pronosticos del otro bando sonvalidos siempre cuando se cumplan ciertas
condiciones, que sus oponentes no han logrado aun identificar o especificar. Entonces, si se
llegara a un acuerdo sobre cuales son dichas condiciones, la puerta hacia una síntesis
neoliberal-realista aparecería abierta de par en par. Por ello, el futuro trabajo teórico y
empírico en la linea racionalista debería partir de este limitado reconocimiento mutuo y fijarse
como objetivo el definir las situaciones o contextos en los que son validas las expectativas
“neoliberales” (i.e., optimistas) para los regímenes internacionales, en lugar de las “realistas”
(i.e., pesimistas) , y viceversa. Si se emprendieran esfuerzos serios en este sentido no solo sera
posible entender mejor los regímenes internacionales, sino que también podría descubrirse
una zona de coincidencias mas amplia entre estas dos escuelas, que la que hasta ahora ha sido
percibida y admitida. El hecho de proponer este tipo de síntesis entre el realismo y el
neoliberalismo no equivale a decir simplemente que a veces sera una escuela la que esté en lo
correcto y a veces la otra. La definición de los contextos o situaciones en los que cada propuesta
(i.e., la realista o la neoliberal) es valida debe tener un sustento teórico y ser susceptible de
ponerse a prueba; es decir, debe, cuando menos en principio, permitir la elaboración de
pronosticos. Por fortuna, ambas literaturas son ricas en observaciones y argumentos que
pueden aprovecharse para tratar de construir dicha teoría de los regímenes, contextualizada y
racionalista.
Gran parte del debate reciente entre realistas y neoliberales se ha centrado en la
importancia que tiene la búsqueda de ganancias relativas en la política internacional. Esto nos
remite a dos aspectos: Primero, ¿qué importancia tiene el hecho de que, en una situación dada,
los Estados busquen ganancias absolutas o relativas? Y, segundo, ¿cuales son las situaciones
en las que a los Estados realmente les preocupan las ganancias relativas? Analiza- remos cada
uno de estos aspectos, dado que ambos son relevantes para la síntesis racionalista que
proponemos.
El primer aspecto hace referencia a las consecuencias que puede tener la búsqueda de
ganancias relativas. Si admitimos que los Estados, así sea en ocasiones, realmente se
preocupan por obtener resultados mejores o, al me- nos, no inferiores que los de sus socios de
cooperación, ¿qué implicaciones tiene (si acaso las tiene) dicha motivación sobre las
posibilidades de cooperación internacional y sobre la naturaleza y eficacia de los regímenes
internacionales.
Los neoliberales sostienen que los Estados crean y mantienen los regímenes por las funciones
que estos últimos cumplen en situaciones en las que existen motivaciones diversas (mixed-motive
situations) .En particular, los regímenes contribuyen a que los Estados cooperen en beneficio mutuo,
a1 disminuir la incertidumbre y la asimetría en el acceso a la información. Los regímenes que
contienen reglas y procesos de verificación reducen e1 temor de los Estados a ser engañados
por sus socios, lo que les permite prestar atención a los beneficios generados por la cooperación.
El caso mas evidente es el del régimen de no proliferación nuclear, en e1 cual la Agencia
Internacional de Energía Atfimica se encarga de vigilar e1 cumplimiento de las principales
disposiciones del régimen por parte de los miembros.^°
UNIDAD 2: EL ESTADO.
a)El estado elementos esenciales, nación y Estado. Teoría de nacionalidades. Nacimiento y
transformación y extinción de Estados.
b)Reconocimiento de Estados y de Gobiernos: Doctrina. La soberanía, Modalidades y
restricciones.
CONCEPTO DE ESTADO: Como definimos al Estado?
Tres son los sujetos del derecho internacional
*Estados soberanos
*Organizaciones Internacionales
*Individuos
El Estado, entonces, es la concepción que se ha dado a dicha ubicación geográfica, y es la
noción con la que el hombre se ha justificado en su búsqueda por el poder, pues la expansión
territorial basada en la dominación geográfica y social ha sido una marca consignada en la
historia de la humanidad.
El Estado es una conformación humana, creada, regulada y ordenada por el actuar del ser
humano. Dentro de sus funciones se encuentran elementos que son de vital importancia para
la conceptualización del Estado dentro del ámbito político. Existen elementos esenciales, los
cuales ayudan a determinar la existencia del Estado y, por ende, a caracterizar su finalidad.
En la senda de Norberto Bobbio, Gianfranco Poggi propone entender al Estado como la
manifestación institucionalizada de una de las tres formas de poder social: EL PODER
POLÍTICO ya que en función de los recursos que utiliza para concretarse, el poder social se
divide en tres categorías: económico, ideológico (o normativo) y político.
El poder económico se vale de la posesión de ciertos bienes, escasos o considerados escasos,
para inducir a quienes no los poseen a adoptar cierta conducta, que generalmente consiste en
desarrollar alguna forma de trabajo. El poder ideológico se basa en el hecho de que las ideas
de una cierta naturaleza, formuladas por personas que gozan de cierta autoridad y expuestas
en forma apropiada, pueden ejercer influencia sobre la conducta de otros individuos. El poder
político, finalmente se asocia a la posesión de recursos (armas de cualquier tipo y potencia)
por medio de los cuales puede ejercerse violencia física. En sentido estricto, el poder político
es poder coercitivo.
-Etimológicamente la noción de Estado deriva del latín status, que significa posición social de
un individuo dentro de una comunidad.
La identificación entre el Estado y quienes lo dirigían se tornó evidente en los trabajos de los
escritores renacentistas, de quien, Nicolas Maquiavelo es el ejemplo mas acabado, su obra
maestra El Principe, identifica al gobernante con el territorio, el régimen político y la
población que domina. Unos años más tarde, Juan Bodino acuño el concepto moderno de
SOBERANÍA para describir al soberano (el monarca) como un gobernante no sujeto a las leyes
humana sino solo a la ley divina.
Para Bodino la SOBERANÍA era absoluta e indivisible pero no ilimitada, ya que se ejercía en
la esfera pública pero no en la privada. La soberanía se encarna en el gobernante pero no
muere con él sino que se perpetúa, inalienable, el en Estado que lo sobrevive.
Para la mayoría de los autores, los principales elementos esenciales son: territorio, población y
gobierno o poder político.
1) Población: se refiere a la suma total de individuos que habitan, conviven y hacen regulados en un
mismo y determinado territorio, propios o extranjeros. Es la principal característica o elemento del
Estado, pues si hay carencia de individuos el Estado no tiene razón de ser.
2) Territorio: se refiere al espacio que ocupa un lugar en el cosmos, que suele estar delimitado o
seccionado para una mejor organización y distribución de población. En dicho espacio se realizan
todo tipo de actividades, previamente reguladas por el hombre.
3) Poder o gobierno: se refiere a un poder social que se enfoca en controlar, regular o sistematizar
las actuaciones de las y los individuos para dominar ciertos sectores sociales, objetivando las
decisiones de los demás. El poder político se centra en influir en la conducta humana.
4) Derecho: se refiere al modo o subsistema de control social para perpetuar las actuaciones de
aquellos que detentan el poder, a través de restricciones o prohibiciones justificadas a la luz de la
norma jurídica.
Estos elementos, por su parte, hacen mención a las características o condiciones determinantes de
la existencia del Estado. Yacen reguladas dentro de la estructura de éste, pues pueden considerárseles
como atributos propios del poder y del derecho:
1) Soberanía: se refiere a la voluntad suprema de la colectividad de un determinado territorio que
regula y ordena la comunidad humana. Como atributo de la estructura política del poder, cualifica
al mismo y determina sus relaciones.
2) Imperio de ley: se refiere a que la ley como atributo y resultado de la norma jurídica, es la máxima
pauta que debe regir en un Estado; es decir, que el gobierno debe quedar supeditado a las leyes y no
a las personas en lo individual.
FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO
Recién a partir del siglo XVII se desarrolla, primero en Europa y más tarde en otros continentes,
lo que puede definirse como estado moderno o estado nacional. Hasta entonces, las formas de
gobierno predominantes habían sido el imperio, la ciudad-Estado y comunidades más
reducidas,
Los estados forman sistemas interestatales dado que, durante su etapa formativa, compiten por
el territorio y población influenciando mutuamente su destino. Por eso, siempre surgen en
grupos. El sistema de Estados que prevalece actualmente tomo forma en Europa a partir del
año 1000, d.c. y se extendió durante los siguientes cinco siglos hacia otras regiones, eclipsando
los sistemas interestatales que hasta entonces se centraban en China, India, Persia y Turquía.
LA FORMACIÓN DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA
La conquista y la colonización española se organizaron tempranamente en dos virreinatos, el
de Nueva España o México(1535) y el de Perú (1542). Más tarde éstos se subdividieron
creándose dos más, el de nueva Granada (1717) y el del Rio de la Plata (1776), ademas de
algunas capitanías generales. Luego de las guerras de la independencia, desatadas hacia
principio del siglo XIX. La América Hispánica continúo fragmentándose a partir de sucesivos
conflictos hasta conformar los dieciocho Estados de la actualidad. Un caso destacado es la
división de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, cuyas nuevas autoridades con sede en
Buenos Aires no consiguieron mantener al Alto Perú (Bolivia), Paraguay y la Banda Oriental
(Uruguay) unidos al Estado que sucedía al Virreinato del Rio de la Plata. La anarquía de la
guerra, que en Europa dio lugar a la imposición del orden mediante la monopolización de la
violencia, en América Latina fomento la fragmentación territorial y la creación de Estados
despóticamente fuertes pero instrumentalmente débiles.
Suele considerarse 1880 como el año de la consolidación del Estado Argentino. Alrededor de
esa fecha se produjo una serie de acontecimientos que garantizarían el control, por parte del
gobierno central, de cuatro factores fundamentales del poder estatal; los recursos, la violencia,
el territorio y la legislación civil. En el primer caso, la federalización de la ciudad de Buenos
Aires (es decir, su separación de la provincia del mismo nombre para tornarse capital federal)
implico la nacionalización del puerto y la aduana, fuentes cruciales de recaudación fiscal que
aseguraron la viabilidad financiera de las autoridades federales. En el segundo caso, la exitosa
represión de la rebelión liberada por el gobernador bonaerense Carlos Tejedor en rechazo a
la elección presidencial de Julio Argentino Roca, que culminó en la aprobación de una ley que
prohibía las milicias provinciales, legitimó definitivamente el monopolio federal de la violencia.
En el tercer caso, la elección como presidente del militar que había comandado las
expediciones de conquista de las tierras patagónicas simbolizó la expansión del control estatal
hasta los confines territoriales del país. Por último, la victoriosa disputa con la Iglesia
Católica por el control público de los registros civiles y la secularización de la educación
permitió que el Estado se independizara de la tutela ideológica de una poderosa institución
trasnacional.
NACIONALIDADES
Uno de los elementos constitutivos del Estado es la población. La población de un Estado se
conforma de nacionales y extranjeros (que ya sea en forma habitual o circunstancial habitan el
territorio de un país). La primera diferencia a remarcar radica en las distintas supremacías que
ejerce el Estado sobre nacionales y extranjeros.
El Estado ejerce una supremacía personal", que se origina en el vínculo de la nacionalidad y que le
va a permitir al Estado ejercer sobre estas personas a quienes considera nacionales sus poderes
aunque los mismas no se encuentren en su territorio.
“Frente a los extranjeros, el Estado ejerce una supremacía territorial, por el simple hecho de que se
encuentran habitual o accidentalmente dentro del ámbito en que el Estado ejerce su soberanía
territorial, aunque estas personas no tengan su nacionalidad“
En nuestro país significa que si bien estos extranjeros no están obligados a adquirir la ciudadanía
argentina, quedan sujetos al cumplimiento de las leyes nacionales.
¿Cómo podemos definir a la nacionalidad?
La primera cuestión a resaltar cuando hablamos de nacionalidad es que ella lleva implícita la idea
de vínculo asi lo estableció a Corte Interamericana de Derechos Humanos que definió la
nacionalidad como “ El vínculo jurídico que liga a una persona con un Estado determinado por
medio del cual se obliga con él con relaciones de lealtad y fidelidad y se hace acreedor a su
protección diplomática"
Algunas notas importantes se desprenden de esta definición. En primer lugar apreciamos los
caracteres de fidelidad y lealtad que genera el vínculo de nacionalidad
En segundo lugar, se introduce la noción de protección diplomática, de vital importancia para
nuestra materia. Es decir la facultad que tiene el Estado de asumir el daño ocasionado a uno de sus
nacionales en el extranjero como propio.
Las principales Declaraciones y Convenciones sobre Derechos Humanos a nivel internacional han
remarcado la importancia de la nacionalidad como un derecho propio e inalienable del individuo.
Así, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 sostiene en su Art. 15 que "toda
persona tiene derecho a una nacionalidad", agregando que "a nadie se privará arbitrariamente de
su nacionalidad". Este reconocimiento también es contemplado por la Convención Americana de
Derechos Humanos de 1969 (Pacto San José de Costa Rica) en su Art. 20, agregando en su segundo
párrafo que "toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si no
tiene derecho a otra" Al respecto, la Corte Interamericana agregó que "el derecho a la nacionalidad
contemplado en el artículo 20 de la Convención Americana recoge un doble aspecto: por una parte
"significa dotar al individuo de un mínimo de amparo jurídico en las relaciones internacionales, al
establecer a través de su nacionalidad su vinculación con un Estado determinado; y por otra parte
implica protegerlo contra la privación de su nacionalidad en forma arbitraria, porque de ese modo
se le estaría privando de la totalidad de sus derechos políticos y de aquellos derechos civiles que se
sustentan en la nacionalidad del individuo".
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE NACIONALIDAD Y CIUDADANIA?
Si bien la ciudadanía y la nacionalidad son términos que designan conceptos estrechamente
vinculados entre sí, en manera alguna son sinónimos, sino que expresan dos nociones jurídicas
perfectamente distintas. La nacionalidad es la relación de derecho civil que vincula al individuo con
la nación en que nació, en tanto que la ciudadanía es el nexo jurídico-político que une al Estado con
el individuo que satisface los requisitos exigidos por la ley para ser considerado ciudadano. De dónde
si bien es posible la pérdida de la ciudadanía, no puede concebirse que se prive a un ser humano de
su nacionalidad".
NACIONALIDAD DE ORIGEN: REGLA DEL JUS SOLI Y DEL JUS SANGUINIS
Llamamos nacionalidad de origen a la atribución de nacionalidad a toda persona física, determinada
por el momento de su nacimiento, independiente de su voluntad. A partir de esta caracterización, los
Estados atribuyen esta nacionalidad de origen siguiendo alguno de estos 2 criterios o reglas:
a) Regla del jus soli: (derecho del suelo). Significa atribuir a la persona la nacionalidad del territorio
donde nace, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres.
