Artículo histórico sobre la 1ª fábrica de luz de Algeciras en C/Muro nº 1, propiedad de la S.A. de alumbrado Eléctrico de Algeciras, fue una de las 5 primeras que entraron en servicio en Andalucía durante 1.890, año en el que se inicia la generación eléctrica para uso de alumbrado público en dicha región.
Artículo publicado en la revista nº 53 del C.O.P.I.T. de Cádiz, en mayo de 2014.
Clasificación de Equipos e Instrumentos en Electricidad.docx
1ª Fabrica de luz de Algeciras, (Cádiz)
1.
2. La electricidad llegó a Algeciras en 1890, fecha
en la que se constituyó la Sociedad Anónima de
Alumbrado Eléctrico de Algeciras, con un capi-
tal de 175.000 pesetas, suficiente para la ins-
talación de la fábrica y sus accesorios,
negociándose la emisión de 350 acciones. La
compañía formada para la gestión del alum-
brado público adquirió ese mismo año una casa
en la Calle Muro nº 1: una central termoeléc-
trica de 100 CV, equipada con una máquina de
vapor marca Compound de 1.500 gramos de
carbón por caballo, para suministrar la energía
necesaria para la iluminación de la ciudad, lo
que supuso el salto a la modernización defini-
tiva del alumbrado.
La Fábrica de la Luz de Algeciras fue una de las
cinco primeras que entraron en servicio en An-
dalucía. En 1891 se formaliza el contrato de
alumbrado público con el Ayuntamiento de Al-
geciras y se comienza a prestar servicio. Se co-
locaron 198 luces, sustituyendo a los faroles de
petróleo. La intensidad era de 16 y 10 bujías
(en 118 y 80 de las lámparas respectiva-
mente). Desde la fábrica partía una red bifilar
de sección suficiente para alimentar mediante
corriente continua 1500 lámparas de 16 bujías.
La iluminación tendría lugar entre el toque de
oraciones y la misa de madrugada, excepto du-
rante las ferias, veladas, etc. Excepcional-
mente, como medida de ahorro, los días de
luna llena y los de cuarto creciente 2º y 3º per-
manecería la ciudad sin luz. La legislación es-
pañola en esa época se decantaba por dejar
esta actividad a la iniciativa privada. La conce-
sión de atribuciones a los ayuntamientos en
materia de iluminación se remonta a la década
de 1870.
La ubicación de la fábrica era magnífica porque
al lado, en la playa del Murillo, se descargaba el
carbón destinado al alimento de la maquinaria.
Por Victor
Manuel
Patricio
Amo
Primera
Fábrica de luz
en Algeciras
Con este reportaje rescatamos un pedacito de la historia de Algeciras: los comienzos del alumbrado público con la
que fue una de las primeras fábricas de luz de Andalucía. Ésta es sólo una pequeña muestra del arduo trabajo de in-
vestigación que ha llevado a cabo el compañero Victor Manuel Patricio Amo, cuyo tatarabuelo fue Manuel Patricio
Ragel, Director de la Fábrica de Luz.
3. El alumbrado eléctrico de la Real Feria de Alge-
ciras en la última década del siglo XIX supuso
un hito importante, cuya trascendencia quedó
reflejada en los periódicos de la época. En 1898
se solicita ampliar el alumbrado eléctrico a las
escuelas, a raíz de producirse un incendio en la
Escuela pública provocado por un quinqué.
El periódico “ El Ultimo Telegrama “ del 26 de
junio de 1897, informaba que al Director de la
Fábrica, (Manuel Patricio Ragel, tatarabuelo del
que redacta), no le adornaba ningún título, sólo
conocimientos adquiridos en estudios privados,
y que era un atrevimiento hermoso. Esto nos
hizo recordar que el Edison auténtico, para
dotar a la humanidad de inventos tan grandio-
sos, no necesitó ningún título académico, bas-
tándole la fe en sus estudios privados.
La Sociedad Anónima de Alumbrado Eléctrico
de Algeciras estaba integrada en la Asociación
de la Industria Eléctrica de España (precursora
de la actual UNESA).
