El documento describe cómo la falta de signos de puntuación en un testamento llevó a múltiples interpretaciones contradictorias por parte de los posibles herederos. Ante la imposibilidad de determinar el verdadero significado, el juez decidió quedarse con la herencia para el estado. También presenta un poema de amor sin puntuación, lo que llevó a distintas hermanas a creer que iba dirigido a cada una, hasta que el autor aclaró no estar enamorado de ninguna.
2. Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir
el siguiente testamento sin signos de puntuación:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis
tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de
ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».
¿CÓMO INTERPRETAR ESTE CONFUSO TESTAMENTO?
El juez encargado de resolver reunió a los posibles herederos,
es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los
jesuitas. Les entregó una copia del confuso testamento para
que le ayudaran a resolver el dilema. Al día siguiente, cada
heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de
puntuación.
3. - Juan, el sobrino:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco,
jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los
jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
- Luis, el hermano:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis!.
Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo,
para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
4. - El sastre:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis?
Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo,
para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
- Los jesuitas:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis?
Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún
modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo».
5. - El juez todavía pudo añadir otra interpretación:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis?
Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo,
para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó
la siguiente decisión: «... por lo que no resultando herederos para esta
herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más
que tratar queda terminado el asunto»
6. TRES HERMANAS QUE BELLAS SON
Estos versos tratan de una declaración amorosa que un joven poeta dirige a tres chicas. Sólo que al escribir sus versos el poeta
no utilizó signos de puntuación. Las jóvenes debían colocar los signos y, de esa forma, tratar de adivinar los sentimientos del
joven.
De esta forma, el joven envía la carta con los versos a las tres interesadas:
Tres hermanas que bellas son
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón
Si obedecer el razón
digo que amo a Soledad
No a Julia cuya bondad
persona humana no tiene
No aspira mi amor a Irene
que no es poca su bondad.
7. Soledad, que abrió la carta, la leyó a su conveniencia así:
Tres hermanas, que bellas son,
me han exigido las tres,
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
digo que amo a Soledad;
no a Julia, cuya bondad
persona humana no tiene;
No aspira mi amor a Irene,
que no es poca su bondad.
8. La hermosa Julia no estuvo de acuerdo y leyó así para evidenciar que era ella la
preferida:
Tres bellas, que bellas son,
me han exigido las tres,
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
digo que... ¿Amo a Soledad?
No!, a Julia, cuya bondad
persona humana no tiene.
No aspira mi amor a Irene,
que no es poca su bondad.
9. Irene, convencida de que sus hermanas estaban equivocadas la leyó así:
Tres bellas, que bellas son,
me han exigido las tres,
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón
Si obedecer es razón,
digo que Amo a Soledad?
No!. ¿A Julia cuya bondad
persona humana no tiene?
No!. Aspira mi amor a Irene
que no es poca su bondad...
10. Ante la duda, decidieron preguntarle al joven. El joven que se sintió acediado
por las tres jóvenes no encontró por cual decidirse y esto fue lo que les
respondió:
Tres bellas que bellas son,
me han exigido las tres,
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón,
Si obedecer es razón,
digo que Amo a Soledad?
No!... ¿A Julia cuya bondad
persona humana no tiene?
No!... ¿Aspira mi amor a Irene?
Que No!... !Es poca su bondad!