Éste es el número 20 del Mensuario de la Sociedad Julio Garavito para el Estudio de la Astronomía, el cual contiene un artículo de mi autoría. Además, se trata de un medio que dicha Sociedad dejó morir lamentablemente, lo cual jamás he podido justificar.
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MENSUARIO
JULIO 2009 VOL. 2 Nº 20
Historia de la Ciencia Hispana
La Edad de Plata
1
Por: Carlos Eduardo de Jesús Sierra Cuartas
2
Naturaleza del problema
No hay que insistir mucho acerca del des-
cuido tremendo de las sociedades hispanas
hacia la historia de la ciencia y la tecnología,
pues, como bien decía José Ortega y Gasset,
es mucho más fácil encontrar un torero en
Alemania que un filósofo en España, juicio
lúcido que aplica también al resto de países
hispano parlantes, países con investigación,
pero sin ciencia, según aguda percepción del
científico argentino-mexicano Marcelino Ce-
reijido, países acientíficos a más no poder.
En todo caso, los hechos son tozudos.
Entre los episodios de la historia de la ciencia
y la tecnología en el seno del mundo hispa-
no, conviene señalar la Edad de Plata, esto
es, el período que va de 1868 a 1936 en la
Madre Patria. Sin embargo, se trata de un
episodio desconocido en extremo por parte
del grueso de la población hispano parlante.
A duras penas, su conocimiento está limitado
a los reducidos círculos académicos de espe-
cialistas, filósofos e historiadores las más de
las veces. Y ni siquiera todos sus exponentes
están bien enterados al respecto. Además, ni
qué decir tiene que los círculos tecnocien-
tíficos hispanos quedan dentro de la gran
masa de ignorantes sobre el particular,
máxime cuando mantiene su vigencia otro
juicio lúcido de Ortega, aquél que se refiere
al talante de bárbaros modernos de los indi-
viduos que constituyen tales círculos tecno-
científicos, hechas las honrosas excepciones
del caso, lo que significa que los mismos
carecen del sistema de ideas acerca del
hombre y el mundo propios de nuestro tiem-
po. La incultura se multiplica por doquier co-
mo verdolaga en playa.
El Krausismo
Imposible comprender la historia hispana de
los siglos XIX y XX sin reparar en la influen-
1
Este artículo acompaña a la conferencia dada por el autor
ante la Sociedad Julio Garavito para el Estudio de la
Astronomía, en el Planetario de Medellín, el sábado 28 de
marzo de 2009 a las 10:00 a.m.
2
Profesor Asociado, Universidad Nacional de Colombia.
cia ejercida por el pensamiento krausista, un
intento interesante pergeñado por parte de
un sector de la intelectualidad española deci-
monónica a fin de modernizar el país. Como
fuente de inspiración de dicho pensamiento,
todo un movimiento, tenemos la obra del
pensador alemán Karl Christian Friedrich
Krause (1781-1832), más bien desconocido y
quien fue el epígono del gran movimiento
idealista. En realidad, no deja de ser curioso
el hecho que el krausismo español se haya
inspirado en una filosofía de factura idealista
dadas las metas prácticas y realistas que sus
corifeos y prosélitos perseguían. Ahora bien,
no hubo un krausismo único y uniforme,
pues, como advierte Antonio Jiménez García,
hay casi tantos krausismos como krausistas
3
.
Si miramos el panorama de la historia espa-
ñola del siglo XIX, hablamos de un país con
una situación política en constante tensión
habida cuenta que se agudizó el choque
ideológico entre las dos Españas, lo que
causó una alternancia política que imposibi-
litó la convivencia nacional. En concreto, al
morir el tristemente célebre Fernando VII, en
1833, la burguesía española se dispuso a
tomar el relevo en defensa de sus intereses
de clase frente a los del clero alto y la noble-
za terrateniente. Así, fue el enfrentamiento de
los sectores conservadores con los introduc-
tores de las ideas liberales
4
.