Generalmente los países densamente poblados o de emigración se inclinaron de preferencia hacia el
jus sanguinis, principalmente muchos Estados europeos que sufrieron el éxodo de su población a
partir de las guerras mundiales.
b) Regla del jus sanguinis:(derecho de la sangre) Significa atribuir a la persona la nacionalidad de
sus padres, independientemente del lugar donde halla nacido.
Por otra parte, aquellos países escasamente poblados que recibían esas corrientes inmigratorias
adoptaron mayormente el criterio del Jus soli.
La Nacionalidad en el sistema legal argentino
Argentina se caracterizó por ser un país que recibió toda una gran corriente inmigratoria que se fue
asentando paulatinamente sobre su territorio. Por esta circunstancia no sorprende que nuestra
Constitución y la ley actual en materia de nacionalidad hayan adherido como principio general en
materia de nacionalidad de origen, a la regla del jus soli.
Es decir que los hijos de italianos, españoles, etc.. Serán automáticamente argentinos por el hecho
de haber nacido en el territorio nacional .
La ley argentina que regula todo lo atinente a la nacionalidad es la ley 346, una ley bastante antigua,
sancionada en 1869, vigente en la actualidad, a pesar de haber sido reglamentada y modificada en
algunos puntos por sucesivas leyes y decretos.
Nacionalidad derivada: la Naturalización Una persona puede adquirir una nueva nacionalidad por
el procedimiento conocido como naturalización. Aquí hablamos de nacionalidad derivada, es decir
que no se relaciona con el nacimiento de la persona, sino que aquí si es necesaria la manifestación
de voluntad de la persona que desea obtener la
nacionalidad de otro país. Podemos definir entonces a la naturalización como "la posibilidad que
tiene un extranjero de adquirir la nacionalidad de un determinado país cumpliendo con los requisitos
y exigencias que determine ese país que le concede la nacionalidad" Para que pueda darse esta
naturalización hay dos elementos que deben estar presentes:
1- una manifestación de voluntad por parte de la persona que desea obtener la nacionalidad de un
Estado determinado.
2- Una concesión, también voluntaria por parte del Estado que la otorga.
Como bien señala Podestá Costa "para obtener la naturalización, la persona debe reunir ciertas
condiciones que especifican las leyes respectivas. Tienen ellas por objeto comprobar la vinculación
de la persona con el país (residencia, conocimiento del idioma), su capacidad y honestidad (edad
mínima, antecedentes de conducta, etc.), a veces se exigen otros requisitos como la pérdida de la
nacionalidad anterior y no haber adquirido otra nacionalidad por medio de naturalización, etc.
En Argentina, la naturalización se tramita por un procedimiento judicial, siendo competente la
Justicia Federal. Es decir, será la justicia, después de evaluar el cumplimiento de los requisitos que
establece la ley, quien concederá o no naturalización a quien la haya solicitado.
¿Cuáles son los requisitos más importantes que plantea la legislación argentina?
1- Tener 18 años de edad cumplidos: Aquí sí la ley exige un requisito de capacidad, que no puede ser
reemplazado por la voluntad de los padres o de quienes ejerzan la patria potestad.
2- Residir en la República 2 años continuos. Sin embargo la ley contempla una serie de situaciones
en las que también se podrá obtener naturalización a pesar de no cumplir con este requisito de
permanencia. Se deberá acreditar algunas de las siguientes circunstancias ( las más importantes):
* Haber desempeñado con honradez empleos en la Administración Pública nacional, provincial o
municipal.
*Haber servido en las fuerzas armadas argentinas o haber asistido a una acción de guerra en
defensa de la Nación .
* Tener cónyuge o hijo argentino nativo
3- Manifestar ante los jueces federales su voluntad de serlo,
Causas que impedirán el otorgamiento de la ciudadanía argentina por naturalización:
* No tener ocupación o medios de subsistencia honestos * Estar procesado en el país o en el
extranjero por delito previsto en la legislación penal argentina, hasta no ser separado de la causa.
* Haber sido condenado por delito doloso, ya fuere en el país o en el extranjero, a pena privativa de
la libertad mayor de 3 años, salvo que la misma hubiere sido cumplida y hubieren transcurrido 5
años desde el vencimiento del término de la pena fijada en la condena o hubiere mediado amnistía.
Importante: No podrá negarse la ciudadanía argentina por motivos fundados en razones políticas,
ideológicas, gremiales, religiosas o raciales, en acciones privadas o en caracteres físicos de los
solicitantes.(art.11 ley 346 agreg.art.2 ley 24533).
EL DESARROLLO CONTEMPORANEO Y LOS TIPOS DE ESTADOS
Es Estado contemporáneo se ha desarrollado en dos etapas: el Estado de derecho y el Estado
social o de bienestar. Hasta fines del siglo XVII en Inglaterra y XVIII en Francia, el tipo de
Estado predominante era absolutista; se caracterizaba por la ausencia de límites al poder del
monarca y por la inexistencia de separación entre esfera pública y privada.
El Estado de derecho es la forma clásica que asumió la organización estatal a partir de las
conquistas que el liberalismo fue arrancado al absolutismo a partir del siglo XVII.
El Estado Social o Welfare state se desarrollo más tarde, entre fines del siglo XIX y mediados
del XX, y representa los derechos de participación en el poder político y la riqueza social
producida. Mientras la primera forma reflejaba la organización capitalista temprana y dio
lugar a un Estado garantista, pasivo y del cual debe protegerse al ciudadano, la segunda
expresaba al capitalismo de la revolución industrial madura y de la cuestión social y se
escarno en uno intervencionista, activo y protector del ciudadano.
La antítesis del Estado de derecho es el Estado totalitario. Encarnado en los regímenes fascista
de Benito Mussolini, nazi de Adolfo Hitler y soviético de José Stalin, se desarrollo en el siglo
XX utilizando las tecnologías de comunicación de masas para transmitir la ideología oficial y
manufacturar el consenso popular. La ideología totalitaria aspira a construir un Estado que
todo abarque y controle, y según Hannah Arendt constituye una nueva forma de gobierno más
que una versión actualizada de las tiranías tradicionales. Por su parte, El Estado gendarme o
Estado mínimo se contrapone al Estado de bienestar; formulada en el siglo XIX, es una
doctrina en que las responsabilidades gubernamentales se reducen a su mínima expresión, de
tal modo que cualquier reducción ulterior desembocaría en la anarquía.
De otra manera a los Tipos de Estados se los puede clasificar en los siguientes
1) Estados Independientes: El que posee soberanía interior y exterior;
2) Dependientes: Subordinado a otro Estado en todo o en parte de su soberanía exterior. Ej. Estado
vasallo, protegido o protectorado, exiguo;
3) Estados Asociados. Estados pequeños, subdesarrollados recién independizados, resultantes de la
descolonización (Puerto Rico, Islas Marshall, Cook).
4)- Estatus Internacional de la Santa Sede
B) RECONOCIMIENTO DE ESTADOS Y DE GOBIERNOS: DOCTRINAS. LA
SOBERANÍA. MODALIDADES Y RESTRICCIONES
La teoría del reconocimiento de Estados en el derecho internacional
Los Estados, todavía hoy, permanecen siendo los “guardianes de los portales de la personalidad
jurídica internacional”. El sistema jurídico internacional, que atribuye o refuta la personalidad a
sus participantes, a pesar de que indudablemente esté más abierto que nunca, continúa siendo un
sistema de exclusión en vez de ser un sistema abierto a la amplia participación.
En Derecho Internacional Público (D.I.)- se entiende por reconocimiento al acto por el cual un
estado, o grupo de estados, admite como legítima una situación de hecho y, como consecuencia de
ello, acepta los efectos jurídicos derivados de dicho acto.
El hecho objeto del reconocimiento debe reunir ciertas y determinadas condiciones o elementos
propios, que son establecidos por el D.I. Estas condiciones no son idénticas para cada situación.
Así, por ejemplo, no se exigen las mismas para reconocer un gobierno de facto, que para reconocer
un nuevo Estado; ni las que se cumplen para este último son iguales que las necesarias para
reconocer a una comunidad beligerante.
Para algunos autores el acto de reconocimiento es un acto político, en cambio para otros es un acto
jurídico ('). Según se acepte uno u otro criterio, variará la posibilidad discrecional para apreciar la
existencia de los elementos y condiciones que definen cada una de las situaciones a reconocer
Con base en la teoría constitutiva, el acto de reconocimiento es visto como precondición necesaria
para que subsistan las capacidades de un Estado.
Su efecto práctico consiste en no atribuir personalidad jurídica internacional al “Estado” no
reconocido por la comunidad internacional. De esa forma, se afirma que el reconocimiento
“constituye” al Estado. El principal punto de fuerza de la teoría es la indicación de que los Estados
no son obligados a entrar en relaciones bilaterales con ninguna otra entidad.
La tesis se resume a dos aserciones: en primer lugar, previamente al reconocimiento, la comunidad
no posee los derechos o las obligaciones que el derecho internacional relaciona con un estado de
estatalidad plena. Además, el reconocimiento es una materia de absoluta discreción política,
diferente de un deber legal que se le debe a la referida comunidad
En la teoría declarativa, la personalidad jurídica internacional de un Estado no depende de su
reconocimiento como tal por parte de los demás Estados; ella es conferida por normas de derecho
internacional y, así, a pesar de que un Estado o gobierno no sea reconocido por lo demás, es sujeto
de derechos y deberes internacionales.
Esta vertiente entiende que el no reconocimiento no implica la ausencia de personalidad jurídica
internacional de la entidad en cuestión; si ella cumple los criterios establecidos, especialmente
aquellos que conciernen a la situación de facto, esta será un Estado, independientemente del
reconocimiento.
Por lo tanto, el acto del reconocimiento no es determinante para que sea conferida la
estatalidad a una determinada entidad, visto que ese status es regido por el derecho
internacional.
La aparición de un Estado en la escena internacional puede producirse ex novo, sin que otros
Estados se vean afectados (caso de la creación de un Estado sobre un territorio no ocupado),
o bien a partir de Estados preexistentes, ya sea a resultas de su modificación (caso de la
secesión de una parte del conjunto estatal o de la integración de varios Estados en uno solo) o
de su extinción (caso de la desintegración del Estado originario y la consiguiente creación a
sus expensas de varios estados nuevos).
Muchos Estados, en fin, han surgido a la vida internacional a consecuencia de los procesos de
descolonización de territorios.
Una vez que un Estado creado por cualquiera de estas vías reúne de hecho los elementos que
lo caracterizan con tal, puede decirse que existe en tanto que sujeto pleno del D.I. Desde
entonces, los otros Estados están en condiciones de verificar su existencia real, prestándole su
reconocimiento. La práctica internacional iniciándose el trato con él en cuanto su existencia
pueda darse por asegurada.
En este sentido parece más cierta la caracterización del reconocimiento como acto
declarativo que como acto constitutivo o atributivo de la subjetividad.
El Instituto de Derecho Internacional, en una resolución adoptada en Bruselas en 1936, asigna
al reconocimiento de Estado un valor declarativo, definiendolo como “ el acto libre por el cual
uno o varios Estados constatan la existencia sobre un territorio determinado de una sociedad
humana políticamente organizada, independiente de cualquier otro Estado existente, capaz de
observar las prescripciones del Derecho internacional» (art. l). En esta línea estaban la ya
citada Convención sobre los derechos y deberes de los Estados aprobada por la séptima
Conferencia Interamericana de 1933 (cuyo art. 3 señalaba que «la existencia política del
Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados») y, en la jurisprudencia,
la también citada sentencia de 1 de agosto de 1929 del tribunal arbitral mixto germano-polaco
en el asunto de la Deutsche Continental Gas-Gesellschaft contra Estado polaco.
El reconocimiento es, por otra parte, un verdadero acto jurídico y no un puro gesto político, si
bien no deja de estar influido por motivaciones políticas que suelen conducir a apreciaciones
subjetivas de los Estados en relación con la nueva formación estatal que están llamados a
reconocer.
DOCTRINA DE NO RECONOCIMIENTO
En la doctrina y en la práctica internacionales se ha buscado, a falta de un deber jurídico-
internacional de reconocer, preconizar un deber jurídico-internacional de no reconocer, en
aquellos casos, en que la situación se establece en contradicción con una regla jurídica como:
a) la que prohíbe el uso ilícito de la fuerza; b) la que expresa el principio de no intervención
sazonando con la prohibición de poner en peligro la integridad territorial y la independencia
política de un Estado.
En todo caso, el deber de no reconocer situaciones creadas mediante el uso ilícito de la fuerza
aparece sancionado en importantes convenios y resoluciones internacionales, entre ellos, la
Carta de la O.E.A y la resolución 2625 de la A. G de las N. U que contiene la Declaración
sobre los principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la
cooperación entre los Estados, según la cual:
“No se reconocerá como legal ninguna adquisición territorial derivada de la amenaza o el uso
de la fuerza”
LAS FORMAS Y EL PROCESO DEL RECONOCIMIENTO
En cuanto a las formas que puede revestir el reconocimiento, cabe distinguir por una parte
entre un reconocimiento individual y un reconocimiento colectivo, y por otra entre un
reconocimiento expreso y un reconocimiento tácito o implícito (deducido, éste, de hechos
concluyentes como el intercambio de agentes diplomáticos, la celebración de un tratado con el
nuevo Estado o la adhesión de éste a un tratado en vigor- salvo precisión por alguno de los
Estados contratantes de que la incorporación del nuevo Estado no prejuzga su reconocimiento
por parte de aquel).
La forma mas frecuente es la del reconocimiento individual expreso, que habitualmente se hace
mediante un acto unilateral , aunque a veces puede efectuarse atraves de un tratado bilateral
con el Estado al que se pretende reconocer o de un comunicado conjunto ad hoc.
RASGOS CONCEPTUALES DEL RECONOCIMIENTO DE GOBIERNO
Mediante el reconocimiento de gobiernos se declara la voluntad de mantener relaciones con
un gobierno que ha venido a sustituir a otro de forma irregular, esto es, contrariando la
legalidad constitucional vigente.
De esta forma el reconocimiento de gobiernos, frente al de estados, como “un acto por el cual
se da la conformidad para continuar las relaciones habituales de intercambio con el nuevo
régimen, cuando este nuevo régimen ha surgido de manera diferente a la sucesión pacifica y
normal de autoridades de un país, de modo diverso a la sucesión de gobiernos
constitucionalmente establecida”. Sin el reconocimiento de un gobierno así surgido podrán
darse ciertos tipos de relaciones entre dos Estados, pero en ningún caso plenas, de modo que
el reconocimiento aparece como una actividad estatal “que decide la existencia y la amplitud
de las relaciones internacionales” entre quienes se reconocen mutuamente.
El reconocimiento del nuevo gobierno de un Estado ya reconocido es el acto libre por el que
uno o varios estados verifican que una persona o un grupo de personas están en condiciones
de obligar al Estado que pretenden representar.
