1. Maestría en Docencia en Educación Superior
Curso: Innovaciones para la Buena Enseñanza en la Educación Superior
Profesora: Mg. Liliana Muñoz
Alumno: Lic. Omar Jiménez Zorrillla
En este breve ensayo veremos de qué forma debería adaptar algunos aspectos de mi
labor docente para los requerimientos del siglo XXI. Empezaré por mencionar que mi
principal actividad docente en la actualidad consiste en dictar cursos de inglés en el
Instituto Superior Peruano Norteamericano. Para poder enfocarme más directamente en la
educación superior, sin embargo, basaré el ensayo en:
a) la actividad que realicé como docente en la Facultad de Lenguas Moderna de la
Universidad Ricardo Palma hace algunos años,
b) la actividad que realizo actualmente en el ICPNA como profesor del taller de
Metodología en Didáctica del Idioma Inglés, un curso de seis meses destinado a
la formación de futuros profesores de inglés. Esta labor, si bien no corresponde
directamente a la educación superior, sí comparte con ella características que
detallaré a continuación.
Un primer cambio en ambas labores sería el inculcar, y por qué no decirlo, exigir
mucho más en mis alumnos tareas de investigación en línea. Como bien nos dice Oscar
Anzorena en “La formación de los Trabajadores del Conocimiento”, “También es
fundamental la capacidad de movilizar los recursos del entorno: redes profesionales, redes
documentales, bancos de datos e instrumentos de trabajo. Se es competente en una red de
recursos”. Tendría que empezar, yo mismo como docente, por familiarizarme mucho más
con las redes profesionales y los bancos datos, ya que aparte del google y la wikipedia, es
poco lo que conozco todavía sobre investigación académica exigente en línea. Una vez
hecho esto, comenzaría a indicar metas y ejercicios de investigación con algún estímulo
(puntos en el curso, posibilidad de aparecer publicados en los periódicos murales o en
exposiciones de los mejores trabajos de nuestros alumnos, crear un índice de investigación
de nuestros alumnos para la biblioteca, etc) en el cual los alumnos tendrían que
familiarizarse también con esta nueva modalidad. De esta manera, no sólo aprenderán que
hoy en día la investigación no conoce no sólo barreras físicas (el de nuestras bibliotecas de
mortero y ladrillo) sino que ni siquiera conoce barreras nacionales o continentales. La
investigación hoy en día va mucho más allá de solo los libros que tenemos en nuestras
bibliotecas. Además, desarrollarán su auto aprendizaje porque esta meta la llevarán a cabo
aprendiendo en el proceso, y aportando con sus propias ideas, ya que el profesor – en este
caso yo - sin duda no lo sabrá todo acerca de esta nueva modalidad de investigación.
En cuanto al reto de la globalización mencionado por Jamil Salmi en “Educación
Superior. Enfrentando los Retos del Siglo XXI”, pienso que la tarea anterior acostumbrará a
mis alumnos a ver más allá de la “producción bibliográfica local y nacional” En cuanto al
conocimiento de idiomas – empezando por el inglés – no será necesario cambio alguno, ya
que tanto los alumnos del ICPNA como los de la Facultad de Lenguas Modernas dominan
2. al menos un idioma extranjero y mucho de lo que deben leer está escrito, precisamente, en
inglés, y en menor medida, alemán o francés.
Creo que un último cambio en el que no se me había ocurrido pensar, pero acerca
del cual la lectura del ensayo de Salmi me ha hecho reflexionar, es el de la necesidad de
cambios en las necesidades de entrenamiento (instrucción). Salmi menciona que la
población universitaria incluirá ahora una base demográfica mucho más amplia, incluyendo
personas de mediana edad, mayores, que trabajan a tiempo medio o completo, etc.
Sinceramente, he estado siempre muy acostumbrado a trabajar con (y exigir) jóvenes
adolescentes o de temprana adultez que no trabajan, o sólo trabajan por horas. Pero en la
nueva universidad del siglo XXI, pienso que tendría que desarrollar nuevos métodos de
exigir igualmente conocimiento y estudio a mis alumnos, pero teniendo en cuenta que no
dispondrán del mismo tiempo que un joven adolescente sin una familia por qué velar o un
trabajo al que dedicarle gran parte de su tiempo y energía.