Al decir que hay tantos krausismos como
krausistas, estamos ante el hecho que el
krausismo fue una filosofía en constante
evolución, que buscaba adaptarse a la nueva
marcha de los tiempos para darle solución a
los problemas científicos, sociales y políticos,
mediante la impregnación de las nuevas
corrientes ideológicas que sustituyeron al
idealismo alemán, como el positivismo y el
neokantismo. De esta suerte, el krausismo
español hizo un uso político de la filosofía.
De aquí que no faltasen las contradicciones,
puesto que hubo diferencias, y bien grandes
a veces, entre la filosofía de Krause y la de
los krausistas españoles. Detrás de esto,
subyace la sospecha en cuanto a que Julián
Sanz del Río, el más conspicuo de los filóso-
fos krausistas españoles, pese a su buen co-
3
Jiménez García, Antonio. (1992). El Krausismo y la
Institución Libre de Enseñanza. Madrid: Cincel.
4
Ibíd., p. 30.
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JULIO 2009 VOL. 2 Nº 20
nocimiento del idioma alemán, no hubiera
captado toda la complejidad y riqueza de
matices del arduo lenguaje filosófico de Krau-
se, oscuro y confuso5
. En cualquier caso, el
krausismo supuso un revulsivo para la cultura
española de entonces, anquilosada a causa
del escolasticismo.
Sanz del Río (1814-1869) permaneció beca-
do en Alemania entre el verano de 1843 y
fines de 1844, en la Universidad de Heidel-
berg, estudiando con aplicación la filosofía de
Krause. Luego, de regreso en España, retira-
do en el pueblo de Illescas, durante casi una
década, se dedicó a meditar y reelaborar el
sistema de Krause. De esto, nacieron varias
traducciones y libros. Falleció en 1869, en
palabras de Francisco Giner de los Ríos,
“extenuado, más que por su intenso trabajo
de siempre, por la barbarie del medio y las
persecuciones”
6
.
La Institución Libre de Enseñanza (ILE)
A la hora de investigar acerca de la historia
de la educación en el mundo hispano, con-
viene no pasar por alto la Institución Libre de
Enseñanza, máxime que su influencia llegó al
otro lado del Atlántico con motivo del exilio
científico y pedagógico español provocado
por la guerra incivil española. Por otra parte,
su figura más destacada, Francisco Giner de
los Ríos, contribuyó a fundar, junto con San-
tiago Felipe Ramón y Cajal, la mayor gloria
científica del mundo hispano, la Junta para
Ampliación de Estudios (JAE) en 1907, uno
de los frutos que dio la reacción regeneracio-
nista en España tras el desastre colonial de
1898, por el cual dicho país perdió sus últi-
mas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Además, la JAE tuvo un papel destacado en
la actividad científica española del primer ter-
cio del siglo XX, la Era Cajal como la han
bautizado algunos historiadores.
El origen de la Institución estuvo en las lla-
madas cuestiones universitarias. A raíz de la
primera de éstas, quedaron expulsados de
sus cátedras universitarias Julián Sanz del
Río, Fernando de Castro, Nicolás Salmerón y
Francisco Giner en los primeros meses de
1868. La causa de fondo estuvo en la vincu-
lación de ellos con el krausismo, acosado
5
Ibíd., p. 29.
6
Ibíd., p. 70.
entonces por las fuerzas reaccionarias. La
causa aparente fue la negativa de Salmerón
y Castro a firmar un escrito de adhesión a la
monarquía, el expediente incoado a Sanz del
Río por la inclusión del Ideal de la Humani-
dad para la vida, la obra célebre de Krause
7
,
en el índice de libros prohibidos y la solidari-
dad de Giner para con ellos. Luego, en sep-
tiembre del mismo año, la revolución que
destronó a Isabel II repuso a los catedráticos
expulsados. Pero, tras dicha revolución, a los
seis años, surgió la segunda de tales cuestio-
nes. En concreto, en 1875 quedó abolida la
libertad de cátedra, lo que ocasionó la protes-
ta generalizada del profesorado progresista.