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  • 1. UNIDAD 1. 1- a) LAS RELACIONES INTERNACIONALES Todas las teorías y, de hecho, todas las disciplinas académicas responden en parte a los sucesos1 que ocurren en el mundo real: en última instancia, si no hubiera problemas en la sociedad y en los asuntos modernos, si no hubiera crisis, no habría ciencias sociales. Fueron los delitos y los suicidios los que impulsaron los estudios de los primeros sociólogos; la inflación y el desempleo, los que alentaron la economía; y la agitación política y los defectos de legitimación, los que espolearon a los primeros teóricos de la política. Lo mismo cabe decir de las relaciones internacionales. De hecho, se puede considerar al nacimiento de las Relaciones Internacionales como disciplina que esta ligado a una preocupación; la existencia de conflictos bélicos entre los estados. Preocupación que en este siglo alcanza un nivel elevado a partir de la experiencia de las dos guerras mundiales y con la aparición del arma nuclear. Derecho de la Integración como rama del Derecho Internacional. El derecho de integración o comunitario se caracteriza por efectuar intereses fuertemente arraigados. Así resulta una asociación de Estados que quieran lograr objetivos comunes, para lo cual se someten voluntariamente a reglas que acuerdan entre si. Se produce una delegación de ciertas competencias para mejorar la situación de cada uno de los países. La intersección del cumplimiento del derecho internacional público con el manejo político de las relaciones exteriores y de las relaciones internacionales, es un tema que ha cobrado importancia en los últimos años, sobre todo en el escenario académico. La integración plantea problemas jurídicos, tanto desde el punto de vista estructural como teológico. La integración se concreta normativamente mediante la celebración de un tratado-marco, que crea la organización comunitaria, cuyas instituciones elaboran normas jurídicas. Estad tienen vigencia inmediata, aun sin aprobación del Estado miembro. En el contexto de las relaciones internacionales, el concepto de soberanía significa la independencia de un Estado de todo control externo. La intangibilidad de la soberanía, como principio absoluto, es incompatible con las necesidades que plantea en el mundo actual. La posibilidad de un ordenamiento fraccionado de ella, permite variantes estructurales y relaciones diversificadas, que tienden a asegurar la existencia misma de los Estados. ORIGEN Y EVOLUCIÓN Periodos bien definidos: Antes de 1914, el fenómeno de la guerra había sido tratado por filósofos, historiadores, juristas, e incluso por estadísticas y diplomáticos. Los intentos de teorizar sobre las relaciones interestatales o entre distintas comunidades o sociedades nacionales, dependiendo de cada momento histórico, se remontan hasta Tucídides. Sin embargo, será a fines de la gran conflagración de 1914 a 1918, cuando fueron extendiéndose, en las universidades y altas escuelas los cursos exclusivamente consagrados a dichas relaciones, o que bajo este título de internacionales. A pesar de que la paz de Westfalia, en 1683, era el resultado de la terrible Guerra de los Treinta Años, los incipientes Estados que empezaron a emerger en Europa, siguieron valorando el uso de la fuerza como una opción legítima para interactuar con los demás. El orden que establecía partía de la base de que tales Estados rechazaban cualquier política homogenizada por parte de un emperador o un papa. Pero esto no significaba un acuerdo para excluir el uso de la fuerza por parte de cada Estado, pues la oportunidad nacía, no existía mecanismo alguno, concertado en Westfalia, que así lo impidiera. Se aceptó tácitamente que la convivencia entre los Estados era tan valiosa y racional como la guerra, pues lo fundamental del acuerdo era reconocer la independencia de las decenas de entes políticos que habían surgido en Europa y que podían ser administrados autónomamente. Desde los primeros instrumentos internacionales hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial 1 MARBEL
  • 2. Westfalia: Inicio de la Diplomacia y estados soberanos La negociación como una opción legitima, un mandato racional de la naturaleza humana Evitar la devastación y entender las relaciones estructurales de los estados La idea base de los primeros acuerdos fue la soberanía nacional e integralidad territorial TRATADO DE VIENA: Encuentro internacional celebrado en la capital austriaca, convocado con el objetivo de restablecer las fronteras de Europa tras la derrota de Napoleón Bonaparte y reorganizar las ideologías políticas del Antiguo Régimen. Así pues, su intención era retornar Europa a la situación anterior a la Revolución francesa (1789), no solo para restablecer las fronteras nacionales trastornadas casi 20 años antes, sino también para asegurar un equilibrio de poder que evitase otra serie de conflictos armados a gran escala, como fueron las anteriores guerras revolucionarias francesas y, posteriormente, las guerras napoleónicas. Cambios en el mapa político europeo e inicio de “juegos diplomáticos”. Las teorías de las RRII y la cooperación al desarrollo Este apartado analizará los postulados de las principales escuelas teóricas de RRII y su aportación a la explicación del fenómeno de la cooperación internacional. Las teorías de las RRII están caracterizadas por la competencia entre diferentes tradiciones de pensamiento. Aquellas que han logrado mayor atención han sido las diferentes corrientes del realismo, liberalismo, marxismo y constructivismo. La Escuela Inglesa ha tenido muy poca recepción en la academia norteamericana, siendo más aceptada en el Reino Unido, Australia y países del sudeste asiático. Los Idealistas: La teoría de las relaciones internacionales nace al final de la Primera Guerra Mundial, pues se creó la necesidad de reflexionar sobre cuáles eran sus implicaciones y cómo se iban a enfrentar los desafíos que planteaba su final. Además, como enfrentarían las ideas liberales del desafío impuesto por la Revolución rusa, en 1917, y la ola de nacionalismo que invadió a Europa después de la guerra. Con Wilson a la cabeza, esta escuela idealista, modernamente denominada libera– pluralistas, básicamente argumentó que el discurso de la relaciones internacionales se debía ocupar, no sólo del Estado, sino de la comunidad de las naciones. Abogó por la creación de una liga de naciones, donde sus miembros se sentarían en términos de absoluta igualdad y se obligarían cuando tomaron decisiones unánimemente. Éstos reconocían la potencialidad permanente de la guerra, pero exhortaban a la colaboración para mantener la paz internacional. Su mejor herramienta serían las normas de derecho internacional. ¿ Porque Fracasan? Parece que fue precisamente por su objetivo de crear un DI capaz de aglutinar los intereses de seguridad y de estabilidad de todos los que habían participado en la guerra, mientras que otros pasaban que cuanto importaba en la seguridad y la estabilidad de quienes habían triunfado en la guerra, es decir, existía un consenso en lo que se refiere al objetivo general de no ir a otra guerra, pero ninguno acerca del medio. Ahí es donde nacieron las barreras para la agenda de los idealistas. Sujeto a un nuevo orden a un tratado de paz no negociado, sino totalmente impuesto sobre los vencidos. Así, uno de los pilares básicos de la propuesta wilsoniana conocida en la historia como los "Catorce Puntos," y que abogaba por la necesidad de proteger, con carácter universal, la autodeterminación de los pueblos ,dependía, como todos los demás puntos, de los ánimos vindicativos y disuasivos de los franceses e ingleses con respecto a Alemania Sociedad de las Naciones y su rol de “Garante” .Los aliados pensaban, y esto es evidente en el Tratado, que la autodeterminación de otros pueblos no era un principio de DI, sino una condición que se iba ganando por algunos pueblos con el tiempo y que estaba sujeta a que sus intereses de seguridad y estabilidad estuvieran previamente asegurados. Los aliados convinieron en no hablar de colonias, sino de mandatos constituidos por "pueblos incapaces aún para afrontar, por sí mismos, las difíciles condiciones del mundo moderno la Sociedad de Naciones por sí mismas aseguraría no sólo sus ánimos vindicativos, sino que garantizarían que sus territorios no fueran nuevamente objeto de agresión por parte de Alemania. Por esto la Sociedad de Naciones es apenas un capítulo muy pequeños de un tratado que se concentraba en la venganza y la seguridad. Teoría Realista En 1918 la victoria aliada, también plasmada en el Tratado de Versalles, había implantado, ingenuamente, un modelo de desarrollo que privilegiaba la seguridad de Francia,
  • 3. Inglaterra e Italia, con lo cual sacrificaba cualquier posibilidad de crecimiento a una de las economías más grandes de la región (Alemania) y que, además, pasaba por alto que durante la guerra de los gobiernos inglés y francés habían adquirido una deuda con los EE.UU. que superaba los dos mil millones de libras. Es decir el tratado no previó que la posición privilegiada de Europa como centro de producción de bienes manufacturados y como la mayor importadora de materias primas antes de la guerra había quedado totalmente destruida, y que a esto se sumaba la dependencia de Europa hacia a la economía estadounidense. En fin, se habían creado todas las condiciones objetivas para llevar a los europeos a una segunda guerra. ANTECEDENTES Ante el fracaso de la Liga de las Naciones, aparecen los realistas, quienes aseguraron que el plano internacional se caracterizaba por la necesidad, la regularidad y el peligro, y que allí no tenía cabida el filósofo moral. Los realistas no sólo rechazaron la moral, sino que tampoco aceptaron una teoría normativa de las relaciones internacionales, pues la preponderancia en el planteamiento de cualquier política debía dársela, argumentaban ellos, únicamente a las consideraciones de poder político. Así los realistas, en 1918, como los neorrealistas modernos, explican el mundo de las relaciones internacionales como caótico por naturaleza. Por ser los poderosos los que determinan el orden mundial son ellos quienes, bajo la lógica realista, definen la forma de esas relaciones con las naciones, no sólo con su pares, sino con los más débiles. • Esta escuela invita a los gobiernos de esos Estados a plantear políticas internacionales que vayan desde la vulneración de la independencia política y económica de uno o varios países hasta el establecimiento de alianzas temporales con ellos. Lo anterior explicaría por qué el derecho internacional sufrió tantos reveses en el periodo 1914–1945. Veamos cómo sucedió esto. • A partir de un reflexión rápida sobre el modelo de relaciones que tácitamente gobernaba al mundo desde el Westfalia hasta la Primera Guerra, fácilmente se puede concluir que las ideas maquiavélicas y hobbesianas habían creado las bases teóricas para que el realismo fuera incuestionable. • La devastación de la Primera Guerra Mundial da espacio a una nueva forma de pensar las relaciones internacionales; es la carnicería de este conflicto la que obliga a que los historiadores y los politólogos de las naciones más poderosas reflexionen sobre la manera de evitar que las relaciones con los otros Estados vulneraran o pusieran en peligro la seguridad y estabilidad interna de sus países. • Por esa razón, este argumento insiste en que es con la Primera Guerra que nace la teoría de las relaciones internacionales. Lo que sucedía en los primeros quince años del siglo XX era que no se escuchaban voces que pensaran que el orden mundial podía ser diferente al establecido en 1638 y ratificado en 1815 en el Congreso de Viena. Esto lo cambió la Primera Gran Guerra, y a partir de entonces los gobiernos tienen que pensar en cómo asegurar un proyecto que trajera seguridad y estabilidad interna a sus ciudadanos. • Ejemplo evidente de ese realismo incuestionable era el de Theodore Roosevelt y su ampliación oficial de la doctrina Monroe para los países latinoamericanos en 1904. La popularidad de las acciones de este presidente estadounidense entre sus conciudadanos, llevaba a pensar, a la mayoría de ellos, sobre la certeza del "Destino Manifiesto" de esa nación. RESURGIR DE LAS IDEAS LIBERALES INTERNACIONALES: Antes de 1939 los teóricos liberales de los EE.UU. advertían no sólo sobre la actitud de los líderes alemanes constituían una verdadera amenaza a su seguridad y a su estabilidad, sino que igualmente les preocupaba la visión de los líderes japoneses e italianos. Pero estas voces en 1938 eran muy escasas, pues el resto del mundo prefería dar la espalda a la diatriba de odio del líder alemán. Por todos estos hechos es que para 1939 los idealistas–liberales habían conseguido un segundo aire. La posición geográfica y el poder de los EE.UU., al igual que en la Primera Guerra, convierten a esta nación nuevamente en la cuna de las ideas liberales que propondrían otro nuevo orden mundial. • De este modo, son los liberales quienes empiezan a encontrar eco a sus planteamientos en los líderes estadounidenses de esos años. Franklin Delano Roosevelt tomó las banderas de los idealistas– liberales, pues entendió que no podía existir una amenaza mayor para la estabilidad y seguridad de los EE.UU. que los dictadores que conformaban el llamado Eje, desde 1937.
