Iansã es una mujer que puede transformarse en búfalo. Rápida como el viento, puede esconderse entre los bambuzales, viviendo en la floresta, o seguir guerreando contra sus enemigos. Ella adentra los dominios del universo masculino, compitiendo de igual a igual.
El quebra pratos o ilú es el ritmo más conocido de Iansã. Es un ritmo de andamiento rápido, con bastantes variaciones en los toques de los atabaques, marcado por el contratiempo.
1. Oiá
Oiá o Iansã es la diosa de los vientos y de las tempestades, reina de los rayos y
de los espíritus de los muertos, los cuales ella encamina para el otro mundo (PRANDI,
2002). Oiá es la gran guerrera, bella y sensual, desafiadora y autoritaria. Se Oxum es la
femineidad conservadora y discreta, Oiá es dueña de una femineidad más agresiva,
ligada a la osadía y a la independencia.
Iansã es una mujer que puede transformarse en búfalo. Rápida como el viento,
puede esconderse entre los bambuzales, viviendo en la floresta, o seguir guerreando
contra sus enemigos. Ella adentra los dominios del universo masculino, compitiendo de
igual a igual.
Ella fue la primer mujer de Xangô y única dentro de las tres esposas de este en
acompañarlo hasta el final de su reinado (VERGER, 2002). Ella vivió también con Ogum
y con diversos orixás para conseguir sus poderes, como vemos en el mito que veremos a
continuación:
Iansã usaba sus encantos y seducción para adquirir poder. Por
eso se entregó a varios hombres, de ellos recibiendo siempre
algún presente.
Con Ogum, se casó y tuvo nueve hijos, adquiriendo el poder de
usar la espada y su defensa y de los demás.
Con Oxaguiã, adquirió el derecho de usar el escudo, para
protegerse de los enemigos. Con Exu, adquirió los derechos de
usar el poder del fuego y de la magia, para realizar sus deseos y
los de sus protegidos.
Con Oxossi, adquirió el saber de la caza, para suplirse de carne y
a sus hijos. [...] Con Logun Edé, adquirió el derecho de pescar y
tomar de los ríos y cascadas los frutos del agua para su
sobrevivencia y la de sus hijos.
Con Obaluaê, Iansã intentó insinuarse, pero fue en vano. De él
nada consiguió.
Al final de sus conquistas y adquisiciones, Iansã partió hacia el
reino de Xangô, envolviéndolo, enamorándose y viviendo con él
para toda la vida.
Con Xangô, adquirió el poder del encantamiento el puesto de la
justicia y el dominio de los rayos. (PRANDI, 2002: 297)
Otro mito revela como Oiá, se volvió la reina de los Eguns, espíritus de los
muertos y algunos aspectos de su danza:
Cierta vez hubo una fiesta con todas las divinidades presentes.
2. Omolu-Obaluaê llegó vistiendo su capucho de paja.
Nadie lo podia reconocer debajo del disfraz y ninguna mujer
quería danzar con él. Solo Oiá, corajuda, se lanzó a danzar con el
Señor de la Tierra.
Tanto giraba Oiá en su danza que provocaba viento.
Y el viento de Oiá levantó las pajas y descubrió el cuerpo de
Obaluaê. Para sorpresa de todos, era un bello hombre.
El pueblo aclamó por su belleza.
Obaluaê quedó mas que contento, ficou grato. Y, en recompensa,
compartió con ella su reino. Hizo de Oiá a reina de los espíritus de
los muertos. [...]
Oiá entonces danzó y danza de alegría. [...] cuando ella danza
ahora, agita en el aire el iruquerê, o espanta-mosca que aleja a
los eguns hacia el otro mundo.
El quebra pratos o ilú es el ritmo más conocido de Iansã. Es un ritmo de
andamiento rápido, con bastantes variaciones en los toques de los atabaques, marcado
por el contratiempo.
La danza se inicia con los brazos estirados hacia el frente a la altura de los
hombros, que se doblan en la articulación de los codos; después, los brazos se
balancean para el lado derecho e izquierdo, como si fueran el viento.
Oiá se locomueve en líneas rectas y quebradas, en movimientos ágiles con las
manos y los pies. Los brazos hacen movimientos rotatorios en el aire como se espantase
o maniobrase al viento, que es la propia diosa en movimiento. Los pies siguen
movimientos rectos, con líneas quebradas, en breves corridas, cambiando de dirección.
Moviéndose en diversas direcciones, Oiá ocupando todo el espacio del barracão.
Algunas veces, abre los brazos, inclina la cabeza para atrás y rueda sobre si misma,
diseñando un espiral con el propio cuerpo y locomoviendose en el espacio.
3.
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5. La danza de Oiá-Iansã expresa tanto la energía de la guerrera lista para luchar,
imponente y agresiva, con la ligereza y la fluidez del viento, del movimiento del aire, que
es su elemento primordial. Pero Oiá también es el fuego, visto cuando rueda en espiral
sobre si misma, agitada como las llamas.
Oiá – Iansã da vueltas empujando la parte superior del busto hacia el frente y
abriendo los brazos. Presenta el desequilíbrio necesario al desplazamiento del cuerpo,
en especial en las breves corridas presentadas en su danza.
Oiá acostumbra danzar con Ogum y Xangô. Con el primero los movimientos
tienen una alusión sexual, celebrando el mito de la gran pasión que Ogum tenia por
Iansã. Pero ella también lucha con Ogum empuñando su espada, enfrentandolo. Con
Xangô, con quien Oiá huyo de Ogum, trayéndolo, ella danza siguiéndolo paso a paso,
6. en su marcha en las guerras. De una manera general, las danzas de Iansã celebran
este aspecto bravo y corajudo de la guerrera.
Oiá es el símbolo de la libertad y coraje feminista, mujer que anda libre sin pedir
permiso a nadie. Y por eso cuando ella corre sensualmente, frente a los atabaques, el
povo de santo grita para la diosa: Eparrei Oiá!
Traducción: Nicolás Rodríguez.
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- COSTA DE PAIVA, Kate Lane; O CONHECIMENTO ENCORPORADO: ASPECTOS DA
DANÇA DOS ORIXÁS NO CANDOMBLÉ; Rio de Janeiro; 2009