El estilo típico de la era victoriana se
caracteriza por el eclecticismo, que
combina lo más sobresaliente de los
estilos anteriores. Los muebles del
comedor toman el protagonismo, ya que
esta habitación es la principal de la casa
porque nuclea a la familia.
Denominado de
este modo en
honor a la reina
Victoria I, quien
impuso un estilo
de vida donde
primaba una
férrea moral.
Para la clase media, esta época es
sinónimo de prosperidad, el éxito
obtenido se reflejaba en la casa. Siendo
una sociedad puritana, la familia
ocupaba el lugar privilegiado, al mismo
tiempo, el hogar era el centro de reunión
social y familiar.
La decoración victoriana es producto de la
mezcla de lo mejor de otros estilos decorativos.
Los salones estaban ricamente ambientados,
con alfombras, paredes y cortinas sumamente
coloridos. Hay un despliegue de detalles
decorativos, como figuras, adornos, lámparas,
etc. conformando ambientes íntimos y
acogedores en su eclecticismo.
La madera más empleada es la caoba,
posteriormente se adoptaría el nogal y el
satín. El roble era usado para tallas en
réplica de piezas isabelinas y góticas, que
se teñían y ennegrecían para darles
apariencia de antigüedad. Lo que
caracteriza al mueble victoriano es el
ornamento y no la forma.
Se pone de moda el cartón piedra en esta
época, el cual era laqueado de negro y
decorado con nácar.
El comedor es el centro de reunión
familiar, que también sirve para rezar. El
aparador preside la sala y se coronaba
con un enorme espejo tallado.
Los juegos de comedor estaban
compuestos por mesas rectangulares con
ángulos cuadrados y construcción sólida,
las patas estaban torneadas.
Las sillas eran de estilo isabelino o gótico,
tenía las patas rectas y el respaldo
combado.
Los escritorios
eran pequeños,
con cajones al
costado.
Las cómodas eran
altas y tenían un
espejo en el
remate.
Había una gran variedad de mesas y mesitas,
cuadradas, ovaladas, de juego, etc.
Los aparadores en rinconera, eran altos,
acristalados y con estantes para exhibir objetos.
Los muebles de vestíbulo adquirieron gran
importancia. Eran el sitio ideal para guardar
sombreros, bastones y demás complementos.
El reloj de pared era generalmente de roble o
caoba.
Fueron muy utilizados los muebles tapizados,
como la tradicional chaise longue, que
brindaba espacio para varias personas. Otros
sofás destacables fueron el confidente y el tête-
a-tête.
Existían algunos muebles fabricados en hierro
forjado