4. La Edad de Piedra es el primero de los dos períodos de la prehistoria, además de la Edad de los
Metales, en el que los seres humanos utilizaron y trabajaron la piedra como herramienta
primitiva. El período data desde casi 3 millones de años hasta 4.000 años atrás, tras un extenso
período de evolución humana que dio inicio a la posterior Edad de los Metales.
La Edad de Piedra está conformada por tres etapas: Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. Sin
embargo, los investigadores estiman que la piedra como herramienta simple puede haber sido
utilizada tiempo antes con los antepasados primates. Las piedras trabajadas por los antiguos
humanos revelan información sobre su estilo de vida y sobre cómo evolucionaron con el paso del
tiempo.
Durante el Paleolítico, la primera etapa de esta Era, el desarrollo cultural estuvo influenciado por
factores ambientales, consecuencia del período glacial. Unos 15.000 años atrás se estima que el
planeta inició un período de calentamiento, proceso en el que muchos animales habituados al
frío glacial se extinguieron.
Por eso, surgieron nuevos tipos de vida vegetal y animal a medida que la temperatura se
incrementó, lo que permitió que los humanos se instalaran de manera permanente sin necesidad
de migrar en épocas invernales.
5. La Edad de Piedra se caracterizó por:
Los grupos pequeños de humanos que vivían de manera nómada.
El uso de la piedra para machacar, triturar y extraer la carne de las presas o recolectar frutos de
las plantas.
El descubrimiento y dominio del fuego por el Homo erectus que lo usó como fuente de calor y
para espantar a los animales salvajes.
Los cambios climáticos, consecuencia del período de glaciación.
Los primeros grupos humanos que comenzaron a vivir de manera sedentaria debido a las
condiciones climáticas y a la disponibilidad de alimento que conseguían con la caza y la
recolección.
Las herramientas de piedra de martillo simple, que usaban para cortar o romper semillas y frutos.
Las herramientas hechas de hueso o cuernos que datan de la última etapa de la Edad de Piedra,
en el Neolítico.
Las puntas de flecha o elementos punzantes hechos con piedras. Sin embargo, hay poca
evidencia de enfrentamientos violentos entre humanos durante la Edad de Piedra y se estima que
se debe a la poca densidad de población.
Los saltos evolutivos de la especie humana, en los que se desarrollaron las capacidades motriz e
intelectual
8. Cuando se habla de la Edad de los Metales, comúnmente se incluye tanto a la Edad de Bronce
como a la Edad de Hierro, en un único lapso histórico. Se caracteriza lógicamente por el inicio del
manejo de los metales y de la metalurgia por parte de la humanidad.
Esto marca el final de la llamada Edad de Piedra, al término del período Neolítico. De modo que la
Edad de los Metales se extiende entre el año 6.000 a.C. y el año 1.000 a. C., aproximadamente,
marcando así el fin de la prehistoria.
Como ocurre con otras clasificaciones de la prehistoria, debemos notar que este margen de
tiempo está establecido en términos convencionales, como una simplificación de trabajo, y no es
una verdad científica, ya que los procesos civilizatorios se dieron de manera muy distinta
dependiendo de la región geográfica a la que hagamos referencia.
Por eso a menudo se piensa la Edad de los Metales como una clasificación de la prehistoria
europea y asiática, puesto que hubo civilizaciones que apenas conocieron la metalurgia, como
fueron las nativas originarias americanas.
9. En teoría, la Edad de los Metales se rige por la lógica del descubrimiento de nuevos y mejores
minerales, que se sustituyen los unos a los otros a medida que la humanidad aprende a forjar
mejores herramientas con ellos: armas, escudos, armaduras, utensilios de toda índole, etc. Así, el
cobre es el primero en ser empleado, luego el bronce y finalmente el hierro.
Sin embargo, la Edad de los Metales no fue únicamente un período de descubrimiento de la
siderurgia, sino que abarcó enormes descubrimientos civilizatorios y culturales. Entre ellos, en
algunas regiones ya se utilizaba la escritura, de modo que en esas regiones es complicado aplicar
esta distinción entre la Edad de los Metales y la entrada propiamente a la Historia antigua.
Por ejemplo, en la Mesopotamia y Egipto, se desarrollaron las primeras formas de escritura al
mismo tiempo que el bronce era ampliamente utilizado. Sin embargo, nunca se produjo la
sustitución por el hierro, ya que dicho elemento era escaso en la región. En cambio, en el África
subsahariana se pasó directamente al manejo del hierro sin conocer primero el cobre y el bronce.
Por ende, lo que usualmente entendemos por la Edad de los Metales es diferente para cada
región particular, en lugar de constituir un criterio universal en la historia de la humanidad.
12. Se conoce como Edad Media, Medioevo o Medievo al período de la historia de Occidente que comienza con la caída
del Imperio Romano de Occidente en el año 476, y finaliza con el descubrimiento de América en 1492 o la caída del
Imperio Bizantino en 1453, fecha en que culmina también la Guerra de los Cien Años.
Sus mil años de duración se caracterizaron por un relativo estancamiento en el desarrollo de la cultura y de las
ciencias, bajo el imperio de la mentalidad religiosa del cristianismo, razón por la cual se la solía denominar la “Edad
del Oscurantismo”.
