Este poema visual de Vicente Huidobro describe a Thesa, una princesa japonesa bella como una flor. Todos la adoran como una diosa, incluso el emperador, aunque ella pasa indiferente. Se la describe como una Ofelia japonesa que besa las flores de forma traviesa y triunfante. El segundo poema describe paisajes japoneses al atardecer, con el monte Fuji dorado y los campos donde Budha duerme, mientras se escucha el canto de una diva.