El documento conmemora el centenario del humanista Jorge Rodríguez Arbeláez y resume su vida y obra. Rodríguez Arbeláez fundó el Instituto de Integración Cultural en Antioquia en 1968 para promover el diálogo interdisciplinario. A pesar de dificultades financieras, el instituto continuó sus actividades culturales y científicas. El documento también destaca los desafíos actuales de promover el humanismo y la solidaridad en un mundo cada vez más globalizado e incierto.
1. Señoras y señores muy buenos días !
Es para mí un honor participar como ponente en la conmemoración del
centenario del humanista Jorge Rodríguez Arbeláez, con quien trabajé
en los años 1974 y 1975 como asistente suyo y del doctor René Uribe
Ferrer, en la extensión del Seminario Internacional de Teología, Ciencia
y Humanismo celebrado en este Recinto de Quirama en 1973. La
década de los sesenta fue fecunda en grandes sucesos políticos,
económicos, sociales, religiosos y culturales, baste citar no más el
conflicto de los misiles en 1962 que puso al mundo al borde de una
confrontación nuclear, la celebración de la primera etapa Concilio
Ecuménico Vaticano II convocado por Juan XXIII, las protestas
estudiantiles en Francia de Mayo del 68, la llegada del primer hombre a
la luna en el 20 de julio de 1969, el surgimiento de la Teología de la
Liberación, la revuelta de Stonewall en New York reclamando los
derechos de la comunidad LGBT que ha conseguido con mil valerosas
batallas, romper la etiqueta de la estigmatización y como si fuera poco,
el final de la guerra del Vietnam en la cual una generación de jóvenes
americanos regresó a los Estados Unidos con las frustraciones de una
guerra absurda y traumática. Con razón las filosofías existencialistas de
Camus, Sartre y Marcuse impugnaron los viejos valores reclamando el
2. derecho a la máxima libertad, cuestionando el principio de autoridad y
abogando por un pensamiento universal, tolerante en todo caso con las
diferencias ideológicas, religiosas y de género. Bajo el slogan de
“prohibido prohibir” la juventud francesa se hizo sentir en las calles y sus
clamores se irradiaron por el mundo desde Nanterre hasta San
Francisco, Santiago de Chile, Bogotá y Medellín. Corría el año de 1968
y Jorge Rodríguez Arbeláez convocaba en su residencia a la
intelectualidad antioqueña presidida por el presidente Carlos Lleras
Restrepo para firmar el acta de fundación de una nueva empresa, una
insólita empresa del pensamiento y la libre discusión, para tratar temas
ya sugeridos en España por Ortega y Gasset y en Colombia por el
profesor Luis López de Mesa, el economista Luis Ospina Vásquez y el
arquitecto Antonio Mesa Jaramillo, como la urgente necesidad de
explorar la vocación del país hacia una cultura cierta y auténtica con
énfasis en la integración cultural. Tamaño despropósito debió confundir
a más de un empresario antioqueño calificándolo de una quijotada, ya
que en la citada juntanza se le daba vía libre a la creación de un instituto,
el mismo que se llamó durante muchos años Instituto de Integración
Cultural, con el nobilísimo propósito de realizar seminarios
interdisciplinarios, coloquios y conferencias. Un éxito fueron los
3. seminarios realizados aquí en Quirama sobre matemáticas, física,
química, teología y humanismo, con la participación de destacados
profesionales tanto nacionales y extranjeros. Por aquí pasaron entre
otros, Litto Ríos, Gabriel Poveda Ramos, Luis H. Fajardo, Raimon
Panikkar, Bruno Frich, Pierre Piganiol, Abel Naranjo Villegas, Gerardo
Botero Arango, Darío Suescún Gómez, Augusto Uribe Montoya,
Gislaine Ibiza de Restrepo, Joaquín Vallejo Arbeláez, René Uribe
Ferrer, William Lalinde Velásquez, Jorge Arias de Greiff, Héctor Abad
Gómez, Edgar Gutiérrez Castro, Santiago Pelaez, Álvaro Valencia
Tobar, Monseñor Néstor Giraldo Ramírez, Hermano Daniel González
Patiño, Darío Valencia Restrepo, Leonardo Uribe, Juan C. Uribe, Norella
Marín Vieco, Amparo Hinestroza, María José Isaza de Escobar, Pilar
Aramburo, José María Bochenski, Rocío Vélez de Piedrahita, Gabriel
Jaime Arango, Juan Luis Mejía, Benedicta de Echavarría… y la lista es
interminable, por que quién, del mundo de la ciencia, del arte, de la
cultura, del humanismo, de la política, de la teología, no pasó por este
meridiano del Recinto de Quirama con algún aporte importante para el
