El autor expresa su esperanza de que Perú y Chile resuelvan pacíficamente su disputa de límites a través de la Corte de La Haya en lugar de recurrir a la guerra. Argumenta que la mayoría de los ciudadanos de ambos países no consideran importante luchar por unos pocos kilómetros cuadrados y que es momento de dejar atrás las historias de confrontación para construir una hermandad entre los dos países vecinos.
PRIMERA CRITICIDAD DEL REACTOR NUCLEAR RP10: 30 NOV 1988
CARTA A LOS HERMANOS CHILENOS
1. Zaguán de Oro Puquio
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CARTA A LOS HERMANOS CHILENOS: POR LA RAZÓN Y POR LA PAZ
Durante la semana pasada la noticia principal
fue la entrega de la memoria del gobierno
peruano a la Corte de la Haya, respecto al
conflicto de límites entre Perú y Chile.
Escuchamos y vimos las opiniones de los
representantes políticos de ambos países.
Incluidos la de los respectivos presidentes de
ambas repúblicas.
Pero, ¿qué decimos los de a pié, tu o yo, mi
querido amigo o amiga?. Nadie nos entrevista, ni
nos pregunta. ¿Vale nuestra opinión?. Yo creo
que sí. Y mucho.
A mí personalmente me interesaría, conversar
con más peruanos y también con chilenos.
Porque tengo la convicción que la mayoría de
nosotros, no considera de importancia hacer
una guerra por unos kilómetros cuadrados.
Sin embargo, mi estimado amigo o amiga, con fines de paz, deberíamos
ponernos de acuerdo definitivamente y evitar que año tras año, sigamos con las
permanentes discusiones de límites.
Cuando viajé a Arica y visité la ciudad, noté que había mucho más limpieza y
orden que en la vecina Tacna, por lo que a mi acompañante le comentaba, me
gustaría que los chilenos estuvieran en mi pequeño pueblo de Chiquián, para
ordenarlo como Arica.
Igualmente subí al morro, aquel histórico lugar donde Chile inició su triunfo en la
Guerra del pacífico. Nos explicaban como ocurrió la batalla. Todos esos hechos
consideré importantes recordarlos.
Pero mientras más los recordáramos, de esa manera, nuestros pueblos jamás se
sentirían amables los unos a otros. Una historia vencedora escrita a su modo
por los chilenos, y otra historia perdedora escrita, también a su modo, por los
peruanos.
Es decir, mirando nuestras historias de confrontaciones, las vallas se agrandan
cada vez tornándose imposible superarlas. Por ello en mi opinión, la única salida
para poder vivir en paz en el futuro, es borrar para las generaciones nuevas,
esas formas de presentar la historia. Pero como parece imposible borrarla, nos
queda solo un camino, propio de la gente racional y pensante.
Recurrir a un organismo internacional que zanje de una vez y para siempre esta
situación. Entonces, ya que hemos entrado (desde el 20/03/2009) a esa vía
definitiva de solución pacífica, no miremos más allá de eso, no escarbemos
nuevamente en las opiniones guerreristas sea de Chile o Perú, cerrémosle
espacio a todos esos que redoblan tambores de guerra, déjennos vivir como
queramos dentro de nuestros territorios y que los abogados y gente
especializada, se confronten en ese organismo, en ese espacio y solo ahí.
Agustín Zúñiga
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2. Zaguán de Oro Puquio
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Para que luego del resultado final que dé este organismo, se estirpe por siempre
esta piedra hiriente que impide la convivencia de peruanos y chilenos como
gentes civilizadas y racionales que aman la vida.
Por eso el camino que debemos
buscar es el de la razón y no el
de la fuerza. De otro modo, ¿para
qué existirían los organismos
judiciales si desconocemos sus
resultados? O, ¿de qué serviría
tener ciudades limpias, bien
ordenadas si empleamos la
fuerza para desconocer la razón
o la decisión de un juez?
Volveríamos al desorden, a las
épocas del más fuerte, del
“hombre es el lobo del hombre”,
o del caos y la desestructuración
de la sociedad.
Es momento estimado hermano o hermana chilena, que traslademos nuestras
desavenencias y desencuentros momentáneos al cuadrilátero de la Corte de la
Haya, y no oigamos las voces de promotores de conflictos, traficantes de
guerras, representantes de los grandes negociados de armas, que incentivan
confrontaciones cuando ellas deben superarse por la razón y no por la fuerza.
Nosotros, somos pueblos con grandes cantidades de ciudadanos en extrema
pobreza, de ahí que necesitamos de esos dineros, para llevar, comida, medicina
a nuestros hermanos del ande, en lugar que se gasten en tanques, aviones,
barcos y balas, símbolos de muerte y destrucción, como se ha visto
recientemente en Irak y Palestina. ¿Se imaginan hermanos, chilenos, cuántos
años han transcurrido de la guerra del pacífico y aun no podemos olvidarnos?.
Entonces, ¿cuántos años más tendrían que pasar para cerrar las nuevas heridas
que se abrirían si ocurriese una nueva guerra?
Esto nos debe hacer reflexionar y cerrar el paso a los uniformados o no que en
poses desafiantes, aventureras, en ambos lados, hablan de sus poderíos, de
fuerza y destrucción y no de la razón y paz. Siento y les digo, que muchos como
yo, en ambos países, desean que termine esto de una vez, por el único camino
que el ser humano debe transitar que es el de la razón, la decencia, el respeto a
las leyes y amor a la vida. Solo así, con seguridad, futuramente no hablaremos
más sobre límites, y sepultaremos estas discordias para siempre y dejaremos
que nuestros hijos y las nuevas generaciones vivan construyendo nuevas
historias. Historias de hermandad, de progreso entre dos países vecinos y jamás
recordando historias de guerras.
Las Pluma del Viento
Lima, 22 de marzo de 2009
Agustín Zúñiga
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