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REVISIÓN                                                                       Brasil y respaldados por ONG españolas, como Médicos
                                                                                     del Mundo y Fontilles. La zona donde se ha trabajado
                                                                                     desde 1991 comprende una extensión de aproximada-
                                                                                     mente 75.000 km2, con una población estimada de unos
      Diagnóstico y                                                                  34.000 habitantes. Ello supone una densidad de pobla-
                                                                                     ción de las más bajas de Brasil, tan sólo comparable con
      tratamiento de la lepra.                                                       la existente en las regiones de la alta Amazonia con
                                                                                     2,2 habitantes/km2. Fundamentalmente, el trabajo se
      Experiencia en Brasil                                                          desarrolló en tres municipios cercanos al río Araguaia,
                                                                                     importante afluente de la cuenca del Amazonas, y perte-
                                                                                     necientes al Estado de Mato Grosso: Sao Felix do Ara-
      José Ramón Gómez Echevarríaa                                                   guaia, Santa Terezinha y Porto Alegre do Norte; si bien
      y José María Hernández Ramosb                                                  en algún momento, por motivo de desplazamiento de los
      a
      Sanatorio Fontilles. Vall de Laguart. Alicante. bHospital Comarcal de Denia.   pacientes y existencia de convivientes en las proximida-
      Alicante.                                                                      des, tuvieron que realizarse numerosas «incursiones» en
                                                                                     los municipios próximos de Alto de Boa Vista y Luciara
                                                                                     (fig. 1). Ello duplicó la extensión del área que en un
                                                                                     principio se intentaba controlar y dificultó sensiblemen-
      INTRODUCCIÓN                                                                   te el trabajo. Por este motivo, la ayuda de los agentes de
                                                                                     salud resultó inestimable.
        Desde la publicación en 1991 de los objetivos de la
                                                                                        Desde enero de 1991 hasta la actualidad fueron diag-
      OMS para el año 2000 en cuanto a la erradicación o el
                                                                                     nosticadas y tratadas 882 personas: 585 varones y 297
      control de ciertas enfermedades como problema de sa-
                                                                                     mujeres; 66 pacientes eran niños menores de 15 años.
      lud pública1 se ha recorrido un largo camino; se han lo-
                                                                                     Un 59,8% eran casos multibacilares y un 40,2% eran pau-
      grado algunos de los objetivos entonces propuestos; sin
                                                                                     cibacilares. En este momento se encuentran activos y
      embargo, otros se encuentran lejos de ser alcanzados.
                                                                                     en tratamiento 158 pacientes, habiendo aparecido 66
      Respecto a la lepra podemos decir que aún hay que tra-
                                                                                     nuevos casos durante el año 1999. De todos modos, con
      bajar duramente hasta llegar al objetivo de una prevalen-
                                                                                     una tasa de prevalencia de 53,8 casos/10.000 habitantes
      cia inferior a un enfermo por cada 10.000 habitantes. Si
                                                                                     se puede afirmar que estamos en un área con una clara
238   bien es cierto que de los 122 países considerados como
                                                                                     situación de hiperendemia, de acuerdo con la clasifica-
      de alta endemia en 1985, un total de 98 han conseguido
                                                                                     ción de la OMS. En el Araguaia, el objetivo de erradicar
      los objetivos propuestos, descendiendo la prevalencia en
                                                                                     la lepra, o al menos reducir la tasa de prevalencia a ci-
      un 85% en los últimos 15 años. También hay que decir
                                                                                     fras de un caso por 10.000 habitantes, aún está muy dis-
      que a inicios de 1999 fueron registrados 731.369 pacien-
                                                                                     tante.
      tes en tratamiento en todo el mundo, prácticamente en
      su totalidad con regímenes de poliquimioterapia. La pre-
                                                                                     ETIOLOGÍA
      valencia global se sitúa alrededor de 1,4/10.000 habitan-
                                                                                        La causa de la lepra es Mycobacterium leprae (bacilo
      tes. Pero a pesar de esta cifra tan prometedora, el núme-
                                                                                     de Hansen). Esta micobacteria tiene forma de bastón
      ro de pacientes nuevos detectados por año no cesa de
                                                                                     recto o ligeramente incurvado de 1,5 a 8 µm de longitud
      incrementarse. En 1999 fueron detectados 755.305 nue-
                                                                                     por 0,2-0,5 µm de ancho. Se colorea de rojo por la fucsi-
      vos casos en 82 países. Esto podría deberse a varios fac-
                                                                                     na y no se decolora por alcoholes y ácidos, por lo que se
      tores, como la intensificación de esfuerzos para la detec-
                                                                                     denomina ácido–alcohol resistente. En las tomas de lin-
      ción activa, la alta transmisión de la enfermedad en
                                                                                     fa de la piel (baciloscopias) y en los cortes histopatoló-
      ciertas áreas, el sobrediagnóstico o la reinclusión en los
                                                                                     gicos los bacilos aparecen aislados o agrupados en «glo-
      archivos de datos de pacientes ya tratados.
                                                                                     bis». Los globis representan una característica especial
        Hoy día, la mayoría de los enfermos de lepra se con-
                                                                                     de M. leprae que resultan de la sólida unión de numero-
      centra en áreas geográficas muy bien delimitadas, sien-
                                                                                     sos bacilos por una sustancia llamada gleia que hace di-
      do el 90% del total correspondiente a 11 países, al frente
                                                                                     fícil su separación. Los bacilos pueden presentarse en la
      de los cuales se encuentran la India y Brasil, en los que
                                                                                     baciloscopia uniformemente coloreados (sólidos), irre-
      la prevalencia es aproximadamente de 4,5/10.000 habi-
                                                                                     gularmente coloreados (fragmentados) o granulosos. El
      tantes, es decir, superior en más de 4 veces a la tasa
                                                                                     aspecto irregular o granuloso, observado en los enfer-
      considerada como de eliminación2.
                                                                                     mos en tratamiento, indica sufrimiento bacilar. Todavía
        Este artículo presenta la experiencia en el control de
                                                                                     no se ha conseguido un medio de cultivo adecuado para
      la lepra en proyectos de salud pública desarrollados en
                                                                                     M. leprae3.

                                                                                     PATOGENIA
      Correspondencia: Dr. J.R. Gómez Echevarría.                                      La enfermedad es trasmitida principalmente a través
      Sanatorio de Fontilles. Vall de Laguart. 03791 Alicante.
                                                                                     de la convivencia con enfermos lepromatosos o dimor-
      Piel 2001; 16: 238-247.                                                        fos no tratados. Las principales fuentes de micobacte-
J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil




                                                                                                                                                                PARÁ
                Igreja                                                                               VILA RICA                                               Lago Grande
                                                                                             Rio Liberdade ou Rio
             de São Félix                                                                                            Prato                 Vila Rica         Antonio
                                                                    Santa cruz                                                                                Rosa
             do Araguaia
                                                SÃO JOSÉ                                         CONFRESA
                                                                                                                                             Rio
                                                Do XINGÚ
                                                                                                                                                                         Macaúna
                                        Área




                                                                        Rio Fontoura
                                                                                                                     STA. TEREZINHA Sta. Terezinha
                                     indígena                                                       Confresa                                       Área indigena               Boto
                                                                                                                                   Área indigena     Tapirapé                  Velho
                                       Jariña




                                                                                                                                                                         NAL
                                                       São José                                                                    Urubú Branco
                                                       do Xingú                                                                                        Karajá




                                                                                                                                                                       ANA
              MATO                                                                     PORTO ALEGRE DO NORTE




                                                                                                                                                                                TOCANTINS
                                                                                                                                                                   DO B
             GROSSO                                                                          Porto Alegre                                  ap
                                                                                                                                             é
                                                                                                                                        pir
                                                                                                                                     Ita LUCIARA




                                                                                                                                                                IL H A
                                                                                                                                 Rio
                                                                                            Canabrava                                          Luciara
                                                                                CANABRAVA
                                                                                                                                                            A.I. Karajá
                                                                                        ~                                                                   Fontoura
                                                                                       SAO FÉLIX DO ARAGUAIA
                                                           Posto Barração
                           ú




                                                                                                                          Pontinópolis
                         ing




                                                                                                                         S. Sebastião                        Sta. Izabel
                       oX




                                              Rí
                                                   o
                      Ri




                                                                                                                                          São Félix                Canuanã


                                                                                             ALTO DA
                                                                                            BOA VISTA               Serra
                                                                                                                    Nova
                                                                                                                                                                                Rio Jararé
                                                                                                            Bom
                                                                                                            Jesus
                                                                                                                      Ri
                                                             QUERÊNCIA                                                  oM
                 Parque indígena                                                                        Macife            ure
                                                                                                                             ré
                    do Xingú
                                                                  Querência                               RIBEIRÃO
                                                                                                        CASCALHEIRA

                                                                                                     Rib. Cascalheira                                                                                239

                      Patrimônio ou povoado                                                         Área indígena                                            Luiz Alves
                      Aldeia indígena                                                             Pimentel Barbosa
                                                                                                                            es
                                                                                                                        ort




                                                                                                                                                         aia




                      Sede de municipio
                                                                                                                      sM




                                                                                                                                                       agu
                                                                                                                    da




                                                                                Malinha
                      Estradas
                                                                                                                                                       Ar
                                                                                                                  o
                                                                                                               Ri




                                                                                                                                                   Rio




                                                                  Canarana
                      Área indígena




Figura 1. Mapa de las ciudades en las que se trabajó en la región de Araguaia, Mato Grosso, Brasil.



rias son las mucosas de las vías aéreas superiores. Para                                          CLASIFICACIÓN
muchos autores estas mucosas, además de ser la princi-                                              En relación con la clasificación clínica de la lepra, Ra-
pal fuente de eliminación, son la principal vía de entrada                                        bello fue uno de los primeros en establecer el concepto
de bacilos. Se admite que el bacilo pasa de una persona                                           de formas polares5. A partir de la lepra indeterminada,
a otra a través de la piel o mucosas si hay solución de                                           los pacientes sin tratamiento evolucionan a la forma le-
continuidad (erosiones, fisuras, etc.). Las bacterias que                                         promatosa si no tienen resistencia (Mitsuda negativos)
invaden el organismo se diseminan a los ganglios linfáti-                                         o para la forma tuberculoide si tienen buena resistencia
cos donde se establece una «lucha» entre el organismo                                             (Mitsuda positivos).
y el germen. En la mayoría de las ocasiones el organis-                                             En el Congreso de leprología de Madrid de 19536 se
mo vence al germen y lo elimina, en algunos casos se                                              mantuvieron los criterios de Rabello y se definió un nue-
produce el paso del bacilo a la sangre con posterior di-                                          vo grupo de pacientes a los que se denominó «bordeline
seminación a la piel, nervios y vísceras. Cabe destacar                                           o dimorfos». Este grupo también evolucionaba a partir
que, aun conviviendo mucho tiempo con un enfermo de                                               de una forma indeterminada, pero no presentaba aspec-
lepra multibacilar sin tratamiento, la mayoría de las per-                                        tos clínicos de las formas polares tuberculoides o lepro-
sonas no enferman. Se estima que el 90% de las perso-                                             matosas y eran, por tanto, interpolares. En aquella época
nas tiene defensas naturales contra M. leprae4.                                                   fueron definidos como un grupo inestable con tendencia
Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001


                TABLA I. Clasificación de la lepra según la OMS12
            Lepra paucibacilar
              Lepra indeterminada
              Lepra tuberculoide
              Lepra dimorfa tuberculoide con baciloscopia negativa
              Lepra con baciloscopia negativa
            Lepra multibacilar
              Lepra dimorfa dimorfa
              Lepra dimorfa lepromatosa
              Lepra lepromatosa
              Lepra con baciloscopia positiva


          a la evolución hacia la forma lepromatosa si no eran tra-
          tados. Ridley y Jopling, manteniendo las formas polares,
          propusieron en los años sesenta una modificación de la       Figura 2. Lesión macular en la lepra indeterminada.
          clasificación de Madrid, subdividiendo a los bordelines o
          dimorfos en dimorfos tuberculoides, dimorfos dimorfos
          y dimorfos lepromatosos7.
            Desde el punto de vista operacional, la clasificación
          adoptada por la OMS contempla dos categorías (tabla I):
          a) la lepra paucibacilar, que engloba los pacientes con
          lepra indeterminada, tuberculoide y la mayoría de los di-
          morfos tuberculoides siempre que tengan la bacilosco-
          pia negativa, y b) la lepra multibacilar, que comprende
          los pacientes dimorfos dimorfos, dimorfos lepromato-
          sos y lepromatosos, todos ellos con baciloscopia positi-
          va, sin que importe su intensidad8.