En el libro Gibraltar y su Campo del periodista
Lutgardo López Zaragoza, publicado en 1899,
se resaltaban las principales conquistas alcan-
zadas por Algeciras después de una centuria de
superaciones: "Algeciras ha llegado a la pleni-
tud de sus esfuerzos para colocarse a la cabeza
de los pueblos de este Campo por la belleza de
su caserío, por el mejoramiento de sus calles
adoquinadas, por el esplendor con que celebra
su renombrada feria, por el ferrocarril, la fá-
brica de luz eléctrica y otras valiosas mejoras”.
En esta época aún sigue planteándose el uso
del acetileno como alternativa a la electricidad
para el alumbrado público, que era en su época
objeto de acalorada controversia. Existen im-
portantes intereses económicos que defienden
el uso del acetileno como alternativa a la elec-
tricidad para el uso de alumbrado público.
En 1900 la provincia que cuenta con mayor nú-
mero de municipios con alumbrado eléctrico es
Jaén, seguida de Sevilla, Córdoba y Cádiz. Las
provincias más “retrasadas” en el proceso de
electrificación son Huelva, Almería y Málaga. Al
principio, cuando aún eran escasos los focos
eléctricos disponibles, se trasladaban para re-
forzar la iluminación, tal como ocurrió en la fes-
tividad de Todos los Santos de 1900, en el que
Chimenea vista desde Plaza Alta en 1915
Vista desde la playa del Murillo en 1915
Vista desde la Bahía
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4. los focos de la plaza de la Constitución se lle-
varon a la de abastos para animar el concierto
de la banda militar. En esta época se acuña el
término "Central", ya que la electricidad produ-
cida hasta entonces lo era en baja tensión, lo
que hacía imposible su transporte a gran dis-
tancia por las elevadas pérdidas que se produ-
cían en las líneas de transporte, por ello las
fábricas de producción eléctricas debían de ser
construidas en las proximidades de los centros
de consumo, obligando a su ubicación en el
centro de gravedad del mismo.
En 1901 el Ayuntamiento abonaba al gerente
Manuel Patricio mensualmente 1.228'50 ptas.
por el alumbrado eléctrico de la ciudad.
Una valoración de primera mano de lo que sig-
nificó para los algecireños la llegada de la luz
eléctrica, es el testimonio transmitido por el al-
calde de Algeciras Emilio Santacana en su libro
Antiguo y Moderno Algeciras de 1901:
“ El alumbrado de aceite (. . . ), continuó hasta
1891, año en que se inauguró la fábrica de luz
eléctrica, la cual, nos ha colocado en este ramo
á la altura de las capitales; teniendo Algeciras
la satisfacción de haber sido uno de los prime-
ros pueblos de España en establecerla con éxito
completo. No hemos pasado por el sistema in-
termedio del gas, sino que hemos saltado de la
relativa obscuridad del petróleo al brillante arco
voltaico, debido á la iniciativa de varios de
nuestros convecinos, que formaron la empresa
y expusieron su capital cuando todavía se du-
daba del buen éxito de la luz á juzgar por lo ex-
perimentado en otras partes; pero el resultado
fue satisfactorio y ya va para diez años que esta
ciudad se ve alumbrada por la luz incandes-
cente, demostrando con ello que es un pueblo
que desea marchar con la época”.
En 1902 se rescinde el contrato, proponiéndose
el Ayuntamiento gobernante volver al alum-
brado por medio de petróleo. No obstante, la
falta de licitadores en la puja hace reconsiderar
la idea y de nuevo se tramita el servicio con la
compañía eléctrica.
Aunque el alumbrado público se fue ampliando
al compás de las mejoras urbanas (en 1905 se
compraron 20 farolas nuevas), el Ayuntamiento
y la compañía no se entendieron bien, entre
otras cosas, por causa de las deudas que el Mu-
nicipio acumuló para con la Sociedad.