La Edad Media recibe su nombre por ser el tránsito entre la Edad Antigua y la Edad Moderna. Durante este período la
sociedad abrazó un orden feudal, esencialmente rural o campesino, y el dogmatismo cristiano rigió la cultura.
Sin embargo, la vida medieval estuvo lejos de ser inamovible o serena, sino que fue escenario de numerosos
desplazamientos humanos, abundantes guerras y nuevas formas políticas, principalmente en las culturas
fronterizas a la europea, como la árabe musulmana o la cristiandad oriental (Bizancio).
Especialmente importante fue el choque entre la civilización cristiana y la islámica, con recíprocos intentos de
conquista como la expansión musulmana del siglo VII al siglo XV o las numerosas Cruzadas cristianas.
Por último, debe notarse que la Edad Media, en tanto período histórico, no puede aplicarse del todo a otras
civilizaciones distintas a la Occidental, como la China, India o Japonesa, florecientes durante ese mismo período. La
consideración de que la historia de Europa es la historia del mundo resulta un criterio histórico sesgado,
eurocéntrico y discriminador.
13. El Medioevo es la época de los caballeros andantes, de los reyes y reinos católicos, y de las
largas guerras rurales por motivos de religión. Aunque mucho de ello se muestre de manera
romántica en las ficciones contemporáneas, no existió nunca magia, ni especies distintas a la
humana (elfos, orcos, duendes, etc.), ni dragones.
Sin embargo, esos seres sobrenaturales formaban parte del imaginario vigente en la época, en
el que se enfrentaban las tradiciones y creencias locales con la religión cristiana dominante. En
general, imperaba la fe por sobre la razón o el entendimiento.
Se trató de un período extenso, de transformaciones profundas pero lentas. Por ejemplo, el
modo de producción esclavista de la Antigüedad fue reemplazado por el modo de producción
feudal.
La diversidad de lo ocurrido durante mil años no permite una lectura demasiado homogénea.
Sin embargo, en el Medioevo abundaron las epidemias masivas, las invasiones militares y la
superstición, aunque en esto último es posible que el cristianismo catalogara como ignorancia o
superstición a cualquier vestigio de las religiones paganas anteriores.
16. Se conoce como Edad Moderna (y en algunos contextos, como Modernidad) al tercer período en que suele
dividirse la historia de la humanidad, y que comprende el lapso entre mediados del siglo XV y el final del XVIII,
es decir, entre el final del medioevo y el inicio de la contemporaneidad.
La Edad Moderna fue una época de gigantescos cambios en los campos políticos, sociales, económicos,
culturales y científicos, que sentaron las bases del mundo tal y como hoy lo conocemos. Marcó un alejamiento
del oscurantismo religioso que imperó en Occidente durante la Edad Media.
Previamente las potencias europeas habían tenido un rol histórico menor en comparación con los grandes
imperios orientales, pero con la Edad Moderna Europa se ubica en el centro de la escena política, artística y
económica del mundo. Desde este punto de vista, puede entenderse este período como el gran auge moderno
de Europa.
Por esa razón, en el estudio de la Edad Moderna suele hacerse mucho énfasis en Occidente, y más que nada en
la Europa occidental. Por eso, es común que en ciertos ámbitos académicos y de estudio de la historia, se
rechace esta periodización por ser “eurocéntrica”.
Similarmente, no existe un consenso estricto respecto a cuándo inició formalmente la modernidad, por lo que
se suelen tomar dos eventos posibles como el puntapié inicial de la época entera: la caída de Constantinopla
frente al Imperio Otomano en 1453 (lo cual puso fin al Imperio Bizantino) o la llegada de Cristóbal Colón a las
costas de América en 1492.
17. En rasgos muy generales, podemos caracterizar la Edad Moderna de la siguiente manera:
Se trató de un período de profundos cambios en la cultura y sociedad occidentales, cuyo primer impulso se dio en el
Renacimiento y la Revolución científica. Así, se rompió con la tradición medieval y se abrazaron los nuevos valores
de la razón y la ciencia.
Fue el período de formación de los grandes poderes imperiales europeos, con el fortalecimiento de sus monarquías
en el llamado Antiguo Régimen. Estos imperios establecieron colonias en los demás continentes, iniciando una
competencia por la acumulación de recursos que se conoce como el mercantilismo. De estos cimientos
posteriormente nació el capitalismo.
A su vez, nacieron los Estados nación o estados nacionales, con un territorio claramente delimitado, población más
o menos constante y un gobierno específico, es decir, nacieron los Estados modernos.
Junto a ellos, creció y se consolidó una nueva clase social: la burguesía, en cuyas manos estuvo a lo largo de la Edad
Moderna el poder económico, pero no así el poder político, ejercido por la aristocracia mediante las monarquías
absolutistas.
La expansión colonial hacia América (guerra de conquista mediante), África, Oceanía y posteriormente hacia Asia,
permitió la difusión de las ideas modernas y de las lenguas europeas en el mundo entero. Esto también significó el
fin de los imperios precolombinos americanos.
La religión cristiana perdió mucho de su poder sobre Occidente, en parte como consecuencia de la Reforma
protestante. La cultura Occidental comenzó su camino secular.
En este período se dieron grandes cambios en la ciencia y la tecnología, que repercutieron enormemente en la vida
laboral, militar y filosófica de Occidente. Además, se instauró la fe en el progreso, la comunicación y la razón,
nuevos valores filosóficos que pronto dominaron el mundo.