          Lepra indeterminada
240          La lepra indeterminada (LI), también llamada inicial,
                                                                       Figura 3. Lesión macular en la lepra indeterminada.
          infantil, inespecífica, incaracterística es la fase de co-
          mienzo de la enfermedad. La evolución sin tratamiento
          es hacia los polos tuberculoide, dimorfo o lepromatoso,
          siendo más corta en el tiempo para el primero que para
          los dos últimos. Se admiten casos raros de LI que pue-
          den permanecer mucho tiempo como tales, pudiendo
          otros casos curar espontáneamente.
             El grupo indeterminado se caracteriza por una resisten-
          cia variable a la enfermedad. Un paciente sin tratamiento,
          con buena resistencia, evolucionará hacia el polo tuber-
          culoide, y un paciente sin tratamiento, con mala resisten-
          cia, evolucionará hacia el polo lepromatoso.
             La reacción a la lepromina es variable y la bacilosco-
          pia de la lesión es negativa, aunque en algunas ocasio-
          nes tras la búsqueda prolongada puede encontrarse al-
          gún bacilo suelto en cortes histológicos, donde además
          aparece una inflamación banal sin caracteres de especi-      Figura 4. Lesiones maculares en la lepra indeterminada.
          ficidad. En definitiva, es una forma muy poco estable y
          el pronóstico es bueno con un tratamiento adecuado.
                                                                       riables, predominando las formas circulares o elípticas.
          Clínica cutánea                                              Estas lesiones se localizan fundamentalmente en las nal-
             La LI, desde el punto de vista dermatológico, se mani-    gas, la espalda, los muslos y los brazos, siendo excep-
          fiesta por máculas generalmente hipocrómicas, eritema-       cionales en las palmas de las manos, las plantas de los
          tohipocrómicas o eritematosas (figs. 2-4). En ocasiones      pies y el cuero cabelludo. El número es variable, de úni-
          no se aprecia la mácula, sino un área de tegumento que       cas a múltiples; cuanto mayor es el número peor es el
          pierde la sensibilidad, y el paciente la describe como       pronóstico. Teóricamente, la existencia de numerosas
          una área «muerta o dormida»; su coloración es igual que      máculas supondría una posible evolución hacia el polo
          la piel circundante, presentando en ocasiones alopecia o     lepromatoso, mientras que la existencia de pocas mácu-
          disminución de la sudación. Su forma y tamaño son va-        las supondría la posible evolución hacia el polo tubercu-
J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil


loide. Son, por definición, lesiones planas, siendo la ele-         tes secuelas. Nunca se manifiesta la enfermedad en las
vación de la lesión en su borde o totalidad o en puntos             vísceras y los órganos internos.
dispersos un síntoma de actividad y de probable trans-                Como rasgo característico de esta forma clínica desta-
formación de la lepra indeterminada a otras formas clí-             ca la falta de gérmenes o su escaso número, debido a la
nicas más diferenciadas. Los bordes de las máculas son              gran capacidad de reacción del organismo –puede redu-
imprecisos y mal definidos: en ocasiones pueden adqui-              cir la infección o vencerla en muchos casos–, que se tra-
rir un tono eritematoso, más inflamatorio, dando a la le-           duce por una reacción de Mitsuda siempre positiva. El
sión un carácter marginado que supone la evolución ha-              pronóstico es benigno, salvo que quede afectado algún
cia el polo tuberculoide.                                           tronco nervioso, lo que puede llevar a importantes tras-
   Las máculas presentan alteraciones sensitivas que se             tornos tróficos y mutilaciones.
manifiestan por una hipoestesia más o menos definida.                 Epidemiológicamente, la lepra tuberculoide (LT), con
En general, se altera en la mácula más claramente la                su baciloscopia negativa, Mitsuda positivo y, en ocasio-
sensación térmica, posteriormente la dolorosa y con                 nes, una tendencia a la regresión, supone que no existe
posterioridad la táctil. Teóricamente, la afección de la            un riesgo de contagio de la enfermedad.
sensibilidad en la mácula supone una evolución hacia el
polo tuberculoide; si las máculas presentan una pérdida             Clínica cutánea
de la sensibilidad dolorosa o táctil al ser biopsiadas, pre-           En la piel destaca el escaso número de lesiones y, por
sentan estructuras de las formas tuberculoides o dimor-             tanto, su asimetría, la perfecta delimitación de las lesio-
fas. Junto a las alteraciones de la sensibilidad existen            nes, fundamentalmente por su borde externo, la tenden-
trastornos vasomotores localizados en las máculas que               cia a la curación en la parte central y su extensión por la
son los responsables del resultado incompleto de la                 periférica. Su localización y extensión son variables,
prueba de la histamina, pudiéndose dar en las máculas               siendo su curso generalmente lento y de evolución pro-
alteraciones sudorales que se ponen de manifiesto tras              longada; en ocasiones se produce una regresión espon-
la inyección intradérmica de pilocarpina, la cual revela-           tánea. Se localizan fundamentalmente en las nalgas, los
rá una anhidrosis. Asimismo, puede existir una alopecia             muslos, las piernas, los brazos y los antebrazos, el tron-
ligera o total. Nunca se produce la afección de los tron-           co y las regiones lumbares, aunque se puede afectar
cos nerviosos; no hay engrosamientos, por lo que nunca              cualquier área.
habrá deformidades9.                                                   Las lesiones en la piel se manifiestan fundamental-
   El diagnóstico diferencial de las dermatosis, cuyas le-          mente bajo tres formas: pápulas, nódulos y máculas.
siones pueden confundirse en alguna ocasión con las de                 Las pápulas son pequeñas elevaciones del tamaño de la                                           241
la lepra indeterminada, se recoge en la tabla II10.                 cabeza de un alfiler o un poco mayores, que aparecen ais-
                                                                    ladas o agrupadas y que determinan pequeñas áreas de
Lepra tuberculoide                                                  superficie granulosa. Su coloración es ligeramente erite-
  Es una forma «benigna» de la enfermedad con unas                  matosa, opacas o con cierto brillo. En ocasiones acompa-
características clínicas bien definidas, que afecta sólo a          ñan a otras lesiones de la LT como lesiones satélites.
la piel y los nervios, en la que es difícil encontrar baci-            Las máculas son las lesiones típicas de la LT. Se mani-
los. Presenta una reacción de Mitsuda positiva y una es-            fiesta por máculas perfectamente delimitadas y un cen-
tructura histológica muy característica, formada por                tro más claro que recuerda siempre a una tiña tricofítica
granulomas epitelioides. A pesar de su «benignidad»,                (figs. 5 y 6). El borde externo de la lesión está perfecta-
junto a la afección dermatológica puede existir una                 mente delimitado, con una caída casi perpendicular,
afección del sistema nervioso periférico, pudiéndose                mientras que el borde interno que limita con el área cen-
afectar los troncos nerviosos que darán lugar a altera-             tral es, por el contrario, más difuso y con una caída más
ciones sensitivomotoras y que, en mucho casos, pueden               suave. El borde está formado por múltiples microtubér-
causar la invalidez de estos enfermos. Generalmente el              culos, mientras que la zona central es plana, lisa, sin es-
número de troncos nerviosos dañados es escaso y asi-                camas, asemejando la piel normal pero con una mayor
métrico, pero su afección es extremadamente destructi-              hipocromía. El colorido del borde varía dentro del tono
va y da lugar, sin un tratamiento adecuado, a importan-             eritematoso; a veces presenta un cierto brillo o una lige-
                                                                    ra descamación.
    TABLA II. Diagnóstico diferencial de las lesiones                  Estas lesiones se originan por dos vías: a) una lesión
         cutáneas de la lepra indeterminada                         de LI que en su evolución a LT va quedando bien delimi-
 Pitiriasis versicolor                                              tada, o b) como una placa que al crecer por la periferia
 Pitiriasis alba                                                    regresa en su parte central, a medida que se extiende por
 Neurofibromatosis                                                  el borde produce una atrofia en el sitio ocupada por ella,
 Dermatitis seborreica                                              y con la atrofia aparece un cierto grado de descamación.
 Dermatosis solar hipocromiante
 Vitíligo
                                                                       Las lesiones nodulares aparecen como lesiones sobre-
 Hipocromías residuales                                             elevadas, muy bien delimitadas, consistentes a la pal-
 Nevus acrómico o despigmentado                                     pación, de tamaño variable y color eritematoso. Su su-
 Esclerodermia en placa o morfea                                    perficie es lisa, en ocasiones mamelonada, pudiendo
 Pinta                                                              presentar una ligera descamación. En ocasiones, en el
Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001




          Figura 5. Máculas en la lepra tuberculoide.                 Figura 6. Máculas en la lepra tuberculoide.


          centro presentan una depresión que le da un aspecto de      cia total de la lesión, y es también común la disminución
          anillo con bordes gruesos, el centro se deprime, se atro-   de la sudación, que puede acabar en una anhidrosis
          fia y queda como una cicatriz. Estas lesiones general-      completa, sobre todo en las lesiones más antiguas.
          mente son pocas o únicas. Su localización más típica es
          la cara, apareciendo fundamentalmente en la infancia.       Lepra lepromatosa
          Tienen tendencia a la curación espontánea.
                                                                        La lepra lepromatosa (LL) constituye la forma más tí-
             Las lesiones que pueden inducirnos a error en el caso
                                                                      pica de la enfermedad, pues tanto los caracteres clíni-
          de la LT se exponen en la tabla III.
                                                                      cos como histológicos, como la presencia constante de
                                                                      bacilos, la hacen fácilmente identificable. Existe una fal-
          Clínica neurológica
                                                                      ta de reacción ante la invasión del bacilo, lo cual se ma-
            Estas alteraciones existen prácticamente en todas las
                                                                      nifiesta siempre por una reacción a la lepromina (Mitsu-
          lesiones tuberculoides. Es muy evidente la anestesia tér-
                                                                      da) negativa, esto condiciona que el grado de la afección
242       mica y, posteriormente, la dolorosa, pudiendo existir
                                                                      va a ser muy superior al de los individiuos con lepra
          además hipoestesia o anestesia al tacto. Estas alteracio-
                                                                      multibacilar. Esta falta de reacción hace que la enferme-
          nes sensitivas son más claras en la zona central que en
                                                                      dad se disemine por piel, los nervios, las vísceras y los
          los bordes y más evidentes cuanto más antiguas sean las
                                                                      órganos internos, dando unas características clínicas
          lesiones.
                                                                      peculiares.
            La prueba de la histamina y la pilocarpina son incom-
                                                                        El número de micobacterias en estos enfermos es
          pletas debido al compromiso de las terminaciones ner-
                                                                      muy importante, con lo cual sus baciloscopias serán
          viosas locales.
                                                                      siempre positivas. El tratamiento farmacológico tendrá
                                                                      que incluir un mayor número de fármacos (con el fin de
          Alteraciones de los anejos
                                                                      evitar la aparición de posibles resistencias) y se aplicará
            Los pelos también sufren una rarefacción, disminu-
                                                                      durante un tiempo más prolongado.
          yendo su espesor y longitud; puede aparecer una alope-
                                                                      Clínica cutánea
                TABLA III. Diagnóstico diferencial de las lesiones
                       cutáneas de la lepra tuberculoide
                                                                        Son lesiones generalmente numerosas y, por tanto, si-
                                                                      métricas, mal delimitadas, de localización y extensión
            Dermatofitosis                                            variable. En las lesiones eritematosas y en las placas
            Lupus eritematoso discoide y subagudo
            Psoriasis
                                                                      existe un progreso periférico que se acompaña de una
            Dermatitis seborreica                                     involución central en algunas ocasiones, siendo imper-
            Sarcoidosis                                               fecta la delimitación de los bordes externo e interno.
            Sarcoma de Kaposi                                         Hay presencia constante de elementos celulares típicos
            Granuloma anular                                          cargados de bacilos, puestos de manifiesto por una inci-
            Liquen plano anular
            Esclerodermia en placa                                    sión superficial o por histopatología. El curso es clara-
            Sífilis                                                   mente progresivo.
            Alopecia areata                                             Las lesiones en la piel se manifiestan fundamental-
            Tuberculosis cutánea                                      mente, aun teniendo gran variedad y polimorfismo, bajo
            Leishmaniosis
            Cromomicosis
                                                                      4 formas: nódulos o lepromas, máculas, infiltraciones y
            Esporotricosis                                            úlceras.
            Blastomicosis sudamericana                                  Los lepromas constituyen la lesión más típica de los
            Enfermedad de Jorge Lobo o lobomicosis                    pacientes lepromatosos, aunque no es la más frecuente.
            Toxicodermias                                             La podemos definir como una lesión inflamatoria cróni-
J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil




