1. Dios prepara una CiudadDios prepara una Ciudad
Escuela Virtual
Programa de
Constructores de un CieloConstructores de un Cielo
y una Tierra Nuevay una Tierra Nueva
Hoy miércoles 28 de agosto
en la Escuela Virtual con el Padre Ricardo Giraldo
2. Una promesa, un camino, una tareaUna promesa, un camino, una tarea
Quien cree ve…Quien cree ve…
Ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino,Ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino,
porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella deporque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de
la mañana que no conoce ocaso. (LF 1)la mañana que no conoce ocaso. (LF 1)
Leamos:
- Isaías 35, 1-10
- Isaías 40, 1-10
- Isaías 60, 1-10
- Apocalipsis 21-22
3. … La fe, que recibimos
de Dios como don
sobrenatural, se
presenta como luz en
el sendero, que orienta
nuestro camino en el
tiempo. (LF 4)
La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos
llama y nos revela su amor, un amor que nos precede
y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y
construir la vida.
4. En la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él, reconocemos
que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra
buena, y que, si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, el Espíritu
Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro, y da
alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría. (LF 7)
5. La fe es la llamada a un largo camino…
La fe no sólo se
presenta como un
camino, sino también
como una edificación,
como la preparación
de un lugar en el que
el hombre pueda
convivir con los
demás. (LF 50)
6. Ignoramos el tiempo en que se hará la consumación de la
tierra y de la humanidad. Tampoco conocemos de qué
manera se transformará el universo… pero Dios nos
enseña que nos
prepara una nueva
morada y una
nueva tierra donde
habita la justicia, y
cuya
bienaventuranza es
capaz de saciar y
rebasar todos los
anhelos de paz que
surgen en el
corazón humano...
(GS 39)
7. La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos
de los hombres de nuestro tiempo. (LF 51)
El acto de fe individual se inserta en una comunidad, en el
«nosotros» común del pueblo que, en la fe, es como un solo
hombre… (LF 14. ver también LF 22, 39)
La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que
ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la
vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe,
que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado
en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras
debilidades. (LF 53)
Constructores por feConstructores por fe
8. La luz de la fe se pone al servicio
concreto de la justicia, del derecho
y de la paz. (LF 51)
9. La luz de la fe permite valorar la riqueza de las
relaciones humanas, su capacidad de
mantenerse, de ser fiables, de enriquecer la vida
común.
... La fe permite comprender la arquitectura de las
relaciones humanas, porque capta su fundamento
último y su destino definitivo en Dios, en su amor,
y así ilumina el arte de la edificación,
contribuyendo al bien común. (LF 51)
Desde mi relación con otros
10. El creyente es transformado por el Amor, al
que se abre por la fe, y al abrirse a este
Amor que se le ofrece, su existencia se
dilata más allá de sí mismo. (LF 21)
Salir del aislamiento
del propio yo para
encaminarse hacia
la otra persona, para
construir una
relación duradera.
(LF 27)
11. La luz de la Fe no luce sólo
dentro de la Iglesia ni sirve
únicamente para construir
una ciudad eterna en el
más allá; nos ayuda a
edificar nuestras
sociedades, para que
avancen hacia el futuro con
esperanza. (LF 51)
Un bien para todos
Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican,
en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que
tienen como fundamento el amor de Dios. (LF 51)
12. ¿Quiénes están llamados a
construir la Ciudad de Dios?
La familia (LF 52)
En la familia, la fe está presente en todas las etapas de la
vida, comenzando por la infancia: los niños aprenden a
fiarse del amor de sus padres. Por eso, es importante que
los padres cultiven prácticas comunes de fe en la familia,
que acompañen el crecimiento en la fe de los hijos. (LF 53)
13. Los jóvenes
Deben sentir la cercanía y la atención de la familia y de la
comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe. …
Los jóvenes manifiestan la alegría de la fe, el compromiso de vivir
una fe cada vez más sólida y generosa.
Los jóvenes aspiran a una vida grande.
El encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor,
amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida
que no defrauda. (LF 53)
14. Una Nueva Cultura…
Cultura de fraternidad
La fe cristiana es, fe
en el Amor pleno, en
su poder eficaz, en
su capacidad de
transformar el
mundo e iluminar el
tiempo. «Hemos
conocido el amor
que Dios nos tiene y
hemos creído en
él». (1 Jn 4,16)
(LF 15)
15. La fe ilumina todas las relaciones sociales.
Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de
Dios, se expande en un camino fraterno. (LF 54)
La fe nos enseña que cada
hombre es una bendición
para mí, que la luz del rostro
de Dios me ilumina a través
del rostro del hermano. (LF
54)
Gracias a la fe, hemos
descubierto la dignidad única
de cada persona (LF 55)
Una Nueva Cultura…
Cultura de fraternidad
16. Creación (Ecología) y Sociedad
La fe ilumina la vida en sociedad (LF 55)
Nos enseña a identificar
formas de gobierno justas,
reconociendo que la
autoridad viene de Dios para
estar al servicio del bien
común. (LF 55)
La fe, revelándonos el amor
de Dios, nos hace respetar
más la naturaleza, pues nos
hace reconocer en ella una
gramática escrita por él y una
morada que nos ha confiado
para cultivarla y
salvaguardarla (LF 55)
Afirma también la posibilidad del
perdón, que muchas veces
necesita tiempo, esfuerzo,
paciencia y compromiso; perdón
posible cuando se descubre que el
bien es siempre más originario y
más fuerte que el mal (LF 55)
FEFE
17. Hablar de fe comporta a menudo hablar también de
pruebas dolorosas, pero precisamente en ellas la fe ve el
anuncio más convincente del Evangelio, porque en la
debilidad y en el sufrimiento se hace manifiesta y palpable
el poder de Dios que supera nuestra debilidad y nuestro
sufrimiento. (LF 56)
“Nadie puede tocar la
Cruz de Jesús sin dejar
en ella algo de sí mismo
y sin llevar consigo algo
de la cruz de Jesús a la
propia vida” (Francisco
en JMJ 2013)
Fuerza que conforta en el sufrimiento
18. puede convertirlo en acto de
amor, de entrega confiada
en las manos de Dios, que
no nos abandona y, puede
constituir una etapa de
crecimiento en la fe y en el
amor.
Viendo la unión de Cristo
con el Padre, incluso en el
momento de mayor
sufrimiento en la cruz (cf.
Mc 15,34), el cristiano
aprende a participar en la
misma mirada de Cristo.
Incluso la muerte… (LF 56)
La Cruz enseña “a mirar siempre al
otro con misericordia y amor (…) a
salir de nosotros mismos para ir a
su encuentro y tenderles la mano”.
(P. Francisco en JMJ 2013)
El cristiano sabe que siempre habrá
sufrimiento, pero que le puede dar sentido,
19. La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos
de los sufrimientos del mundo. (LF 57)
El servicio de la fe al bien
común es siempre un servicio
de esperanza, que mira
adelante, sabiendo que sólo
en Dios, en el futuro que viene
de Jesús resucitado, puede
encontrar nuestra sociedad
cimientos sólidos y duraderos.
(LF 57)
La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se
comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y
profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la
historia.
20. El dinamismo de fe,
esperanza y caridad (cf. 1
Ts 1,3; 1 Co 13, 13) nos
permite así integrar las
preocupaciones de todos
los hombres en nuestro
camino hacia aquella
ciudad «cuyo arquitecto y
constructor iba a ser
Dios» (Hb 11, 10) (LF 57)
21. ¡MARANATHA!
¡VEN SEÑOR JESUS!
En unidad con la fe y la
caridad, la esperanza nos
proyecta hacia un futuro
cierto, que se sitúa en una
perspectiva diversa de las
propuestas ilusorias de los
ídolos del mundo, pero que
da un impulso y una fuerza
nueva para vivir cada día.
««La esperanza no defrauda»La esperanza no defrauda»
(Rm 5,5)(Rm 5,5)
No nos dejemos robar la
esperanza... (LF 57)
22. Nos dirigimos en oración a
María, madre de la Iglesia y
madre de nuestra fe. (LF 60)
¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra, para
que reconozcamos la voz de Dios y su
llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir
sus pasos, saliendo de nuestra tierra y
confiando en su promesa.
…
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él,
a creer en su amor, sobre todo en los
momentos de tribulación y de cruz,
cuando nuestra fe es llamada a crecer
y a madurar.
….
Enséñanos a mirar con los ojos de
Jesús, para que él sea luz en nuestro
camino. Y que esta luz de la fe crezca
continuamente en nosotros, hasta que
llegue el día sin ocaso, que es el
mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.
23. ¿Cómo colaboras en la Construcción de la Ciudad Nueva?
Testigos de la Fe
Constructores de un Cielo nuevo y una Tierra Nueva
¿Cuáles son los aportes que tu comunidad esta dando
a la Construcción de la Ciudad Nueva?
¿Cómo
podemos
construir la
Ciudad Nueva
desde la
Política?