El documento discute cómo las recientes reformas en el sistema educativo han reconocido el papel de la medición y evaluación. Una característica clave de estas reformas es que identifican la evaluación como un elemento para mejorar el sistema a todos los niveles. También señala que el cambio en la educación requiere un cambio social más amplio y que a veces se producen cambios menores para evitar un cambio total de la estructura.