Figura 7. Lepromas en un paciente con lepra lepromatosa.              Figura 8. Múltiples máculas en la lepra lepromatosa.



ca que se localiza primitivamente en la dermis, que no                pero sin aspecto inflamatorio agudo; más bien espesada,
tiene tendencia espontánea a la resolución y que al cu-               de un color resultante de la combinación de 3 elemen-
rar deja cicatriz; es una lesión muy bien delimitada, que             tos: eritema, pigmentación difusa y telangiectasias. Al
hace relieve en la piel, de tamaño variable y de forma                tacto, la infiltración es de una consistencia elástica, se-
hemisférica; está recubierta por una piel fina, tensa,                mejante a la de los lepromas pero menos tensa, más
algo brillante y de coloración variable (fig. 7). La consis-          blanda, más edematosa. Cuando va remitiendo da lugar
tencia es elástica; al palparla se asemeja a un pedazo de             a una destrucción total de las fibras elásticas y la piel
goma; es insensible a la presión, no es dolorosa ni es-               queda distendida, plegada por infinitas arrugas.
pontáneamente ni al roce; es además anestésica, sobre                    Las localizaciones más típicas son la cara y el dorso
todo al calor y al dolor, y casi siempre al tacto. La locali-         de las manos, y con menos frecuencia las superficies de
zación más frecuente es en la cara, las regiones superci-             extensión de los brazos y las piernas, las regiones glú-
liares e interciliares, las orejas (sobre todo en el borde y          teas y el resto del tronco. En la cara aparece sobre todo
el lóbulo), el mentón y las regiones malares. En las ex-              en zonas superciliares y ciliares, la región interciliar, las                                      243
tremidades aparecen muy frecuentemente en las super-                  regiones malares y las genianas, los labios (sobre todo
ficies de extensión, pero sobre todo en los codos, las ro-            el superior), la nariz y el mentón. Los surcos aparecen
dillas, el tercio medio del muslo y el tercio distal de los           muy definidos; en conjunto, constituye la «facies leoni-
antebrazos. En el tronco se encuentran en las regiones                na». La nariz aparece ensanchada en su base y a menu-
escapulares, en el plano anterior del tórax a ambos la-               do deformada por destrucciones del tabique; las orejas
dos de la línea media y, fundamentalmente, en la región               están siempre invadidas, apareciendo lóbulos hipertrófi-
glútea. Son muy raros en el cuero cabelludo, el cuello,               cos, infiltrados, colgantes y a veces de tamaños exagera-
las axilas y las ingles. Ocasionalmente, los lepromas se              dos, no existiendo lesiones en el cartílago. En las manos
pueden ulcerar, ya sea de forma espontánea o en el cur-               la tumefacción aparece sobre todo en el dorso, exten-
so de una reacción.                                                   diéndose por lo dedos; la infiltración es muy notable y
   Las lesiones maculosas pueden aparecer de forma di-                provoca una dificultad de movimientos, apareciendo la
recta o como resultado de la trasformación de una for-                piel infiltrada, seca, apergaminada y fría. En el tercio in-
ma indeterminada (fig. 8). Suelen ser eritematosas, con               ferior de los antebrazos la infiltración es muy frecuente.
un eritema muy poco definido, de tono rosado, roseoli-                   Las úlceras se producen por diferentes mecanismos:
formes, muy extensas e invadiendo fundamentalmente                    un leproma que se reblandece y se ulcera espontánea-
las regiones laterales del tronco, la espalda y las nalgas.           mente; una reacción erisipeloide que provoca una ampo-
Aparecen muy rápidamente, en pocos días. Las máculas                  lla flácida, la cual se rompe y deja una ulceración; puede
eritematopigmentarias son menos frecuentes, tienen un                 aparecer de forma espontánea, casi siempre en las ex-
color pardo oscuro o café; se localizan sobre todo en el              tremidades, y más frecuentemente en la inferiores; por
plano anterior del tórax, cerca de las axilas, la espalda,            último, como consecuencia de un traumatismo se pro-
los brazos o el abdomen, y no son muy extensas; suelen                duce una ulceración con tendencia a persistir.
ser hipoestésicas al calor y al dolor , y en ocasiones to-
talmente anestésicas, aunque mucho más pigmentarias.                  Lesiones de los anejos
Las lesiones roseoliformes de aparición rápida conser-                  Las alteraciones del pelo y el vello son muy típicas en
van mucho tiempo la sensibilidad.                                     los lepromatosos, existiendo alopecia; la más típica es la
   Las infiltraciones difusas son lesiones frecuentes que             madarosis, que puede ser parcial del tercio externo o to-
a menudo invaden grandes extensiones de piel, siendo                  tal. La barba puede, asimismo, faltar total o parcialmen-
sus límites totalmente difusos. La infiltración es percep-            te, quedando a veces limitada a una estrecha zona a lo
tible a la vista y al tacto. A la vista aparece tumefacta             largo del borde posterior de la rama ascendente del ma-
Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001




          Figura 9. Lesiones maculares en un paciente con lepra dimorfa tu-   Figura 10. Máculas en un paciente con lepra dimorfa dimorfa.
          berculoide.


          xilar y a dos bandas verticales que descienden de ambas             Lepra borderline o lepra dimorfa
          comisuras de la boca y se reúnen debajo del mentón,                   Se da en aquellos individuos portadores de lepra inde-
          quedando éste sin vello; falta, asimismo, el bigote. Tan            terminada con resistencia superior a los portadores de
          sólo en la nuca se forma una banda relativamente ancha              lepra lepromatosa e inferior a los portadores de lepra
          de alopecia marginal.                                               tuberculoide. Estos pacientes pueden presentar al mis-
             En el tronco, el vello suele faltar totalmente en el tó-         mo tiempo características próximas a la LT en algunas
          rax, o a lo sumo encontrarse una pequeña cantidad en la             áreas y en otras aspectos clínicos semejantes a la LL. De
          línea media. En el abdomen es también muy frecuente la              acuerdo con Ridley y Jopling, la lepra borderline (LB) se
          ausencia en el pubis, donde la cantidad suele ser escasa            subdivide en 3 grupos:
          y de distribución feminoide. En los brazos, los muslos,
          los antebrazos, las piernas y el dorso de las manos hay             Lepra borderline tuberculoide (BT)
          escasez o ausencia total de vello.                                    Presenta numerosas lesiones, entre 5 y 25. Semejantes
244          En las uñas, además de grandes alteraciones tróficas             a la LT, con presentación simétrica y afección de nume-
          de reabsorción, podemos encontrar una pérdida de bri-               rosos troncos nerviosos. Las lesiones típicas son en pla-
          llo y una disminución del crecimiento. La sudación está             ca, con bordes irregulares y tendencia a formar lesiones
          suprimida por completo o casi por completo en las                   satélites (fig. 9).
          áreas de infiltración, las máculas y los lepromas; ade-               En la mayoría de los casos la baciloscopia es negativa.
          más, se constata su ausencia en grandes zonas del cuer-             Durante los períodos reaccionales de la lepra BT puede
          po coincidiendo con anestesias de origen troncular. Por             producirse una grave afección de los troncos nerviosos
          último, la secreción sebácea está suprimida en áreas de             y graves deformidades si el paciente no es adecuada-
          infiltración, pasando a menudo por una fase previa de               mente tratado.
          aumento, lo que le da el aspecto untuoso y brillante a al-
          gunas lesiones.                                                     Lepra borderline borderline (BB)
             En el caso de la lepra multibacilar, haciendo especial              Se caracteriza clínicamente por numerosas lesiones,
          hincapié en la LL, debemos tener presentes los siguien-             muchas de las cuales presentan bordes externos mal de-
          tes diagnósticos diferenciales, según se expone en la ta-           finidos y región central aparente («aspecto de queso sui-
          bla IV.                                                             zo») (fig. 10), lesiones en placa en ocasiones de tipo tu-
                                                                              berculoide, lesiones papulotuberosas e infiltraciones
                                                                              similares a las que se observan en la LL. La distribución
                TABLA IV. Diagnóstico diferencial de las lesiones             de las lesiones no es tan simétrica como en la lepra BT y
                       cutáneas de la lepra lepromatosa
                                                                              la afección nerviosa es importante. Estos casos son muy
            Sífilis                                                           inestables y pueden cambiar en poco tiempo para el gru-
            Toxicodermias                                                     po BT o el grupo BL; generalmente, el paso para uno u
            Eritema nudoso
            Leishmaniosis anérgica                                            otro grupo es acompañado de reacciones de mejora
            Enfermedad de Jorge Lobo o lobomicosis                            cuando el enfermo está bajo tratamiento o de empeora-
            Lupus eritematoso sistémico                                       miento si no estuviera tratado. En esta evolución pue-
            Xantomas                                                          den surgir graves deformidades. La baciloscopia es posi-
            Neurofibromatosis                                                 tiva.
            Lipomatosis
            Linfomas cutáneos
            Leucémides                                                        Lepra borderline lepromatosa (BL)
            Ictiosis                                                            Se manifiesta por un gran número de lesiones con as-
            Alteraciones hereditarias o adquiridas de las cejas               pectos variados, como infiltraciones, placas, lesiones
J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil


                                                                          central y que se localizan fundamentalmente en la cara,
                                                                          el cuello y la región escapular–, y de tipo c eritema ne-
                                                                          crosante –con lesiones de gran componente inflamato-
                                                                          rio, muchas de ellas ulceradas y que dejan como secue-
                                                                          las múltiples cicatrices–. Esta clínica dermatológica se
                                                                          acompaña de síntomas generales como fiebre de 38 a
                                                                          40° C, malestar general, neuritis, lesiones viscerales (hí-
                                                                          gado, riñón) adenopatías, iridociclitis, uveítis y orquiepi-
                                                                          didimitis.

