El año sabático establecía una norma por medio de la que el necesitado disfrutaba de una segunda oportunidad. Cada 6 años el pobre y desamparado podía empezar de nuevo. Esta bendición se extiende al gentil cada 49 años. En la mente de todos estaba grabado que Dios, a su tiempo, trae salvación. Jesús anuncia un jubileo espiritual, que se extiende a judíos y gentiles, y que nos ofrece una oportunidad de salir de una condición de pobreza espiritual por medio de la obra redentora.