La comunidad microbiana de un lago está compuesta por una gran diversidad de bacterias y arqueas. El estudio analizó las especies presentes mediante secuenciación del ARN ribosómico 16S y descubrió que la composición de la comunidad cambia a lo largo del año y según la profundidad del agua, con bacterias fotosintéticas predominando en la superficie durante el verano y bacterias heterótrofas en las profundidades durante el invierno.