  • 4. • Este líder también entendía que Stalin no tenían ambiciones expansionistas, que el líder ruso estaba primero preocupado por industrializar su nación para llevarla al desarrollo económico. Si bien podía ser un dictador, en términos de la teoría política, Roosevelt pensaba que mediante una mezcla de diplomacia pasiva y activa, Stalin sería un aliado frente a los miembros del Eje. Incluso, 'revió que Rusia llegaría a convertirse en una nación democrática. Estas conclusiones harían de Roosevelt pieza esencial para la elaboración de una nueva PI. La Carta del Atlántico fue el nombre con que se conocería la declaración de "principios mutuos", que serviría de base para crear un "mejor futuro para el mundo". Principios como la auto– determinación de las naciones y la cooperación para solucionar los problemas económicos de la humanidad, más allá de la importancia que tienen para el derecho internacional como antecedente de la ONU, dejan claro el giro de la política internacional de estas dos naciones. En este punto es fundamental mencionar que a diferencia de la Primera Guerra, la propaganda de los aliados en la Segunda Guerra demonizaban a Hitler y a su, seguidilla, pero no al pueblo alemán Capitalistas y comunistas podían aducir que luchaban juntos para derrotar fuerzas no menos que diabólicas. Pues fácil y conveniente era atribuirles a los socialistas del mundo una comunión permanente con la democracia y la libertad. Se trataba simplemente de dos formas de entender la economía, pero que se oponían a la visión, no solo totalitaria, sino racista de los líderes alemanes. Surgimiento del sistema de las Naciones Unidas Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de terminar en 1945, las naciones estaban en ruinas y el mundo quería la paz. Representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional del 25 de abril al 26 de junio de 1945. Durante los siguientes dos meses, procedieron a redactar y luego firmar la Carta de la ONU, que creó una nueva organización internacional, las Naciones Unidas, que, se esperaba, evitaría otra guerra mundial como la que acababan de vivir. Cuatro meses después de la finalización de la Conferencia de San Francisco, las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios. • Entonces con la Segunda Guerra Mundial aparecieron nuevamente los intentos de los liberales, quienes alegaban que el orden mundial debería basarse en el reconocimiento de la igualdad de todos los Estados, la autodeterminación y la seguridad colectiva, garantizada por un organismo supranacional. No obstante, a pesar de que F. D. Roosevelt había conseguido la creación de la ONU, el paradigma liberal otra vez se hundía ante los hechos; pues no pasarían tres años antes de que el balance de poder del mundo se convirtiera en bilateral y, entonces, todas las ideas de los liberales sonarían inadecuadas para garantizar la seguridad nacional de los EE. UU. y de la URSS. • La tercera confrontación de potencias del siglo XX, la Guerra Fría, se había iniciado. En este escenario, que duraría cuarenta años la posesión de las armas nucleares y la devastación que ellas representaban planteaban la guerra en términos de detente, es decir, que cada poder simplemente trataba de obtener avances en las esferas de influencia del otro, ciudadano de mantener el equilibrio de poder a su favor, sin que ese balance se desajustara hasta obligar al uso de las armas nucleares. • "No guerra, no paz", es tal vez la frase que mejor explica la política internacional de las dos potencias Prueba del avance del DI como camino hacia la comunidad internacional es que, después de la firma de la Carta (reconocida inicialmente como una declaración), el número de tratados bilaterales que se ocupaban exclusivamente de la resolución pacífica de conflictos declinó sustancialmente,. Ya no se necesitaba discutir sobre el uso o no de los mecanismos de resolución pacífica de controversias. El DI reflejaba la concreción de una nueva cultura. Pero la Guerra Fría y la bipolaridad que implicaba facilitaron que la resolución de conflictos quedara sometida a las políticas exteriores de los dos grandes en el seno de la ONU. La estrategia se traducía en el uso del poder de veto de estos países en el Consejo de Seguridad, el cual permitió crear un foro de discusión que no alineara a ninguna de las potencias y así evitar las equivocaciones de la Sociedad de las Naciones. De esta manera, decenas de conflictos alrededor del mundo fueron desdeñados por el
  • 5. Consejo de Seguridad, que de acuerdo con la Carta era el organismo que iba a ejercer el poder de policía, capaz de solucionar el problema de eficacia del DI. Neo marxistas El paradigma para entender las relaciones internacionales era la humanidad, pues sólo por medio de ella la comunidad de naciones trascendería, centraron su atención, no ya en la guerra entre las grandes naciones, sino en la pobreza y el desarrollo económico. Los comportamentales o neomarxistas aducían que para el mundo, era tan importante evitar una nueva guerra mundial como lo era atender las necesidades económicas de la mayoría de los Estados del planeta; El artículo 55 de la Carta es una prueba más del avance de las ideas comportamentales. Allí se establece que la ONU debe promover altos estándares de vida, total empleo, progreso social e incluso solución de problemas internacionales económicos, sociales y de salud. Todo esto a partir del criterio de que éstas, junto al respeto de los derechos fundamentales, son las condiciones necesarias para construir un ambiente de estabilidad y bienestar, y que sólo así las relaciones pacíficas son posibles. Esta corriente dentro de las relaciones internacionales ha sido una oportunidad para plantear que las relaciones entre Estados no se pueden ver solamente en términos de teorías sobre la guerra y la paz (neorrealistas) o en términos de estructuras supranacionales que centran sus esfuerzos en promover que las potencias solucionen pacíficamente sus conflictos y en las relaciones económicas entre ellas (neoliberales–pluralistas–estructuralistas), sino que pasa por entender que el desarrollo económico de los países pobres es fundamental para asegurar la paz, la seguridad internacional y la justicia. El problema del tercer mundo radica en que incluso el discurso neomarxista tiene origen mayoritariamente en los países poderosos y, como Steve Smith argumenta, muy escasos son los trabajos donde se intenta crear un debate entre los paradigmas, los cuales se limitan a concentrarse en área y en grupos de estudio. Para concluir hay que argumentar que el desafió para los líderes de los países pobres del mundo, en términos de relaciones internacionales y de derecho internacional, es poder establecer bloques compactos que contribuyan al avance de agendas que pretendan, no solamente resolver y evitar conflictos militares, sino solucionar las causas objetivas que hace de esos Estados–nación sistemas inseguros e inestables en términos políticos y sociales. . Realismo: El realismo explica la realidad internacional a partir del interés primario de los Estados de maximizar su supervivencia, seguridad o poder (como instrumento para los otros dos primeros objetivos), tanto a partir del objetivo final de la dominación de otras naciones (Morgenthau 1986), o de las características de la estructura en la cual están insertos (Waltz 1988). En este sentido, es necesario diferenciar entre los postulados del realismo clásico y el neorrealismo o realismo estructural. El primero identifica las causas del comportamiento de los Estados en la naturaleza humana, o el primer nivel de análisis (Waltz 1959: 25-51). La conducta del hombre está determinada por su interés y la búsqueda o maximización de poder (Morgenthau 1986: 19-20). Como el Estado se encuentra compuesto por seres humanos, las RRII se constituyen fundamentalmente por conductas egoístas por parte de los Estados, dedicándose cada uno de ellos a la búsqueda de mayor poder, mayor seguridad, o maximizar el interés nacional (generalmente unido a la búsqueda de poder) El realismo estructural, por su parte, explica las RRII a partir de fuerzas que se encuentran en la tercera imagen, o nivel sistémico (Waltz 1959: 177-206). Una teoría sistémica explica «de qué modo la organización de un dominio actúa como fuerza limitadora y autorizadora de las unidades interactuantes» (Waltz 1988, 108), y explicita que las conductas y resultados se hallan en la estructura del sistema. En las RRII, «la estructura de un sistema cambia con los cambios de la distribución de las capacidades» entre los Estados (Waltz 1988: 145). Para el realismo estructural, los Estados también buscan maximizar poder o seguridad, pero como consecuencia del estado anárquico de las RRII. Así, esta búsqueda será diferente de acuerdo con el tipo de estructura en el cual se encuentren los Estados. Para ambas versiones del realismo, las relaciones con otros Estados, a través de su política exterior, se basan en la utilización de diferentes herramientas para alcanzar los objetivos de aumento de poder o maximización de seguridad. En este sentido, la política de cooperación oficial al desarrollo de un Estado tendría que ser entendida como una herramienta más
  • 6. para la promoción del interés nacional. Continuando con este razonamiento, la AOD es distribuida con el fin de generar mayor seguridad para el donante consolidando alianzas con los Estados afines o cercanos, o para generar mayor riqueza nacional al impulsar el comercio bilateral del donante, posibilitando oportunidades comerciales en el exterior, en este caso, con los receptores de AOD. En términos empíricos, se puede pensar en una serie de variables que explicarían la asignación geográfica de la ayuda al desarrollo desde una teoría realista de las RRII. En primer lugar, se debe pensar en una variable geográfica de distancia entre el donante y el receptor de ayuda. Esta variable se relaciona con el interés egoísta de los donantes de mantener un área de influencia y maximizar su seguridad frente al peligro que pueden presentar los países más cercanos. La seguridad de un Estado (en este caso, el donante) estaría amenazada, en primer lugar, por sus vecinos. Transferir recursos hacia los Estados cercanos, en un postulado realista, contribuye a aminorar la potencial tensión que podría existir entre el receptor y el donante, ya que mejora la situación socioeconómica, evita conflictos internos desestabilizadores del statu quo y potenciales olas de inmigración. En este sentido, la distancia geográfica entre los países se puede medir a partir de la distancia en kilómetros existentes entre las capitales. La segunda variable realista que hay que considerar es el comercio bilateral entre el donante y el receptor. Aquí se debería discernir si existe alguna relación entre la cantidad de AOD que recibe un país y el nivel de importaciones que realiza el donante de los fondos. Es una variable realista al ser la AOD un instrumento de promoción del interés nacional. En otras palabras, se puede entender la AOD como instrumento de promoción de un interés económico (el comercio exterior). En el realismo, se puede entender que la capacidad económica es parte del poder de un país. Como tercera variable, se puede considerar el grado de cercanía como potencial alianza que existe entre el donante y el receptor. Para el realismo, el juego de poder promueve la coincidencia de preferencias, así sea por la persuasión o la fuerza del más poderoso hacia los más débiles. La cooperación al desarrollo puede ser un instrumento de persuasión con el fin de generar o mantener cierta afinidad entre los intereses del donante y los del receptor. Para Morgenthau (1969), la ayuda externa puede ser utilizada en forma de soborno para «comprar» las voluntades de los receptores. En este sentido, varios trabajos han intentado descifrar si existe alguna relación en este sentido. Esta variable ya ha sido extensamente utilizada en otros trabajos (Wittkopf 1973; Wang 1999; Dreher et al 2006; Kuziemko y Werker 2006; Iwanami 2010; Sullivan et al 2011). El nivel de afinidad entre dos Estados se puede medir a través de la coincidencia en las votaciones en la Asamblea General de Naciones Unidas donde cada Estado expresa sus preferencias con respecto a diferentes temas. Como las votaciones en Naciones Unidas no son vinculantes, los Estados pueden expresar a través de su voto sus preferencias. Al comparar cómo votó cada Estado en un mismo tema, el investigador puede deducir el nivel de coincidencia en las preferencias que tienen dos Estados. También es necesario hacer referencia a variables que den cuenta de la influencia que la estructura tiene sobre las relaciones entre los Estados. La cuarta variable de inspiración realista propuesta hace referencia a la existencia o no de un sistema bipolar. Se considera a la distribución relativa de capacidades como el principal factor explicativo de la distribución de preferencias y restricciones a la acción de los Estados. La competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética, según esta corriente de pensamiento, llevó a la utilización de los diferentes instrumentos de política exterior para el beneficio de los donantes en la rivalidad Este-Oeste. El período de la Guerra Fría es considerado como un mundo bipolar en tanto la distribución de capacidades materiales del planeta estaba concentrada en dos grandes potencias globales. El fin de la Guerra Fría trajo consigo un mundo unipolar, nuevos escenarios de conflicto internacional y nuevas modalidades de conducirse en la política exterior diferentes a las existentes en el mundo bipolar (Fukuyama 1989; Krauthammer 1990; Gaddis 1991; Rogers 2000). La capacidad explicativa de los cambios de la estructura es fundamental en el realismo estructural para considerar el poder explicativo de esta corriente teórica (Waltz 2000). En este sentido, se esperaría que el fin de la Guerra Fría haya sido un momento en el cual hayan existido cambios en los patrones de distribución geográfica de la ayuda internacional. Meernik, Krueger y Poe (1998) han encontrado que el cambio sistémico afectó la importancia relativa de los objetivos de seguridad e ideológicos en las decisiones de asignación geográfica de la ayuda internacional. La
  • 7. quinta variable hace referencia a la lucha de poder entre los bloques capitalista y comunista que surge con la Guerra Fría. Los Estados comunistas han sido históricamente interpretados como amenazas o enemigos por la mayoría de los Estados capitalistas liberales que son justamente los donantes de cooperación al desarrollo de la OCDE. Por ejemplo, en 1961, el presidente norteamericano John F. Kennedy afirmó que la ayuda al desarrollo era un instrumento de Estados Unidos para sostener a varios países que de otra forma pasarían al bloque comunista (Hayter 1971). La característica de país comunista denota la no alineación de un Estado con el bloque de países capitalistas y donantes de ayuda al desarrollo. Liberalismo A diferencia del realismo, la escuela liberal resalta la posibilidad de la cooperación y la generación de un contexto para el progreso general, los cuales son considerados realizables, y donde la cooperación está presente, al menos en potencia (Jervis, 1999). La escuela del liberalismo permite explicar las RRII a partir de características internas de los Estados. En este sentido, el liberalismo centra la explicación del fenómeno de las RRII en las variaciones en las preferencias de los Estados (Moravcsik 2010: 113), y no en el interés nacional o distribución de capacidades materiales que son dadas a partir del lugar que ocupa cada Estado en el sistema internacional. Estas variaciones pueden llevarse a cabo a partir de las características particulares de cada Estado, sus instituciones o la sociedad civil. Para los liberales, la política exterior de los Estados democráticos no debería ser explicada únicamente en términos exclusivos de equilibrio de poder (como lo hacen los realistas), sino también a través de las relaciones de confianza que se generan entre democracias (Doyle 1983). En términos generales, Rathbun (2010) identifica al liberalismo como aquella corriente que se centra en el análisis de la cooperación entre los Estados como variable dependiente, en donde se espera un mayor potencial de cooperación y progreso en las RRII (Rathbun 2010: 4). También identifica al liberalismo como el análisis de la realidad internacional, a partir de factores de la primera o segunda imagen. Con respecto a la primera forma de identificar al liberalismo, variantes del mismo se manifiestan en el institucionalismo neoliberal,6 liberalismo comercial,7 liberalismo militar,8 liberalismo sociológico,9 liberalismo cognitivo10 y liberalismo regulativo11 (Rathbun 2010: 7-8). Sin embargo, la tesis más importante de esta escuela es la teoría de la paz democrática (como parte del liberalismo republicano), la cual afirma que los Estados democráticos no se hacen la guerra entre sí. Las democracias son capaces de alcanzar la paz entre ellas porque ejercen la precaución inherente a toda democracia y son capaces de apreciar los derechos internacionales de las repúblicas extranjeras (Doyle 1986: 1162). Conscientes de la armonía entre ellas, que deriva en la creación de un contexto de paz y seguridad, la cooperación puede surgir y mantenerse. Por lo tanto, es racional para los Estados democráticos la promoción de la democracia en otros Estados. De esta forma, se puede pensar en la cooperación internacional al desarrollo como un instrumento de política exterior de los Estados liberales y democráticos para generar cooperación y mayor democracia en el exterior y crear un mundo más seguro para las mismas. Este argumento está relacionado con el lugar que tienen las ideas en las relaciones entre Estados, y cómo estas se combinan con los intereses para generar acciones. Para Goldstein y Keohane (1993) las creencias basadas en principios afectan la formulación de políticas cuando estas se han integrado en las instituciones políticas y se convierten en guías para asistir a los actores en la formulación de estrategias políticas en donde no existe un único equilibrio. Así, la promoción de la democracia puede ser entendida como la aplicación de la idea principista sobre los beneficios inherentes al sistema democrático, tanto para los ciudadanos del Estado promotor (beneficios de seguridad) como para el Estado democrático (beneficios individuales de libertad). La segunda forma de identificar al liberalismo según Rathbun (2010) es la configuración institucional interna (como el sistema político, el sistema de partidos o la opinión pública). Esta «segunda imagen» también puede influir en las preferencias de los Estados y, de esta forma, en la política exterior. Macmillan (2004) afirma que la teoría de la paz democrática incluso puede ser estudiada en mayor profundidad haciendo referencia a las diferencias internas que tienen
  • 8. las democracias. En cuanto a los estudios de cooperación al desarrollo, Thérien (2002) y Thérien y Noël (2000) hacen referencia al papel de la ideología de los partidos políticos en la asignación de la ayuda internacional. Noël y Thérien (1995) afirman que los Estados con grandes políticas de bienestar son propensos a destinar mayor ayuda internacional de acuerdo con sus capacidades. Así, la cooperación al desarrollo sería el equivalente internacional de la seguridad provista por las políticas de bienestar domésticas. También en este sentido, Tingley (2010) argumenta que la ideología económica juega un papel importante en determinar la cantidad de ayuda destinada al desarrollo. En este sentido, los gobiernos más conservadores comprometen menos fondos a la cooperación al desarrollo que los gobiernos progresistas. Este argumento es un claro ejemplo de cómo el liberalismo entendería la relación causal en los estudios de la cooperación al desarrollo. La tradición liberal ha contribuido en dos sentidos a la teoría de las RRII. Por un lado, desde la tesis de la paz democrática y, por otro lado, desde explicaciones que toman las preferencias de los actores al interior de los Estados como factores determinantes de la política exterior. Dos variables liberales pueden ser examinadas en esta forma de entender el liberalismo. La primera variable hace referencia a los diferentes intereses y preferencias dentro de los Estados. Los donantes de la OCDE son todas democracias, donde cada fuerza política puede participar en la competencia y tiene sus propias preferencias de política exterior. Como se ha visto en la revisión de la literatura, según Thérien (2002), dentro de las fuerzas políticas que compiten al interior de los Estados, la izquierda, al tener un discurso más igualitario, es más proclive a ofrecer AOD. Así, los partidos socialdemócratas (o de izquierda/centro-izquierda) tienen un efecto positivo en los niveles de ayuda al desarrollo que ofrece un país (Thérien y Noël 2010). Como se señaló anteriormente, una explicación liberal de la cooperación internacional puede incluir a los actores internos del Estado, como son los partidos políticos y la distribución ideológica que existe en el sistema de partidos. La segunda variable propuesta tiene en cuenta el supuesto sobre la tesis de la paz democrática y analiza si los donantes tienen una preferencia positiva por los Estados democráticos a la hora de destinar fondos de ayuda internacional. En esta variable, el liberalismo entiende que la cooperación al desarrollo es un instrumento de la política exterior que los Estados liberales utilizan para generar cooperación y mayor democracia en el exterior y, por lo tanto, mayor seguridad para ellos mismos. ??Marxismo??La??tradición??marxista??en??RRII??resalta??el??clivaje??NorteSur??entre??lo s??Estados??y??las??relaciones??de??desigualdad??o??dependencia??en??el??sistema??intern acional??Este??clivaje??es??consecuencia??de??la??expansión??capitalista??que??reproduce?? entre??los??países??las??desigualdades??que??genera??al??interior??de??los??Estados?? Ku bálková??y??Cruickshank?? ??????????Dada??la??vinculación??de??economías??que??prese ntan??diversos??grados??de??diferenciación??del??sistema??productivo??y??ocupan??posicion es??distintas??en??la??estructura??global??del??sistema??capitalista??se??genera??la??difere nciación??entre??países??desarrollados??y??subdesarrollados??Por??lo??tanto??existe??una?? diferencia??de??etapa??y??de??función??o??posición??dentro??de??la??estructura??económic a??internacional??de??producción??y??distribución??lo??que??supone??una??estructura??defi nida??de??relaciones??de??dominación?? Cardoso??y??Faletto?? ??????????Para??los??au tores??de??esta??tradición??los??Estados??subdesarrollados??están??en??una??condición??de ??inferioridad??y??dependencia??debido??a??las??características??intrínsecas??al??capitalism o??que??como??consecuencia??del??proceso??de??acumulación??genera??ganadores??y??per dedores??Los??países??industrializados??del??Norte??por??su??parte??beneficiarios??de??est e??sistema??desigual??tienden??a??reforzar??estas??relaciones??a??través??de??sus??política s??exteriores??La??ayuda??internacional??que??reciben??los??países??del??Sur??es??un??fen ómeno??que??surge??de??las??jerarquías??materiales??existentes??entre??los??Estados??así ??sean??políticomilitares??o??socioeconómicas?? Hattori??
