2024 - PPT - 10 Días de Oración - Orientaciones para uniones y campos - ESP...
Lectio 14 octubre
1. Lectio Divina
14 de Octubre
Familia Consolación
Querida Familia Consolación este mes somos invitados a rezar con la
palabra de Dios en el libro del Profeta Isaías. Durante el mes de Octubre la Iglesia pone especial
mirada en las misiones. El DOMUND es una jornada universal que se celebra el penúltimo
domingo de mes en todo el mundo para ayudar a los misioneros en su tarea evangelizadora
entre los más pobres.
Nosotros en este mes también recordamos a María Teresa Gonzales Justos, Hermana de la
Consolación que más allá de no salir casi nunca de sus tareas en el Hospital donde se
encontraba, tenía especial devoción por las misiones y junto a sus pacientes y amigos
organizaba colectas para enviar a los misioneros. Tengamos el corazón abierto al envío que Dios
quiera hacernos en este momento.
Comenzamos este momento de Oración: En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amen
EXPONEMOS AL SEÑOR:
Invocación al Espíritu Santo Puede ayudarnos una canción:
https://www.youtube.com/watch?v=oChNfng6IeI
ESCUCHAMOS LA PALABRA DE DIOS
Vocación de Isaías 6,1-9
El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto
llenaba el templo. Unos seres como de fuego estaban por encima de Él. Cada uno tenía seis alas. Con
dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos
volaban. Y se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria.»
Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo. Y pensé:
«¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un
hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.»En ese momento uno
de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había
tomado de encima del altar, 7
y tocándome con ella la boca, me dijo:
«Mira, esta brasa ha tocado tus labios. Tu maldad te ha sido quitada, tus culpas te han sido
perdonadas.» Entonces oí la voz del Señor, que decía:
« ¿A quién voy a enviar?
¿Quién será nuestro mensajero?»
Yo respondí: «Aquí estoy yo, envíame a mí.» Y él me dijo: «Anda y dile a este pueblo lo siguiente.
2. PRIMER MOMENTO: ¿QUÉ DICE EL TEXTO? LECTIO
Isaías es uno de los Profetas mayores. De él vamos a escuchar profecías asombrosas por
ejemplo: “La virgen concebirá y dará a luz un niño…” haciendo referencia a la figura de María.
De él también vamos a escuchar el mensaje de Consuelo que tantas veces hemos leído en el
capítulo 40.
Isaías nace antes que Cristo y él nos cuenta cómo surge la historia de su vocación. Él tiene una
visión de Dios, ante esa visión se siente indigno y como es sabido que nadie puede ver a Dios y
seguir viviendo (según la religión que el profesaba) piensa que se va a morir.
Ante esta escena un ángel se acerca y con un gesto concreto le devuelve la dignidad. Le hace
saber que Dios lo ha purificado de su pecado, que ama lo que él es, que es agradable a sus ojos.
Después de hacer esta experiencia, Isaías escucha el clamor de Dios. ¿A quién enviaremos?
¿Quién irá por nosotros? Él se conmueve ante este clamor y responde con generosidad.
¡Envíame a mí! ¡Yo iré!
Isaías vivía en una sociedad donde no era fácil ser la voz de Dios. Y él sabía muy bien dónde debía
profetizar. Esa exclamación ¡Yo iré! que pronunció sería acompañada de muchos dolores de
cabeza. Sobre todo porque debía profetizar en su pueblo, en su tierra y ya sabemos lo difícil que
suele ser decir algo de Dios en el lugar donde ya nos conocen y donde quizás hemos cometido
los mismos errores que las personas que tenemos que ir a acompañar. Estamos también ante
un profeta que se ofrece a ir. Ve la necesidad y no duda en ofrecerse de manera voluntaria y el
Señor acepta su ofrecimiento y lo envía ante este pueblo que era su pueblo.
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu
interés?
Qué hermosa oportunidad nos brinda este momento de oración ante el
Santísimo para hacer presente en nuestro corazón a María Teresa González
Justo, hermana de la Consolación que vivió su experiencia de encuentro
con el Señor de manera muy similar a Isaías.
El profeta VE al Señor. Esa imagen del Señor y la de los ángeles que lo
rodean quedará marcada en él para siempre. Es esa imagen la que suscita
en Isaías su vocación, esa necesidad de ofrecerse a Dios para convertirse en
su instrumento.
