1. VAN y el TIR
El VAN y el TIR son dos fórmulas financieras empleadas con asiduidad para analizar qué tan oportuno puede ser un proyecto para
una empresa, independiente del área en el que opere o del tipo de producto al que se aluda.
Las siglas VAN corresponden al Valor Actual Neto, mientras el TIR es la Tasa Interna de Retorno. Ambas fórmulas se relacionan de
forma directa con el flujo de caja de los negocios y buscan hacer más preciso el cálculo del tiempo en que un negocio tardará
en recuperar su inversión inicial.
Para que un negocio sea realmente rentable, el valor del VAN debe ser siempre mayor que cero. Esto indicará que en un plazo
estimado (por ejemplo, 5 años) podremos recuperar la inversión que ha puesto en marcha el negocio y tendremos más beneficio que
si dicha inversión se hubiese puesto a renta fija.
En cuanto a TIR, hace referencia al tipo de interés en el que el número de VAN es cero. Su función es señalar la tasa a la cual
recuperaremos la inversión inicial de nuestro negocio trascurrido cierto tiempo.
2. FUNDAMENTOS FINANCIEROS: EL VALOR ACTUAL NETO (VAN)
El valor actual neto (VAN) es un indicador financiero que sirve para determinar la viabilidad de un proyecto. Si tras
medir los flujos de los futuros ingresos y egresos y descontar la inversión inicial queda alguna ganancia, el proyecto es
viable.
Si existen varias opciones de inversión, el VAN también sirve para determinar cuál de los proyectos es más rentable.
También es muy útil para definir la mejor opción dentro de un mismo proyecto, considerando distintas proyecciones de
flujos de ingresos y egresos.
Una manera de establecer el VAN es mediante la siguiente fórmula:
VAN = Beneficio neto actualizado (BNA) - Inversión
El BNA es el valor actual del flujo de caja o beneficio neto proyectado, que ha sido actualizado mediante una tasa de
descuento (TD). Esta última es la tasa de rendimiento o rentabilidad mínima que se espera obtener.
VAN < 0 el proyecto no es rentable. Cuando la inversión es mayor que el BNA (VAN negativo o menor que 0)
significa que no se satisface la TD.
VAN = 0 el proyecto es rentable, porque ya está incorporado ganancia de la TD. Cuando el BNA es igual a la
inversión (VAN igual a 0) se ha cumplido con la TD.
VAN > 0 el proyecto es rentable. Cuando el BNA es mayor que la inversión (VAN mayor a 0) se ha cumplido con
dicha tasa y además, se ha generado una ganancia o beneficio adicional.
3. TIR
La tasa interna de retorno (TIR) es la tasa de interés o rentabilidad que ofrece una inversión. Es decir, es el
porcentaje de beneficio o pérdida que tendrá una inversión para las cantidades que no se han retirado del
proyecto
Ft = son los flujos de dinero en cada periodo t
I0= es la inversión realiza en el momento inicial (t = 0)
N= es el número de periodos de tiempo
4. Comparación entre VAN y TIR
Los parámetros del Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR) pueden ayudarnos a estudiar la
viabilidad de ciertos proyectos a nivel económico. No obstante, hay que tener claro que estos criterios no siempre
coinciden, tienen sus limitaciones y sus resultados podrían ser inconsistentes en algunos casos.
La primera diferencia a mencionar es la forma de estudiar la rentabilidad de un proyecto. El VAN lo hace en
términos absolutos netos, es decir, en unidades monetarias, nos indica el valor del proyecto a día de hoy; mientras la
TIR, nos da una medida relativa, en tanto por ciento.
Estos métodos también se diferencian en el tratamiento de los flujos de caja.
Por un lado, el VAN considera los distintos vencimientos de los flujos de caja,
dando preferencia a los más próximos y reduciendo así el riesgo. Asume que
todos los flujos se reinvierten a la misma tasa K, tasa de descuento que se
emplea en el propio análisis. Por otro lado, la TIR no considera que los flujos
de caja se reinviertan periódicamente a la tasa de descuento K, sino a un tanto
de rendimiento r, sobrestimando la capacidad de inversión del proyecto.
5. Importancia de fórmulas de cálculo como el VAN y el TIR
El VAN y el TIR no son las únicas fórmulas para calcular la viabilidad de un proyecto de negocio o una inversión.
Existen muchas otras. Sin embargo, en lo que sí parece que están de acuerdo buena parte de los profesionales del
sector financiero es que se trata de herramientas idóneas para las primeras fases del proceso.
Medir la viabilidad es fundamental para saber si una empresa debe apostar de lleno por un proyecto. Lo contrario
es andar a tientas en el mercado y esperar que las dinámicas del mismo nos sean favorables, algo que por lo
general no ocurre sin una planificación.
Además, no es sólo ese proyecto lo que está en juego, sino también otros tantos que se pueden derivar de lo que
obtengamos en un primer momento.