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Arsenio Rodríguez, padre del son montuno
1. Alvaro Kike Barcia en Epocas:
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Los Mejores Salseros del MundoMe gusta esta página
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Un día como hoy, 30 de diciembre 1970, en Los Ángeles, California,
Estados Unidos, falleció Ignacio de Loyola Rodríguez Scull, mejor
conocido en el ambiente musical como Arsenio Rodríguez, “El Ciego
maravilloso”.
Fue un excelente Músico ejecutante del Tres, Compositor, Arreglista,
Cantante y Director de sus propias Agrupaciones. Con el formato
instrumental del Conjunto de Arsenio Rodríguez, se inició la era de los
conjuntos y una nueva etapa en la sonoridad e interpretación del son
cubano, con mayor riqueza sonora y armónica, posibilidad que le daba la
inclusión de más trompetas, piano y tumbadora, así como el destaque del
cantante como solista dentro de la agrupación.
Nacido en Güira de Macurijes, Matanzas, Cuba, el 30 de agosto de 1911,
desempeñó un trascendental papel en el desarrollo del llamado “Son
Montuno”. En 1936 ingresa en el septeto Boston, dirigido por su primo
Jacinto Scull, y en 1938, funda el septeto Bellamar, integrado por José
Interián, director y trompeta; Esteban Regueira, guitarra y segunda voz;
Arsenio Rodríguez, tres; Luis Regatillo, contrabajo; Manuel Manrique
(Moro), voz prima y maracas; Mario Carballo, bongó, y José R. Ortiz,
cantante. Con esta agrupación actuó en la academia de baile Sport
Antillano que fue la génesis del conjunto de Arsenio Rodríguez; en este
período graba un disco con la orquesta Casino de la Playa. Tocó en el
cabaret Sans-Souci con la banda de Tommy Dorsey, con Buddy Rich en la
batería; en Tropicana, trabajó con Wooddy Herman.
Su formación de “Conjunto”, con más de una Trompeta, definió un sonido
que sentó las bases para el desarrollo de la música que posteriormente se
llamó Salsa. El propio Arsenio explica los cambios que él introduce en el
son:
«Comencé a trabajar en mi música nueva en 1934, y ya en 1936 lograba
mis frutos. Pero la consolidación de mis ideas novedosas dentro del género
del son vino en 1938.»
Y precisa:
2. «Organicé un nuevo sistema de conjunto. Pensé que el antiguo formato de
septeto, con la trompeta, la guitarra y el tres no tenía la armonía necesaria y
le agregué un piano y tres trompetas. También le incorporé la tumbadora.
Al año siguiente, desaparecieron los septetos y todo el mundo usaba las tres
trompetas y el piano […].»
Pero no fue sólo la ampliación del formato instrumental lo que aporta, sino
también —y esto quizás sea lo más importante— un nuevo repertorio y una
mayor variedad de ritmos y conceptos armónicos que enriquecieron no sólo
al son, sino también al bolero, la guaracha y algunas combinaciones como
el bolero-mambo y el bolero-cha. Además, se cuenta entre los precursores
del mambo; Arsenio utilizó desde sus primeras obras, según Helio Orovio,
«una base ritmática de origen congo, que mezclaba con pasajes
instrumenta-les ejecutados por las trompetas, inspirados en figuraciones
propias de los sones montunos tocados porlos treseros orientales, daban los
elementos definidores del nuevo género. Arsenio le llama diablo […]».
Y Arsenio precisa:
«Los descendientes de congo tocan una música que se llama tambor de
yuka y en la controversia que forman uno y otro cantante, siguiendo el
ritmo, me inspiré y esa es la base verdadera del mambo […]. Lo primero
que compuse en este estilo fue Yo son kangá; el primer “diablo” o mambo
que se grabó en disco fue So caballo.»