  • 9. ?????? ????????Según??la??tradición??marxista??la??vida??económica??de??las??naciones ??más??débiles??está??penetrada??por??los??intereses??de??las??naciones??poderosas?? Co x?? ??????????incluso??en??aquellas??regiones??donde??la??práctica??imperialista??ha??d esaparecido??todavía??existen??relaciones??jerárquicas??y??de??imposición??de??condiciones ?? comerciales??o??de??política??interna???? Hayter?? ???? ????Las??relaciones??actua les??entre??el??Norte??desarrollado??y??el??Sur??subdesarrollado??pueden??ser??entendidas ??en??clave??de??neoimperialismo??como??la??explotación??de??los??países??subdesarrollad os??por??parte??de??los??centrales??Esta??explotación??no??desapareció??con??el??fin??del ??imperialismo??sino??que??se??reconfiguró??Las??nuevas??formas??de??dominación??son?? menos??explícitas??Según??Krasner?? ????la??soberanía??legal??internacional ??es??uno??de??los??cuatro??significados??de ??soberanía??El??marxismo??en??RRII??acentúa??el??significado??de??soberanía??westfalian a??el??cual??es??un??acuerdo??institucional??basado??en??dos??principios????territorialidad ??y??exclusión??de??actores??externos??de??las??estructuras??de??autoridad??internas??Esta ??soberanía??se??viola??cuando??actores??externos??influyen??sobre??o??determinan??las?? estructuras??de??autoridad??internas??a??través??de??acciones??coercitivas??voluntarias??int ervención??o??invitación?? Krasner?? ????????????Así??los??imperios??informales??pueden??ser??definidos??como??«estructuras ??transnacionales??de??autoridad??política??de??facto??cuyos??miembros??son??Estados??so beranos»?? Krasner?? ????????????En??esta??misma??línea??para??la??teoría??del??sistemamundo??la??ayuda ??al??desarrollo??se??ubica??dentro??del??nacimiento??de??un??nuevo??sistema??interestata l????el??de??la??hegemonía??de??Estados??Unidos??marcado??por??el??nacimiento??de??la ??Organización??de??Naciones??Unidas??destinada??a??imponer??restricciones??institucional es??en??favor??del??hegemón??Entre??el??abanico??de??herramientas??de??restricciones??in stitucionales??se??encuentran??el??uso??de??la??fuerza??soborno??y??la??persuasión??ideoló gica?? Wallerstein?? ??????????Como??parte??de??estas??dos??últimas??herramientas??se ??puede??entender??la??cooperación??al??desarrollo??dentro??de??este??marco??teórico??P or??lo??tanto??las??nuevas??formas??de??imperialismo??se??pueden??manifestar??a??través ??de??la??utilización??de??la??ayuda??al??desarrollo??como??soborno??para??influir??en??l as??estructuras??de??autoridad??internas??del??país??receptor??Por??otro??lado??para??la ??teoría??de??la??dependencia??el??poder??del??centro??se??manifiesta??a??través??de??las ??desiguales??condiciones??de??intercambio??en??el??comercio??internacional??y??en??la?? presencia??de??multinacionales??las??cuales??refuerzan??la??explotación??y??dependencia?? de??los??países??de??la??periferia?? Cardoso??y??Faletto?? ?????????? ????????Dentro ??de??esta??lógica??la??ayuda??internacional??que??ofrecen??los??países??del??centro??est aría??relacionada??con??el??fortalecimiento??de??las??relaciones??de??dependencia??lo??qu e??en??términos??empíricos??podría??significar??promover??las??inversiones??extranjeras??d irectas??provenientes??del??donante??en??los??receptores??de??AOD Constructivismo Dentro de las escuelas teóricas de las RRII, el constructivismo se ubica junto al realismo y el marxismo como una escuela sistémica. Para esta corriente teórica, existen múltiples formas de entender la anarquía del sistema internacional por parte de los Estados. Así, los actores entienden a la política internacional como más o menos anárquica de acuerdo con las diferentes áreas o dominios (Hopf 1998: 174). El constructivismo se ha concentrado en la influencia que las ideas y normas poseen en el comportamiento de los Estados, en especial aquellas compartidas a las cuales ajustan su comportamiento los diferentes actores del sistema internacional (Wendt 1999; Finnemore y Sikkink 2001: 392). Las identidades estatales, para el constructivismo, determinan quién
  • 10. es cada Estado y quiénes son los otros, además de afectar los intereses de los mismos. Estas identidades, que son cambiantes, dependen del contexto histórico, cultural, político y social. Esto permite que, para el constructivismo, los Estados tengan intereses diferentes, supuesto que no se mantiene para el realismo (Hopf 1998: 176). Además, reconoce la capacidad de evolución o cambio en las ideas y normas, lo que posibilita pasar de sistemas competitivos a sistemas de cooperación o ayuda en las relaciones entre Estados. El constructivismo propone la idea de identidad colectiva en las relaciones entre Estados, en la cual el interés propio y el interés colectivo son efectos de un proceso de identificación con el otro. Esta identificación es un continuo entre identificación negativa y positiva, y puede variar en diferentes áreas (Wendt 1994). La explicación humanitaria de la cooperación al desarrollo está relacionada con la identificación positiva que tienen los donantes con las sociedades de los Estados receptores. Así, se puede entender a la cooperación al desarrollo tanto como una evolución de una identidad colectiva mundial en la cual una norma internacional presiona a los Estados ricos a ayudar a los Estados pobres con el objetivo de mejorar la condición de estos últimos. También se puede pensar como la consolidación en los Estados donantes de la identificación con los ciudadanos de los Estados en vías de desarrollo en tanto seres humanos con necesidades. Esta norma se ajusta a la cooperación internacional como una práctica voluntaria, ya que su incumplimiento no implica una sanción, sino más bien una recriminación o reproche por parte de otros actores del sistema internacional. La estructura de socialización internacional afecta tanto a las identidades estatales como a las estructuras sociales internas. Esto, a su vez, influye en sus intereses lo que les lleva a comportarse de cierta forma. Ahora bien, la cooperación internacional al desarrollo es consecuencia de intereses específicos de los Estados. Así también lo es la asignación geográfica que realizan estos países. Para explicar este comportamiento desde el constructivismo, es necesario remitirse a la estructura internacional de las ideas, a cómo estos Estados socializaron y socializan la idea de ayuda internacional al desarrollo. Además, es necesario investigar la socialización interna que se hace de esta idea. Las variables de inspiración humanitaria son aquellas que estarían inspiradas en la corriente constructivista de las RRII. En este sentido, la asignación de ayuda internacional a los Estados más pobres está relacionada con la idea de cumplir con las obligaciones morales que poseen los Estados ricos, obligaciones que surgen de un proceso de socialización con otros Estados. ¿Cómo medir el grado de necesidad de un Estado? Aquí es donde los investigadores deben estar atentos a las diferentes visiones de desarrollo que existen en el mundo. Desde el constructivismo se entiende que la identidad nacional da forma a los intereses nacionales, y estos a su vez generan las preferencias estatales en situaciones o áreas específicas. Pensándolo en el sentido contrario, cómo un Estado donante ve al desarrollo en otros Estados depende de su identidad nacional. Así, algunos Estados pueden hacer referencia al PBI per cápita (en sus diferentes variantes), el Índice de Desarrollo Humano, necesidad humanitaria como consecuencia de desastres naturales o conflictos armados, o indicadores más precisos: mortalidad, mortalidad infantil, nivel de alfabetización, acceso a servicios básicos, etc. Como se afirmó anteriormente, las normas internacionales también tienen su propia evolución (aunque no necesariamente evolucionan en un solo sentido). Otra forma de evaluar el poder explicativo del constructivismo en la cooperación internacional al desarrollo es analizar la evolución e impacto en los flujos de ayuda internacional de la norma internacional de ayuda a los más necesitados del planeta. En este sentido, por ejemplo, Thorbecke (2000) muestra cómo se ha ido consolidando y fortaleciendo el sistema internacional de cooperación al desarrollo desde la década de los años sesenta, a través de la redefinición de los objetivos propuestos, las teorías que sustentan estos objetivos, las estrategias y el papel de la ayuda internacional. A pesar de los cambios, la cooperación al desarrollo se consideró siempre necesaria para colaborar con el desarrollo del Tercer Mundo, aunque en diferentes niveles. Las diferentes declaraciones de la necesidad de un mundo más igualitario, más justo o más desarrollado son manifestaciones del grado de evolución de esta norma internacional en la sociedad de Estados. Desde el constructivismo también se estudia cómo las organizaciones internacionales son un reflejo e influyen en las
  • 11. identidades estatales (Finnemore 1996). Sin embargo, el estudio de la influencia de organizaciones internacionales en las identidades o preferencias estatales está en competencia con el liberalismo (Keohane 1989; Sterling-Folker 2000). El debate existente entre el constructivismo y el liberalismo en esta materia excede el propósito y espacio de este artículo, aunque resulta necesario resaltar que el argumento en disputa es si las organizaciones internacionales son la manifestación de la socialización de los Estados o llegan a convertirse en actores independientes de los mismos. Por este motivo, el análisis de la cooperación internacional al desarrollo desde las teorías de las RRII también será enriquecedor para el debate teórico que existe en la disciplina. b) LOS REGIMENES INTERNACIONALES Y LA POLÍTICA INTERNACIONAL Un régimen internacional se define como el conjunto de principios, normas, reglas y procedimientos para la toma de decisiones que rige el comportamiento de los Estados en un Áreade la políticainternacional.’ Junto con organismos internacionales tales como las Naciones Unidas o la Union Europea, y las convenciones básicas de la sociedad internacional, como las que establecen la soberanía de los Estados, los regímenes internacionales constituyen una clase primordial de instituciones internacionales. Los regímenes son ordenes internacionales parciales, creados ex profeso y de alcance regional o mundial, cuyo propósito es sustraer ciertas áreas de la política internacional del ámbito de las practicas unilaterales. Al crear expectativas comunes sobre las conductas que resultan apropiadas y elevar el grado de transparencia en un ámbito determinado de la política, los regímenes internacionales propician que los Estados (y otros actores) cooperen con el fin de obtener ganancias comunes, expresadas, por ejemplo, en un mayor bienestar social o en mayor seguridad. Si clasificamos las áreas de la política internacional de acuerdo con el valor predominante en cada una de ellas, encontramos que existen regímenes en todos los ámbitos de la política mundial contemporánea: existen regímenes de seguridad, como el régimen de no proliferación nuclear; regimenes económicos, como el de comercio internacional; regímenes ambientales, como el régimen internacional para la protección de la capa de ozono, y por ultimo, regímenes de derechos humanos, como el que se basa en la Convención Europea de Derechos Humanos." Los académicos se plantearon preguntas sobre la trascendencia política de los regímenes internacionales: ¿qué tan efectivas son las normas y reglas acordadas mediante las cuales definimos a los regímenes?; en otras palabras, ¿pueden pronosticar con certeza el comportamiento de los Estados o es más bien el interés nacional, en sentido estricto, lo que explica que los actores ignoren los mandatos de los regímenes cuando éstos se vuelven inconvenientes? Por otra parte, ¿qué tan resistentes o vigorosos son los regímenes frente a los retos o factores exogenos que se presentan dentro de un área o fuera de ella? Por ejemplo, si se debilita la estructura de poder que prevalecía cuando se creo el régimen, ¿acaso esto conduce necesariamente a la caída del régimen, o bien los regímenes adquieren una vida propia, al ganar cierta independencia respecto de las condiciones que alguna vez facilitaron su formación y configuraron también los principios y normas que fueron adoptados?'' Hoy, a finales de los años noventa, las polémicas que suscito este tema de estudio han disminuido, pero ello no significa que el análisis de los regímenes como campo de investigación haya dejado de existir. Por elcontrario, el hecho de que el concepto de régimen no sea ya objeto de acaloradas controversias académicas debe interpretarse como un indicio de que el estudio de los regímenes internacionales (o en términos mas amplios, el estudio de las instituciones internacionales) ha madurado y se ha convertido en un campo, firmemente asentado, de las relaciones internacionales." Tampoco debe pensarse que el análisis de los regímenes se ha estancado, pues en el curso de la ultima década se publico un numero considerable de trabajos
  • 12. interesantes.'" Así, ciertos temas a los que los estudiosos de los regímenes no habían prestado antes demasiada atención son ahora objeto de importantes estudios empíricos, como es elcaso de la política ambiental internacional, antes y después de la Conferencia de Rio de 1992. Por otra parte, en respuesta a la acusación que comúnmente se imputa al análisis de los regímenes de centrar la atención exclusivamente en el Estado, se han hecho varios intentos por estudiar de manera mas sistemática el papel que desempeñan los actores no estatales en la formación de los regímenes internacionales. Es así que los estudiosos han examinado las llamadas “comunidades epistémicas”, es decir, las redes transnacionales de expertos en determinadas áreas, que comparten tanto hipótesis sobre los procesos físicos y sociales que requieren de la acción internacional, como una visión sobre las políticas publicas que debieran adoptarse. Se han identificado varias comunidades epistémicas influyentes en diversas áreas de la política internacional, que abarcan desde la preservación de los mares hasta el control de armamentos. Mas aun, los estudiosos han empezado a examinar la teoría y la realidad empírica de los regímenes transnacionales, esto es, de aquellas instituciones normativas de alcance transfronterizo que crean y mantienen actores privados. Ejemplo de tales regímenes internacionales privados es la cooperación reglamentada entre grandes empresas transnacionales en sectores como el de los seguros, la banca o el transporte de carga.'Sin embargo, lo que importa destacar aquí es que la corriente de trabajos teóricos creativos en materia de regímenes internacionales no se ha interrumpido. La mayor parte de las teorías de los regímenes internacionales pueden atribuirse a uno de los tres siguientes programas de investigación o escuelas de pensamiento: el neoliberalismo, que privilegia el análisisde diversas configuraciones de intereses; el realismo, para el cual las relaciones de poder entre los Estados representan la variable clave, o el cognitivismo, que pone el énfasis en el conocimiento causal (causal knowledge) y social de los actores. Cada una de estas tres escuelas de pensamiento ha elaborado y defendido una perspectiva diferente sobre los orígenes, estabilidad y consecuencias de los regímenes internacionales, al tiempo que se han entablado entre ellas prolongados y, a menudo, fascinantes debates intelectuales .Pero, si bien la competencia entre neoliberales, realistas y cognitivistas en torno al estudio de los regímenes internacionales ha sido, sin duda, muy saludable, podría afirmarse que es hora de que los estudiosos de los regimenes internacionales exploren en forma mas sistemática las posibilidades de llevar a cabo una síntesis o división del trabajo entre las tres escuelas de pensamiento. El argumento prima facie para proponer esto es que las tres escuelas ofrecen una visión plausible sobre los regímenes internacionales y pueden sustentar su interpretación con una cantidad considerable, aunque no concluyente, de evidencia empírica, de donde podría derivarse que las variables privilegiadas por cada una de las tres escuelas —intereses, poder y conocimiento de alguna manera interactúan (o trabajan conjuntamente) en la creación y configuración de los regímenes internacionales. Pero, de ser esto cierto, aquellas teorías que contraponen una variable a las otras dos son necesariamente sesgadas y, por tanto, es mas factible que en muchas situaciones resulten engañosas como instrumentos de pronostico y como guías para la política exterior. Esta observación justifica la tentativa de combinar ciertos elementos de las perspectivas neoliberal, realista y cognitivistas sobre los regímenes internacionales a fin de elaborar una teoría mas compleja. 1) El neoliberalismo y el realismo no solo tienen raíces comunes en el racionalismo, en tanto postura metateorica, sino que también pueden trabajar de manera conjunta y fructifera para explicar los regímenes internacionales, lo que abre la posibilidad de elaborar una teoría racionalista de las instituciones internacionales mas unificada. 2) Existe una vertiente particular de la escuela cognitivista, denominado “cognitivismo débil”, la cual puede servir como el complemento analítico necesario para la explicación racionalista de los regímenes internacionales y, por tanto, puede ser incorporada a ella.
