2. El lápiz de color
• consiste en una barrita de madera
con una mina de color en su
interior, de calidad dura o suave,
según la marca que se adquiera
(entre mas dura, menor calidad).
La mina se compone de cera y
resina con pigmento de color.
3. Antecedentes
• El lápiz de color ya se utilizaba con
frecuencia en la Francia durante el siglo
XVI para la creación de retratos. Esto
se debía a la rivalidad que siempre tuvo
el dibujo con la pintura. Los lápices
permitían obtener resultados pictóricos
con una técnica de dibujo.
Sin embargo, no se empezaron a fabricar
industrialmente hasta el siglo XIX.
4. Antecedentes
• Los primeros lápices se fabricaron a mediados del siglo XVI. En el siglo
XVIII fue inventado el revestimiento de madera por los italianos Simonio y
Lyndiana Bernacotti.
• En 1795 el francés Nicholas Conté, ingeniero de Napoleón, utilizó un
método para conseguir varillas de grafito artificial de alta resistencia, a partir
de grafito pulverizado y liberado de impurezas.
• En 1812 el estadounidense William Monroe perfeccionó el proceso de la
fabricación de grafito artificial.
6. • Staedtler, fue el primer
productor de lápices de
madera, siendo sus
descendientes los pioneros
en producción industrial
de los lápices de colores
en 1834.
7. Hay una gran gama de lápices de colores y minas de color
para portaminas, aquí se presentan los más comunes para
dibujar.
• El lápiz de color convencional de mina fina lleva un
aglomerante a base de ceras y aceites y no siempre
puede lavarse al agua; tiene sin embargo, buenas
propiedades para dibujar en seco.
• Los lápices de color suaves se fabrican a base de tiza
al aceite; la mina es gruesa, son resistentes al agua y
solubles en trementina. Si se aplican superficialmente,
se difuminan con facilidad y el aglomerante al aceite
desarrolla entonces las propiedades de un producto
pulidor con brillos. Estos lápices que se fabrican en una
amplia gama de colores son muy resistentes a la luz, se
borran fácilmente con goma y no necesitan fijarse.
8. • Los lápices acuarelables satisfacen todos los requisitos
que exigen actualmente los lápices de colores: colorido
brillante, muy resistente a la luz, buenas propiedades de
rascado, fácil de borrar, difícilmente difuminables; no es
necesario fijarlos. Tras unas pocas pasadas con un pincel
húmedo, puede convertir un dibujo, o partes del mismo,
en una pintura, manteniendo todas las ventajas de ambas
técnicas.
• Los carboncillos de color son parecidos a los lápices de
pastel. Las minas gruesas tienen, como los pasteles, poco
aglomerante, pero, al contrario que éstos, son duros y
frágiles cuando se frotan y poco adherentes en seco; por
lo cual hay que fijarlos posteriormente. Los "carboncillos
de color" pueden borrarse con una goma o con un paño
suave al igual que el carboncillo. Son muy resistentes a la
luz y también se comercializa en barras.