El documento es una carta de amor de Abenamar dirigida a su amada Izcai. Expresa que aunque la distancia los separe físicamente, su amor los mantendrá unidos. Compara la distancia al tiempo, que solo puede medirse a través de las cosas materiales y no las emociones del alma. Afirma que su amor por Izcai es tan grande que han logrado enamorarse de su propio amor.
1. A ISCAI
El tiempo está corriendo sin que nadie lo vea, los arroyos, lo mismo que los ríos y los
mares, son superiores al tiempo. Cosa vana es el tiempo…
El tiempo es apenas la sucesión de las cosas que pasan por nuestra vida. ¿Quién
puede decir acaso que su vida está llena de horas, minutos, o segundos? Vana ilusión
del hombre.
En realidad nada se consume definitivamente. ¿Qué es acaso la noche? No es nada
distinto a la ausencia del sol, la tierra gira incesantemente, al igual que las estrellas, y
lo que estaba bajo nuestros pies, ahora aparece sobre nuestras cabezas. ¿Es esto,
lo que llamamos tiempo?
El tiempo es simplemente la sucesión de las cosas y no las cosas mismas, luego la
vida no se va llenando de tiempo sino de las huellas que van dejando las cosas.
Iscai amada mía, la distancia es como el tiempo. Podemos medirla solo sobre las
cosas materiales, tal como las horas son medidas por las gotas de agua que van
cayendo en la clepsidra o por la arena que fluye sobre el fondo del reloj.
Pero… ¿¿Quién mide las distancias del alma? Puedo estar lejos de Ti, Izcai amada
mía, pero siempre estaré cerca. Mientras se conserve nuestro amor, estaremos
unidos y nada nos separara.
El amor es un prisma a través del cual he podido sentir todas las bellezas de esas
cosas que me rodean… Y percibo el sabor de tus besos en la miel de las frutas
frescas, siento tu risa entre la melodía que hacen las ranas y las hojas de los árboles,
porque tú eres todo para mí.
Quiero alcanzar un ideal para ponerlo a tus pies, más allá de la muerte, cada cosa que
haga por ti será testimonio del amor que te tengo. Porque tú eres todo para mi Izcai
amada mía.
Siento que nuestro amor no tiene límites, porque nuestro amor nos sigue a donde
quiera que vayamos y lo vemos donde quiera que estemos, cada hora, cada cosa,
cada ruido, cada aroma, nos pone en presencia de lo nuestro.
Pero hay algo más que quiero decirte, amada mía: te diré un secreto que nunca
olvidaras, nuestro amor es muy grande, porque además de amarnos, hemos
alcanzado lo que muy pocos han logrado alcanzar… estamos enamorados de nuestro
propio amor.
Cuando se ama de verdad,
Todo nos parece posible y
Ahora te amo más que antes,
2. Porque me has enseñado muchas cosas.
Qué bello es el amor,
Cuando sale del corazón
Izcai amada mía, siento que
Nuestro amor no tiene límites,
Te veo en todo lo que hago y
Te siento en todo lo que veo.
Y el sabor de tus besos,
Los percibo en el sabor de las frutas frescas,
Siento tu risa entre la melodía de la melodía
Que hace las ramas y las hojas
De los árboles en la pradera,
Porque tú eres todo para mí.
IZCAI AMADA MÍA
ABENAMAR.
Fragmentos tomados del libro “El pastor y las estrellas” de Eduardo Santa, por Raúl
Armando Chamorro Benítez.
Potosí, Diciembre de 1990