                                                                          TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DE LA LEPRA
                                                                          PAUCIBACILAR
                                                                            Se tratan con el siguiente esquema (tabla V) todos los
Figura 11. Múltilples máculas en paciente con lepra dimorfa lepro-        casos nuevos que no habían recibido tratamiento ante-
matosa.                                                                   rior y aquellos bajo tratamiento monoterápico con dap-
                                                                          sona, así como aquellos en los que no se haya dado una
con bordes externos mal definidos y nódulos. Las lesio-                   adecuada evolución, o el tiempo de medicación haya
nes no son tan simétricas como en la LL y existe un en-                   sido insuficiente (inferior a 5 años, en el caso de lepra
grosamiento de un gran número de troncos nerviosos.                       paucibacilar).
Los riesgos de deformidades son graves, principalmente                      Los pacientes no podrán tener más de 3 faltas conse-
durante los episodios reaccionales (estos enfermos ha-                    cutivas en la ingesta mensual de rifampicina. El trata-
cen reacción de tipo I y II). La baciloscopia es positiva,                miento ha de mantenerse hasta que se hayan administra-
con numerosos bacilos.                                                    do 6 dosis de rifampicina en un período que no supere
                                                                          los 9 meses. Puede darse por finalizado si al cumplir
Leprorreacciones                                                          este tiempo de terapia múltiple el paciente no presenta
  Existen dos tipos de leprorreacciones: la reacción re-                  un aumento en el tamaño de las lesiones existentes ni la
versa o de tipo I y la reacción lepromatosa o de tipo II,                 aparición de nuevas lesiones o de alteraciones neuroló-
conocida también como «eritema nudoso leproso»                            gicas progresivas; las manchas desaparecen o presentan
(ENL).                                                                    signos de regresión y la baciloscopia continúa siendo
                                                                          negativa.                                                                                          245
Reacción reversa o de tipo I                                                La regresión de algunas lesiones puede hacerse de
   Se da en los enfermos de lepra dimorfa, fundamental-                   modo muy gradual, dándose en algún caso una persis-
mente en los grupos BL, BB y, menos frecuentemente,                       tencia indefinida de las mismas, sobre todo si se han
los BT. Se debe a un aumento transitorio de la inmuni-                    mantenido durante largo tiempo; pueden existir secue-
dad mediada por células; generalmente, ocurre en los                      las neurológicas, especialmente en las lesiones de larga
primeros meses de tratamiento específico. La bacterio-                    evolución. Es importante remarcar al paciente el hecho
logía puede ser positiva sin globis con tendencia a nega-                 de que la mancha puede permanecer, si bien más ate-
tivizarse. Esta recuperación parcial de la inmunidad es                   nuada, y sobre todo que las alteraciones anestésicas y
beneficiosa siempre que no deje secuelas neurales. Se                     de la sudación le acompañarán durante largo tiempo,
clasifica como reacción tipo IV de Gell y Coombs. Clíni-                  cuando no toda la vida. Será preciso en algunos casos,
camente, se manifiestan por eritema e hinchazón de las                    por la citada afección de los troncos nerviosos, realizar
lesiones cutáneas preexistentes, acompañado de desca-
mación, piel brillante y caliente en las mismas; pueden                              TABLA V. Pautas de tratamiento de la lepra
aparecer nuevas lesiones, febrícula, edemas en la cara,
las manos y los pies así como neuritis.                                     Lepra paucibacilar
                                                                              Adultos
                                                                                Rifampicina: 600 mg, una vez al mes y supervisada
Reacción lepromatosa o de tipo II                                               Dapsona: 100 mg diarios, autoadministrados
  Se da en enfermos de la forma LL o BL. Se debe sobre                        Niños
todo a la gran destrucción de bacilos fundamentalmente                          Rifampicina: 12-15 mg/kg/mes, supervisados
por la terapia específica con la liberación de gran canti-                      Dapsona: 1 a 2 mg/kg/día, autoadministrada
                                                                            Lepra multibacilar
dad de antígenos y su combinación con anticuerpos, for-                       Adultos
mándose inmunocomplejos que activan el complemento                              Rifampicina: 600 mg, v.o. una vez al mes y supervisada
(reacción de tipo III de Gell y Coombs). Clínicamente,                          Clofazimina: 300 mg, v.o. una vez al mes, también supervisada
se manifiesta por lesiones cutáneas de tipo a eritema                           Dapsona: 100 mg diarios v.o, autoadministrados
                                                                                Clofazimina: 50 mg diarios o 100 mg en días alternos v.o.,
nudoso (fig. 11), –con preferencia en los miembros infe-                        autoadministrados
riores y la cara y, menos frecuente, en el tronco–; lesio-                    Niños
nes de tipo b eritema polimorfo –en forma de manchas o                          Rifampicina: 10 mg/kg/día
placas con una ampolla central, bordes inflamados, ele-                         Clofazimima: 1 mg/kg/día
vados y eritematosos que pueden ulcerarse en su parte                           Dapsona: 1,5 mg/kg/día
Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001


          un trabajo concienzudo de evaluación funcional y             trucción bacilar: los gérmenes, que en un principio esta-
          posterior rehabilitación. El período de tratamiento en la    ban íntegros, comienzan a presentar zonas de «fallo» en
          lepra paucibacilar puede verse jalonado de contratiem-       la tinción que corresponden a zonas no viables; en un
          pos constituidos por las leprorreacciones, que no estaban    principio fragmentados y finalmente granulosos, la pre-
          presentes en la fase indeterminada y que ahora condicio-     sencia de restos bacilares no significa el fallo terapéuti-
          nan la evolución, confiriendo un pronóstico sombrío en       co o la resistencia del germen al tratamiento; la elimi-
          cuanto a invalidez, si el número de episodios reacciona-     nación de los citados restos se realizará de forma
          les es elevado. El tipo I de leprorreacción puede aparecer   progresiva a lo largo de los años. Sólo habrá de alar-
          durante el tratamiento en la lepra paucibacilar.             marnos la persistencia de numerosos bacilos íntegros,
            En cualquier caso, no es necesario aplicar la poliqui-     lo cual significa, en la mayoría de las ocasiones, el temi-
          mioterapia paucibacilar más de 6 meses, siendo el nú-        do fallo terapéutico, acompañándose de otros signos y
          mero de recidivas prácticamente inexistente. Si es preci-    síntomas propios de la aún presente actividad lesional
          so, según el país, el seguimiento del paciente deberá        del germen.
          hacerse durante un período no inferior a 2 años; en            Podemos aplicar aquí todo lo comentado respecto a la
          otros casos no se considera necesario realizar tales se-     lepra paucibacilar en cuanto a la regresión de las lesio-
          guimientos, como en el caso de Brasil.                       nes dermatológicas y neurales, así como la posibilidad
            La aplicación de la poliquimioterapia no se contraindi-    de aparición de episodios reaccionales a lo largo del tra-
          ca en los casos de pacientes afectados al mismo tiempo       tamiento. La leprorreacción que puede aparecer en este
          de TBC, contemplándose la toma diaria de rifampicina         caso durante el tratamiento puede ser tanto de tipo I
          según el esquema de la OMS para el tratamiento de la         como de tipo II.
          TBC; por ello, no es necesaria la administración men-
          sual, tal como señalamos anteriormente. Puede, asimis-       ESQUEMA DE TRABAJO EN EL CAMPO
          mo, ser utilizada la poliquimioterapia en el caso de pa-        El primer paso dentro de los poblados es descubrir to-
          cientes VIH+ y en mujeres embarazadas.                       dos aquellos casos de pacientes con lesiones que sean
            En la actualidad existen nuevas perspectivas de trata-     compatibles con la lepra; para ello, se precisa un reco-
          miento para la lepra paucibacilar que aún se encuentran      nocimiento de toda la población, que incluya un examen
          en fase de prueba. Es el caso de la ROM (rifampicina         dermatológico completo. De todo el conjunto de lesio-
          600 mg-ofloxacino 400 mg-minociclina 100 mg) como            nes en forma de placa, anulares, eritematosas, nodula-
          dosis única, con revisiones en 6,12 y 18 meses, exclu-       res, etc., habrá algunas que podamos eliminar como sos-
246       yendo las mujeres embarazadas y los niños menores de         pechosas de lepra con una cuidadosa anamnesis. En el
          7 años, o la administración de ofloxacino (200 mg/12 h)      resto será precisa una exploración neurológica especial-
          más rifampicina (600 mg/día) durante 4 semanas.              mente dirigida a evaluar la sensibilidad térmica, pero sin
                                                                       olvidar la dolorosa y la táctil. Ahora bien, la afección
          TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DE LA LEPRA                        neurológica en cuanto a la sensibilidad de algunas man-
          MULTIBACILAR                                                 chas, especialmente al inicio, no es muy clara; la baci-
             De igual modo, se tratan con el siguiente esquema (ta-    loscopia en la linfa nos sacará de dudas en la mayoría
          bla V) todos los casos nuevos que no habían recibido         de las ocasiones, sobre todo en el caso de la lepra multi-
          tratamiento anterior y aquellos bajo tratamiento mono-       bacilar; en algunas lesiones será necesario recurrir a la
          terápico con dapsona, así como aquellos en que no se         aplicación de histamina o de pilocarpina, o incluso a
          haya dado una adecuada evolución o el tiempo de medi-        la realización de una biopsia.
          cación haya sido insuficiente, inferior a los 10 años, en       Una vez diagnosticado el enfermo se procede a la cla-
          el caso de lepra multibacilar.                               sificación dentro de los dos grandes grupos, multiba-
             En el caso de imposibilidad absoluta de utilizar dapso-   cilar o paucibacilar, para lo cual nos basamos en las
          na, pueden utilizarse los dos fármacos restantes –rifam-     características de las lesiones, su número y su distribu-
          picina y clofazimina– durante el período tiempo antes        ción. También habrá que tener en cuenta la afección de
          citado, si bien el paciente necesitará un seguimiento        los troncos nerviosos, independientemente de las lesio-
          más de cerca ante la posibilidad de recidivas.               nes cutáneas, pues en algunos casos las lesiones derma-
             Los pacientes no podrán tener más de 4 faltas conse-      tológicas son poco claras, casi inexistentes y la enfer-
          cutivas en la ingesta mensual de rifampicina. El trata-      medad se inicia con una afección nerviosa troncular.
          miento ha de mantenerse hasta que se hayan adminis-          Nos ayudamos con la toma de muestras de la linfa para
          trado 24 dosis de rifampicina en un período que no           evitar un posible error en la clasificación. Del mismo
          supere los 36 meses. Se valora aplicar esta misma pauta      modo, se procede a aplicar 0,1 ml de lepromina intradér-
          en 12 dosis en un período que no supere los 18 meses.        mica (prueba de Mitsuda) por motivos de clasificación,
          Puede darse por finalizado si al cumplir este tiempo de      y no a efectos de diagnóstico.
          terapia múltiple el paciente no presenta un aumento en          En condiciones de extrema carencia (sanitaria), es
          el tamaño de las lesiones existentes, ni la aparición de     muy difícil la realización de tales pruebas, por lo que ha-
          nuevas lesiones o de alteraciones neurológicas progre-       bitualmente se inicia el tratamiento del paciente con la
          sivas; las manchas desaparecen o presentan signos de         clasificación clínica, optándose por la pauta de poliqui-
          regresión y la baciloscopia objetiva estos signos de des-    mioterapia multibacilar en caso de dudas.
J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil


