La investigación reveló que solo el 10% de los mexicanos conocen el término "discriminación indirecta". También mostró que los actos de discriminación son poco denunciados y que las personas con menor educación son más propensas a sufrirla. La educación se identificó como la mejor forma de combatir este problema al darle visibilidad y enseñar a la gente cómo identificarla y dónde denunciarla.