  • 13. 3) Una síntesis mayor — que también incluya las formas mas radicales, a saber, los “duros” del cognitivismo— no es posible. Los “cognitivistas duros” parten de posturas ontológicas y epistemológicas radicalmente opuestas a las de los neoliberales y realistas. En este caso, resulta mas probable y deseable que continué la competencia intelectual y no así que se hagan intentos fallidos por fusionar dos paradigmas de investigación que son mutuamente excluyentes. ESCUELAS DE PENSAMIENTO EN EL ESTUDIO DE LOS REGIMENES INTERNACIONALES: NEOLIBERALISMO, REALISMO Y COGNITIVISMO Neoliberalismo Los neoliberales subrayan la forma en que los regímenes internacionales contribuyen a que los Estados logren ciertos intereses comunes, los Estados que son presentados como egoístas racionales a los que solo les interesan sus propias ganancias (absolutas) . En la política internacional no todo es conflicto, aunque la cooperación, que podría resultar benéfica para todos los participantes, es difícil de lograr, dada la profunda incertidumbre que caracteriza a la vida internacional. En particular, los Estados dudan de que se pueda contra las promesas de cooperación de los socios. Al hacer mas transparente la conducta de los Estados y vincular los asuntos de interés durante un tiempo suficiente (lo que hace posible que se adopten estrategias de reciprocidad) los regímenes reducen tal incertidumbre, disminuyen el terror a ser engañado o explotado por las otras partes y propician, así, que los Estados se aventuren a participar en empresas conjuntas. Los neoliberales han tornado muchos conceptos de la teoría económica de las instituciones que destaca el papel que desempeñan la información y los costos de transacción. Ciertos modelos de la teoría de juegos, como “el dilema del prisionero” o “la batalla de los sexos”, han sido utilizados para caracterizar la gama de intereses que están en la raíz de varios tipos de regímenes internacionales y que influyen también en la posibilidad misma de que se cree un régimen."Al apropiarse deliberadamente de ciertos conceptos básicos del enfoque realista sobre la política mundial, los neoliberales han objetado el escepticismo del realismo estructural con respecto a las instituciones internacionales e intentan demostrar que, de hecho, tal escepticismo no puede fundamentarse en los supuestos realistas sobre la naturaleza de los Estados y del sistema internacional. Los regimenes contribuyen a que los Estados, centrados en sus propios intereses, coordinen sus acciones de ta1 suerte que puedan evitar colectivamente la obtención de resultados obtimos, y es posible mostrar que los Estados se interesan por preservar los regimenes existentes aun cuando los factores que les dieron origen hayan desaparecido. Los neoliberales destacan que, pese a que los Estados carecen de un sentido de la obligación, si reflexionan antes de violar las reglas acordadas, pues en un régimen potencialmente benéfico, los Estados con reputación de oportunistas tendrán mas dificultad para que se les acepte como socios en e1 futuro. Mas aun, dado que no es sencillo crear instituciones internacionales, los Estados dudaran antes de poner en peligro a un régimen, lo que ocurriría, por ejemplo, si condicionaran la continuidad de su cooperación a la realización de cambios profundos en e1 régimen. En otras palabras, los regimenes internacionales son resistentes pues representan “costos perdidos”, es decir, son inversiones políticas que no pueden recuperarse fácilmente y aplicarse a otros fines. Realismo Aunque los realistas estructurales de la corriente wa1tziana han prestado poca atención a las instituciones internacionales, cuya influencia en la política internacional no es, en su opinión, sino marginal, los “realistas pos- clásicos, admiten que la cooperación entre Estados basada en los regímenes es una realidad que requiere ser explicada. Algunos realistas que estudian los regímenes internacionales, como Robert Gi1pin ," Stephen Krasner" o Joseph Grieco," afirman que e1 poder es igualmente decisivo tanto para la cooperación como para la discordia entre las naciones. De acuerdo con estos “realistas estructurales modificados”, la distribución de las
  • 14. capacidades entre los actores influye de manera crucial sobre las posibilidades de que surja y se mantenga un régimen efectivo en un área determinada, así como en la naturaleza del régimen resultante, sobre todo en lo que se refiere al destino final de los beneficios generados por la cooperación. Una versión anterior de esta idea es la teoría de la estabilidad hegemónica, según la cual los regímenes son bienes públicos internacionales que escasean hasta en tanto un actor dominante (o poder hegemónico) se encarga de crearlos y hacerlos valer. Los teóricos de la estabilidad hegemónica no creen que los regímenes puedan sostenerse si no hay un líder poderoso que se interese por ellos. Sin embargo, si admiten la posibilidad de que exista una “reverberación hegemónica”, es decir, un periodo limitado durante el cual, tras la desaparición de la superioridad indiscutible del líder, ciertos factores, como la inercia, el habito o el miedo al cambio, operan en favor de los regímenes que dicho líder instauro cuando estaba en la cúspide de supoder. Hemosseñalado que losneoliberales retoman ciertos conceptos realistas cuando hablan, de manera comparativamente optimista, en favor de la importancia de los regímenes internacionales, como ocurre, por ejemplo, al reconocer la trascendencia de la anarquía internacional y de la primacía de los Estados en la políticainternacional. A ello los realistas responden que el argumento de sus oponentes es incorrecto dado que nunca llegan a captar el significado de las premisas realistas que dicen haber incorporado en su teoría. En particular, la anarquía no solo genera el temor a ser engaña- do por los socios con quienes se coopera, sino que la ausencia de un gobierno común lanza a los Estados a una lucha constante por la supervivencia y la independencia, lo que les impide darse el lujo de ser esos entes egoístas que, por definición, son indiferentes a las ventajas de los demás. Por el contrario, los Estados deben tomar en consideración tantolas ganancias absolutas coro las relativas cuando examinan las posibilidades de una cooperación basada en regímenes. Dado que el amigo de hoy puede ser el enemigo de mañana, a los Estados les preocupa que sus socios obtengan mas ganancias. Por ello en ocasiones pueden negarse a cooperar, aun cuan- do pudiera serles benéfico en términos absolutos. La conclusión general para los realistas interesados en las instituciones internacionales es que los regímenes internacionales son mas difíciles de crear y aun mas de mantener de lo que los neoliberales quisieran hacernos pensar. CONGNITIVISMO DÉBIL O COGNITIVISMO DURO Los cognitivistas han sido, también, agudos críticos de la explicación neoliberal de las instituciones internacionales. No obstante, la dirección de sus criticas es diametralmente opuesta a la de la escuela realista. Desde la perspectiva cognitivistas, e1 problema del neoliberalismo no es que haya malinterpretado algunas de las premisas realistas sobre la naturaleza de la política mundial. Por e1 contrario, sus limitaciones como teoría de las instituciones internacionales radican precisamente en varias “herencias” realistas que aun siguen operando en las teorías neoliberales. De esta manera, los cognitivistas de todas las tendencias critican tanto a realistas como a neoliberales por interpretar las preferencias y opciones (percibidas) de los actores como “variables exsgenas”, es decir, como hechos que son inferidos u observados, pero sobre los cuales no se elabora una teoría. De esta manera, segúnloscognitivistas, losrealistas ylos neoliberales ignoran otrivializan una importante fuente de variación del comportamiento internacional. Resulta útil distinguir dos corrientes dentro de la escuela cognitivista de pensamiento en e1 análisisde los regímenes, a saber, e1 cognitivismo débil y e1 cognitivismo “duroLos cognitivistas débiles (o minimalistas) centran su atención en e1 papel que desempeñan las ideas, expresadas como proposiciones causales, sobre la formación y e1 cambio de los regímenes."' Según los cognitivistas débiles, los neoliberales y los realistas subestiman la capacidad de aprendizaje, así como e1 grado de incertidumbre que enfrentan hoy en día quienes toman las decisiones, incertidumbre que se refiere tanto a los medios como a los fines de una po1itica."Buscando establecer solidas creencias sobre causas y efectos, los responsables de la toma de decisiones
  • 15. demandan conocimientos confiables sobre asuntos específicos y esta necesidad puede convertirse, a su vez, en una fuente de influencia política para aquellos que tienen la capacidad de proporcionar dichos conocimientos.” Por tanto, los cognitivistas débiles han estudiado e1 papel que desempeñan las “comunidades epistémicas” en la coordinación de las políticas internacionales y, en general, en las condiciones y mecanismos del aprendizaje gubernamenta1.' Mientras que los cognitivistas débiles destacan e1 sustento intelectual de las instituciones internacionales, los cognitivistas duros (o maximalistas) —a quienes también se denomina “reflectivistas"” y “constructivistas"'°— enfatizan el carácter social de las relaciones internacionales. Al igual que los cognitivistas débiles, los cognitivistas duros se interesan por las ideas y e1 conocimiento que tienen los actores, pero se preocupan mas por e1 conocimiento social (esto es, el conocimiento de las normas y e1 entendimiento de si mismos y de los demás) que por los conocimientos de causa-efecto. Esta postura, mas sociológica, enfrenta de manera mas directa a los cognitivistas duros con los realistas y neoliberales. Los cognitivistas duros (no así los débiles) rechazan e1 concepto de los Estados como actores racionales que, frente a la sociedad internacional y a sus instituciones, definen individual- mente y a §ñori su identidad, poder e intereses fundamentales. En su opi- nion, los Estados son configurados por las instituciones internacionales en la misma medida en que ellos configuran las primeras.'” Los cognitivistas duros afirman que toda interaccion prolongada afecta la imagen que tienen los actores de st mismos y de los demás. En particular, la cooperacion insti- tucionalizada puede propiciar el inicio de un proceso en e1 que e1 egoismo de los actores disminuya y éstos empiecen a respetar cada vez mas los inte- reses legitimos de los otros, en lugar de solo tomarlos en cuenta." En este proceso, las normas de cooperacion se internalizan, aun cuando en un prin- cipio los actores las vieran como meros instrumentos para alcanzar sus ob- jetivos individuales. Por tanto, las teorias fuertemente cognitivistas suelen atribuir un mayor grado de efectividad y solidez a las instituciones interna- cionales que el que les reconocen las teorias realistas o neoliberales. Contextualización de los enfoques racionalistas sobre los regímenes internacionales Las perspectivas neoliberal y realista sobre los regímenes internacionales no solo tienen mucho en común —lo que en general es admitido—, sino que también pueden ser combinadas para dar lugar a una teoría mucho mas completa, posibilidad que tiende a ser ignorada o subestimada por los protagonistas del debate. Recientemente, los realistas y los neoliberales iniciaron un intenso debate sobre cual de las dos escuelas esta mejor equipada para analizar y explicar los regímenes internacionales y otros fenómenos de la política mundial. Un rasgo sobresaliente del debate es que tanto los realistas como los neoliberales declaran que los miembros del otro bando no están del todo equivocados, pero que sus proposiciones tefiricas no pueden verse sino como un caso especial de la propia interpretación de la política y de los regímenes internacionales. Los realistas afirman que su teoría engloba a1 neo- liberalismo y los neoliberales sostienen lo contrario. Así, por ejemplo, Robert Keohane,4" uno de los principales neoliberales, ha declarado que: “Al comparar e1 institucionalismo neoliberal con e1 neorrealismo es preciso comprender que e1 primero no constituye una mera alternativa del segundo, sino que, de hecho, pretende abarcarlo.” Por su parte, Joseph Grie- co,^ un prominente realista “posclasico”, ha señalado que, a1 reconocer e1 interés de los Estados por las ganancias absolutas y las ganancias relativas, “e1 realismo ofrece una teoría mas amplia sobre e1 problema de la cooperación que aquella que propone e1 institucionalismo neoliberal”. En tanto argumentos sobre la prioridad y la subordinación entre posturas tefiricas, estos planteamientos se contraponen tajantemente. Sin embargo, en ambos se observa un notable rasgo común:los estudiosos de los regímenes internacionales que se adhieren a una modalidad racionalista de análisis (como lo hacen tanto los neoliberales como los realistas) podrían
  • 16. avanzar mas en sus proyectos si intentaran ampliar y explotar sus puntos en común, en lugar de querer conseguir el “triunfo total”. El punto clave es que neoliberales y realistas conceden que los argumentos y pronosticos del otro bando sonvalidos siempre cuando se cumplan ciertas condiciones, que sus oponentes no han logrado aun identificar o especificar. Entonces, si se llegara a un acuerdo sobre cuales son dichas condiciones, la puerta hacia una síntesis neoliberal-realista aparecería abierta de par en par. Por ello, el futuro trabajo teórico y empírico en la linea racionalista debería partir de este limitado reconocimiento mutuo y fijarse como objetivo el definir las situaciones o contextos en los que son validas las expectativas “neoliberales” (i.e., optimistas) para los regímenes internacionales, en lugar de las “realistas” (i.e., pesimistas) , y viceversa. Si se emprendieran esfuerzos serios en este sentido no solo sera posible entender mejor los regímenes internacionales, sino que también podría descubrirse una zona de coincidencias mas amplia entre estas dos escuelas, que la que hasta ahora ha sido percibida y admitida. El hecho de proponer este tipo de síntesis entre el realismo y el neoliberalismo no equivale a decir simplemente que a veces sera una escuela la que esté en lo correcto y a veces la otra. La definición de los contextos o situaciones en los que cada propuesta (i.e., la realista o la neoliberal) es valida debe tener un sustento teórico y ser susceptible de ponerse a prueba; es decir, debe, cuando menos en principio, permitir la elaboración de pronosticos. Por fortuna, ambas literaturas son ricas en observaciones y argumentos que pueden aprovecharse para tratar de construir dicha teoría de los regímenes, contextualizada y racionalista. Gran parte del debate reciente entre realistas y neoliberales se ha centrado en la importancia que tiene la búsqueda de ganancias relativas en la política internacional. Esto nos remite a dos aspectos: Primero, ¿qué importancia tiene el hecho de que, en una situación dada, los Estados busquen ganancias absolutas o relativas? Y, segundo, ¿cuales son las situaciones en las que a los Estados realmente les preocupan las ganancias relativas? Analiza- remos cada uno de estos aspectos, dado que ambos son relevantes para la síntesis racionalista que proponemos. El primer aspecto hace referencia a las consecuencias que puede tener la búsqueda de ganancias relativas. Si admitimos que los Estados, así sea en ocasiones, realmente se preocupan por obtener resultados mejores o, al me- nos, no inferiores que los de sus socios de cooperación, ¿qué implicaciones tiene (si acaso las tiene) dicha motivación sobre las posibilidades de cooperación internacional y sobre la naturaleza y eficacia de los regímenes internacionales. Los neoliberales sostienen que los Estados crean y mantienen los regímenes por las funciones que estos últimos cumplen en situaciones en las que existen motivaciones diversas (mixed-motive situations) .En particular, los regímenes contribuyen a que los Estados cooperen en beneficio mutuo, a1 disminuir la incertidumbre y la asimetría en el acceso a la información. Los regímenes que contienen reglas y procesos de verificación reducen e1 temor de los Estados a ser engañados por sus socios, lo que les permite prestar atención a los beneficios generados por la cooperación. El caso mas evidente es el del régimen de no proliferación nuclear, en e1 cual la Agencia Internacional de Energía Atfimica se encarga de vigilar e1 cumplimiento de las principales disposiciones del régimen por parte de los miembros.^° UNIDAD 2: EL ESTADO. a)El estado elementos esenciales, nación y Estado. Teoría de nacionalidades. Nacimiento y transformación y extinción de Estados. b)Reconocimiento de Estados y de Gobiernos: Doctrina. La soberanía, Modalidades y restricciones.