                                                                      función nerviosa de cada uno de los troncos citados,
                                                                      contemplando el componente sensitivo-motor-vegetati-
                                                                      vo, no sólo en las manchas sino en todo el territorio de
                                                                      inervación.
                                                                         En el caso de no existir más pacientes en la familia
                                                                      procedemos a la vacunación sistemática de los no afec-
                                                                      tados, siguiendo la pauta de vacunación estipulada por
                                                                      la OMS y teniendo en cuenta la normativa legal del país
                                                                      en el que se trabaja. En el caso de Brasil se aplican dos
                                                                      dosis de BCG separadas por un intervalo no inferior a 6
                                                                      meses. Finalmente, administramos el tratamiento, la po-
                                                                      liquimioterapia paucibacilar o la multibacilar, la primera
                                                                      de cuyas dosis se da en el mismo día de conocer el diag-
                                                                      nóstico. Se incluye al paciente en un registro de casos
                                                                      activos y se le explican detenidamente los signos/sínto-
                                                                      mas de evolución de la enfermedad, los posibles efectos
                                                                      secundarios que pudieran aparecer en el transcurso del
                                                                      tratamiento y la actitud ante cualquier problema que pu-
                                                                      diera surgir. Por último, se procede a marcar una fecha
                                                                      de recogida de la siguiente dosis y a la provisión del me-
                                                                      dicamento necesario para las dosis autoadministradas.
                                                                      En el caso de que su asistencia se prevea difícil puede
                                                                      concretarse la fecha en la siguiente visita a la comuni-
Figura 12. Lesiones en una leprorreacción tipo II.                    dad, y si ésta fuese a demorarse, puede dejarse la medi-
                                                                      cación para unos meses (incluso para todo el tratamien-
                                                                      to) con algún responsable del poblado, como puede ser
  Los troncos nerviosos que se afectan con mayor fre-                 el agente de salud o el mismo paciente, en algunos ca-
cuencia son el nervio cubital, el ciático poplíteo exter-             sos. Es de destacar la inestimable ayuda de estos agen-
no, el mediano, el tibial posterior, el radial y el facial. En        tes de salud en el control de la enfermedad, ya que sin
el curso de la exploración neurológica hay que contem-                ellos no sería posible cubrir en su totalidad todos los ob-                                        247
plar la posible afección de estos nervios, por lo que ha-             jetivos de los que hemos hablado hasta ahora.
brán de ser investigados tanto el componente motor
como el sensitivo de los mismos, así como las lesiones
secundarias a su afección: callosidades, fisuras, úlceras             BIBLIOGRAFÍA
en regiones de presión, anquilosis, reabsorciones óseas,               1. Bryceson A, Pfaltzgraff RE. Leprosy. Edimburgo: Churchill Livingstone, 1990.
                                                                       2. Duerksen F, Virmond M. Cirurgia reparadora e rehabilitaçao em Hanseníase.
etc. Buscamos estas alteraciones en aquellos puntos                       ALM Internacional Bauru: Centro de Estudos Dr. Reynaldo Quagliato, Institu-
donde los nervios pasan más próximos a la superficie                      to Lauro de Souza. Lima, 1997.
cutánea: canal epitrócleo-olecraniano, cara anterior del               3. Hastings R. Leprosy. Edimburgo: Churchill Livingstone Publication, 1985.
                                                                       4. Rodríguez G, Orozco LC. Lepra. Bogotá: Instituto Nacional de la Salud, 1996.
carpo, canal de torsión del húmero, tabaquera anatómi-                 5. Talhari S, Garrido R. Libro Hanseniase. Manaus: Hanseniase Gráfica Tropical,
ca, músculo esternocleidomastoideo, por detrás de la                      1997.
                                                                       6. Talhari S, Garrido R. Libro de dermatología tropical. Río de Janeiro: MEDSI,
cabeza del peroné y por detrás del maléolo interno.                       1995.
  Es importante fijarnos en la existencia de deformida-                7. Terencio de las Aguas J. Lecciones de leprología. Valencia: Domenech, 1973.
des típicas de cada afección troncular, como son la                    8. Terencio de las Aguas J. La leprra pasado, presente y futuro. Valencia: Gene-
                                                                          ralitat Valenciana, 1999.
mano en garra cubital, en garra cúbito-mediana, la mano                9. WHO. Chemotherapy of leprosy. Ginebra, 1994.
caída, el lagoftalmos o el pie caído. Exploraremos la                 10. WHO. Leprosy elimination campaigns (LEC). Ginebra, 1997.

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Diagnóstico y tratamiento de la lepra en Brasil