En 1940 Arsenio funda, como un desprendimiento del septeto Boston, el
conjunto que lleva su nombre, integrado por Arsenio Rodríguez, director y
tres; Lino Frías, piano; Rubén Calzado y Miguel Molinet, trompeta; Nilo
Alfonso, contrabajo; Gregorio López, guitarra; René Scull y Conrado
Cepero, cantantes; Marcelino Guerra, voz segunda y maracas; Antolín
Suárez (Papa Kila), bongó; e Israel Rodríguez (Kike), tumbadora.
En otras etapas el conjunto tuvo los siguientes músicos: Adolfo O’Reilly,
Rubén González y Luis Martínez Griñán (Lilí), piano; Benito Bustillo
(Benitín), Oscar Velazco (Florecita) y Félix Chappottín, trompeta; Carlos
Ramírez, guitarra; Lázaro Prieto, Agustín García y Luis Regatillo,
contrabajo; Félix Alfonso Vidal (Chocolate), y Arístides Soto (Tata
Güines), tumbadora; Miguelito Cuní, Joseíto Núñez, Pedro Luis Sarracén,
René Álvarez, Tazio Vila y Estela Rodríguez, cantantes.
Los arreglistas del conjunto fueron Rubén González y Lilí Martínez. Con
esta agrupación debuta en el Eden Concert y en el Sans-Souci. Aunque se
ha dicho y repetido, no fue Arsenio Rodríguez el primero en utilizar la
tumbadora y el piano en las agrupaciones de son; antes la tumbadora
formaba parte del septeto Afrocubano, dirigido por Santos Ramírez, y el
3. piano, porlos septetos Gloria Cubana, conducido por Feliciano García, y el
Cuba, de Fernando Collazo.
Indiscutiblemente que el de Arsenio fue uno de los primeros y más
importantes conjuntos de son, por haber dado una fisonomía nueva al
género. Llega a este en el momento en que estaban en su clímax los
sextetos y septetos. Conoceesa sonoridad pero no le satisface, de ahí que se
decida a ampliar el formato agregándole dos trompetas, piano y la singular
tumbadora. Tres aspectos hay que destacar en su conjunto:
Crea un estilo de ejecutar el tres, distinto al de los sextetos y septetos de
son
El piano hace un empaste con el tres a la vez que sus figuraciones
armónicas enriquecen este aspecto, además de arpegios y “tumbaos” que
aun hoy son de una vitalidad y originalidad sorprendentes
Se destaca la trompeta, en boca de Félix Chappottín, quien a partir de
escalas de la época del swing hace improvisaciones netamente cubanas. El
primer gran cambio en el son lo hace Arsenio con su conjunto. Desde
entonces, el género comienza una evolución que aún no termina.
Arsenio se radicó en los Estados Unidos en 1954, y allí siguió trabajando
en su música: creó otros conjuntos, en los que trabajaron los cantantes
Bobby Capó, Cándido Antomatei y Santiago Cerón (Sandi). Grabó nuevos
discos, y fue una figura influyente en el desarrollo de la música bailable del
mundo latinoamericano y caribeño de Nueva York y Los Ángeles.
Sobre su estancia en Estados Unidos, dice César Miguel Rondón:
«Arsenio Rodríguez, uno de los más importantes e influyentes tresistas que
han existido, vivió los últimos años de su vida en Nueva York. Es cierto
que lo que hizo el Ciego Maravilloso que grabó en esta última etapa
neoyorkina quizá era lo más opaco, o lo menos importante y entusiasmante,
de toda la vasta y exuberante producción que realizó a lo largo de su vida.
Sin embargo, la presencia de Arsenio ya fue determinante en cierta medida
para no pocos músicos que recién se iniciaban llenos de inquietudes en el
medio de Nueva York, no en balde, el estilo del tresista cubano para
concebir estructuras y atacar el son, sería con el tiempo demasiado
influyente y definitorio en el sonido global de la salsa. Y esto, en algún
sentido, tendría algo que ver con la incorporación del tres a la nueva
expresión.