Esto degeneró en la expulsión de numerosos
catedráticos, incluidos Salmerón, Azcárate y
Giner. Apenas en 1884 se repondría a todos
los catedráticos.
Fue justo durante este segundo alejamiento
forzoso de la universidad que Giner, junto
con otros compañeros y correligionarios, fun-
dó, en 1876, la Institución Libre de Enseñan-
za, en la cual puso en práctica todas las
ideas reformadoras que la enseñanza oficial
no toleraba. Stricto sensu, hablar de la Insti-
tución, su historia y sus logros merece un
artículo completo, cosa que ya he hecho en
otra parte
8
, pero, para mostrar su alcance,
mencionemos a varios de quienes pasaron
por sus aulas: Leopoldo Alas (Clarín), Luis
Simarro, Antonio Machado, José Castillejo,
Azorín, Manuel Azaña, Juan Ramón Ji-
ménez, José Ortega y Gasset, Gregorio Ma-
rañón, Eugenio d’Ors, Américo Castro y Al-
berto Jiménez Fraud. Por otro lado, figuras
conspicuas de las ciencias, las letras y las ar-
tes pasaron por la Residencia de Estudian-
tes, uno de los centros de inspiración institu-
cionista: Bergson, Einstein, Howard Carter,
Keynes, Marinetti, madame Curie, Paul Clau-
del, Le Corbusier, etc. Así mismo, dieron con-
ciertos allí Maurice Ravel, Wanda Lando-
wska, Manuel de Falla, Joaquín Turina e Igor
Strawinsky. Creo que esto ilustra la influencia
que la Institución tuvo en el remozamiento de
7
Krause, Karl Christian Friedrich y Sanz del Río, Julián.
(1985). Ideal de la Humanidad para la vida. Barcelona: Orbis.
8
Sierra Cuartas, Carlos Eduardo de Jesús. (2007). La obra
educativa de Francisco Giner de los Ríos como concreción del
programa kantiano. En: Revista Tecnológico de Antioquia. N°
17.
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la vida cultural y científica española de su
tiempo.
A fin de apreciar mejor el contraste entre la
Edad de Plata y el oscurantismo a ultranza
del reinado de Fernando VII, reproduzcamos
este fragmento, aparecido en la Gaceta de
Madrid el 3 de mayo de 1827, correspondien-
te a una declaración vergonzosa del claustro
de profesores de la Universidad de Cervera,
con la cual querían demostrar su adhesión a
la testa coronada de marras
9
: “Todos somos
de un corazón y de un alma: lejos de noso-
tros la peligrosa novedad de discurrir, que ha
minado por largo tiempo, reventando al fin
con los efectos que nadie puede negar, de
viciar las costumbres, con total trastorno de
imperios y religión en todas las partes del
mundo”. En otras palabras, “lejos de nosotros
la funesta manía de pensar”, frase que man-
tiene su vigencia en virtud de la actual crisis
o traición de los intelectuales, fenómeno de-
bidamente diagnosticado y explicado por
autores como Heinz Dieterich
10
y Alfonso
Sastre
11
. Con todo, no faltaron los egresados
institucionistas que renegaron de su compro-
miso intelectual a la postre, como Azorín y
Ortega y Gasset
12
.
La influencia de la Institución Libre de Ense-
ñanza alcanzó Hispanoamérica, sobre todo
en México. En este país, los maestros repu-
blicanos exiliados a causa de la guerra incivil
española fueron recibidos con los brazos
abiertos por el presidente Lázaro Cárdenas.
De facto, con la ayuda económica del Gobier-
no republicano en el exilio, se fundaron va-
rias instituciones educativas en la capital de
México y en otras ciudades. En general, los
maestros exiliados continuaron con la aplica-
ción de las metodologías activas y renova-
doras que solían practicar en las escuelas
españolas. Eran maestros convencidos de
que la educación es un factor de desarrollo
humano y social, amén de consolidación de-
mocrática genuina e instrumento esencial pa-
9
García Remiro, José Luis. (2003). Frases con historia.
