1. AUTOLIDERAZGO
Para el líder, el disponer de una visión vital equivale a la brújula del navegante. Lo
fundamental en la visión vital del líder es observar su inclinación, su énfasis entre el tener
y el ser.
Cualquier visión puede ser válida si puede ser transformada en beneficios para la
existencia, para la vida misma. Esta visión vital está basada en los principios y valores
personales profundos y a veces inconscientes.
Para vivir una vida plena a nivel personal y satisfacer la visión vital, es necesaria la
transformación permanente de uno mismo y, paradójicamente al mismo tiempo, poseer
una alta interiorización de principios y valores trascendentales que son permanentes.
El líder excelente se hace, se construye a sí mismo, es como una obra artística. Cuando
la esencia del líder se fundamenta en un sustrato de valores y principios simplemente
humanos, se desarrolla una proyección con sentido de la vida y profundas satisfacciones.
El liderazgo es como la belleza: difícil de definir pero fácil de reconocer si uno lo ve.
¿Cómo llegar a ser líder? ¿Cómo una persona se convierte en dirigente de otros? Casi
todos tenemos la capacidad de liderazgo. En efecto, casi todos podemos señalar alguna
experiencia de liderazgo en la vida.
En realidad, el proceso de convertirse en líder es más parecido a la realización de una
obra artística que al cumplimiento sistemático de un método con una docena de pasos a
seguir, o el practicar teorías.
La realidad de convertirse en un líder es más bien similar a la realidad de convertirse en
persona. El proceso de convertirse en persona y el proceso de convertirse en líder van de
la mano. La esencia del liderazgo es la auto expresión libre y total de mi yo integral. La
esencia de convertirse en persona es ser la persona que realmente quiero ser.
2. Un líder integral simboliza en forma completa a quien se ha auto explorado y lo sigue
haciendo, conoce sus fortalezas y puntos a mejorar, sabe lo que quiere y lo comunica
entusiasmado a otros para que lo apoyen y finalmente sabe como alcanzar sus metas.
En el fondo, el arte de llegar a ser líder es el arte de ser uno mismo. Así de simple y así
de complejo, paradójicamente. Al líder le compete un papel predominante en crear un
ambiente que exprese los valores y principios, que a su vez facilite en las personas la
búsqueda de objetivos dignos de sus mejores esfuerzos.
Definitivamente el líder se inventa a sí mismo, porque cada persona es única, y su
proceso personal evolutivo es único y autodirigido. El arte de convertirse en uno mismo,
en persona, es el arte de convertirse en líder. Visualiza un bloque de mármol amorfo e
imagina cómo cada quien, con cincel y martillo, a cada golpe esculpe su obra de
transformarse en persona y en líder.
Convertirse en líder es escribir su propia vida, es convertirse en uno mismo, auténtico,
espontáneo, natural, sin máscaras, es vivir con el flujo natural de la energía propia, la que
nace muy internamente y nos acompaña donde se desee andar sin parar, guiado por los
escenarios donde pueda ser útil al hombre humano.
Un ilustrativo cuento de A. Melo, nos induce a reflexionar muy profundamente sobre el
auto liderazgo.
“Un hombre encontró un huevo de águila y lo puso en el nido de una gallina, en un corral.
El aguilucho fue incubado junto con la nidada de polluelos, y creció con ellos.
Toda su vida el águila hizo lo que hacían los pollos del corral, creyendo que era uno de
ellos. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos. Piaba y cacareaba. Y movía
las alas y volaba unos pocos metros.
Pasaron los años y el águila envejeció. Un día vio un ave magnífica volando por encima
de ella, en el cielo sin nubes. Se deslizaba con graciosa majestad entre las poderosas
corrientes de aire, moviendo sus fuertes alas doradas.
3. La vieja águila miraba hacia arriba con asombro.
– ¿Quién es ése? –peguntó.
– Es el águila, el rey de las aves –le dijo su vecino –. El pertenece al cielo. Nosotros
pertenecemos a la tierra; somos pollos.
Así, el águila vivió y murió como un pollo, porque creía que era un pollo”.
Cuántos gerentes, supervisores u otras personas son colocadas (le dicen ascensos) en
puestos de mando y no se dan cuenta del rol fundamental de liderazgo en esas
posiciones. Los incuba una empresa-gallina que los cría, desarrolla y jubila como jefes-
pollo, sin entender que son lideres-águilas. No descubren que el destino no está escrito,
lo escribimos cuando desarrollamos la capacidad de asombro, al sorprendernos sabiendo
que podemos ser los arquitectos de nuestro destino. La autorrealización depende de
nosotros en la dinámica de gestión congruente entre el saber, el sentir y el hacer.
El auto liderazgo parte de un darse cuenta de quién soy, de ese conocimiento profundo
del yo interior. Con esta base del conocernos, podemos saber qué necesitamos para ser
lo que deseamos lograr como seres humanos, en un universo a nuestra disposición.
El liderazgo no se decreta, se alcanza por mérito propio cuando se satisfacen las
necesidades de los seguidores. Para poder satisfacer a otras personas debemos estar
satisfechos con nosotros mismos. No podemos dar lo que no tenemos. Para transformar
debemos transformarnos constantemente, buscando incansablemente la perfectibilidad
como seres, es hacer reingeniería continua del pensamiento.
El gran Confucio escribió en El Gran Aprendizaje: “Los ancianos que desean mostrar al
mundo sus caracteres refinados, primero deben ordenar sus estados. Aquellos que
desean ordenar sus estados deberían primero regular sus hogares. Aquellos que desean
regular sus hogares, deberían primero cultivar su persona. Aquellos que desean cultivar
su persona, primero rectificarían sus mentes. Aquellos que querían rectificar sus mentes,
4. primero buscarían la sinceridad de sus voluntades. Aquellos que buscaban la sinceridad
de sus voluntades, primero ampliarán sus conocimientos. La ampliación de los
conocimientos depende de la investigación de las cosas. Cuando se investigan las cosas,
el conocimiento se amplía, cuando el conocimiento se amplía, se adquiere la seguridad
de la voluntad; cuando se adquiere la seguridad de la voluntad, la mente se rectifica;
cuando la mente se rectifica, se cultiva la persona”.
El auto liderazgo es cultivar la persona, es encontrarse. Quien nunca se ha sentido
perdido no encontrará caminos nuevos. Browin afirmaba: “Cuando la lucha de un hombre
comienza dentro de sí, ese hombre vale algo”. La grandeza, lo valioso de la humanidad,
está dentro de cada ser. Buscamos explicaciones en el exterior infinito y no nos damos
cuenta que las explicaciones están dentro de nosotros.
El verdadero, autentico y original líder surge del interior del ser y se proyecta hacia el
exterior social, es como tener dos mitades unidas por un puente donde fluye la energía
del líder autodirigido por su deseo de servir y trascender más allá de cualquier sueño
imposible.