país! Pero ya desde el primer momento se vio que era difícil sostener
una empresa de esta naturaleza, “un instituto de estudios inútiles” como
lo llamara en algún momento el propio Luis Ospina Vásquez, que solo
4. podía repartir buenas intenciones, buenas propuestas, amén de
algunos dividendos espirituales. Porque de verdad, esta empresa nunca
dio los rendimientos económicos de una empresa capitalista. La
emergencia económica decretada en 1974 en el gobierno de López
Michelsen y la crisis de los textiles en Antioquia, cortaron en seco los
aportes tanto públicos como privados que recibía el Instituto Integración
Cultural, obligándolo a recortar sus programas y paralizar proyectos
como el de la Aldea de la Cultura. Sin embargo y a pesar de todas las
contingencias, la propuesta de Jorge Rodríguez Arbeláez se abrió
camino diversificando los servicios del Recinto de Quirama en las áreas
de la hotelería y la actividad cultural. En 1981 realizamos aquí el primer
encuentro nacional de aficionados a la astronomía con la participación
del famoso astrónomo inglés Patrick Moore y propusimos en el marco
de ese encuentro memorable, la creación de un pregrado de astronomía
en Antioquia. Años después, el 10 de octubre de 1984 y gracias al
empeño de la Sociedad Julio Garavito, que había surgido como un
grupo de amigos en el propio Instituto de Integración Cultural,
inaugurábamos en Medellín el Planetario “Jesús Emilio Ramírez
González”. A cielo abierto contemplamos las estrellas gracias a la
hospitalidad de Jorge Rodríguez Arbeláez, al empeño del ingeniero
5. William Lalinde Velásquez, a la sabiduría de Octavio Restrepo
Restrepo, a la creatividad de Francisco Restrepo Gallego y a la iniciativa
costeña de Diógenes Hill Orozco. Poco tiempo después tendríamos
aquí un observatorio astronómico, el observatorio “Guillermo Echavarría
Misas” en el cual se emplazó un fino telescopio Zeiss, una donación del
propio filántropo antioqueño. En ese sentido, conquistamos a pulso un
espacio amable para el encuentro de amigos en torno a temas
científicos y culturales, mostrando, para emplear las palabras de Nuccio
Ordine, “la utilidad de lo inútil”. Mirar las estrellas para crear un
prospecto abierto al infinito… Para hacernos preguntas antes que
intentar responderlas... Para compartir sueños y sentimientos al pie de
una chimenea... Para volver a integrar la belleza, la poesía, la ciencia y
el humanismo con esa pasión que solo se tiene cuando uno es muy
joven en la vida. Volver a las noches estrelladas, al infinito mundo donde
se anudan el asombro y las ansias de libertad. Aprender con un Raimon
Panikkar superado, que el diálogo no es para confrontar sino para
enriquecernos los unos de los otros. Que no hay un mundo sin Dios, sin
Hombre, sin Conciencia, porque el Universo está dentro de nosotros
mismos. Aprender con Teilhard de Chardin, que la verdadera
espiritualidad es un canto de adoración a la Materia que trasciende en
6. la compasión universal. Que todos somos parte de la naturaleza, de una
naturaleza divinizada en el Cristo Cósmico que se expresa y vive en
todas las criaturas. Que somos parte del gran flujo de la vida y de la
muerte. ¡El Alfa y Omega de Teilhard! La década de los 80 fue terrible
para Colombia con la toma guerrillera del Palacio de Justicia, la tragedia
de Armero, la crueldad sin límites del narcotráfico, el sacrificio de Luis
Carlos Galán, sin embargo y a pesar de todo, el “foyer” de Quirama no
se extinguió y a fuerza de tanteos y equilibrios en la cuerda floja, Jorge
Rodríguez Arbeláez siguió adelante con un grupo de místicos que
supieron sacar avante la propuesta del Colegio de Altos Estudios de
Quirama, que es “Universitas” a cielo abierto, escuela de líderes y en
donde está permitido el libre debate y en donde no hay ni puede haber
respuestas absolutas, porque este espacio, es y debe ser siempre un
proyecto abierto. Un proyecto interdisciplinario en donde la astronomía,
la cosmología, la ecología, la teología, la filosofía, el arte, la poesía y
sobre todo, la espiritualidad, apunten al horizonte del humanismo. Un
horizonte trascendente a través del amor porque sin amor no vale la
pena vivir. No podemos abandonar la confianza que nos inspira el
pensamiento de Heidegger de ponernos en camino de una estrella… Es