  • 17. CONCEPTO DE ESTADO: Como definimos al Estado? Tres son los sujetos del derecho internacional *Estados soberanos *Organizaciones Internacionales *Individuos El Estado, entonces, es la concepción que se ha dado a dicha ubicación geográfica, y es la noción con la que el hombre se ha justificado en su búsqueda por el poder, pues la expansión territorial basada en la dominación geográfica y social ha sido una marca consignada en la historia de la humanidad. El Estado es una conformación humana, creada, regulada y ordenada por el actuar del ser humano. Dentro de sus funciones se encuentran elementos que son de vital importancia para la conceptualización del Estado dentro del ámbito político. Existen elementos esenciales, los cuales ayudan a determinar la existencia del Estado y, por ende, a caracterizar su finalidad. En la senda de Norberto Bobbio, Gianfranco Poggi propone entender al Estado como la manifestación institucionalizada de una de las tres formas de poder social: EL PODER POLÍTICO ya que en función de los recursos que utiliza para concretarse, el poder social se divide en tres categorías: económico, ideológico (o normativo) y político. El poder económico se vale de la posesión de ciertos bienes, escasos o considerados escasos, para inducir a quienes no los poseen a adoptar cierta conducta, que generalmente consiste en desarrollar alguna forma de trabajo. El poder ideológico se basa en el hecho de que las ideas de una cierta naturaleza, formuladas por personas que gozan de cierta autoridad y expuestas en forma apropiada, pueden ejercer influencia sobre la conducta de otros individuos. El poder político, finalmente se asocia a la posesión de recursos (armas de cualquier tipo y potencia) por medio de los cuales puede ejercerse violencia física. En sentido estricto, el poder político es poder coercitivo. -Etimológicamente la noción de Estado deriva del latín status, que significa posición social de un individuo dentro de una comunidad. La identificación entre el Estado y quienes lo dirigían se tornó evidente en los trabajos de los escritores renacentistas, de quien, Nicolas Maquiavelo es el ejemplo mas acabado, su obra maestra El Principe, identifica al gobernante con el territorio, el régimen político y la población que domina. Unos años más tarde, Juan Bodino acuño el concepto moderno de SOBERANÍA para describir al soberano (el monarca) como un gobernante no sujeto a las leyes humana sino solo a la ley divina. Para Bodino la SOBERANÍA era absoluta e indivisible pero no ilimitada, ya que se ejercía en la esfera pública pero no en la privada. La soberanía se encarna en el gobernante pero no muere con él sino que se perpetúa, inalienable, el en Estado que lo sobrevive. Para la mayoría de los autores, los principales elementos esenciales son: territorio, población y gobierno o poder político. 1) Población: se refiere a la suma total de individuos que habitan, conviven y hacen regulados en un mismo y determinado territorio, propios o extranjeros. Es la principal característica o elemento del Estado, pues si hay carencia de individuos el Estado no tiene razón de ser. 2) Territorio: se refiere al espacio que ocupa un lugar en el cosmos, que suele estar delimitado o seccionado para una mejor organización y distribución de población. En dicho espacio se realizan todo tipo de actividades, previamente reguladas por el hombre. 3) Poder o gobierno: se refiere a un poder social que se enfoca en controlar, regular o sistematizar las actuaciones de las y los individuos para dominar ciertos sectores sociales, objetivando las decisiones de los demás. El poder político se centra en influir en la conducta humana. 4) Derecho: se refiere al modo o subsistema de control social para perpetuar las actuaciones de aquellos que detentan el poder, a través de restricciones o prohibiciones justificadas a la luz de la norma jurídica.
  • 18. Estos elementos, por su parte, hacen mención a las características o condiciones determinantes de la existencia del Estado. Yacen reguladas dentro de la estructura de éste, pues pueden considerárseles como atributos propios del poder y del derecho: 1) Soberanía: se refiere a la voluntad suprema de la colectividad de un determinado territorio que regula y ordena la comunidad humana. Como atributo de la estructura política del poder, cualifica al mismo y determina sus relaciones. 2) Imperio de ley: se refiere a que la ley como atributo y resultado de la norma jurídica, es la máxima pauta que debe regir en un Estado; es decir, que el gobierno debe quedar supeditado a las leyes y no a las personas en lo individual. FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO Recién a partir del siglo XVII se desarrolla, primero en Europa y más tarde en otros continentes, lo que puede definirse como estado moderno o estado nacional. Hasta entonces, las formas de gobierno predominantes habían sido el imperio, la ciudad-Estado y comunidades más reducidas, Los estados forman sistemas interestatales dado que, durante su etapa formativa, compiten por el territorio y población influenciando mutuamente su destino. Por eso, siempre surgen en grupos. El sistema de Estados que prevalece actualmente tomo forma en Europa a partir del año 1000, d.c. y se extendió durante los siguientes cinco siglos hacia otras regiones, eclipsando los sistemas interestatales que hasta entonces se centraban en China, India, Persia y Turquía. LA FORMACIÓN DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA La conquista y la colonización española se organizaron tempranamente en dos virreinatos, el de Nueva España o México(1535) y el de Perú (1542). Más tarde éstos se subdividieron creándose dos más, el de nueva Granada (1717) y el del Rio de la Plata (1776), ademas de algunas capitanías generales. Luego de las guerras de la independencia, desatadas hacia principio del siglo XIX. La América Hispánica continúo fragmentándose a partir de sucesivos conflictos hasta conformar los dieciocho Estados de la actualidad. Un caso destacado es la división de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, cuyas nuevas autoridades con sede en Buenos Aires no consiguieron mantener al Alto Perú (Bolivia), Paraguay y la Banda Oriental (Uruguay) unidos al Estado que sucedía al Virreinato del Rio de la Plata. La anarquía de la guerra, que en Europa dio lugar a la imposición del orden mediante la monopolización de la violencia, en América Latina fomento la fragmentación territorial y la creación de Estados despóticamente fuertes pero instrumentalmente débiles. Suele considerarse 1880 como el año de la consolidación del Estado Argentino. Alrededor de esa fecha se produjo una serie de acontecimientos que garantizarían el control, por parte del gobierno central, de cuatro factores fundamentales del poder estatal; los recursos, la violencia, el territorio y la legislación civil. En el primer caso, la federalización de la ciudad de Buenos Aires (es decir, su separación de la provincia del mismo nombre para tornarse capital federal) implico la nacionalización del puerto y la aduana, fuentes cruciales de recaudación fiscal que aseguraron la viabilidad financiera de las autoridades federales. En el segundo caso, la exitosa represión de la rebelión liberada por el gobernador bonaerense Carlos Tejedor en rechazo a la elección presidencial de Julio Argentino Roca, que culminó en la aprobación de una ley que prohibía las milicias provinciales, legitimó definitivamente el monopolio federal de la violencia. En el tercer caso, la elección como presidente del militar que había comandado las expediciones de conquista de las tierras patagónicas simbolizó la expansión del control estatal hasta los confines territoriales del país. Por último, la victoriosa disputa con la Iglesia Católica por el control público de los registros civiles y la secularización de la educación permitió que el Estado se independizara de la tutela ideológica de una poderosa institución trasnacional. NACIONALIDADES
  • 19. Uno de los elementos constitutivos del Estado es la población. La población de un Estado se conforma de nacionales y extranjeros (que ya sea en forma habitual o circunstancial habitan el territorio de un país). La primera diferencia a remarcar radica en las distintas supremacías que ejerce el Estado sobre nacionales y extranjeros. El Estado ejerce una supremacía personal", que se origina en el vínculo de la nacionalidad y que le va a permitir al Estado ejercer sobre estas personas a quienes considera nacionales sus poderes aunque los mismas no se encuentren en su territorio. “Frente a los extranjeros, el Estado ejerce una supremacía territorial, por el simple hecho de que se encuentran habitual o accidentalmente dentro del ámbito en que el Estado ejerce su soberanía territorial, aunque estas personas no tengan su nacionalidad“ En nuestro país significa que si bien estos extranjeros no están obligados a adquirir la ciudadanía argentina, quedan sujetos al cumplimiento de las leyes nacionales. ¿Cómo podemos definir a la nacionalidad? La primera cuestión a resaltar cuando hablamos de nacionalidad es que ella lleva implícita la idea de vínculo asi lo estableció a Corte Interamericana de Derechos Humanos que definió la nacionalidad como “ El vínculo jurídico que liga a una persona con un Estado determinado por medio del cual se obliga con él con relaciones de lealtad y fidelidad y se hace acreedor a su protección diplomática" Algunas notas importantes se desprenden de esta definición. En primer lugar apreciamos los caracteres de fidelidad y lealtad que genera el vínculo de nacionalidad En segundo lugar, se introduce la noción de protección diplomática, de vital importancia para nuestra materia. Es decir la facultad que tiene el Estado de asumir el daño ocasionado a uno de sus nacionales en el extranjero como propio. Las principales Declaraciones y Convenciones sobre Derechos Humanos a nivel internacional han remarcado la importancia de la nacionalidad como un derecho propio e inalienable del individuo. Así, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 sostiene en su Art. 15 que "toda persona tiene derecho a una nacionalidad", agregando que "a nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad". Este reconocimiento también es contemplado por la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969 (Pacto San José de Costa Rica) en su Art. 20, agregando en su segundo párrafo que "toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si no tiene derecho a otra" Al respecto, la Corte Interamericana agregó que "el derecho a la nacionalidad contemplado en el artículo 20 de la Convención Americana recoge un doble aspecto: por una parte "significa dotar al individuo de un mínimo de amparo jurídico en las relaciones internacionales, al establecer a través de su nacionalidad su vinculación con un Estado determinado; y por otra parte implica protegerlo contra la privación de su nacionalidad en forma arbitraria, porque de ese modo se le estaría privando de la totalidad de sus derechos políticos y de aquellos derechos civiles que se sustentan en la nacionalidad del individuo". ¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE NACIONALIDAD Y CIUDADANIA? Si bien la ciudadanía y la nacionalidad son términos que designan conceptos estrechamente vinculados entre sí, en manera alguna son sinónimos, sino que expresan dos nociones jurídicas perfectamente distintas. La nacionalidad es la relación de derecho civil que vincula al individuo con la nación en que nació, en tanto que la ciudadanía es el nexo jurídico-político que une al Estado con el individuo que satisface los requisitos exigidos por la ley para ser considerado ciudadano. De dónde si bien es posible la pérdida de la ciudadanía, no puede concebirse que se prive a un ser humano de su nacionalidad". NACIONALIDAD DE ORIGEN: REGLA DEL JUS SOLI Y DEL JUS SANGUINIS Llamamos nacionalidad de origen a la atribución de nacionalidad a toda persona física, determinada por el momento de su nacimiento, independiente de su voluntad. A partir de esta caracterización, los Estados atribuyen esta nacionalidad de origen siguiendo alguno de estos 2 criterios o reglas:
