Este documento describe la oración como la elevación del corazón a Dios que permite entrar en una relación viva con Él. Jesús oraba con frecuencia, especialmente en momentos decisivos y por la noche en soledad, siendo su vida una continua oración al Padre. La oración purifica, fortalece y trae paz, siendo una necesidad humana tan importante como comer o amar.
2. La oración es la elevación del corazón a Dios. Cuando
un hombre ora, entra en una relación viva con Dios.
3. Oramos porque estamos llenos de
un ansia de Dios: «Nuestro
corazón está inquieto mientras no
descansa en ti» (san Agustín).
4. Orar es tan humano como respirar, comer, amar.
Orar purifica.
Orar hace posible la resistencia a las tentaciones.
Orar fortalece en la debilidad.
Orar quita el miedo, duplica las fuerzas, capacita para aguantar.
Orar hace feliz.
5. La vida de Jesús era toda ella una
oración. En los momentos decisivos
(las tentaciones en el desierto, la
elección de los apóstoles, la muerte en
la Cruz) su oración fue especialmente
intensa.
6. A menudo se retiraba en soledad para orar, especialmente por la
noche. Ser uno con el Padre en el Espíritu Santo: ése fue el hilo
conductor de su vida terrena.
7.
8. El Señor te bendiga y te guarde.
Te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
Vuelva hacia ti su rostro, y te de la paz.
El Señor te bendiga. Amén
9. “¡Señor, nuestro Dios,
qué admirable es tu
Nombre en toda la
tierra! Quiero adorar tu
majestad sobre el cielo”
Sal 8, 2
10. "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por
haber ocultado estas cosas a los sabios y a los
prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí,
Padre, porque así lo has querido”.
Mt 11, 25-26
11. Te doy gracias porque fui formado de manera tan
admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras!
Sal 139, 14
12. “Amo al Señor, porque él escucha el
clamor de mi súplica, porque inclina su
oído hacia mí, cuando yo lo invoco”.
Sal 116, 1-2
13. “En todo momento nos acordamos de ustedes… cuando ofrecemos
los sacrificios y hacemos oración, ya que es justo y conveniente
acordarse de los hermanos”. 1Mac 12, 11
14.
15. “Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza”.
Sal 51, 17
16. Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca
te alabará con júbilo en los labios. Mientras me acuerdo de ti en mi
lecho y en las horas de la noche medito en ti, veo que has sido mi
ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas. Sal 63, 6-8
17. ”La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo:
se deja contemplar fácilmente por los que la aman
y encontrar por los que la buscan.” Sab 6, 12
26. “Hay muchos caminos de oración. Unos siguen sólo uno, otros siguen
todos. Hay momentos de una certeza viva: Cristo está presente, habla
en nuestro interior”.
Hno. Roger
27. “Para mi la oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al
cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento
como en medio de la alegría. En una palabra es algo grande, algo
sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús.”
Santa Teresita del Niño Jesús