1. CONÓZCASE A SI MISMO
Los Budistas Zen comprenden muy bien que el trato
afectivo y efectivo con el resto del mundo empieza por la
comprensión de nosotros mismos; a continuación,
narramos una pequeña historia que ilustra lo anterior:
Los discípulos Zen pueden, en su peregrinar, pedir alimento
y hospedaje en cualquier templo Zen si inician y ganan un
debate sobre el budismo. Tarde en la noche un monje
viajero llego a un templo en donde vivían dos hermanos. El
mayor de ellos era muy inteligente mientras que el menor
era algo tonto y tenía solamente un ojo. El hermano mayor
se encontraba cansado después de haber estudiado mucho,
de manera que pidió a su hermano menor que recibiera al
visitante, pero le solicitó que la conversación fuera
sostenida en silencio.
El viajero y el hermano menor salieron juntos hacia la
ermita. Pocos minutos más tarde el visitante busco al
hermano mayor para informarle que el joven lo había
vencido tan inteligentemente en una discusión, que no le
quedaba otro camino que buscar techo en otro lugar.
“contadme lo que ocurrió” dijo el hermano mayor. El
visitante le explico: “yo levante un dedo representando a
buda el iluminado. El levanto dos dedos representando a
buda el iluminado y a sus enseñanzas, así que yo levante
tres dedos para representar a buda, sus enseñanzas y sus
seguidores en armonía”. “en ese momento el sacudió su
puño cerrado en mi cara indicando que todos tres vienen de
una misma realización”.
En cuanto el monje errante hubo seguido su camino, el
hermano menor entró deprisa, enojado por el tratamiento
descortés recibido por el visitante. Su hermano mayor le
pregunto qué había ocurrido. “tan pronto como se sentó, el
grosero individuo me insultó al levantar un dedo para
llamar la atención al hecho de que solo tengo un ojo.
Respondiéndole con reserva y cortesía, levante dos dedos
para felicitarlo por sus dos ojos”. “entonces me insulto de
nuevo, levantando tres dedos para indicar que entre los dos
2. solo teníamos tres ojos. En ese momento perdí el control y
me lancé a golpearlo en la cara, pero se levantó y se fue”.
Nuestra relación con los demás, se encuentra
determinada con la relación y percepción que tenemos
de nosotros mismos; si usted espera que la gente sea
cruel y se acerque a usted con esta convicción, esta
gente está prácticamente destinada a responder en la
forma en que usted espera que lo haga, porque no le ha
dejado mucha opción.
En la bitácora:
¿Cuáles son los imaginarios que tienes de ti mismo,
basados en lo que crees que los demás piensan de ti?