  • 20. a) Regla del jus soli: (derecho del suelo). Significa atribuir a la persona la nacionalidad del territorio donde nace, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres. Generalmente los países densamente poblados o de emigración se inclinaron de preferencia hacia el jus sanguinis, principalmente muchos Estados europeos que sufrieron el éxodo de su población a partir de las guerras mundiales. b) Regla del jus sanguinis:(derecho de la sangre) Significa atribuir a la persona la nacionalidad de sus padres, independientemente del lugar donde halla nacido. Por otra parte, aquellos países escasamente poblados que recibían esas corrientes inmigratorias adoptaron mayormente el criterio del Jus soli. La Nacionalidad en el sistema legal argentino Argentina se caracterizó por ser un país que recibió toda una gran corriente inmigratoria que se fue asentando paulatinamente sobre su territorio. Por esta circunstancia no sorprende que nuestra Constitución y la ley actual en materia de nacionalidad hayan adherido como principio general en materia de nacionalidad de origen, a la regla del jus soli. Es decir que los hijos de italianos, españoles, etc.. Serán automáticamente argentinos por el hecho de haber nacido en el territorio nacional . La ley argentina que regula todo lo atinente a la nacionalidad es la ley 346, una ley bastante antigua, sancionada en 1869, vigente en la actualidad, a pesar de haber sido reglamentada y modificada en algunos puntos por sucesivas leyes y decretos. Nacionalidad derivada: la Naturalización Una persona puede adquirir una nueva nacionalidad por el procedimiento conocido como naturalización. Aquí hablamos de nacionalidad derivada, es decir que no se relaciona con el nacimiento de la persona, sino que aquí si es necesaria la manifestación de voluntad de la persona que desea obtener la nacionalidad de otro país. Podemos definir entonces a la naturalización como "la posibilidad que tiene un extranjero de adquirir la nacionalidad de un determinado país cumpliendo con los requisitos y exigencias que determine ese país que le concede la nacionalidad" Para que pueda darse esta naturalización hay dos elementos que deben estar presentes: 1- una manifestación de voluntad por parte de la persona que desea obtener la nacionalidad de un Estado determinado. 2- Una concesión, también voluntaria por parte del Estado que la otorga. Como bien señala Podestá Costa "para obtener la naturalización, la persona debe reunir ciertas condiciones que especifican las leyes respectivas. Tienen ellas por objeto comprobar la vinculación de la persona con el país (residencia, conocimiento del idioma), su capacidad y honestidad (edad mínima, antecedentes de conducta, etc.), a veces se exigen otros requisitos como la pérdida de la nacionalidad anterior y no haber adquirido otra nacionalidad por medio de naturalización, etc. En Argentina, la naturalización se tramita por un procedimiento judicial, siendo competente la Justicia Federal. Es decir, será la justicia, después de evaluar el cumplimiento de los requisitos que establece la ley, quien concederá o no naturalización a quien la haya solicitado. ¿Cuáles son los requisitos más importantes que plantea la legislación argentina? 1- Tener 18 años de edad cumplidos: Aquí sí la ley exige un requisito de capacidad, que no puede ser reemplazado por la voluntad de los padres o de quienes ejerzan la patria potestad. 2- Residir en la República 2 años continuos. Sin embargo la ley contempla una serie de situaciones en las que también se podrá obtener naturalización a pesar de no cumplir con este requisito de permanencia. Se deberá acreditar algunas de las siguientes circunstancias ( las más importantes): * Haber desempeñado con honradez empleos en la Administración Pública nacional, provincial o municipal. *Haber servido en las fuerzas armadas argentinas o haber asistido a una acción de guerra en defensa de la Nación . * Tener cónyuge o hijo argentino nativo 3- Manifestar ante los jueces federales su voluntad de serlo,
  • 21. Causas que impedirán el otorgamiento de la ciudadanía argentina por naturalización: * No tener ocupación o medios de subsistencia honestos * Estar procesado en el país o en el extranjero por delito previsto en la legislación penal argentina, hasta no ser separado de la causa. * Haber sido condenado por delito doloso, ya fuere en el país o en el extranjero, a pena privativa de la libertad mayor de 3 años, salvo que la misma hubiere sido cumplida y hubieren transcurrido 5 años desde el vencimiento del término de la pena fijada en la condena o hubiere mediado amnistía. Importante: No podrá negarse la ciudadanía argentina por motivos fundados en razones políticas, ideológicas, gremiales, religiosas o raciales, en acciones privadas o en caracteres físicos de los solicitantes.(art.11 ley 346 agreg.art.2 ley 24533). EL DESARROLLO CONTEMPORANEO Y LOS TIPOS DE ESTADOS Es Estado contemporáneo se ha desarrollado en dos etapas: el Estado de derecho y el Estado social o de bienestar. Hasta fines del siglo XVII en Inglaterra y XVIII en Francia, el tipo de Estado predominante era absolutista; se caracterizaba por la ausencia de límites al poder del monarca y por la inexistencia de separación entre esfera pública y privada. El Estado de derecho es la forma clásica que asumió la organización estatal a partir de las conquistas que el liberalismo fue arrancado al absolutismo a partir del siglo XVII. El Estado Social o Welfare state se desarrollo más tarde, entre fines del siglo XIX y mediados del XX, y representa los derechos de participación en el poder político y la riqueza social producida. Mientras la primera forma reflejaba la organización capitalista temprana y dio lugar a un Estado garantista, pasivo y del cual debe protegerse al ciudadano, la segunda expresaba al capitalismo de la revolución industrial madura y de la cuestión social y se escarno en uno intervencionista, activo y protector del ciudadano. La antítesis del Estado de derecho es el Estado totalitario. Encarnado en los regímenes fascista de Benito Mussolini, nazi de Adolfo Hitler y soviético de José Stalin, se desarrollo en el siglo XX utilizando las tecnologías de comunicación de masas para transmitir la ideología oficial y manufacturar el consenso popular. La ideología totalitaria aspira a construir un Estado que todo abarque y controle, y según Hannah Arendt constituye una nueva forma de gobierno más que una versión actualizada de las tiranías tradicionales. Por su parte, El Estado gendarme o Estado mínimo se contrapone al Estado de bienestar; formulada en el siglo XIX, es una doctrina en que las responsabilidades gubernamentales se reducen a su mínima expresión, de tal modo que cualquier reducción ulterior desembocaría en la anarquía. De otra manera a los Tipos de Estados se los puede clasificar en los siguientes 1) Estados Independientes: El que posee soberanía interior y exterior; 2) Dependientes: Subordinado a otro Estado en todo o en parte de su soberanía exterior. Ej. Estado vasallo, protegido o protectorado, exiguo; 3) Estados Asociados. Estados pequeños, subdesarrollados recién independizados, resultantes de la descolonización (Puerto Rico, Islas Marshall, Cook). 4)- Estatus Internacional de la Santa Sede B) RECONOCIMIENTO DE ESTADOS Y DE GOBIERNOS: DOCTRINAS. LA SOBERANÍA. MODALIDADES Y RESTRICCIONES La teoría del reconocimiento de Estados en el derecho internacional Los Estados, todavía hoy, permanecen siendo los “guardianes de los portales de la personalidad jurídica internacional”. El sistema jurídico internacional, que atribuye o refuta la personalidad a sus participantes, a pesar de que indudablemente esté más abierto que nunca, continúa siendo un sistema de exclusión en vez de ser un sistema abierto a la amplia participación.
  • 22. En Derecho Internacional Público (D.I.)- se entiende por reconocimiento al acto por el cual un estado, o grupo de estados, admite como legítima una situación de hecho y, como consecuencia de ello, acepta los efectos jurídicos derivados de dicho acto. El hecho objeto del reconocimiento debe reunir ciertas y determinadas condiciones o elementos propios, que son establecidos por el D.I. Estas condiciones no son idénticas para cada situación. Así, por ejemplo, no se exigen las mismas para reconocer un gobierno de facto, que para reconocer un nuevo Estado; ni las que se cumplen para este último son iguales que las necesarias para reconocer a una comunidad beligerante. Para algunos autores el acto de reconocimiento es un acto político, en cambio para otros es un acto jurídico ('). Según se acepte uno u otro criterio, variará la posibilidad discrecional para apreciar la existencia de los elementos y condiciones que definen cada una de las situaciones a reconocer Con base en la teoría constitutiva, el acto de reconocimiento es visto como precondición necesaria para que subsistan las capacidades de un Estado. Su efecto práctico consiste en no atribuir personalidad jurídica internacional al “Estado” no reconocido por la comunidad internacional. De esa forma, se afirma que el reconocimiento “constituye” al Estado. El principal punto de fuerza de la teoría es la indicación de que los Estados no son obligados a entrar en relaciones bilaterales con ninguna otra entidad. La tesis se resume a dos aserciones: en primer lugar, previamente al reconocimiento, la comunidad no posee los derechos o las obligaciones que el derecho internacional relaciona con un estado de estatalidad plena. Además, el reconocimiento es una materia de absoluta discreción política, diferente de un deber legal que se le debe a la referida comunidad En la teoría declarativa, la personalidad jurídica internacional de un Estado no depende de su reconocimiento como tal por parte de los demás Estados; ella es conferida por normas de derecho internacional y, así, a pesar de que un Estado o gobierno no sea reconocido por lo demás, es sujeto de derechos y deberes internacionales. Esta vertiente entiende que el no reconocimiento no implica la ausencia de personalidad jurídica internacional de la entidad en cuestión; si ella cumple los criterios establecidos, especialmente aquellos que conciernen a la situación de facto, esta será un Estado, independientemente del reconocimiento. Por lo tanto, el acto del reconocimiento no es determinante para que sea conferida la estatalidad a una determinada entidad, visto que ese status es regido por el derecho internacional. La aparición de un Estado en la escena internacional puede producirse ex novo, sin que otros Estados se vean afectados (caso de la creación de un Estado sobre un territorio no ocupado), o bien a partir de Estados preexistentes, ya sea a resultas de su modificación (caso de la secesión de una parte del conjunto estatal o de la integración de varios Estados en uno solo) o de su extinción (caso de la desintegración del Estado originario y la consiguiente creación a sus expensas de varios estados nuevos). Muchos Estados, en fin, han surgido a la vida internacional a consecuencia de los procesos de descolonización de territorios. Una vez que un Estado creado por cualquiera de estas vías reúne de hecho los elementos que lo caracterizan con tal, puede decirse que existe en tanto que sujeto pleno del D.I. Desde entonces, los otros Estados están en condiciones de verificar su existencia real, prestándole su reconocimiento. La práctica internacional iniciándose el trato con él en cuanto su existencia pueda darse por asegurada. En este sentido parece más cierta la caracterización del reconocimiento como acto declarativo que como acto constitutivo o atributivo de la subjetividad. El Instituto de Derecho Internacional, en una resolución adoptada en Bruselas en 1936, asigna al reconocimiento de Estado un valor declarativo, definiendolo como “ el acto libre por el cual uno o varios Estados constatan la existencia sobre un territorio determinado de una sociedad
  • 23. humana políticamente organizada, independiente de cualquier otro Estado existente, capaz de observar las prescripciones del Derecho internacional» (art. l). En esta línea estaban la ya citada Convención sobre los derechos y deberes de los Estados aprobada por la séptima Conferencia Interamericana de 1933 (cuyo art. 3 señalaba que «la existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados») y, en la jurisprudencia, la también citada sentencia de 1 de agosto de 1929 del tribunal arbitral mixto germano-polaco en el asunto de la Deutsche Continental Gas-Gesellschaft contra Estado polaco. El reconocimiento es, por otra parte, un verdadero acto jurídico y no un puro gesto político, si bien no deja de estar influido por motivaciones políticas que suelen conducir a apreciaciones subjetivas de los Estados en relación con la nueva formación estatal que están llamados a reconocer. DOCTRINA DE NO RECONOCIMIENTO En la doctrina y en la práctica internacionales se ha buscado, a falta de un deber jurídico- internacional de reconocer, preconizar un deber jurídico-internacional de no reconocer, en aquellos casos, en que la situación se establece en contradicción con una regla jurídica como: a) la que prohíbe el uso ilícito de la fuerza; b) la que expresa el principio de no intervención sazonando con la prohibición de poner en peligro la integridad territorial y la independencia política de un Estado. En todo caso, el deber de no reconocer situaciones creadas mediante el uso ilícito de la fuerza aparece sancionado en importantes convenios y resoluciones internacionales, entre ellos, la Carta de la O.E.A y la resolución 2625 de la A. G de las N. U que contiene la Declaración sobre los principios de Derecho Internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados, según la cual: “No se reconocerá como legal ninguna adquisición territorial derivada de la amenaza o el uso de la fuerza” LAS FORMAS Y EL PROCESO DEL RECONOCIMIENTO En cuanto a las formas que puede revestir el reconocimiento, cabe distinguir por una parte entre un reconocimiento individual y un reconocimiento colectivo, y por otra entre un reconocimiento expreso y un reconocimiento tácito o implícito (deducido, éste, de hechos concluyentes como el intercambio de agentes diplomáticos, la celebración de un tratado con el nuevo Estado o la adhesión de éste a un tratado en vigor- salvo precisión por alguno de los Estados contratantes de que la incorporación del nuevo Estado no prejuzga su reconocimiento por parte de aquel). La forma mas frecuente es la del reconocimiento individual expreso, que habitualmente se hace mediante un acto unilateral , aunque a veces puede efectuarse atraves de un tratado bilateral con el Estado al que se pretende reconocer o de un comunicado conjunto ad hoc. RASGOS CONCEPTUALES DEL RECONOCIMIENTO DE GOBIERNO Mediante el reconocimiento de gobiernos se declara la voluntad de mantener relaciones con un gobierno que ha venido a sustituir a otro de forma irregular, esto es, contrariando la legalidad constitucional vigente. De esta forma el reconocimiento de gobiernos, frente al de estados, como “un acto por el cual se da la conformidad para continuar las relaciones habituales de intercambio con el nuevo régimen, cuando este nuevo régimen ha surgido de manera diferente a la sucesión pacifica y normal de autoridades de un país, de modo diverso a la sucesión de gobiernos constitucionalmente establecida”. Sin el reconocimiento de un gobierno así surgido podrán darse ciertos tipos de relaciones entre dos Estados, pero en ningún caso plenas, de modo que el reconocimiento aparece como una actividad estatal “que decide la existencia y la amplitud de las relaciones internacionales” entre quienes se reconocen mutuamente. El reconocimiento del nuevo gobierno de un Estado ya reconocido es el acto libre por el que uno o varios estados verifican que una persona o un grupo de personas están en condiciones de obligar al Estado que pretenden representar.