1. A unas semanas de haber iniciado nuestro ciclo escolar, me siento muy honrado
de estar de nuevo con ustedes y me permitan ratificar toda mi simpatía y
admiración por la extraordinaria labor que realizan desde las aulas: nada más y
nada menos que educar y formar a los hacedores del México del mañana,
nuestras niñas y niños. Nadie mejor que ustedes, saben el gran valor y la
importancia tan decisiva que tienen, en todos nosotros, los días que pasamos en
la escuela.
En ella aprendimos a leer y escribir, a sumar y restar, pero también aprendimos
los valores de la amistad, aprendimos que siempre es mejor trabajar unidos,
aprendimos lo que es el bien común, claro, aprendimos a conocer y amar a
nuestro país, así como a asombrarnos ante la infinita variedad y riqueza del
mundo.
En la escuela, en fin, aprendimos a compartir con los demás el mundo y la
historia, nuestro tiempo y nuestra geografía.
Así, la escuela es el ámbito en donde se da forma y cobran vida las aspiraciones e
ideales de una comunidad.
No podemos, entonces, sino reconocer que la educación, el magisterio y, en
particular, cada uno de ustedes, tiene en sus manos una responsabilidad que, lejos
de declinar en estos tiempos de grandes y acelerados cambios sociales y
económicos, ha adquirido una mayor relevancia.
Más aún: si, como lo ha expresado tanto el Presidente de la República como
nuestro gobernador, Melquíades Morales Flores, queremos realmente hacer de
nuestro actual siglo, el siglo de nuestro desarrollo, debemos hacer del siglo XXI,
el siglo de la educación.
Y me refiero a una educación de calidad; a una educación para la democracia y la
paz, a una educación para el progreso y el bien común.
Como antes, hoy nuestro principal recurso en esta tarea son ustedes, las maestras
y maestros de México, las maestras y los maestros de Puebla, de Caxhuacan..
2. México, y Caxhuacan confían en ustedes. Como padre de familia, como
ciudadano, como maestro , les puedo decir que es un orgullo contar con maestros
como ustedes.
Y, claro, aquí hay muchos retos que asumir, muchas oportunidades que
aprovechar, muchas carencias que atender y resolver, muchas aspiraciones que
cumplir.
Pero sabemos que, por su propia historia, por su noble tradición de lucha y por el
gran compromiso que el gobernador del estado y la Secretaria de Educación
Publica, tienen con ustedes, que el magisterio de Puebla está hoy como antes, a
la altura de su misión, a la altura de sus responsabilidades y, que son dignos de
sus propios sueños y aspiraciones.
Queridas maestras y maestros:
En cierta ocasión José Vasconcelos, condensó el espíritu y vocación de los
maestros de México al decir que: "Enseñan la habilidad para el trabajo que da
el sustento, y la luz para el alma que ansía la gloria".
Hoy, como en los espléndidos años de Vasconcelos, es imprescindible que
nuestros hijos sigan contando en sus aulas con maestros entregados de corazón a
enseñarles el camino para el sustento y el progreso y les enseñen a encender la
luz para su alma.
Como país, como comunidad, esta es nuestra máxima esperanza. Por ello,
además de extender a nombre del Municipio de Caxhuacan un reconocimiento
profundo a todas las maestras y maestros que hoy nos visitan , quiero
agradecerles también la esperanza; esa esperanza que se mantiene viva en cada
niño, en cada niña que recibe hoy los utiles escolares que van en pro de la
educación.
Muchas Gracias
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