Pérez-Petinto en su obra inédita, tras alabar a
estos vecinos ejemplares que hicieron posible
el alumbrado público de las calles algecireñas,
nos cuenta que limitado en sus inicios "el ser-
vicio a las noches sin luna y en las oscuras
hasta la una de la madrugada, fue acogido con
inmenso júbilo por la población". Pronto llega-
rían los problemas, que el que fuera Secretario
del Ayuntamiento de Algeciras, reseña:
“La falta de pago del Ayuntamiento que ascen-
día a unas 400.000 ptas. motivó el que la So-
ciedad cortase el suministro de fluido; el
Ayuntamiento interpretando estas medidas
como una ofensa a su crédito, contrató con D.
José López Navarro en Octubre de 1908 el ser-
vicio de alumbrado público y dependencias mu-
nicipales por gas acetileno como se efectuó
hasta fines de 1909”.
A partir de 1908 comienzan a universalizarse el
uso de las lámparas de filamento en España.
Todas las compañías eléctricas experimentan
un espectacular aumento de los abonados resi-
denciales al tiempo que se incrementa el nú-
mero de calles iluminadas. En octubre de 1908,
se concedió licencia a D. José Conté para mon-
tar una segunda fábrica de fluido eléctrico ali-
mentado por gas y tendido de red aérea, que
entró en servicio en 1911, compitiendo por la
obtención de las concesiones privadas durante
las décadas siguientes, (no así por el contrato
municipal para el alumbrado público, ya que no
disponía de una potencia instalada suficiente).
Paralelamente a la iluminación de las calles, in-
teresa instalar la electricidad en centros públi-
En esta época se acuña el término Central, ya que la electricidad producida
hasta entonces lo era en baja tensión, lo que hacía imposible su transporte
a gran distancia por las elevadas pérdidas que se producían en las líneas
de transporte, por ello las fábricas debían ser construidas en las
proximidades de los centros de consumo
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5. cos y domicilios particulares. El primer proyecto
conocido de suministro completo a la ciudad fue
ideado en 1908 por el Ingeniero Militar Miguel
Cardona, al servicio de la segunda Fábrica de
electricidad instalada en Algeciras. El fluido pro-
cedía de la central situada en las inmediaciones
de la plaza de toros La Perseverancia, propie-
dad de Conté Hermanos.
Durante los dos últimos años de la Primera
Guerra Mundial (1914-1918), el precio del car-
bón mineral se encareció de forma significativa,
afectando a los costes de producción de elec-
tricidad. Mientras tanto, la Sociedad Anónima
para el Alumbrado Eléctrico continúa ofreciendo
sus servicios como tal hasta 1919, (para en-
tonces ya habían fallecido algunos de los socios
fundadores), hasta que en 1919, se procede a
la Subasta Voluntaria de sus instalaciones.
Finalmente, la Sociedad fue adquirida por Ma-
nuel Patricio Ragel, quién seguirá explotando la
Central directamente, a partir de este momento
bajo su nombre. En esta nueva etapa, se ob-
serva que existe una pugna comercial por la
captación de los clientes privados entre los 2
proveedores locales de electricidad existentes.
Se produce una dura competencia de precios,
así como una agresiva estrategia comercial por
parte de la Central Eléctrica Conte para inten-
tar captar las pólizas de suministros privados.
Sirva el dato de que, por cada mes y lámpara
de 16 b.f.m., Conte cobraba 6,75 Ptas., frente
a las 8,60 Ptas. de Patricio, y las de 25 b.f.m.
las facturaba a 8,50 Ptas.
La medida en bujías, (unidad empleada para
medir la intensidad de un foco de luz artificial,
que no pertenece al sistema internacional, lla-
mada también vela, usada sobre todo en
EE.UU. como vela, o candela por pie cuadrado),
equivaldría a razón de 3 vatios por bujía, lo que
hacía 30 W para las de 10 bujías, 48 W para las
de 16 bujías, y 75 W para las de 25 b.f.m.
Por esta época ya había establecimientos que
vendían “aparatos electromotores”, lo que con-
tribuye a divulgar nuevos usos de esta forma
de energía.
En un recibo típico de cualquiera de las dos cen-
trales eléctricas existentes en aquella época ha-
bría tres aspectos que llamarían la atención,
por las diferencias con la facturación del sumi-
nistro hoy en día, y que sirven para retratar as-
pectos de la vida en ese periodo. En estos años,
se pagaba en función de la potencia de las
bombillas de que disponía la casa:
- "De sol a sol": era una de las modalidades de
suministro. Era la más extendida y consistía en
tener luz sólo durante la noche. En aquellos
años sin electrodomésticos no se quería elec-
tricidad de día.