Madrid: Alianza.
10
Dieterich, Heinz. (2005). Crisis en las ciencias sociales.
Madrid: Popular.
11
Sastre, Alfonso. (2005). La batalla de los intelectuales o
nuevo discurso de las armas y las letras. Buenos Aires:
CLACSO.
12
Ibíd.
ra pergeñar una sociedad más justa
13
. Inclu-
so, no deja de ser risible que algunas institu-
ciones franquistas hicieran una mala copia de
las realizaciones de la ILE14
. En todo caso,
no es exageración afirmar que los principios
pedagógicos institucionistas mantienen su
vigencia: la tolerancia, el trabajo, la seriedad,
el rigor, etc.
La moral de la ciencia en España entre las
dos repúblicas
A grandes rasgos, tras cierto auge del despo-
tismo ilustrado, que tuvo más de despotismo
que de ilustrado, en la España dieciochesca,
el reinado de Fernando VII se distinguió por
un oscurantismo exacerbado. Luego del mis-
mo, al igual que del de su hija, Isabel II, hubo
cierta esperanza en España, y no sólo entre
sus élites, acerca de la renovación social
merced a la ciencia, sobre todo con motivo
del desastre colonial de 1898. Fue una moral
colectiva basada en lo que se veía como
ciertas cualidades taumatúrgicas de la cien-
cia, una moral que estuvo presente en el
tránsito entre dos repúblicas
15
.
Por ejemplo, el ingeniero de minas Lucas
Mallada concibió las reformas necesarias en
tanto ingeniería social. Por su parte, otro re-
generacionista, el químico Rodríguez Carra-
cido, propuso combinar modernidad con tra-
dición mediante la adaptación de la tecno-
ciencia europea por la vía del injerto respe-
tuoso de las particularidades del medio re-
ceptor. De otro lado, el ingeniero Pablo de
Alzola y Minondo proponía hacer fuerte a Es-
paña por medio de una política ambiciosa de
obras públicas. Desde luego, el enfoque de
Alzola era tecnocrático como el que más.
Ahora bien, el texto científico regeneracio-
nista que caló más hondo en la opinión públi-
ca fue el discurso de ingreso en la Real
Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Na-
turales pronunciado por el insigne Santiago
Felipe Ramón y Cajal el 5 de diciembre de
13
Marqués, Salomó. (2005). La escuela se fue al exilio. En: La
aventura de la historia. Año 7, N° 81.
14
Palacios Bañuelos, Luis. (1986). Conversación con Ramón
Carande: José Castillejo y la Institución Libre de Enseñanza.
En: Revista de Occidente. N° 66.
15
López-Ocón Cabrera, Leoncio. (1998). La formación de un
espacio público para la ciencia y la tecnología en el tránsito
entre dos repúblicas. En: Lafuente, Antonio y Saraiva, Tiago
(eds.). Imágenes de la ciencia en la España contemporánea.
Madrid: Fundación Arte y Tecnología.
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1897, convertido luego en un libro primoroso,
Los tónicos de la voluntad. De acuerdo con
Cajal, el mejor antídoto contra los males na-
cionales radicaba en el trabajo paciente, per-
severante y tenaz hecho en el laboratorio. En
otras palabras, Cajal estimaba que lo que
menos necesitaba España eran los charlata-
nes, tan abundantes en la cultura hispana en-
tonces como ahora, y más ciudadanos imbui-
dos del modo científico de ver el mundo. Esto
convirtió al ilustre histólogo aragonés en el
héroe civilizador de la España que trataba de
superar la crisis de 1898. De ahí que se lla-
me al primer tercio del siglo XX en España
como la Era Cajal, una edad dorada de la
ciencia hispana y una edad de plata de las
letras españolas. No obstante, este floreci-
miento de la ciencia en España tuvo su seria
limitación, puesto que su punto fuerte estuvo
en el campo de las ciencias biológicas, de
ahí lo aportado por Cajal y su Escuela. En
cambio, las ciencias físicas y químicas tuvie-
ron un papel mucho más modesto al carecer
España de una sólida infraestructura indus-
trial.
