El documento describe cómo la persona solía pensar que su corazón y vida tenían límites definidos, pero se dio cuenta de que la vida siempre ofrece nuevas posibilidades y perspectivas, especialmente a través del amor de su hija, cuya sonrisa le cambió la visión y le mostró que no hay límites reales.

1. Pensaba que mi corazón tenía límites, que su tictac seguía un rumbo
sentía que amaba todo lo que tenía en mi vida.
imaginaba que el sendero había florecido durante todo el año
mis expectativas a flor de piel desbordaban de abundancia.
Pensaba que mis días no fluctuarían más bajo deseos inhóspitos
creía que toque el cielo mientras fantaseaba con mi destino
coqueteaba la sonrisa de mis ser afrontando mi realidad alegre
camino sinuoso de idas y vueltas con avatares en forma de obstáculos.
Pero me di cuenta que una sonrisa me cambio el punto de vista
que la vida no ha dado la última palabra y que tras el muro
siempre hay algo más para ver y sentir. Te escuche y me asombre
no hay límites, solo lo virtual se volvió algarabía y mucho amor
cuando apareciste coloreando todo con tu sonrisa mi vida mi luz
Hija mía calidez de mi motor propio que no tiene límites ni dolor.