  • 1. REVISIÓN Brasil y respaldados por ONG españolas, como Médicos del Mundo y Fontilles. La zona donde se ha trabajado desde 1991 comprende una extensión de aproximada- mente 75.000 km2, con una población estimada de unos Diagnóstico y 34.000 habitantes. Ello supone una densidad de pobla- ción de las más bajas de Brasil, tan sólo comparable con tratamiento de la lepra. la existente en las regiones de la alta Amazonia con 2,2 habitantes/km2. Fundamentalmente, el trabajo se Experiencia en Brasil desarrolló en tres municipios cercanos al río Araguaia, importante afluente de la cuenca del Amazonas, y perte- necientes al Estado de Mato Grosso: Sao Felix do Ara- José Ramón Gómez Echevarríaa guaia, Santa Terezinha y Porto Alegre do Norte; si bien y José María Hernández Ramosb en algún momento, por motivo de desplazamiento de los a Sanatorio Fontilles. Vall de Laguart. Alicante. bHospital Comarcal de Denia. pacientes y existencia de convivientes en las proximida- Alicante. des, tuvieron que realizarse numerosas «incursiones» en los municipios próximos de Alto de Boa Vista y Luciara (fig. 1). Ello duplicó la extensión del área que en un principio se intentaba controlar y dificultó sensiblemen- INTRODUCCIÓN te el trabajo. Por este motivo, la ayuda de los agentes de salud resultó inestimable. Desde la publicación en 1991 de los objetivos de la Desde enero de 1991 hasta la actualidad fueron diag- OMS para el año 2000 en cuanto a la erradicación o el nosticadas y tratadas 882 personas: 585 varones y 297 control de ciertas enfermedades como problema de sa- mujeres; 66 pacientes eran niños menores de 15 años. lud pública1 se ha recorrido un largo camino; se han lo- Un 59,8% eran casos multibacilares y un 40,2% eran pau- grado algunos de los objetivos entonces propuestos; sin cibacilares. En este momento se encuentran activos y embargo, otros se encuentran lejos de ser alcanzados. en tratamiento 158 pacientes, habiendo aparecido 66 Respecto a la lepra podemos decir que aún hay que tra- nuevos casos durante el año 1999. De todos modos, con bajar duramente hasta llegar al objetivo de una prevalen- una tasa de prevalencia de 53,8 casos/10.000 habitantes cia inferior a un enfermo por cada 10.000 habitantes. Si se puede afirmar que estamos en un área con una clara 238 bien es cierto que de los 122 países considerados como situación de hiperendemia, de acuerdo con la clasifica- de alta endemia en 1985, un total de 98 han conseguido ción de la OMS. En el Araguaia, el objetivo de erradicar los objetivos propuestos, descendiendo la prevalencia en la lepra, o al menos reducir la tasa de prevalencia a ci- un 85% en los últimos 15 años. También hay que decir fras de un caso por 10.000 habitantes, aún está muy dis- que a inicios de 1999 fueron registrados 731.369 pacien- tante. tes en tratamiento en todo el mundo, prácticamente en su totalidad con regímenes de poliquimioterapia. La pre- ETIOLOGÍA valencia global se sitúa alrededor de 1,4/10.000 habitan- La causa de la lepra es Mycobacterium leprae (bacilo tes. Pero a pesar de esta cifra tan prometedora, el núme- de Hansen). Esta micobacteria tiene forma de bastón ro de pacientes nuevos detectados por año no cesa de recto o ligeramente incurvado de 1,5 a 8 µm de longitud incrementarse. En 1999 fueron detectados 755.305 nue- por 0,2-0,5 µm de ancho. Se colorea de rojo por la fucsi- vos casos en 82 países. Esto podría deberse a varios fac- na y no se decolora por alcoholes y ácidos, por lo que se tores, como la intensificación de esfuerzos para la detec- denomina ácido–alcohol resistente. En las tomas de lin- ción activa, la alta transmisión de la enfermedad en fa de la piel (baciloscopias) y en los cortes histopatoló- ciertas áreas, el sobrediagnóstico o la reinclusión en los gicos los bacilos aparecen aislados o agrupados en «glo- archivos de datos de pacientes ya tratados. bis». Los globis representan una característica especial Hoy día, la mayoría de los enfermos de lepra se con- de M. leprae que resultan de la sólida unión de numero- centra en áreas geográficas muy bien delimitadas, sien- sos bacilos por una sustancia llamada gleia que hace di- do el 90% del total correspondiente a 11 países, al frente fícil su separación. Los bacilos pueden presentarse en la de los cuales se encuentran la India y Brasil, en los que baciloscopia uniformemente coloreados (sólidos), irre- la prevalencia es aproximadamente de 4,5/10.000 habi- gularmente coloreados (fragmentados) o granulosos. El tantes, es decir, superior en más de 4 veces a la tasa aspecto irregular o granuloso, observado en los enfer- considerada como de eliminación2. mos en tratamiento, indica sufrimiento bacilar. Todavía Este artículo presenta la experiencia en el control de no se ha conseguido un medio de cultivo adecuado para la lepra en proyectos de salud pública desarrollados en M. leprae3. PATOGENIA Correspondencia: Dr. J.R. Gómez Echevarría. La enfermedad es trasmitida principalmente a través Sanatorio de Fontilles. Vall de Laguart. 03791 Alicante. de la convivencia con enfermos lepromatosos o dimor- Piel 2001; 16: 238-247. fos no tratados. Las principales fuentes de micobacte-
  • 2. J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil PARÁ Igreja VILA RICA Lago Grande Rio Liberdade ou Rio de São Félix Prato Vila Rica Antonio Santa cruz Rosa do Araguaia SÃO JOSÉ CONFRESA Rio Do XINGÚ Macaúna Área Rio Fontoura STA. TEREZINHA Sta. Terezinha indígena Confresa Área indigena Boto Área indigena Tapirapé Velho Jariña NAL São José Urubú Branco do Xingú Karajá ANA MATO PORTO ALEGRE DO NORTE TOCANTINS DO B GROSSO Porto Alegre ap é pir Ita LUCIARA IL H A Rio Canabrava Luciara CANABRAVA A.I. Karajá ~ Fontoura SAO FÉLIX DO ARAGUAIA Posto Barração ú Pontinópolis ing S. Sebastião Sta. Izabel oX Rí o Ri São Félix Canuanã ALTO DA BOA VISTA Serra Nova Rio Jararé Bom Jesus Ri QUERÊNCIA oM Parque indígena Macife ure ré do Xingú Querência RIBEIRÃO CASCALHEIRA Rib. Cascalheira 239 Patrimônio ou povoado Área indígena Luiz Alves Aldeia indígena Pimentel Barbosa es ort aia Sede de municipio sM agu da Malinha Estradas Ar o Ri Rio Canarana Área indígena Figura 1. Mapa de las ciudades en las que se trabajó en la región de Araguaia, Mato Grosso, Brasil. rias son las mucosas de las vías aéreas superiores. Para CLASIFICACIÓN muchos autores estas mucosas, además de ser la princi- En relación con la clasificación clínica de la lepra, Ra- pal fuente de eliminación, son la principal vía de entrada bello fue uno de los primeros en establecer el concepto de bacilos. Se admite que el bacilo pasa de una persona de formas polares5. A partir de la lepra indeterminada, a otra a través de la piel o mucosas si hay solución de los pacientes sin tratamiento evolucionan a la forma le- continuidad (erosiones, fisuras, etc.). Las bacterias que promatosa si no tienen resistencia (Mitsuda negativos) invaden el organismo se diseminan a los ganglios linfáti- o para la forma tuberculoide si tienen buena resistencia cos donde se establece una «lucha» entre el organismo (Mitsuda positivos). y el germen. En la mayoría de las ocasiones el organis- En el Congreso de leprología de Madrid de 19536 se mo vence al germen y lo elimina, en algunos casos se mantuvieron los criterios de Rabello y se definió un nue- produce el paso del bacilo a la sangre con posterior di- vo grupo de pacientes a los que se denominó «bordeline seminación a la piel, nervios y vísceras. Cabe destacar o dimorfos». Este grupo también evolucionaba a partir que, aun conviviendo mucho tiempo con un enfermo de de una forma indeterminada, pero no presentaba aspec- lepra multibacilar sin tratamiento, la mayoría de las per- tos clínicos de las formas polares tuberculoides o lepro- sonas no enferman. Se estima que el 90% de las perso- matosas y eran, por tanto, interpolares. En aquella época nas tiene defensas naturales contra M. leprae4. fueron definidos como un grupo inestable con tendencia
  • 3. Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001 TABLA I. Clasificación de la lepra según la OMS12 Lepra paucibacilar Lepra indeterminada Lepra tuberculoide Lepra dimorfa tuberculoide con baciloscopia negativa Lepra con baciloscopia negativa Lepra multibacilar Lepra dimorfa dimorfa Lepra dimorfa lepromatosa Lepra lepromatosa Lepra con baciloscopia positiva a la evolución hacia la forma lepromatosa si no eran tra- tados. Ridley y Jopling, manteniendo las formas polares, propusieron en los años sesenta una modificación de la Figura 2. Lesión macular en la lepra indeterminada. clasificación de Madrid, subdividiendo a los bordelines o dimorfos en dimorfos tuberculoides, dimorfos dimorfos y dimorfos lepromatosos7. Desde el punto de vista operacional, la clasificación adoptada por la OMS contempla dos categorías (tabla I): a) la lepra paucibacilar, que engloba los pacientes con lepra indeterminada, tuberculoide y la mayoría de los di- morfos tuberculoides siempre que tengan la bacilosco- pia negativa, y b) la lepra multibacilar, que comprende los pacientes dimorfos dimorfos, dimorfos lepromato- sos y lepromatosos, todos ellos con baciloscopia positi- va, sin que importe su intensidad8. Lepra indeterminada 240 La lepra indeterminada (LI), también llamada inicial, Figura 3. Lesión macular en la lepra indeterminada. infantil, inespecífica, incaracterística es la fase de co- mienzo de la enfermedad. La evolución sin tratamiento es hacia los polos tuberculoide, dimorfo o lepromatoso, siendo más corta en el tiempo para el primero que para los dos últimos. Se admiten casos raros de LI que pue- den permanecer mucho tiempo como tales, pudiendo otros casos curar espontáneamente. El grupo indeterminado se caracteriza por una resisten- cia variable a la enfermedad. Un paciente sin tratamiento, con buena resistencia, evolucionará hacia el polo tuber- culoide, y un paciente sin tratamiento, con mala resisten- cia, evolucionará hacia el polo lepromatoso. La reacción a la lepromina es variable y la bacilosco- pia de la lesión es negativa, aunque en algunas ocasio- nes tras la búsqueda prolongada puede encontrarse al- gún bacilo suelto en cortes histológicos, donde además aparece una inflamación banal sin caracteres de especi- Figura 4. Lesiones maculares en la lepra indeterminada. ficidad. En definitiva, es una forma muy poco estable y el pronóstico es bueno con un tratamiento adecuado. riables, predominando las formas circulares o elípticas. Clínica cutánea Estas lesiones se localizan fundamentalmente en las nal- La LI, desde el punto de vista dermatológico, se mani- gas, la espalda, los muslos y los brazos, siendo excep- fiesta por máculas generalmente hipocrómicas, eritema- cionales en las palmas de las manos, las plantas de los tohipocrómicas o eritematosas (figs. 2-4). En ocasiones pies y el cuero cabelludo. El número es variable, de úni- no se aprecia la mácula, sino un área de tegumento que cas a múltiples; cuanto mayor es el número peor es el pierde la sensibilidad, y el paciente la describe como pronóstico. Teóricamente, la existencia de numerosas una área «muerta o dormida»; su coloración es igual que máculas supondría una posible evolución hacia el polo la piel circundante, presentando en ocasiones alopecia o lepromatoso, mientras que la existencia de pocas mácu- disminución de la sudación. Su forma y tamaño son va- las supondría la posible evolución hacia el polo tubercu-
  • 4. J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil loide. Son, por definición, lesiones planas, siendo la ele- tes secuelas. Nunca se manifiesta la enfermedad en las vación de la lesión en su borde o totalidad o en puntos vísceras y los órganos internos. dispersos un síntoma de actividad y de probable trans- Como rasgo característico de esta forma clínica desta- formación de la lepra indeterminada a otras formas clí- ca la falta de gérmenes o su escaso número, debido a la nicas más diferenciadas. Los bordes de las máculas son gran capacidad de reacción del organismo –puede redu- imprecisos y mal definidos: en ocasiones pueden adqui- cir la infección o vencerla en muchos casos–, que se tra- rir un tono eritematoso, más inflamatorio, dando a la le- duce por una reacción de Mitsuda siempre positiva. El sión un carácter marginado que supone la evolución ha- pronóstico es benigno, salvo que quede afectado algún cia el polo tuberculoide. tronco nervioso, lo que puede llevar a importantes tras- Las máculas presentan alteraciones sensitivas que se tornos tróficos y mutilaciones. manifiestan por una hipoestesia más o menos definida. Epidemiológicamente, la lepra tuberculoide (LT), con En general, se altera en la mácula más claramente la su baciloscopia negativa, Mitsuda positivo y, en ocasio- sensación térmica, posteriormente la dolorosa y con nes, una tendencia a la regresión, supone que no existe posterioridad la táctil. Teóricamente, la afección de la un riesgo de contagio de la enfermedad. sensibilidad en la mácula supone una evolución hacia el polo tuberculoide; si las máculas presentan una pérdida Clínica cutánea de la sensibilidad dolorosa o táctil al ser biopsiadas, pre- En la piel destaca el escaso número de lesiones y, por sentan estructuras de las formas tuberculoides o dimor- tanto, su asimetría, la perfecta delimitación de las lesio- fas. Junto a las alteraciones de la sensibilidad existen nes, fundamentalmente por su borde externo, la tenden- trastornos vasomotores localizados en las máculas que cia a la curación en la parte central y su extensión por la son los responsables del resultado incompleto de la periférica. Su localización y extensión son variables, prueba de la histamina, pudiéndose dar en las máculas siendo su curso generalmente lento y de evolución pro- alteraciones sudorales que se ponen de manifiesto tras longada; en ocasiones se produce una regresión espon- la inyección intradérmica de pilocarpina, la cual revela- tánea. Se localizan fundamentalmente en las nalgas, los rá una anhidrosis. Asimismo, puede existir una alopecia muslos, las piernas, los brazos y los antebrazos, el tron- ligera o total. Nunca se produce la afección de los tron- co y las regiones lumbares, aunque se puede afectar cos nerviosos; no hay engrosamientos, por lo que nunca cualquier área. habrá deformidades9. Las lesiones en la piel se manifiestan fundamental- El diagnóstico diferencial de las dermatosis, cuyas le- mente bajo tres formas: pápulas, nódulos y máculas. siones pueden confundirse en alguna ocasión con las de Las pápulas son pequeñas elevaciones del tamaño de la 241 la lepra indeterminada, se recoge en la tabla II10. cabeza de un alfiler o un poco mayores, que aparecen ais- ladas o agrupadas y que determinan pequeñas áreas de Lepra tuberculoide superficie granulosa. Su