Por supuesto, la moral de la ciencia no se
convirtió en una moral colectiva en España
así de golpe, sino que fue un proceso gradual
y acumulativo. En esta labor, colaboraron los
divulgadores no profesionales con su esfuer-
zo educativo. Fue la época de una revista cé-
lebre, La ilustración española y americana,
orientada a la difusión de la ciencia entre los
sectores populares. Dentro de este auge de
la moral de la ciencia, cabe inscribir el viaje
hecho a España por Albert Einstein en 1923,
aunque no puede decirse que estuvo en olor
de multitudes como asevera Leoncio López-
Ocón Cabrera en su ensayo, puesto que, por
otra parte, Pedro Voltes destaca que la aco-
gida brindada a Einstein por la prensa espa-
ñola fue zumbona y grotesca, machaconería
en la que tuvieron que ver los profesorcitos
locales, la burguesía y el pueblo, fruto de la
envidia y la mugre mental y espiritual
16
. Así,
el entusiasmo regeneracionista en materia de
la moral de la ciencia parece haber distado
mucho de haberse traducido en la adquisi-
ción del modo científico de ver el mundo por
parte del cuerpo social hispano.
16
Voltes, Pedro. (1999). Historia de la estupidez humana.
Madrid: Espasa Calpe.
Además, el interés inusitado por los asuntos
tecnocientíficos durante la Edad de Plata pro-
dujo un diálogo fructífero entre científicos y
humanistas que impregnó la obra cultural de
las vanguardias artísticas. Pero, por desgra-
cia, la infausta guerra incivil destruyó una es-
fera pública sensible a la cultura de la tecno-
ciencia, como podemos apreciarlo en una no-
vela de Luis Martín Santos, Tiempo de silen-
cio, en la cual ofrece una visión dramática de
lo que fue tratar de hacer ciencia en la Espa-
ña franquista, período de honda desolación
científica y cultural. He aquí sus primeras lí-
neas
17
:
Yo miraba por el binocular y la preparación
no parecía poder ser entendida. He mirado
otra vez: “Claro, cancerosa”. Pero, tras la mi-
tosis, la mancha azul se iba extinguiendo.
“También se funden estas bombillas, Ama-
dor.” No, es que ha pisado el cable. “¡Enchu-
fa!” Está hablando por teléfono. “¡Amador!”
Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio,
mira, me ve. “No hay más.” “Ya no hay más.”
¡Se acabaron los ratones! El retrato del hom-
bre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y
que libró al pueblo ibero de su inferioridad
nativa ante la ciencia, escrutador e inmóvil,
presidiendo la falta de cobayas. Su sonrisa
comprensiva y liberadora de la inferioridad
explica –comprende- la falta de créditos. Pue-
blo pobre, pueblo pobre. ¿Quién podrá nunca
aspirar otra vez al galardón nórdico, a la son-
risa del rey alto, a la dignificación, al buen pa-
sar del sabio que, en la península seca, es-
pera que fructifiquen los cerebros y los ríos?
Aquí, el hombre de la barba es nada menos
que don Santiago Felipe Ramón y Cajal, el
modelo que seguía inspirando vocaciones
científicas incluso en medio del franquismo.
Pero, no nos engañemos: la existencia de vo-
caciones científicas en un porcentaje exiguo
de miembros de una sociedad que no ha
asimilado el modo científico de ver el mundo
no significa que ésta tenga cultura científica.
Al fin y al cabo, una golondrina no hace ve-
rano.
17
Martín Santos, Luis. (2000). Tiempo de silencio. Barcelona:
Crítica.
5. __________________________________________________________________________________________________
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JULIO 2009 VOL. 2 Nº 20
PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE
INVENTOS Y DESARROLLOS DE LA ERA
ESPACIAL – 2ª PARTE
18
Por: Alberto Patiño
5. ¿Cuál fue el primer Norteamericano en
orbita terrestre ?
