2. LA FUTILIDAD DE LA LEY
• Leer Romanos 7:14-25
7:14 “Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy
un simple ser carnal, que ha sido vendido como
esclavo al pecado”
• Este es un pasaje controvertido, debido a las
implicaciones que juega el pecado en la vida del
creyente.
• Pablo coloca los datos lado a lado: La ley es
espiritual; y yo carnal, vendido al pecado.
3. • La ley fue dada por Dios. Yo estoy vendido al
pecado, expresa la idea de esclavitud.
• Esta esclavitud se manifiesta cuando hacemos
ciertas cosas y no hacemos otras que deseamos
hacer.
7:15 “No entiendo qué me pasa, pues no hago lo
que quiero, sino lo que aborrezco”.
• No me explico lo que hago, mi propia conducta me
deja perplejo.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
4. • No hago lo que quiero hacer, sino lo que desprecio.
Toda persona moralmente sensible se identificaría
con esto.
“Mi razón me persuade, y mi pasión también. Veo lo
correcto y en seguida lo apruebo; odio lo malo, y
tras lo malo marcho”. Ovidio
“Me gusta, y me disgusta, lamento lo que no hago,
hago, y deshago; sin embargo hago lo que no debo,
y al mismo instante, quiero hacer lo que jamás
haría”. Francis Quarles
LA FUTILIDAD DE LA LEY
5. LA FUTILIDAD DE LA LEY
La Ley de Dios La Ley del Pecado
ley de mi mente ley de mis miembros
ley espiritual ley carnal
buena mala
justa injusta
santa pecaminosa
6. 7:16 “Y si hago lo que no quiero hacer, compruebo
entonces que la ley es buena”
• El hombre se halla en un estado de rebelión contra
Dios, bajo sentencia de muerte y de esto, la ley, no
es culpable.
• Sin embargo, estoy de acuerdo con la ley, y
desapruebo los pecados que cometo.
• Pablo nos dice: No entiendo que me pasa (v.15), no
hago el bien que quiero (v. 15, 19, 21), pues …
LA FUTILIDAD DE LA LEY
7. ... deseo y quiero hacer el bien (v.18, 21), sin
embargo hago lo que aborrezco (v.15), el mal que
no quiero (v.16, 19, 20). Esto lo lleva al grito de
angustia (v.24).
7:17 “De modo que no soy yo quien hace aquello,
sino el pecado que habita en mí ”.
• Pablo, deja de hablar del pecado como una fuerza
exterior, y comienza a hablar del pecado como
algo que vive realmente en él.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
8. • Es consciente que él no hace esto, sino el pecado
que mora en él. Así que existe algo dentro de él
que lo arrastra a cometer lo que no quiere.
• Ahora, Pablo hace una distinción metafórica entre
el hombre interior y la carne (exterior).
• Afirma que el bien no mora en él, en su carne. Esta
es una aclaración crucial que no podemos pasar
por alto.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
9. • Elabora este pensamiento: Soy un simple ser
carnal (v.14), he sido vendido al pecado (v.25), no
soy yo quien hace lo malo (v.17, 20) y se que en mi
no habita el bien (v.18), el pecado habita en mi
(v.17, 20) y descubro esta ley, que el mal está en
mi (v.21).
• Pablo presenta las dos partes de nuestro ser que
están inmersas en una batalla espiritual: el
hombre interior y la carne, que no son físicamente
diferentes ni separables.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
10. 7:18 “Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza
humana, no habita el bien; porque el desear el bien
está en mí, pero no el hacerlo”.
• Es importante distinguir aquí entre yo y mí (o mi
carne). Pablo es consciente de dos seres o dos “yo”
que están en guerra dentro de él mismo.
• Uno de ellos sabe que la ley es buena, pero quiere
y hace lo que el otro practica.
• Este yo, es el hombre interior o superior, que en …
LA FUTILIDAD DE LA LEY
11. ... el versículo 23 se identifica como mi mente, o
razón.
• El otro yo, llamado mi carne, mi naturaleza
humana, hace cosas que confunden a la mente u
hombre interior.
• Este ser inferior, exterior y carnal es identificado
como ‘mis miembros’ (v. 23), y como ‘este cuerpo
de muerte’ (v. 24).
• “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este …
LA FUTILIDAD DE LA LEY
12. … nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día” (2
Cor 4:16).
7:19 “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero”.
• Mientras vivamos en estos cuerpos caídos y sin
redención, nuestro hombre interior redimido tiene
que luchar contra nuestra naturaleza pecaminosa
que intenta retomar el control.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
13. • ¿Dónde queda la ley en todo esto?
• La ley condena pero no puede convertir.
• La ley puede castigar pero no puede prevenir.
• La ley no tiene poder para cambiar el carácter.
• La ley no puede detener el crimen.