María Teresa despertó con un beso en la frente aquella mañana silenciosa. Antes de abrir los ojos se
reconoce invadida por una enorme paz, por una dulzura que no podía describir. Del mundo de los
sueños trae un mensaje, una visión y un contacto cuya sensación física concreta estremecedora le
durará toda la vida. Y María Teresa, Paquita, tiene también una visión.
“Es una inmensa explanada, un número enorme de sacerdotes, religiosos y religiosas están allí, son
muchísimos. Algo retirado aparte se ve un grupo muy reducido, un pequeño resto, son pocos.
Paquita contempla la explanada y aquellos dos grupos tan desiguales en número y hay una
pregunta en sus ojos. ¿Por qué dos grupos? Y le dice Jesús… ¿ves esa cantidad de religiosos y
3. religiosas? Sólo están en las cosas del mundo. ¿Y ves ese grupo tan pequeño? Ellos son los que me
aman de verdad.”
Entonces Paquita le pregunta a Jesús. Jesús… ¿Qué quieres de mí?
Que seas mi esposa, que hagas los votos de castidad, pobreza y obediencia.
Paquita respondió. Lo seré esposo mío.
María Teresa, como Isaías, siente que Dios la ama, así como es, y no sólo la ama. La necesita.
Y como Isaías, María Teresa es dignificada. Gracias a su SÍ generoso recibe nada más y nada
menos que la dignidad de esposa. Respondiendo al clamor de Cristo, se convertirá en esposa y
en instrumento suyo para llegar a quienes necesitan aprender a amarlo de verdad.
SEGUNDO MOMENTO: ¿QUÉ ME DICE A MÍ EL TEXTO? MEDITACIÓN
¿Cuál es nuestra visión de Dios? Recordemos el momento donde nos hemos encontrado con
Dios frente a frente.
Cuando Dios se ha revelado de la manera que fuere ¿Cuál ha sido mi primer sentimiento? ¿Me he
sentido impuro como Isaías?
¿Qué personas en mi vida me han devuelto la dignidad, me han recordado que Dios me quiere
como soy, que acepta lo que tengo, que soy agradable para Él, que valgo mucho ante sus ojos?
Cuando Dios me ha puesto frente a una necesidad concreta ¿cómo he escuchado su voz? ¿Dónde
escuché su voz? ¿en mi casa? ¿en mi familia? A través de mis amigos, de mis compañeros, de las
personas con las que trato a diario?¿ O me he estado engañando y queriendo escuchar clamores
lejanos a los que quizás no llego a escuchar con claridad?
Ante el clamor de los más próximos ¿He respondido con prontitud? ¿O he dejado las cosas para
después, para cuando me convenga, para cuando yo esté mejor?
TERCER MOMENTO: ¿QUÉ RESPONDO YO? ORACIÓN.
Ante estas interpelaciones: ¿Qué le respondo al Señor? En el silencio adecuado para poder
escucharme y ser sincero ¿qué digo?
¡Cuánto me has amado Dios mío;
cuánto has hecho para que yo te ame, Dios mío!
¡Cuánto has deseado y sigues deseando que yo te ame!
Aquí estoy, Dios mío, aquí estoy,
mi corazón está dispuesto,
no me niego a nada que pueda probarte mi amor,
¿qué quieres que haga?
¡Aquí Estoy!
4. CUARTO MOMENTO: ¿CÓMO LO LLEVO A MI VIDA? CONTEMPLACIÓN.
En este momento es donde me dispongo a escuchar. Ya he dicho todo lo que debía. Ahora dejo
que Dios me presente sus clamores. Ahora es el momento de estar atento a las necesidades de
Dios.
QUINTO MOMENTO: MOMENTO DE ACTUAR- ACCIÓN.
Es el momento donde la palabra de Dios se debe hacer carne. Se debe hacer una acción
concreta, donde Dios nace nuevamente en nuestro interior, donde nos hacemos voluntarios
como Isaías y somos los primeros en responder ante las necesidades concretas. ¿Qué necesidad?
¿de quién es esa necesidad? ¿Cómo puedo ayudar ante esa necesidad? Debe ser ahora mismo.
¡ya!
Isaías experimentó… escuchó… y respondió
Tres pasos que se deben dar en nosotros así seremos verdaderos profetas de la consolación
Padre de bondad, Tu que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación,
escucha a tu iglesia misionera.
Que todos los bautizados sepamos responder al llamado de Jesús:
"Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre
anuncian la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia y estrella de la evangelización,
acompáñanos y concédenos el don
de la perseverancia en nuestro compromiso misionero.
Amén.
RESERVAMOS AL SEÑOR (Canción)