2. La lengua es uno de los mejores vehículos de
comunicación, y facilitador de las primeras
interacciones sociales y favorecedor del aprendizaje
3. Dentro del lenguaje se distinguen otros conceptos:
Maduración: hace referencia al proceso programado
genéticamente, que responde a pautas de evolución
establecidas como innatas en los seres humanos, es
decir, a la aparición de características personales y de
comportamiento a través de procesos de crecimiento.
Aprendizaje: es el proceso resultante de la interacción
con el entorno.
Por tanto, el lenguaje es una función aprendida y
depende en su mayor parte del desarrollo social y
cultural.
4. Además su principal característica es que se relaciona
directamente con cuatro ámbitos:
Biológico: hace referencia a las características fisiológicas
necesarias para el desarrollo del lenguaje. Por eso, un
desarrollo cognitivo adecuado, así como los órganos
bucofonadores y los encargados de la percepción, tienen que
estar de la mejor forma posible, para posibilitar todas sus
potencialidades.
Familiar, social y cultural.
Estimulación del entorno.
Afectivo y emocional.
Los ámbitos familiar, afectivo, emocional, sociocultural y la
estimulación del ambiente son, en muchas ocasiones, tanto
o más importantes en el aspecto biológico.
5. Existen otras diferencias en la adquisición del lenguaje
como:
Ciertos retrasos que pueden atribuirse a la herencia, debido a
que hay familias donde los niños empiezan a hablar más tarde
que en otras.
Se puede apreciar en los hijos de padres sordomudos, quienes,
por falta de conversación en el ámbito familiar, empiezan a
hablar mucho más tarde que los otros niños de su misma
edad.
Los niños que crecen en familias numerosas rodeados y
estimulados lingüísticamente por sus hermanos, o a quienes
sus padres les han hablado aun antes de que puedan
comprender el sentido de las palabras, aprenden fácilmente la
lengua oral.
Con éste último se confirma que la familia desempeña un papel muy
importante en la aparición y desarrollo del lenguaje
6. Las pautas de interacción niño-adulto deben crear un
espacio de regularidad, estabilidad con actitudes de
atención y escucha, por eso se debe tener en cuenta lo
siguiente:
En el entorno comunicativo familiar:
La adecuada atención de las necesidades fisiológicas del niño.
La organización de horarios y de ritmos cotidianos.
Fomentar la motivación y estimulación positivas.
Establecer relación afectiva con el niño.
En el proceso enseñanza-aprendizaje:
Crear un contexto participativo y comunicativo.
Cuidar la forma o modo de dirigirse el adulto al niño.
Crear estrategias de desarrollo educativas motivantes y funcionales.
Capacidad para interpretar y resaltar las manifestaciones del niño.
Regularidad, estabilidad y previsibilidad.
7. En el centro infantil los educadores deben intentar
reproducir y establecer condiciones parecidas a las
dadas entre el niño y su figura de apego.
Para establecer un vínculo de confianza con el
pequeño se deben presentar actividades y experiencias
favorecedoras del desarrollo.
8. El desarrollo del lenguaje se puede dividir en tres
momentos significativos (las edades establecidas son
establecidas):
Período prelingüístico (0-1 año).
Período de lenguaje no combinatorio o de la palabra-
frase (1-2 años).
Período de lenguaje combinatorio o de las primeras
frases (2-6 años).
9. La comunicación se lleva a cabo a través de gestos,
sonrisas, llantos, etc. Pero es importante que la palabra
acompañe siempre al gesto y a las actividades del
adulto con su hijo.
De los primeros gorjeos, gritos, balbuceos,
vocalizaciones no lingüísticas que manifiestan los
pequeños, se pasa, a partir del séptimo mes, a la
emisión de sonidos mejor definidos, llamados
balbuceo imitativo.