John Glenn.
El 20 de febrero de 1962 los Norteamérica-
nos, pusieron en órbita el cohete Friendship
VII que llevaba una cápsula dentro de la cual
se encontraba el astronauta piloto John H.
Glenn de 40 años. Después de dar tres vuel-
tas a la Tierra, el astronauta pulsó los man-
dos que le llevaron a descender en aguas del
Atlántico donde fue recogido por el destructor
"Noah". El vuelo había durado 4 horas, 55
minutos. La nave pesó 1930 Kg y tuvo un
solo tripulante.
El 29 de Octubre de 1998, ya el senador
Glenn, con 77 años de edad, hizo un viaje
espacial con 7 tripulantes más en el trasbor-
dador Discovery. El peso de la nave fue
69770 Kg.
6. ¿Cómo se llamó el primer hombre en la
luna?
El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong, co-
mandante del Modulo Lunar Apolo 11, se
convirtió en el primer ser humano en pisar la
Luna.
7. ¿Cómo se llamó la primera estación espa-
cial ?
El 19 de abril de 1971 el Saliut 1 fue la pri-
mera estación espacial de la historia lanzada
por la Unión Soviética.
8. ¿Cuál fue la primera estación espacial
Norteamericana?
Skylab fue la primera estación espacial esta-
dounidense en misión no tripulada lanzada el
14 de mayo de 1973. Finalmente, el 11 de ju-
lio de 1979 cayó sobre territorio de Australia,
18
La primera parte se publicó en el
MENSUARIO Nº 17 de abril - 09
lo que implicó a la NASA una multa de US
$400 por arrojar basura en territorio público.
9 ¿Cuándo fue lanzado el primer robot y
hacia cuál planeta?
El 20 de Agosto de 1975 fue lanzada la mi-
sión VIKING hacia Marte y colocó sobre la
superficie de Marte el primer robot lanzado a
otro planeta. A su vez fue también la primera
vez que los científicos estadounidenses ha-
cían descender suavemente una nave en
otro planeta.
La nave Viking llevaba un verdadero labora-
torio a bordo, destinado a buscar indicios de
vida en Marte, incluyendo una pala que
extrajo material para su análisis. Se demostró
que Marte era un mundo inhóspito, desierto y
frío, con una temperatura media de 100 gra-
dos Celsius bajo cero. Y una superficie este-
rilizada por la radiación UV y el viento solar,
que cae sin obstáculos sobre el planeta
10 ¿Cual es la misión de la Estación Espa-
cial Internacional?
La Estación Espacial Internacional es un gi-
gantesco mecano situado en órbita alrededor
de la Tierra a 386 km. Puede acoger a siete
astronautas permanentemente. Su energía
es proporcionada por los paneles solares
más grandes que jamás se hayan construido,
de una potencia de 110 kw. La Estación
Espacial Internacional (EEI) es un proyecto
común de cinco agencias del espacio: la
NASA (Estados Unidos), la Agencia Espacial
Federal Rusa, la Agencia Japonesa de
Exploración Espacial, la Agencia Espacial
Canadiense y la Agencia Espacial Europea
(ESA).
La ISS dispondrá de seis módulos donde fun-
cionarán laboratorios dedicados a la investi-
gación tecnológica, científica y espacial. Los
campos a que se dirigirá principalmente la
investigación en la ISS son: BIOLOGIA, CO-
NOCIMIENTO SOBRE LA TIERRA, MICRO-
GRAVEDAD, CIENCIA ESPACIAL, INGE-
NIERIA Y TECNOLOGIA Y NUEVOS PRO-
DUCTOS.
Los anteriores han sido unos de los principa-
les hitos en la historia de la era espacial. En-
6. __________________________________________________________________________________________________
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MENSUARIO
JULIO 2009 VOL. 2 Nº 20
tre hito e hito se han presentado los inventos
y desarrollos de los cuales nos ocuparemos
enseguida.
