El documento describe los problemas actuales del centro histórico de Quito como la descoordinación entre actores y las condiciones de pobreza de parte de la población. Propone crear un mecanismo de gestión, invertir para mejorar las condiciones de vida e impulsar intervenciones emblemáticas como la creación de espacios verdes y públicos para fortalecer el centro histórico como un lugar para habitar, trabajar y disfrutar en armonía con el entorno y ser un referente mundial en gestión de centros históricos.