Este poema describe la belleza de Peña Cabarga, una montaña en Cantabria, España. El poeta expresa su amor por esta montaña, que siempre está presente en su arte y su alma. La montaña es descrita como la maestra de la perspectiva noble y fiel a sus valles. El poeta la ama tanto que puede sentir su memoria incluso cuando está ausente. Peña Cabarga es la reina del paisaje del poeta y una línea fundamental entre el cielo y la tierra para él.