Jesús instituyó la Cena del Señor hace casi 2,000 años durante la Última Cena para conmemorar su sacrificio. Usó pan y vino, elementos comunes, para establecer este sencillo pero perdurable memorial. La Cena del Señor, también conocida como la Santa Comunión, debe celebrarse regularmente para recordar a Jesús, anunciar su muerte y fortalecer la unidad entre los creyentes.
3. La cena del Señor fue instituida por Jesús hace
casi dos mil años.
La ocasión para ello fue
la fiesta de la Pascua
que comieron Cristo y
Sus apóstoles unas horas
antes que Él muriera.
¡Los seres humanos
somos tan prontos para
olvidar!
4. Gen 9:8-17las piedras de Jacob cuyo
propósito fue ayudarle a
recordar que Dios estaba
con él (Génesis 28.10–22),
la fiesta de la Pascua
que conmemoraba cuando
los israelitas fueron
liberados de Egipto
(Éxodo 12.14).
Jesús, sabiendo que la
gente olvida pronto, instituyó
el más grande memorial
de todos: la cena del Señor.
5. eligió dos de los elementos más comunes de toda la
tierra.
Pan. «Y mientras
comían, tomó Jesús el
pan, y bendijo, y lo
partió, y dio a sus
discípulos, y dijo:
Tomad, comed; esto es
mi cuerpo»
(Mateo 26.26).
El fruto de la vid. Y tomando la
copa, y habiendo dado gracias, les
dio, diciendo: Bebed de ella todos
Y os digo que desde ahora no
beberé más de este fruto de la vid,
hasta aquel día en que lo beba
nuevo con vosotros en el reino de
mi Padre
(Mateo 26.27–29).
6. Jesús instituyó este
sencillo memorial
usando
dos sencillos
ingredientes: el pan sin
levadura y el
fruto de la vid.
Lamentablemente,
esto es demasiado
sencillo para algunos,
7. Jesús usó los materiales más perecederos para dejar
establecido el más imperecedero de los memoriales.
¿Cómo debería
llamarse esta
ceremonia?
«la cena del Señor»
(1era Corintios 11.20);
«el partimiento del pan»
(Hechos 2.42;
«La comunión» (1 Cor. 10.16) y
«la mesa del Señor»
(1 Corintios 10.21).
8. ¿Cuándo debemos participar?
«Así, pues, todas las
veces que comiereis este
pan, y bebiereis esta
copa, la muerte del Señor
anunciáis…»
(1 Corintios 11.26;
Hechos 20:7. El primer día
de la semana, reunidos los
discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba,
habiendo de salir al día
siguiente; y alargó el
discurso hasta la
medianoche.
9. ¿Para quiénes se pensó el memorial?»
Mateo 26:28 porque
esto es mi sangre del
nuevo pacto, que por
muchos es derramada
para remisión de los
pecados.
¿Cuál es el
propósito de la cena
del Señor?
10. Se ha insinuado que, cuando participamos de la comunión,
debemos mirar en cinco direcciones:
“Debemos mirar
hacia atrás”
Debemos mirar
hacia arriba, a Jesús,
Debemos mirar hacia adelante, hacia la
segunda venida de Cristo.
11. Debemos mirar
hacia afuera, a los
demás cristianos.
Debemos mirar
hacia adentro, al
probarse cada uno
a sí mismo.
¿Cómo debemos prepararnos para
este maravilloso memorial?
12. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere
esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y
de la sangre del Señor. Por del tanto, pruébese cada uno a sí
mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que
come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí (1 Cor 11:27–29).
13. Si eligiéramos faltar al servicio de la comunión, estaríamos
incurriendo en lo siguiente:
• Desobedeceríamos un
mandamiento de Cristo.
Jesús dijo: «Si me amáis,
guardad mis mandamientos»
(Juan 14.15; vea Juan 15.14).
• Nos perderíamos una
oportunidad para
recordar al Señor. Él dijo:
«… haced esto en
memoria de mí»
(1 Corintios 11.24).
14. • Desaprovecharíamos una oportunidad para anunciar Su
muerte. Jesús dijo que todas las veces que comamos este pan
y bebamos la copa, Su muerte anunciamos (1 Cor 11.26).
• Daríamos a entender que la sangre de Jesús tiene poco
valor para nosotros. Llegamos a ser como el hombre que
«tiene por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado» (Hebreos 10.29).
15. • Seríamos mal ejemplo
para los demás,
especialmente para los que
dan sus primeros pasos en
la fe.
• Anunciaríamos a los
demás que la nuestra
es una religión de
conveniencia y no de
convicción.