10. Las protoconversaciones hacen referencia a las
interacciones entre el niño y el adulto a modo de
conversación teniendo como respuesta del pequeño
sonidos, ya que aún no sabe decir palabras. Existen dos
tipos:
Protoimperativo: representa la interacción con el adulto para
pedir algo, buscan cubrir una necesidad.
Protodeclarativos: representa la interacción con el adulto para
trasmitir algo como un sentimiento, juego, etc.
Aproximadamente a los cuatro meses, compartirá
protagonismo con el laleo, donde el bebé experimenta con
los sonidos vocálicos y consonanticos, es consciente de sus
emisiones, gusta de ellas y siente placer al escucharse.
11. Tiene un papel muy importante la holofrase, que el niño
usa una sola palabra para dar significado a una frase entera,
además de utilizarla en diferentes contextos.
Las primeras palabras convencionales aparecen
aproximadamente entre los 9 y 18 meses, siendo la media
común los 12 meses.
Según Jakobson, la adquisición de los fonemas establece el
contraste articulatorio máximo entre la /a/, que se obtiene
con una gran apertura de la boca y la vibración constante de
las cuerdas vocales, y la /p/, totalmente contraria, al
permanecer la boca cerrada y no haber vibración de las
cuerdas vocales.
12. Las palabras que emite el niño en este periodo constan con un
máximo de dos sílabas, y con una estructura bastante simple:
Vocal+consonante+vocal: /aba/.
Consonante+vocal+consonante+vocal: /papa, mama, tete, nene/.
Realiza simplificaciones como:
Sustituir fonemas con sonidos difíciles por otros más fáciles (/aba/
en lugar de agua).
Elimina o duplica sílabas, como /cheche/ por leche.
Acortar palabras, como /tete/ por chupete.
Se van ampliando esquemas:
Consonante+vocal+consonante2+vocal: /pata/
Consonante+vocal+consonante+vocal2: /papi/
Consonante+vocal+consonante2+vocal2: /pami/
13. Según Monfort el orden de aparición de los fonemas es:
P, m, b, t, g, l, n, d, ñ, j, k, g, s, f, ch, ll, z.
Sílabas mixtas, como cas y pel.
Sílabas complejas, trabadas o sinfones, como cli, pla, pra, tru.
R, rr.
Desde el punto de vista de la comprensión, es conveniente
decir que el pequeño comprende más expresiones de las
que puede producir.
Por otro lado, las categorizaciones de las palabras las
realizará en función de la familiaridad de las mismas
(“perro” o “gato” dentro de la categoría de animales por la
facilidad de tenerlos en casa, pero en cambio “león” no
estaría incluida dentro de esa categoría).
14. Aparece el denominado “lenguaje telegráfico”
refiriéndose a la capacidad que ya posee el niño para
combinar varias palabras en una misma oración,
aumentando su poder expresivo y comunicativo.
Las categorías gramaticales predominantes son los
sustantivos, verbos y adjetivos. Así, se encuentran
expresiones como “/mamá…tote/” cuando su madre le
lleva de paseo en el coche.
15. Hacia los dos años y medio, el vocabulario va creciendo
y la asimilación de reglas les permite formar frases
mediante la combinación de varias palabras.
El mayor avance en el lenguaje infantil va a ser
incentivado por la aparición del juego simbólico. El
niño empieza a proyectar acciones a objetos nuevos,
les atribuye sus propias conductas y generaliza la
acción.
A los tres años se produce un incremento rápido del
vocabulario.
16. A los cuatro años el niño domina posiblemente la
gramática, empieza a utilizar los pronombres en el
siguiente orden: yo, tú, él, ella, nosotros/as.
Entre los 4 y 5 años, el niño suele estar ya capacitado
para responder a preguntas de comprensión referentes
al comportamiento social aprendido.
A los 6 ó 7 años, el niño manifiesta la madurez
cognitiva suficiente para el aprendizaje de un lenguaje
cada vez más abstracto, aunque el tiempo futuro no
será utilizado aún.