coloración es ligeramente erite- Es una forma «benigna» de la enfermedad con unas matosa, opacas o con cierto brillo. En ocasiones acompa- características clínicas bien definidas, que afecta sólo a ñan a otras lesiones de la LT como lesiones satélites. la piel y los nervios, en la que es difícil encontrar baci- Las máculas son las lesiones típicas de la LT. Se mani- los. Presenta una reacción de Mitsuda positiva y una es- fiesta por máculas perfectamente delimitadas y un cen- tructura histológica muy característica, formada por tro más claro que recuerda siempre a una tiña tricofítica granulomas epitelioides. A pesar de su «benignidad», (figs. 5 y 6). El borde externo de la lesión está perfecta- junto a la afección dermatológica puede existir una mente delimitado, con una caída casi perpendicular, afección del sistema nervioso periférico, pudiéndose mientras que el borde interno que limita con el área cen- afectar los troncos nerviosos que darán lugar a altera- tral es, por el contrario, más difuso y con una caída más ciones sensitivomotoras y que, en mucho casos, pueden suave. El borde está formado por múltiples microtubér- causar la invalidez de estos enfermos. Generalmente el culos, mientras que la zona central es plana, lisa, sin es- número de troncos nerviosos dañados es escaso y asi- camas, asemejando la piel normal pero con una mayor métrico, pero su afección es extremadamente destructi- hipocromía. El colorido del borde varía dentro del tono va y da lugar, sin un tratamiento adecuado, a importan- eritematoso; a veces presenta un cierto brillo o una lige- ra descamación. TABLA II. Diagnóstico diferencial de las lesiones Estas lesiones se originan por dos vías: a) una lesión cutáneas de la lepra indeterminada de LI que en su evolución a LT va quedando bien delimi- Pitiriasis versicolor tada, o b) como una placa que al crecer por la periferia Pitiriasis alba regresa en su parte central, a medida que se extiende por Neurofibromatosis el borde produce una atrofia en el sitio ocupada por ella, Dermatitis seborreica y con la atrofia aparece un cierto grado de descamación. Dermatosis solar hipocromiante Vitíligo Las lesiones nodulares aparecen como lesiones sobre- Hipocromías residuales elevadas, muy bien delimitadas, consistentes a la pal- Nevus acrómico o despigmentado pación, de tamaño variable y color eritematoso. Su su- Esclerodermia en placa o morfea perficie es lisa, en ocasiones mamelonada, pudiendo Pinta presentar una ligera descamación. En ocasiones, en el
  • 5. Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001 Figura 5. Máculas en la lepra tuberculoide. Figura 6. Máculas en la lepra tuberculoide. centro presentan una depresión que le da un aspecto de cia total de la lesión, y es también común la disminución anillo con bordes gruesos, el centro se deprime, se atro- de la sudación, que puede acabar en una anhidrosis fia y queda como una cicatriz. Estas lesiones general- completa, sobre todo en las lesiones más antiguas. mente son pocas o únicas. Su localización más típica es la cara, apareciendo fundamentalmente en la infancia. Lepra lepromatosa Tienen tendencia a la curación espontánea. La lepra lepromatosa (LL) constituye la forma más tí- Las lesiones que pueden inducirnos a error en el caso pica de la enfermedad, pues tanto los caracteres clíni- de la LT se exponen en la tabla III. cos como histológicos, como la presencia constante de bacilos, la hacen fácilmente identificable. Existe una fal- Clínica neurológica ta de reacción ante la invasión del bacilo, lo cual se ma- Estas alteraciones existen prácticamente en todas las nifiesta siempre por una reacción a la lepromina (Mitsu- lesiones tuberculoides. Es muy evidente la anestesia tér- da) negativa, esto condiciona que el grado de la afección 242 mica y, posteriormente, la dolorosa, pudiendo existir va a ser muy superior al de los individiuos con lepra además hipoestesia o anestesia al tacto. Estas alteracio- multibacilar. Esta falta de reacción hace que la enferme- nes sensitivas son más claras en la zona central que en dad se disemine por piel, los nervios, las vísceras y los los bordes y más evidentes cuanto más antiguas sean las órganos internos, dando unas características clínicas lesiones. peculiares. La prueba de la histamina y la pilocarpina son incom- El número de micobacterias en estos enfermos es pletas debido al compromiso de las terminaciones ner- muy importante, con lo cual sus baciloscopias serán viosas locales. siempre positivas. El tratamiento farmacológico tendrá que incluir un mayor número de fármacos (con el fin de Alteraciones de los anejos evitar la aparición de posibles resistencias) y se aplicará Los pelos también sufren una rarefacción, disminu- durante un tiempo más prolongado. yendo su espesor y longitud; puede aparecer una alope- Clínica cutánea TABLA III. Diagnóstico diferencial de las lesiones cutáneas de la lepra tuberculoide Son lesiones generalmente numerosas y, por tanto, si- métricas, mal delimitadas, de localización y extensión Dermatofitosis variable. En las lesiones eritematosas y en las placas Lupus eritematoso discoide y subagudo Psoriasis existe un progreso periférico que se acompaña de una Dermatitis seborreica involución central en algunas ocasiones, siendo imper- Sarcoidosis fecta la delimitación de los bordes externo e interno. Sarcoma de Kaposi Hay presencia constante de elementos celulares típicos Granuloma anular cargados de bacilos, puestos de manifiesto por una inci- Liquen plano anular Esclerodermia en placa sión superficial o por histopatología. El curso es clara- Sífilis mente progresivo. Alopecia areata Las lesiones en la piel se manifiestan fundamental- Tuberculosis cutánea mente, aun teniendo gran variedad y polimorfismo, bajo Leishmaniosis Cromomicosis 4 formas: nódulos o lepromas, máculas, infiltraciones y Esporotricosis úlceras. Blastomicosis sudamericana Los lepromas constituyen la lesión más típica de los Enfermedad de Jorge Lobo o lobomicosis pacientes lepromatosos, aunque no es la más frecuente. Toxicodermias La podemos definir como una lesión inflamatoria cróni-
  • 6. J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil Figura 7. Lepromas en un paciente con lepra lepromatosa. Figura 8. Múltiples máculas en la lepra lepromatosa. ca que se localiza primitivamente en la dermis, que no pero sin aspecto inflamatorio agudo; más bien espesada, tiene tendencia espontánea a la resolución y que al cu- de un color resultante de la combinación de 3 elemen- rar deja cicatriz; es una lesión muy bien delimitada, que tos: eritema, pigmentación difusa y telangiectasias. Al hace relieve en la piel, de tamaño variable y de forma tacto, la infiltración es de una consistencia elástica, se- hemisférica; está recubierta por una piel fina, tensa, mejante a la de los lepromas pero menos tensa, más algo brillante y de coloración variable (fig. 7). La consis- blanda, más edematosa. Cuando va remitiendo da lugar tencia es elástica; al palparla se asemeja a un pedazo de a una destrucción total de las fibras elásticas y la piel goma; es insensible a la presión, no es dolorosa ni es- queda distendida, plegada por infinitas arrugas. pontáneamente ni al roce; es además anestésica, sobre Las localizaciones más típicas son la cara y el dorso todo al calor y al dolor, y casi siempre al tacto. La locali- de las manos, y con menos frecuencia las superficies de zación más frecuente es en la cara, las regiones superci- extensión de los brazos y las piernas, las regiones glú- liares e interciliares, las orejas (sobre todo en el borde y teas y el resto del tronco. En la cara aparece sobre todo el lóbulo), el mentón y las regiones malares. En las ex- en zonas superciliares y ciliares, la región interciliar, las 243 tremidades aparecen muy frecuentemente en las super- regiones malares y las genianas, los labios (sobre todo ficies de extensión, pero sobre todo en los codos, las ro- el superior), la nariz y el mentón. Los surcos aparecen dillas, el tercio medio del muslo y el tercio distal de los muy definidos; en conjunto, constituye la «facies leoni- antebrazos. En el tronco se encuentran en las regiones na». La nariz aparece ensanchada en su base y a menu- escapulares, en el plano anterior del tórax a ambos la- do deformada por destrucciones del tabique; las orejas dos de la línea media y, fundamentalmente, en la región están siempre invadidas, apareciendo lóbulos hipertrófi- glútea. Son muy raros en el cuero cabelludo, el cuello, cos, infiltrados, colgantes y a veces de tamaños exagera- las axilas y las ingles. Ocasionalmente, los lepromas se dos, no existiendo lesiones en el cartílago. En las manos pueden ulcerar, ya sea de forma espontánea o en el cur- la tumefacción aparece sobre todo en el dorso, exten- so de una reacción. diéndose por lo dedos; la infiltración es muy notable y Las lesiones maculosas pueden aparecer de forma di- provoca una dificultad de movimientos, apareciendo la recta o como resultado de la trasformación de una for- piel infiltrada, seca, apergaminada y fría. En el tercio in- ma indeterminada (fig. 8). Suelen ser eritematosas, con ferior de los antebrazos la infiltración es muy frecuente. un eritema muy poco definido, de tono rosado, roseoli- Las úlceras se producen por diferentes mecanismos: formes, muy extensas e invadiendo fundamentalmente un leproma que se reblandece y se ulcera espontánea- las regiones laterales del tronco, la espalda y las nalgas. mente; una reacción erisipeloide que provoca una ampo- Aparecen muy rápidamente, en pocos días. Las máculas lla flácida, la cual se rompe y deja una ulceración; puede eritematopigmentarias son menos frecuentes, tienen un aparecer de forma espontánea, casi siempre en las ex- color pardo oscuro o café; se localizan sobre todo en el tremidades, y más frecuentemente en la inferiores; por plano anterior del tórax, cerca de las axilas, la espalda, último, como consecuencia de un traumatismo se pro- los brazos o el abdomen, y no son muy extensas; suelen duce una ulceración con tendencia a persistir. ser hipoestésicas al calor y al dolor , y en ocasiones to- talmente anestésicas, aunque mucho más pigmentarias. Lesiones de los anejos Las lesiones roseoliformes de aparición rápida conser- Las alteraciones del pelo y el vello son muy típicas en van mucho tiempo la sensibilidad. los lepromatosos, existiendo alopecia; la más típica es la Las infiltraciones difusas son lesiones frecuentes que madarosis, que puede ser parcial del tercio externo o to- a menudo invaden grandes extensiones de piel, siendo tal. La barba puede, asimismo, faltar total o parcialmen- sus límites totalmente difusos. La infiltración es percep- te, quedando a veces limitada a una estrecha zona a lo tible a la vista y al tacto. A la vista aparece tumefacta largo del borde posterior de la rama ascendente del ma-
  • 7. Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001 Figura 9. Lesiones maculares en un paciente con lepra dimorfa tu- Figura 10. Máculas en un paciente con lepra dimorfa dimorfa. berculoide. xilar y a dos bandas verticales que descienden de ambas Lepra borderline o lepra dimorfa comisuras de la boca y se reúnen debajo del mentón, Se da en aquellos individuos portadores de lepra inde- quedando éste sin vello; falta, asimismo, el bigote. Tan terminada con resistencia superior a los portadores de sólo en la nuca se forma una banda relativamente ancha lepra lepromatosa e inferior a los portadores de lepra de alopecia marginal. tuberculoide. Estos pacientes pueden presentar al mis- En el tronco, el vello suele faltar totalmente en el tó- mo tiempo características próximas a la LT en algunas rax, o a lo sumo encontrarse una pequeña cantidad en la áreas y en otras aspectos clínicos semejantes a la LL. De línea media. En el abdomen es también muy frecuente la acuerdo con Ridley y Jopling, la lepra borderline (LB) se ausencia en el pubis, donde la cantidad suele ser escasa subdivide en 3 grupos: y de distribución feminoide. En los brazos, los muslos, los antebrazos, las piernas y el dorso de las manos hay Lepra borderline tuberculoide (BT) escasez o ausencia total de vello. Presenta numerosas lesiones, entre 5 y 25. Semejantes 244 En las uñas, además de grandes alteraciones tróficas a la LT, con presentación simétrica y afección de nume- de reabsorción, podemos encontrar una pérdida de bri- rosos troncos nerviosos. Las lesiones típicas son en pla- llo y una disminución del crecimiento. La sudación está ca, con bordes irregulares y tendencia a formar lesiones suprimida por completo o casi por completo en las satélites (fig. 9). áreas de infiltración, las máculas y los lepromas; ade- En la mayoría de los casos la baciloscopia es negativa. más, se constata su ausencia en grandes zonas del cuer- Durante los períodos reaccionales de la lepra BT puede po coincidiendo con anestesias de origen troncular. Por producirse una grave afección de los troncos nerviosos último, la secreción sebácea está suprimida en áreas de y graves deformidades si el paciente no es adecuada- infiltración, pasando a menudo por una fase previa de mente tratado. aumento, lo que le da el aspecto untuoso y brillante a al- gunas lesiones. Lepra borderline borderline (BB) En el caso de la lepra multibacilar, haciendo especial Se caracteriza clínicamente por numerosas lesiones, hincapié en la LL, debemos tener presentes los siguien- muchas de las cuales presentan bordes externos mal de- tes diagnósticos diferenciales, según se expone en la ta- finidos y región central aparente («aspecto de queso sui- bla IV. zo») (fig. 10), lesiones en placa en ocasiones de tipo tu- berculoide, lesiones papulotuberosas e infiltraciones similares a las que se observan en la LL. La distribución TABLA IV. Diagnóstico diferencial de las lesiones de las lesiones no es tan simétrica como en la lepra BT y cutáneas de la lepra lepromatosa la afección nerviosa es importante. Estos casos son muy Sífilis inestables y pueden cambiar en poco tiempo para el gru- Toxicodermias po BT o el grupo BL; generalmente, el paso para uno u Eritema nudoso Leishmaniosis anérgica otro grupo es acompañado de reacciones de mejora Enfermedad de Jorge Lobo o lobomicosis cuando el enfermo está bajo tratamiento o de empeora- Lupus eritematoso sistémico miento si no estuviera tratado. En esta evolución pue- Xantomas den surgir graves deformidades. La baciloscopia es posi- Neurofibromatosis tiva. Lipomatosis Linfomas cutáneos Leucémides Lepra borderline lepromatosa (BL) Ictiosis Se manifiesta por un gran número de lesiones con as- Alteraciones hereditarias o adquiridas de las cejas pectos variados, como infiltraciones, placas, lesiones