la estrella de la tarde que Van Gogh pintó al pie del ciprés, la cabaña,
7. el coche y la pareja de viandantes que regresan del trabajo… Los
desafíos actuales para el Colegio de Altos Estudios de Quirama y su
programa de formación avanzada FAD, son de una dimensión más que
propedéutica, universal y bienhechora. El transhumanismo que ruge
como un dragón feroz en las puertas de esta segunda década del siglo
XXI, anuncia con la soberbia de remozado Mefistófeles, la
obsolescencia de la Humanidad. Del grito libertario de Pico della
Mirandola, proclamando la dignidad humana, nos vamos acercando al
hombre fallido que no sabe cómo conjurar la violencia que anida en su
corazón con su despiadada ambición de someter el mundo, en palabras
del filósofo Spinoza “como si fuera un imperio sobre otro imperio”. Del
Holoceno según lo dicen ya algunos respetados geólogos, hemos
pasado en dos siglos, a la era del Antropoceno, generando una fuerza
transformadora de los ecosistemas como nunca se había visto antes en
un lapso tan corto y amenazando el planeta con una extinción masiva
de especies animales y vegetales. Hay quienes creen que el cambio
climático, la contaminación y la sobrepoblación son el nicho de nuevas
pandemias, guerras e inmigraciones. Vivimos tiempos volátiles,
inciertos, inseguros. La pos-verdad, alimentada de la mentira sin
escrúpulos, del narcisismo de los líderes políticos, del más crudo
8. neoliberalismo, nos ha llevado a pensar y con alguna razón, que
estamos en una encrucijada de caminos, en una de esas esas “sendas
perdidas” de que nos habla Heidegger en sus “Caminos del bosque”.
Pero alto ahí, porque aún es tiempo de pensar y de actuar. No debemos
dejarnos confundir en este mar proceloso por el canto de las sirenas
que una vez quisieron extraviar a Ulises, ese rey de yunque y rey de
arado que nunca perdió la esperanza de regresar a Ithaca. No nos
dejemos extraviar porque el camino del Hombre es ser como el ciprés:
planta y árbol que apunta a las estrellas. Nuestra misión en palabras de
Heidegger, “es pensar y servir sin mérito ni ganancia, porque los
sirvientes también son poetas. Son dicientes del agradecimiento”.
No hay nadie en este momento que pueda decirnos hacia a dónde
vamos. Ya no hay una voz en el desierto como la de Isaías proclamando
que la injusticia social es repugnante a los ojos del Señor. Ya no hay
líderes humanistas, filósofos como en la antigüedad griega. Ya no hay
conductores de la Humanidad porque la avalancha del libre mercado
todo lo ha trocado en lo que solo se puede comprar en los bazares
bursátiles. Sin embargo “la utilidad de lo inútil” es hoy más necesaria
que nunca. Es imperativo volver a los tiempos en los que la palabra era
un festín del ágora. Porque es, citando a Heidegger de nuevo, “es en
9. el lenguaje, en donde encontramos la casa del Ser”. Estamos aquí
como guardianes de la resistencia. Como guardianes de un tiempo
mejor. Urge tener confianza, tener valor, tener generosidad y sobre
todo, tener fe para no capitular!
Gracias Jorge ! Gracias poeta como quisiste que te recordáramos
alguna vez, gracias por habernos puesto a soñar y congregarnos aquí,
hoy todavía, en este Recinto de Quirama, así sea escampados en aleros
prestados, porque lo que importa es por sobre todo, el espíritu de esta
gran obra. Antioquia debe tener una empresa del pensamiento.
Antioquia debe ser mucho más que un Silicon Valley… Antioquia debe
ser la casa de los humanistas, de los creadores, de los científicos, de
los escritores y los poetas... Antioquia debe cantar con el enajenado de
Bermejal, Epifanio Mejía, “Oh libertad que perfuman las montañas de mi
tierra!” Lo que se necesita para impulsar esta gran empresa es la
rebeldía de una juventud huracanada que ya no quiere ver en sus
montañas y valles, la dolorosa experiencia del lucro por el lucro, de la
ganancia por encima del trabajo honrado. Antioquia debe apostarle al
futuro del emprendimiento y la innovación. Es tiempo para la creatividad,
es el tiempo para mirar a las estrellas, para buscar el sentido en la
10. solidaridad y la compasión universal, es tiempo para una nueva
Humanidad!
¡Bienvenidos entonces a recordar la vida y la obra del humanista Jorge
Rodriguez Arbeláez!
Gabriel Jaime Gómez Carder
Recinto de Quirama, julio 8 de 2022