11. ¿En cuántos capítulos se pueden clasifi-
car los Inventos y Desarrollos de la Era Espa-
cial?
En siete capítulos a saber:
• CONSUMO, CASA Y RECREACION.
• GESTION MEDIOAMBIENTAL.
• MEDICINA Y SALUD.
• PRODUCCION INDUSTRIAL Y
TECNOLOGIA MANUFACTURERA.
• SEGURIDAD PÚBLICA.
• TECNOLOGIA DE COMPUTADORES.
• TRASPORTE.
12. ¿Haciendo una breve descripción, cuáles
podrían ser algunos de los Inventos y Desa-
rrollos del primer capitulo: CONSUMO, CASA Y
RECREACION?
ALIMENTOS DESHIDRATADOS Y LIOFILIZA-
DOS.
La NASA desarrolló una tecnología para lle-
var los alimentos abordo de las misiones del
Apolo. La liofilización utilizada en alimentos
como sopas y café instantáneo es un proce-
so en el que se congela el alimento y luego
se introduce en una cámara de vacío para
que se separe el agua por sublimación. De
esta forma, se elimina casi toda el agua con-
tenida en el producto original permitiendo que
el alimento retenga sus valores nutricionales
y a la vez disminuya en 20% su peso inicial.
BOLIGRAFO ESPACIAL.
El bolígrafo espacial fue desarrollado para
uso en el espacio. Los bolígrafos conven-
cionales dependen de la gravedad para que
fluya la tinta a la punta de la bola. El cartucho
de tinta contiene gas presurizado que impul-
sa la tinta hacia la punta de bola. Emplea una
tinta especial que funciona en ambientes muy
calientes y muy fríos. Frío glacial (-45º C).
Ebullición (+120º C). En estado de ingravidez
espacial, bajo el agua y sobre superficies
grasientas incluso al revés.
COMIDA DE BEBÉ ENRIQUECIDA
A través de una investigación sobre algas
conducida por la NASA, se encontró que
algunas de ellas contenían dos ácidos grasos
esenciales que también están presentes en
la leche materna. Estos ácidos juegan un pa-
pel importante en el desarrollo visual y men-
tal de los bebés. Ahora en más de 60 países
se le agrega a la comida de los niños un in-
grediente sintético que contiene este tipo de
ácidos.
HORNOS MICROONDAS
El norteamericano Percy Le Baron Spencer
patentó en 1945 un aparato que se conver-
tiría en el horno de microondas. Sin em-
bargo no fue hasta 1967 cuando se empeza-
ron a fabricar los primeros hornos de uso do-
méstico, como los que conocemos hoy en
día. Debido a su gran utilidad para calentar
alimentos de una forma rápida sin la necesi-
dad de fuego. Ahora es empleado en las na-
ves espaciales de la NASA.
NEVERAS Y CALENTADORES PORTATILES
Basado en los sistemas de enfriamiento es-
paciales de la Nasa empleados en la tecnolo-
gía termoeléctrica, las nevera / calentadores
portátiles se conectan a los tomas de cigarri-
llos de los carros y a cualquier toma de hote-
les, casas botes, etc..
TELEFONO INALAMBRICO
También el teléfono inalámbrico fue desarro-
llado para emplearse como sistemas de co-
municación en los viajes espaciales.
TRAJE DE BAÑO AERODINAMICO
La NASA desarrollo vestidos de baño ente-
rizos con ranuras que reducen la fricción y el
arrastre aerodinámico, modificando la turbu-
lencia del aire cerca de la piel. Tienen de 10
a 15 por ciento de mayor velocidad. Actual-
mente están rompiendo record establecidos
ZAPATOS PARA ATLETAS
El material de las botas lunares encapsulado
en el medio de las suelas de los zapatos de
los corredores mejora la absorción del
impacto y provee mejor estabilidad y control
de movimiento. (CONTINUARA)
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