  • 8. J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil central y que se localizan fundamentalmente en la cara, el cuello y la región escapular–, y de tipo c eritema ne- crosante –con lesiones de gran componente inflamato- rio, muchas de ellas ulceradas y que dejan como secue- las múltiples cicatrices–. Esta clínica dermatológica se acompaña de síntomas generales como fiebre de 38 a 40° C, malestar general, neuritis, lesiones viscerales (hí- gado, riñón) adenopatías, iridociclitis, uveítis y orquiepi- didimitis. TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DE LA LEPRA PAUCIBACILAR Se tratan con el siguiente esquema (tabla V) todos los Figura 11. Múltilples máculas en paciente con lepra dimorfa lepro- casos nuevos que no habían recibido tratamiento ante- matosa. rior y aquellos bajo tratamiento monoterápico con dap- sona, así como aquellos en los que no se haya dado una con bordes externos mal definidos y nódulos. Las lesio- adecuada evolución, o el tiempo de medicación haya nes no son tan simétricas como en la LL y existe un en- sido insuficiente (inferior a 5 años, en el caso de lepra grosamiento de un gran número de troncos nerviosos. paucibacilar). Los riesgos de deformidades son graves, principalmente Los pacientes no podrán tener más de 3 faltas conse- durante los episodios reaccionales (estos enfermos ha- cutivas en la ingesta mensual de rifampicina. El trata- cen reacción de tipo I y II). La baciloscopia es positiva, miento ha de mantenerse hasta que se hayan administra- con numerosos bacilos. do 6 dosis de rifampicina en un período que no supere los 9 meses. Puede darse por finalizado si al cumplir Leprorreacciones este tiempo de terapia múltiple el paciente no presenta Existen dos tipos de leprorreacciones: la reacción re- un aumento en el tamaño de las lesiones existentes ni la versa o de tipo I y la reacción lepromatosa o de tipo II, aparición de nuevas lesiones o de alteraciones neuroló- conocida también como «eritema nudoso leproso» gicas progresivas; las manchas desaparecen o presentan (ENL). signos de regresión y la baciloscopia continúa siendo negativa. 245 Reacción reversa o de tipo I La regresión de algunas lesiones puede hacerse de Se da en los enfermos de lepra dimorfa, fundamental- modo muy gradual, dándose en algún caso una persis- mente en los grupos BL, BB y, menos frecuentemente, tencia indefinida de las mismas, sobre todo si se han los BT. Se debe a un aumento transitorio de la inmuni- mantenido durante largo tiempo; pueden existir secue- dad mediada por células; generalmente, ocurre en los las neurológicas, especialmente en las lesiones de larga primeros meses de tratamiento específico. La bacterio- evolución. Es importante remarcar al paciente el hecho logía puede ser positiva sin globis con tendencia a nega- de que la mancha puede permanecer, si bien más ate- tivizarse. Esta recuperación parcial de la inmunidad es nuada, y sobre todo que las alteraciones anestésicas y beneficiosa siempre que no deje secuelas neurales. Se de la sudación le acompañarán durante largo tiempo, clasifica como reacción tipo IV de Gell y Coombs. Clíni- cuando no toda la vida. Será preciso en algunos casos, camente, se manifiestan por eritema e hinchazón de las por la citada afección de los troncos nerviosos, realizar lesiones cutáneas preexistentes, acompañado de desca- mación, piel brillante y caliente en las mismas; pueden TABLA V. Pautas de tratamiento de la lepra aparecer nuevas lesiones, febrícula, edemas en la cara, las manos y los pies así como neuritis. Lepra paucibacilar Adultos Rifampicina: 600 mg, una vez al mes y supervisada Reacción lepromatosa o de tipo II Dapsona: 100 mg diarios, autoadministrados Se da en enfermos de la forma LL o BL. Se debe sobre Niños todo a la gran destrucción de bacilos fundamentalmente Rifampicina: 12-15 mg/kg/mes, supervisados por la terapia específica con la liberación de gran canti- Dapsona: 1 a 2 mg/kg/día, autoadministrada Lepra multibacilar dad de antígenos y su combinación con anticuerpos, for- Adultos mándose inmunocomplejos que activan el complemento Rifampicina: 600 mg, v.o. una vez al mes y supervisada (reacción de tipo III de Gell y Coombs). Clínicamente, Clofazimina: 300 mg, v.o. una vez al mes, también supervisada se manifiesta por lesiones cutáneas de tipo a eritema Dapsona: 100 mg diarios v.o, autoadministrados Clofazimina: 50 mg diarios o 100 mg en días alternos v.o., nudoso (fig. 11), –con preferencia en los miembros infe- autoadministrados riores y la cara y, menos frecuente, en el tronco–; lesio- Niños nes de tipo b eritema polimorfo –en forma de manchas o Rifampicina: 10 mg/kg/día placas con una ampolla central, bordes inflamados, ele- Clofazimima: 1 mg/kg/día vados y eritematosos que pueden ulcerarse en su parte Dapsona: 1,5 mg/kg/día
  • 9. Piel. Vol. 16, Núm. 5, Mayo 2001 un trabajo concienzudo de evaluación funcional y trucción bacilar: los gérmenes, que en un principio esta- posterior rehabilitación. El período de tratamiento en la ban íntegros, comienzan a presentar zonas de «fallo» en lepra paucibacilar puede verse jalonado de contratiem- la tinción que corresponden a zonas no viables; en un pos constituidos por las leprorreacciones, que no estaban principio fragmentados y finalmente granulosos, la pre- presentes en la fase indeterminada y que ahora condicio- sencia de restos bacilares no significa el fallo terapéuti- nan la evolución, confiriendo un pronóstico sombrío en co o la resistencia del germen al tratamiento; la elimi- cuanto a invalidez, si el número de episodios reacciona- nación de los citados restos se realizará de forma les es elevado. El tipo I de leprorreacción puede aparecer progresiva a lo largo de los años. Sólo habrá de alar- durante el tratamiento en la lepra paucibacilar. marnos la persistencia de numerosos bacilos íntegros, En cualquier caso, no es necesario aplicar la poliqui- lo cual significa, en la mayoría de las ocasiones, el temi- mioterapia paucibacilar más de 6 meses, siendo el nú- do fallo terapéutico, acompañándose de otros signos y mero de recidivas prácticamente inexistente. Si es preci- síntomas propios de la aún presente actividad lesional so, según el país, el seguimiento del paciente deberá del germen. hacerse durante un período no inferior a 2 años; en Podemos aplicar aquí todo lo comentado respecto a la otros casos no se considera necesario realizar tales se- lepra paucibacilar en cuanto a la regresión de las lesio- guimientos, como en el caso de Brasil. nes dermatológicas y neurales, así como la posibilidad La aplicación de la poliquimioterapia no se contraindi- de aparición de episodios reaccionales a lo largo del tra- ca en los casos de pacientes afectados al mismo tiempo tamiento. La leprorreacción que puede aparecer en este de TBC, contemplándose la toma diaria de rifampicina caso durante el tratamiento puede ser tanto de tipo I según el esquema de la OMS para el tratamiento de la como de tipo II. TBC; por ello, no es necesaria la administración men- sual, tal como señalamos anteriormente. Puede, asimis- ESQUEMA DE TRABAJO EN EL CAMPO mo, ser utilizada la poliquimioterapia en el caso de pa- El primer paso dentro de los poblados es descubrir to- cientes VIH+ y en mujeres embarazadas. dos aquellos casos de pacientes con lesiones que sean En la actualidad existen nuevas perspectivas de trata- compatibles con la lepra; para ello, se precisa un reco- miento para la lepra paucibacilar que aún se encuentran nocimiento de toda la población, que incluya un examen en fase de prueba. Es el caso de la ROM (rifampicina dermatológico completo. De todo el conjunto de lesio- 600 mg-ofloxacino 400 mg-minociclina 100 mg) como nes en forma de placa, anulares, eritematosas, nodula- dosis única, con revisiones en 6,12 y 18 meses, exclu- res, etc., habrá algunas que podamos eliminar como sos- 246 yendo las mujeres embarazadas y los niños menores de pechosas de lepra con una cuidadosa anamnesis. En el 7 años, o la administración de ofloxacino (200 mg/12 h) resto será precisa una exploración neurológica especial- más rifampicina (600 mg/día) durante 4 semanas. mente dirigida a evaluar la sensibilidad térmica, pero sin olvidar la dolorosa y la táctil. Ahora bien, la afección TRATAMIENTO Y SEGUIMIENTO DE LA LEPRA neurológica en cuanto a la sensibilidad de algunas man- MULTIBACILAR chas, especialmente al inicio, no es muy clara; la baci- De igual modo, se tratan con el siguiente esquema (ta- loscopia en la linfa nos sacará de dudas en la mayoría bla V) todos los casos nuevos que no habían recibido de las ocasiones, sobre todo en el caso de la lepra multi- tratamiento anterior y aquellos bajo tratamiento mono- bacilar; en algunas lesiones será necesario recurrir a la terápico con dapsona, así como aquellos en que no se aplicación de histamina o de pilocarpina, o incluso a haya dado una adecuada evolución o el tiempo de medi- la realización de una biopsia. cación haya sido insuficiente, inferior a los 10 años, en Una vez diagnosticado el enfermo se procede a la cla- el caso de lepra multibacilar. sificación dentro de los dos grandes grupos, multiba- En el caso de imposibilidad absoluta de utilizar dapso- cilar o paucibacilar, para lo cual nos basamos en las na, pueden utilizarse los dos fármacos restantes –rifam- características de las lesiones, su número y su distribu- picina y clofazimina– durante el período tiempo antes ción. También habrá que tener en cuenta la afección de citado, si bien el paciente necesitará un seguimiento los troncos nerviosos, independientemente de las lesio- más de cerca ante la posibilidad de recidivas. nes cutáneas, pues en algunos casos las lesiones derma- Los pacientes no podrán tener más de 4 faltas conse- tológicas son poco claras, casi inexistentes y la enfer- cutivas en la ingesta mensual de rifampicina. El trata- medad se inicia con una afección nerviosa troncular. miento ha de mantenerse hasta que se hayan adminis- Nos ayudamos con la toma de muestras de la linfa para trado 24 dosis de rifampicina en un período que no evitar un posible error en la clasificación. Del mismo supere los 36 meses. Se valora aplicar esta misma pauta modo, se procede a aplicar 0,1 ml de lepromina intradér- en 12 dosis en un período que no supere los 18 meses. mica (prueba de Mitsuda) por motivos de clasificación, Puede darse por finalizado si al cumplir este tiempo de y no a efectos de diagnóstico. terapia múltiple el paciente no presenta un aumento en En condiciones de extrema carencia (sanitaria), es el tamaño de las lesiones existentes, ni la aparición de muy difícil la realización de tales pruebas, por lo que ha- nuevas lesiones o de alteraciones neurológicas progre- bitualmente se inicia el tratamiento del paciente con la sivas; las manchas desaparecen o presentan signos de clasificación clínica, optándose por la pauta de poliqui- regresión y la baciloscopia objetiva estos signos de des- mioterapia multibacilar en caso de dudas.
  • 10. J.R. Gómez Echevarría y J.M. Hernández Ramos.– Diagnóstico y tratamiento de la lepra. Experiencia en Brasil función nerviosa de cada uno de los troncos citados, contemplando el componente sensitivo-motor-vegetati- vo, no sólo en las manchas sino en todo el territorio de inervación. En el caso de no existir más pacientes en la familia procedemos a la vacunación sistemática de los no afec- tados, siguiendo la pauta de vacunación estipulada por la OMS y teniendo en cuenta la normativa legal del país en el que se trabaja. En el caso de Brasil se aplican dos dosis de BCG separadas por un intervalo no inferior a 6 meses. Finalmente, administramos el tratamiento, la po- liquimioterapia paucibacilar o la multibacilar, la primera de cuyas dosis se da en el mismo día de conocer el diag- nóstico. Se incluye al paciente en un registro de casos activos y se le explican detenidamente los signos/sínto- mas de evolución de la enfermedad, los posibles efectos secundarios que pudieran aparecer en el transcurso del tratamiento y la actitud ante cualquier problema que pu- diera surgir. Por último, se procede a marcar una fecha de recogida de la siguiente dosis y a la provisión del me- dicamento necesario para las dosis autoadministradas. En el caso de que su asistencia se prevea difícil puede concretarse la fecha en la siguiente visita a la comuni- Figura 12. Lesiones en una leprorreacción tipo II. dad, y si ésta fuese a demorarse, puede dejarse la medi- cación para unos meses (incluso para todo el tratamien- to) con algún responsable del poblado, como puede ser Los troncos nerviosos que se afectan con mayor fre- el agente de salud o el mismo paciente, en algunos ca- cuencia son el nervio cubital, el ciático poplíteo exter- sos. Es de destacar la inestimable ayuda de estos agen- no, el mediano, el tibial posterior, el radial y el facial. En tes de salud en el control de la enfermedad, ya que sin el curso de la exploración neurológica hay que contem- ellos no sería posible cubrir en su totalidad todos los ob- 247 plar la posible afección de estos nervios, por lo que ha- jetivos de los que hemos hablado hasta ahora. brán de ser investigados tanto el componente motor como el sensitivo de los mismos, así como las lesiones secundarias a su afección: callosidades, fisuras, úlceras BIBLIOGRAFÍA en regiones de presión, anquilosis, reabsorciones óseas, 1. Bryceson A, Pfaltzgraff RE. Leprosy. Edimburgo: Churchill Livingstone, 1990. 2. Duerksen F, Virmond M. Cirurgia reparadora e rehabilitaçao em Hanseníase. etc. Buscamos estas alteraciones en aquellos puntos ALM Internacional Bauru: Centro de Estudos Dr. Reynaldo Quagliato, Institu- donde los nervios pasan más próximos a la superficie to Lauro de Souza. Lima, 1997. cutánea: canal epitrócleo-olecraniano, cara anterior del 3. Hastings R. Leprosy. Edimburgo: Churchill Livingstone Publication, 1985. 4. Rodríguez G, Orozco LC. Lepra. Bogotá: Instituto Nacional de la Salud, 1996. carpo, canal de torsión del húmero, tabaquera anatómi- 5. Talhari S, Garrido R. Libro Hanseniase. Manaus: Hanseniase Gráfica Tropical, ca, músculo esternocleidomastoideo, por detrás de la 1997. 6. Talhari S, Garrido R. Libro de dermatología tropical. Río de Janeiro: MEDSI, cabeza del peroné y por detrás del maléolo interno. 1995. Es importante fijarnos en la existencia de deformida- 7. Terencio de las Aguas J. Lecciones de leprología. Valencia: Domenech, 1973. des típicas de cada afección troncular, como son la 8. Terencio de las Aguas J. La leprra pasado, presente y futuro. Valencia: Gene- ralitat Valenciana, 1999. mano en garra cubital, en garra cúbito-mediana, la mano 9. WHO. Chemotherapy of leprosy. Ginebra, 1994. caída, el lagoftalmos o el pie caído. Exploraremos la 10. WHO. Leprosy elimination campaigns (LEC). Ginebra, 1997.