• Mucha gente confía en la ley para que les ayude a
hacer lo correcto, pero descubrirán que no los
ayuda a hacer el bien que quieren, y no evita que
hagan el mal que no quieren.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
14. LA FUTILIDAD DE LA LEY
El Hombre Viejo El Hombre Nuevo
exterior interior
inferior superior
carnal espiritual
habita el mal habita el bien
esclavo del pecado siervo de Dios
15. 7:20 “Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien
lo hace, sino el pecado que habita en mí”.
• La clave para entender esta personalidad dividida,
que lucha consigo misma es ‘el pecado que mora
en mí’.
• Este pecado residente corresponde a la carnalidad
que mora en él: “Mas ustedes no viven según la
carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de
Dios mora en ustedes. Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él” (8:9).
LA FUTILIDAD DE LA LEY
16. • Habitada por el pecado, mi naturaleza inferior, o
carnal, domina mi verdadero ser que se deleita en
la ley de Dios (22); pero cuando es habitada por el
Espíritu de Dios, mi carne es muerta y depuesta
(8:3, 9).
• Como criatura de carne, mi voluntad está ligada,
atada por el pecado. Por lo tanto, que el hombre
presuma de su libre albedrío es cosa vana; está
libre sólo para pecar.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
17. • Como un hombre que se está hundiendo en un
pantano, mientras más trate de librarse, más se
hunde; su única esperanza es que venga ayuda de
otro lugar.
• Si bien no está libre para levantarse, sacarse a sí
mismo del poder del pecado, sí puede invocar a
Jesucristo y estirar la mano con fe (v.25).
7:21-22 “Entonces, aunque quiero hacer el bien,
descubro esta ley: que el mal está en mí. Porque …
LA FUTILIDAD DE LA LEY
18. … según el hombre interior, me deleito en la ley de
Dios”.
• Sabemos que la ley es espiritual (v.14), buena
(v.16), santa y justa (v.12).
• Se le llama la ley de Dios (v.22), la ley de mi mente
(v.23) y la ley en la cual mi hombre interior se
deleita (v.22).
• En contraste está la ley del pecado (v.23) o ley de
mis miembros (v.23).
LA FUTILIDAD DE LA LEY
19. LA FUTILIDAD DE LA LEY
El Hombre Viejo El Hombre Nuevo
Exterior Interior
Carnal Espiritual
20. 7:23 “Pero encuentro que hay otra ley en mis
miembros, la cual se rebela contra la ley de mi
mente y me mantiene sujeto a la ley del pecado que
está en mis miembros”.
• Se presenta un cuadro vívido del creyente que ama
la ley de Dios y desea obedecerla, pero fracasa
miserablemente en lograrlo.
• El creyente descubre dentro de sí, dos leyes que
están en pugna la una con la otra: la ley del …
LA FUTILIDAD DE LA LEY
21. … pecado (carnal) y la ley de mi mente (espiritual).
- Estas leyes representan al viejo hombre luchando
contra el nuevo hombre.
7:24 “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este
cuerpo de muerte?”.
• Este clamor pide liberación de la ‘carne’ misma.
Puesto que “la paga del pecado es muerte”, el
cuerpo dominado por el pecado es “el cuerpo que
es entregado a la muerte”.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
22. • ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me librará de
esta vida dominada por el pecado y la muerte?”
• Si la carta a los Romanos hubiera terminado aquí
habría sido muy trágico. Pero …
7:25 “Doy gracias a Dios, por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Así que yo mismo, con la mente,
sirvo a la ley de Dios, pero con la naturaleza
humana sirvo a la ley del pecado”.
• Pablo, habiendo dado una larga descripción de la...
LA FUTILIDAD DE LA LEY
23. … lucha, ya no puede contenerse él mismo, y nos
da un vistazo de lo que dirá en el capítulo 8.
• El resto de este versículo es un resumen del estado
del hombre en la carne: yo con la mente sirvo a la
ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
• Aunque los creyentes hemos sido liberados de la
esclavitud y tenemos la oportunidad de servir a
Dios, debemos hacerlo dentro de los límites de un
cuerpo sin redención, que aún está sujeto a la
tentación del pecado.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
24. • Los creyentes debemos seguir el modelo de Jesús,
viviendo en la carne pero negándonos a ceder a
sus deseos. Sólo podemos oponernos a ella si
andamos en el Espíritu.
LA FUTILIDAD DE LA LEY
CONCLUSIÓN
• Es una cosa terrible servir a la ley de Dios con la
mente, y al mismo tiempo servir a la ley del
pecado con nuestro cuerpo.
25. • Pero hay muchos cristianos que están haciendo
precisamente esto, están divididos y para ellos no
hay gozo ni victoria, pues están confiando en sus
fuerzas para guardar la ley lo cual es imposible.
• La ley nos pone bajo condenación constante y aquí
es donde entra: “Por tanto, no hay ninguna
condenación para los que están unidos a Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu” (Rom 8:1).
CONCLUSIÓN