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  1. 1. Quebrantar los mandamientos trae Maldición 1.- Versículo para Memorizar: "No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí" (Isaías 45:21) 2.- Enseñanza Bíblica: Hemos venido estudiando un hecho ineludible y es que las Bendiciones y las Maldiciones operan de acuerdo con leyes eternas e inmutables. No vienen por que sí, salvo las Bendiciones que se proyectan en la vida de quienes son fieles a Dios. Las Maldiciones, por el contrario, son la consecuencia de obrar en una dirección opuesta a la que el Señor nos ha enseñado como Su pueblo. También aprendimos que las Maldiciones tienen dos orígenes: el primero, son instrumento de juicio de Dios para los rebeldes e incrédulos, y el segundo, constituyen la consecuencia de la desobediencia. Esa es la razón por la cual muchos cristianos prosperan de tal manera que todos sus emprendimientos reciben abundancia mientras que hay quienes enfrentan problemas porque –tal como decimos en Latinoamérica—"por donde quiera que sacan la cabeza, les dan duro". En la Biblia aprendemos que quebrantar los mandamientos trae Maldición. ¿La razón? Es una manifestación abierta de querer hacer las cosas a nuestra manera, desconociendo al Supremo Hacedor quien nos ha dado pautas respecto a cómo andar en su reverencia y temor santo. 2.1.- La idolatría desata Maldición Por considerar que amerita un cuidadoso análisis, revisaremos hoy la enorme trascendencia que rodea a la idolatría y las consecuencias que desata. Para comprenderlo, le invito que vaya al libro del Éxodo capítulo 20 versículos del 1 al 5. ¿Lo hizo? Pues bien, una lectura cuidadosa del texto le revelará dos hechos fundamentales. El primero, que Dios no admite que tengamos dioses delante de Su presencia. El profeta lo expresó de la siguiente manera, hablando en nombre del amado Padre: "No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí" (Isaías 45:21) Un segundo aspecto que descubrimos es que no podemos inclinarnos—es decir rendir tributo y honra—a los ídolos. A Dios es al único al que debemos adorar. ¿Cuál es la razón para esta prohibición? La encontramos explicada en detalle en Romanos 1:20-23. Allí leemos de qué manera la idolatría lleva al hombre a apartarse de Dios. Se trata de una práctica perversa, adoptada del contacto que tuvo el pueblo de Israel con los paganos. Por esta razón no es concebible para un Hacedor como el nuestro que es celoso, omnipotente, santo y glorioso. Recuerdo en mi ya lejana adolescencia que me impactó la fotografía de un grupo de hombres y mujeres, algo así como quince, tomando refresco con veneno. Eran europeos y estaban cumpliendo un pacto: quitarse la vida si su equipo de fútbol perdía en un torneo internacional. A ese grado había llegado la idolatría. Pero no se sorprenda. En nuestro medio podemos hallar mucho más. Hombres y mujeres, de la farándula, la política, el deporte, la música, la televisión e incluso, del ambiente eclesiástico, se han convertido en ídolos y hay quienes les adoran. 2.2.- La idolatría contamina por generaciones Si damos una nueva ojeada al texto, encontraremos algo sorprendente que despierta temor: si una persona cae en la idolatría, cualesquiera que fuera desplazando el primer lugar que sólo debe ocupar Dios, acarrea Maldición y sobre su descendencia hasta la cuarta generación. Las representaciones idolátricas son ofensivas al Creador y por esta razón la cadena de Maldiciones apunta a convertirse en interminable. Puede ser heredada de antepasados o también por abrir puertas a la Maldición. Por tal motivo es necesario, de un lado deshacernos de todo aquello que pueda ligarnos a la idolatría, y de otra parte, contar mediante oración a Dios toda influencia de idolatría del pasado o del presente. En otras palabras, se debe renunciar a estas prácticas ofensivas al Señor. 2.3.- Puertas que se abren Hay quienes se ven enredados en la idolatría y el ocultismo fruto de su afán por satisfacer dos deseos que asaltan a todo ser humano: el de adquirir poder y conocimiento de lo que no entiende. Tenga presente que todo poder sobrenatural que no procede de Dios, tiene origen en Satanás. Igualmente el conocimiento oculto.
  2. 2. Si el hombre se distancia de Su Hacedor, corre el peligro de caer en la red del enemigo espiritual (2 Timoteo 2:26). Quienes lo hacen, quedan cautivos de cualquiera de las tres ramas del ocultismo: hechicería, adivinación y sortilegios (entre los que se encuentra el uso de drogas). Si ha estado inmerso en alguna de estas situaciones, permítame decirle que hay esperanza. Está en Jesucristo el Señor. Él rompe toda atadura. ¡Hoy es el día para ser libre! Búsquele en oración. Renuncie a todo contacto con el mundo de la idolatría o el ocultismo, que son instrumentos de Satanás. Permítale a Dios que sea el dueño de su vida. ¡Verá los cambios que experimentará en su vida personal y espiritual! 3.- Devocionales para la Semana: Lunes: Proverbios 9:1-18; Martes: Proverbios 20:1-30; Miércoles: Mateo 7:15-20; Jueves: Mateo 10:34-39; Viernes: Mateo 18:15-22; Sábado: Marcos 4:1-20; Domingo: Lucas 12:13-21.

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