La madurez se define como la habilidad de controlar la ira y resolver discrepancias sin violencia, tener paciencia al posponer gratificaciones inmediatas, perseverancia para lograr objetivos a pesar de obstáculos, y humildad para admitir errores. Las personas maduras toman decisiones y se mantienen firmes, mientras que los inmaduros exploran posibilidades sin concretar nada y rompen promesas.