Al dar informes, debemos procurar revelar la voluntad de Dios a la luz de sus bendiciones. No informaremos cuán bien hacemos las cosas, sino cuán bien hacemos la voluntad de Dios (ver Mat. 7:21). Los últimos modelos de evangeli- zación pueden atraparnos, y medir nuestros éxitos por cuán bien estamos en comparación con otras iglesias. Podemos estar más interesados en aparecer como exitosos que en buscar la voluntad de Dios para nuestra iglesia y seguirla por su gracia.
2. Si tomamos el libro de Hechos como un informe misionero, observamos cómo
Lucas nos relata la forma en que la Iglesia, gracias a la intervención divina,
creció con rapidez en todo el mundo antiguo.
En su informe, el autor destaca los resultados de la evangelización.
3. Si tomamos el libro de Hechos como un informe misionero, observamos cómo
Lucas nos relata la forma en que la Iglesia, gracias a la intervención divina,
creció con rapidez en todo el mundo antiguo.
En su informe, el autor destaca los resultados de la evangelización.
4. Aunque el informar de nuestras actividades de testificación y
evangelización no es tan importante como el dar las noticias del
evangelio, representa un eslabón clave en la cadena del plan divino
para salvar a la humanidad perdida. Es esencial comunicar la
actividad que Dios hace por medio de la iglesia.
Esta semana
estudiaremos las
distintas facetas del
informe misionero.
1. MOTIVACIÓN:
¿Por qué informar?
2. CONTENIDO:
¿Qué informar?
3. RESULTADO:
¿Qué se consigue
informando?
5. Nuestros informes quedan claramente influenciados por
la reacción que queremos conseguir en aquellos a los
que va destinado el informe.
Un claro ejemplo de ello lo tenemos en el caso de los 12
espías enviados a reconocer la tierra de Canaán
(Números 13:26-33; 14:1-9)
6. Para evitar que nuestros informes no surtan el efecto deseado, o que
las personas que lo escuchen puedan sentir en un futuro que fueron
engañadas por ese informe, debemos seguir algunas pautas.
a) La información debe ser lo más
completa posible.
b) Los informes han de ser honestos y
justos.
c) Debemos revelar la voluntad de Dios
a través de sus bendiciones.
d) No debemos resaltar lo que nosotros
hemos hecho, sino lo que Dios ha
hecho a través de nosotros, o la
forma en que hemos cumplido la
voluntad de Dios.
e) Hemos de buscar la voluntad de Dios
para nuestra iglesia y seguirla.
7. “Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes
cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta
de la fe a los gentiles” (Hechos 14:27)
“Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se
hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de
haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había
hecho entre los gentiles por su ministerio” (Hechos 21:18-19)
No necesitamos ser grandes
evangelistas como Pablo para
compartir con la iglesia LO
QUE DIOS HA HECHO por
medio de nosotros al ser
testigos y evangelistas para Él.
Esto debe ser hecho con
humildad, entusiasmo y amor
por las almas.
8. Cuando Pedro y Juan fueron arrestados y juzgados después
de haber sanado al cojo de nacimiento (Hechos, 4: 1-22)
informaron a la iglesia sobre lo que había ocurrido ante el
Concilio (Hechos 4:23-33)
Como resultado de este informe, los creyentes fueron
motivados a:
9. “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se
hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles
saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre
los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a
Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que
han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en
cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles
a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni
observen las costumbres” (Hechos 21:18-21)
Después de su tercer viaje misionero, Pablo regresó a
Jerusalén e informó a la iglesia sobre sus actividades
misioneras entre los gentiles. Este informe produjo
reacciones distintas.
Aquellos que escucharon a Pablo con el ánimo de ver
las maravillas que Dios estaba haciendo para el
desarrollo del Evangelio, alabaron a Dios.
Los que escucharon a Pablo con prejuicios sobre su
“teología”, lo criticaron a él y no se beneficiaron de sus
experiencias, ni se sintieron motivados a alabar a Dios.
10. Algunos vacilan en dar informes exitosos porque piensan que
es una forma de alardear por logros humanos. Sin embargo,
al informar fielmente se glorifica a Dios, y la iglesia se
fortalece en la fe y sigue trabajando para él. Los informes
pueden animar mucho a otros feligreses para que participen
en la obra de la evangelización y de la ganancia de almas.
Cuando Pedro visitó a Cornelio y lo bautizó, junto a todos
los que se reunieron en su casa, fue llamado por los
responsables de la iglesia para que explicase por qué había
quebrantado las costumbres judías. Podemos leer su
informe en Hechos 11: 4-17.
El informe de Pedro puso todo el énfasis en lo que Dios
había hecho. Como resultado, los ojos de los que lo
escucharon no se centraron en Pedro, sino en Dios.
“Entonces, oídas estas cosas, callaron, y
glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera
que también a los gentiles ha dado Dios
arrepentimiento para vida!” (Hechos 11:18)
11. Los resultados de los informes misioneros correctamente
presentados se pueden resumir en los siguientes puntos:
Invitan a la oración, el estudio de la
Biblia y la testificación.
La recepción positiva del informe lleva a
alabar a Dios. Una recepción negativa
produce críticas.
Motivan a la iglesia para seguir
avanzando en el trabajo de la
testificación y el evangelismo.
Glorifican a Dios.
12. “ L o s q u e a d q u ie r a n t a l
e x p e r ie n c ia a l t r a b a ja r p a r a e l
S e ñ o r d e b ie r a n e s c r ib ir u n r e la t o
d e e llo p a r a n u e s t r o s p e r ió d ic o s ,
a f in d e q u e s e a n a le n t a d o s . H a b le
e l c o lp o r t o r d e l g o z o y la
b e n d ic ió n q u e h a d is f r u t a d o e n s u
m in is t e r io c o m o e v a n g e lis t a . E s t o s
in f o r m e s d e b e n h a lla r c a b id a e n
n u e s t r o s p e r ió d ic o s p o r q u e s o n
d e g r a n a lc a n c e e n s u in f lu e n c ia .
S e r á n c o m o d u lc e f r a g a n c ia e n la
ig le s ia y u n s a b o r d e v id a p a r a
Elena G. de White, El colportor evangélico, cp. 11, p. 112
v id a . A s í s e v e r á q u e D io s o b r a
c o n a q u e llo s q u e c o o p e r a n c o n