- También había una modalidad con tarifa lige-
ramente más elevada con servicio permanente.
- Como todavía no se usaban electrodomésticos
ni estufas eléctricas tampoco era necesario un
contador. Los primeros contadores se pusieron
bastante tarde, por ello, en un recibo de póliza
privada lo habitual era pagar una cuota fija.
También existiría posibilidad de recibir corriente
industrial para industrias y comercios, para
éstos últimos se comenzaron a poner contado-
res, y a quien no se ponía un contador la com-
pañía eléctrica le colocaba una "rata", que en
realidad era un limitador de potencia.
En esta época el cobro de los recibos de luz se
realizaba mediante un equipo de trabajadores
de las Centrales Eléctricas dedicados a tal me-
nester, que recaudaban casa por casa.
El Diario de la Mañana denuncia en 1921 los
elevados incrementos practicados en las póli-
zas, haciéndose eco del descontento público
que se ha generado, e informa que, debido a la
elevada morosidad acumulada por parte del
ente público, la Central de Manuel Patricio Ragel
ha procedido a cortar el suministro de alum-
brado público al Ayuntamiento. En esta otra
ocasión, es Manuel Patricio Ragel quién intentó
rescindir el contrato de alumbrado público eléc-
trico con el Ayuntamiento, pero el Gobierno
Civil desestimó su pretensión.
Finalizada la 1ª Guerra Mundial, se abre una
etapa de intensificación de la adquisición de so-
ciedades eléctricas por parte de la Compañía
Sevillana de Electricidad. Se consolida la ya po-
sición dominante en las localidades más próxi-
mas a Sevilla, y se acomete la absorción de
compañías eléctricas más alejadas, localizadas
en el entorno de la Bahía de Algeciras: San
Roque, La Línea, Algeciras y Los Barrios.
En 1924 se concedió licencia a D. José Gómez
Catalá para montar en el molino de la Ermita
una pequeña central hidroeléctrica, la Sociedad
Eléctrica San José, ofreciendo alimentar gratui-
tamente el alumbrado del Hospital Civil y cien
luces del público.
6. En octubre de 1925, la poderosa entidad Sevi-
llana adquiere la Sociedad de Conté Hermanos
por 400.000 pesetas. Cabe reseñar, que con an-
terioridad, Conte y Patricio habían acordado en
“pacto de caballeros“ no vender sus respectivas
empresas a Sevillana, pacto que Manuel Patricio
cumplió hasta sus últimas consecuencias. Manuel
Patricio Ragel cesa la actividad de su Fábrica de
Luz y disuelve su sociedad. Existen evidencias
documentales sobre su funcionamiento hasta al
menos 1928. Tras una dura competencia de pre-
cios con Sevillana y la Hidroeléctrica San José
S.A. por la obtención de su cuota del mercado de
suministro privado, llegó un punto en el que la si-
tuación se hizo insostenible para el suministrador
más veterano, llegando incluso a consumir toda
su fortuna, además de vender durante cierto pe-
riodo por debajo de sus costes de producción. So-
portó un importante volumen de impagos
procedentes de recibos de consumo privado. Su
maquinaria e instalaciones eran más antiguas y
de tecnología menos eficiente que la de sus com-
petidores (vapor vs hidroeléctrica), lo que a éstos
últimos les permitió vender su fluido a un precio
mucho más económico. Se ponía fin a una aven-
tura empresarial pionera en su sector: una de las
cinco centrales eléctricas más antiguas de Anda-
lucía y de las más longevas. Casi cuatro décadas
que supusieron un recorrido plagado de obstácu-
los y vicisitudes pero que abrió el camino de la
luz en Algeciras.
Interior de la Fábrica, Manuel Patricio Ragel y su nieto junto a varios operarios
La Fábrica de
la Luz de
Algeciras fue
una de las
cinco primeras
que entraron
en servicio en
Andalucía
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