2. Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora pero la serpiente no desistía. La luciérnaga no lo podía entender y un día huyó lejos. Se quedó atónita al contemplar que la serpiente la seguía.
3. Pasó un día y otro y, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente: - ¿Puedo hacerte tres preguntas?
4. - No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar. – contestó la serpiente. - ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? – preguntó la luciérnaga. - ¡No!– contestó la serpiente…
5. -¿Yo te hice algún mal? – dijo la luciérnaga. - ¡No! – volvió a responder la serpiente. - Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo? Después de un minuto de silencio en el que la luciérnaga creyó morir, la serpiente le gritó:
8. Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo ni daño a nadie?
9. Cuando esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, no permitas que te lastimen, aunque sea agotador, sigue brillando y no podrán tocarte… porque tu luz seguirá intacta. Tu esencia permanecerá, pase lo que pase…..
10. Sé siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los predadores.