1. ¡Ay Ángel! hasta le leíste en la celebración de la Palabra… Roque te
apreciaba mucho.
Sí Pinito, lo sé y ¡hasta le leí!
Cuántas veces me has alabado en varias celebraciones donde he
participado con las lecturas que me han encomendado, pero hoy no era
un día normal de celebraciones, hoy se trataba de la celebración de la
palabra en honor a tu marido, tu compañero del alma. Estoy totalmente
seguro que te habrá costado muchísimo oírme.
Tú sabes Roque que, en muchas ocasiones he participado en las
lecturas de la celebración de la palabra, donde con una de tus hijas,
Raquel, hemos coincidido en más de una ocasión. Hoy, día 13 de mayo,
día de Nuestra Señora de Fátima, en el Tanatorio Municipal de San Isidro
de Gáldar, me costó enormemente creer que estaba acompañándote en
tus propias honras fúnebres. Quién me lo iría a decir que te leyera del
libro de la Sabiduría el 3, 1-9: Las almas de los justos están en las manos
de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que
los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y
su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos
están en paz.
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Ángel Ruiz Quesada - Gáldar, Gran Canaria, 13 de mayo de 2012 - Día de “mi” Virgen de Fátima.
2. No coincidí con tu hija, ella no fue capaz de aceptar mediante una
lectura tu marcha, quizá porque ella le habrá leído como lo he hecho yo a
muchos otros que también corporalmente se han ido como su padre y
sabe las tristeza que nos embarga el alma. Estoy seguro, y no es que mida
la fe de tu hija Raquel, ni la fe de tu otra hija María Dolores, o la de tu
hijo Roque, tu mujer, Pinito, pero en estos tristes momentos todos
coincidiremos en la insensatez que nos predicaba San Mateo. Nos cuesta
enormemente aceptar que yéndose Roque hemos de tranquilizarnos y
esperar confiadamente en la inmortalidad espiritual. Y que, en el día del
Juicio Final brillará como chispas que se propagan en un cañaveral y que
los que confiamos en el Señor comprenderemos la verdad y los que
somos fieles a su amor permaneceremos a su lado porque Dios ama a sus
elegidos.
Qué fácil es leer estas preciosas palabras de nuestros apóstoles, pero
qué difícil es aceptar tu marcha.
Como bien decía don Agustín Monroy Rodríguez, nuestro párroco, hoy,
en la misa de las nueve, no estabas, como cada domingo, junto a una de
las columnas de nuestro Templo de Santiago Apóstol, notó que no le
saludabas porque no estabas corporalmente, pero tú le saludaste y él te
saludó espiritualmente.
Eso le pasará a mi mujer, Juani Molina Vega, le pasará cuando mañana
lunes se dirija a recoger el pan en el piscolabis junto al Casino, para
dirigirse al Comedor Parroquial como así lo hace semanalmente,
coincidiendo contigo cuando vas a por la prensa, no tendrá a quien
gastarles las bromas como hacía contigo con tanto cariño, siempre te
despedías con una carcajada.
Cuánto hemos conversado Roque, sobre la problemática social de
nuestro municipio, porque tú te sentías parte del pueblo y, te
comprometías con el mismo. Cuánto te gustaba conversar conmigo,
cuánto me gustaba oírte Roque. Qué pena Roque, siempre, he dicho, y no
ahora porque te hayas ido corporalmente, siempre he dicho digo, que
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3. una persona como tú no ha sido aprovechada como tú te mereces,
¡cuántos se lo han perdido!
Cuánto me emocionaba cuando conversábamos y algún niño-joven
pasaba y te saludaba con aquella preciosa frase: -¡Adiós don Roque!- Y
digo preciosa porque sabía que era el alumno que saludaba a su profesor
de siempre, aunque hubiesen pasado años que te habías jubilado.
Te has ido con las manos llenas Roque, porque siempre estabas
dispuesto a ayudar, a ayudar a todo aquel que reclamara tu ayuda. Y qué
decir de la adoración que has sentido por tu madre, siempre, un día sí y
otro también la ibas a visitar, aunque ya no te conociera, tú ponías en
práctica la preciosa narrativa existente de aquel señor de cierta edad que
fue muy presuroso al ambulatorio porque debía curarse una herida en la
mano, insistentemente le decía al profesional que por favor le curase a la
mayor urgencia posible. El profesional, mientras le curaba le preguntó
que porqué era la urgencia, y el señor le contestó que tenía que ir a la
residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí, le dijo
que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras le acababa de vendar la
herida, le preguntó si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa
mañana. – no, le dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años
que no me reconoce. Entonces le preguntó extrañado… -Y si no sabe
quién es usted, ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las
mañanas?- , el anciano se sonrió y dándole una palmadita en la mano le
dijo: -“Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía si sé muy bien quien es
ella”-.
Tú Roque, sabías muy bien quién era tu madre. Muy fuerte para tu
hermano Pepe, pues en los pocos momentos de lucidez que le vengan y
note que tú, llevas tiempo sin ir a verla, tu hermano le tendrá que
engañar cariñosamente diciéndole como que tú no has dejado de ir,
lastimosamente se tendrá que “aprovechar” de su falta de memoria, pero
no te preocupes, ella lo entenderá cuando por ley de vida te acompañe
en esa Alta Dimensión que ya tú estás disfrutando.
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Ángel Ruiz Quesada - Gáldar, Gran Canaria, 13 de mayo de 2012 - Día de “mi” Virgen de Fátima.
4. Mucho más difícil se nos irá a hacer, cuando tu nieto y tu nietita,
comiencen a buscarte detrás de los árboles para alcanzarte los
“rebenques” de los Pinos de nuestra Plaza y tú se los tires otra vez al
suelo para alcanzártelos de nuevo… Afortunadamente, por esa misma
“ley de la vida” serán los que nos demostrarán que hay que aceptar la
voluntad de Dios, por muy fuerte que sea…
Ojalá, que con tu ida, nos demos cuenta de una vez, que nuestra hora
nadie la predecimos y por ello, hemos de estar preparados, preparados,
sin envidias, sin rencores, haciendo el bien como tú lo hacías, sin molestar
a nadie y luchando todos juntos por esta sociedad en la que estamos
obligados a convivir, hasta que nuestra hora nos llegue.
Quédate con Dios Roque y, ¡Ruega por todos nosotros!
Un fuerte abrazo.
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Ángel Ruiz Quesada - Gáldar, Gran Canaria, 13 de mayo de 2012 - Día de “mi” Virgen de Fátima.