Para corroborar esta afirmación es bueno recordar que el primer disco de
salsa donde el tres es usado en todas sus proporciones, posibilidades y
significados es el disco Homenaje a Arsenio, grabado por Larry Harlow y
su orquesta algunos meses después de la muerte del cubano. El otro disco
4. de Harlow, donde se saluda la memoria de Arsenio Rodríguez, ya basaría
su importancia en elementos musicales, de mucha mayor solidez y
trascendencia. Este fue el primer disco donde se oficializó la influencia de
Arsenio en la salsa, con todas las consecuencias que esto implicaba. Se
reunieron aquí seis números, cuatro de ellos composiciones originales de
Arsenio y dos concebidos especialmente para la ocasión.
Los temas del cubano (No llores, Suéltala, El terror, Quique y Chocolate —
rebautizado en Nueva York como Tumba y bongó) fueron presentados con
el mismo espíritu original, tan sólo readaptado, según los giros y modos
que caracterizaban al sonido salsoso, los mismos arreglos que estrenara la
orquesta de Arsenio. Y en otra parte precisa Rondón:
«No deja de ser lastimoso, por ejemplo, escuchar las últimas grabaciones
de Arsenio Rodríguez, uno de los grandes genios que ha brindado la música
del Caribe, responsable directo de muchas de las innovaciones que años
más tarde se utilizarían como bandera salsosa, que tuvo que terminar
grabando un boogaloo harto mediocre que de ninguna manera le
correspondía. Los discos que hizo el Cieguito Maravilloso en Nueva York
poco o nada tienen que ver con los trabajos previamente realizados en
Cuba, de aquel fabuloso Me boté de guaño al Hang on Sloopy que ahora
sonaba sin aliento, sólo resta la tristeza y el bochorno.»
Con el compositor y director de orquesta Mario Bauzá, viajó a
Copenhague, Suiza. En Nueva York, grabó con Kenny Clarke, quien los
tumbaos que se realizaban generalmente en la tumbadora, los hacía en la
batería; también lo hizo con Dizzy Gillespie, Bobby Richard, Al Blake,
Max Roach y Al Taylor.
En el último concierto ofrecido por Arsenio Rodríguez en el Parque Central
de Nueva York, estrenó un nuevo ritmo al que llamó quindembo, en el que
utilizaba, además de los instrumentos de su antiguo conjunto, los tambores
yuka, a la vez que los textos de las piezas interpretadas eran en lengua
conga. Según Fernando Ortiz:
«Quindembo. Masculino. Baile afrocubano traído por los congos. Se baila
al son de tres tambores llamados: yuca, mula y caja.»
Y Ortiz, citando a Francisco P. Gelabert, reproduce este texto de la «danza
quindembo»:
Plátano maduro
plátano pintón
ahí viene quindembo
pata de jamón.
5. Como prolífico Compositor, escribió cerca de 200 canciones, muchas de
las cuales fueron grandes éxitos en los inicios de la llamada “Salsa Clásica”
o “Salsa Brava”, contribuyendo a definir los destinos de dicha música en
las décadas de los 60’s y 70’s.
Rodríguez viajo a los Estados Unidos a principios de los 50, pues tenía
esperanzas de someterse a cirugía y recobrar la visión. Luego del
diagnóstico médico que le informo que no era posible que volviera a ver,
Arsenio, sumido en un intenso dolor, compuso uno de sus principales
temas: "La vida es un sueño", con una letra profunda, a diferencia del doble
sentido, el humor y los signos de religion africana que acostumbrara a tratar
en sus composiciones. Ahí siguió publicando discos, principalmente para
Tico y Blue Note. Para esta última compañía grabó Tribilín cantore y Palo
congo, aunque este último fue editado bajo el nombre de Sabú Martínez,
pese a que Rodríguez compuso casi todos los temas, cantó y tocó el tres y
la percusión.
Entre sus temas más populares están: “Fuego en el 23”, “Bruca Maniguá”,
“Mami”, “Me Gustó”, “El Divorcio”, “Papa Upa”, “El Reloj de Pastora”,
“La Yuca de Catalina” y “La Vida es un Sueño”. ¡Qué en paz descanse y
gloria eterna para él! #QueremosVerSalsa