2. Os escribimos a los muchos amigos que, con vuestras oraciones y vuestro
cariño, nos habéis ayudado a prepararnos para el nacimiento de nuestra hija
María en esta tierra y para su nacimiento definitivo a la vida eterna. Como
ya seguramente sabréis, la niña vivirá pocos días fuera del seno materno,
incluso horas, debido a una hernia diafragmática que está impidiendo el
desarrollo de sus pulmones.
Ecografía de María a las 36 semanas de gestación
3. • Desde que lo supimos, la principal prioridad de nuestras
vidas ha sido que María sintiera, en su corta existencia, el
amor y la alegría. Que sintiera la seguridad de unos
padres que están convencidos de que la dignidad humana
no depende de su grado de perfección. Que para nosotros
ella es un ser humano único, con un valor infinito: nada
llenará el vacío que nos deje su pérdida.
4. • Desde las primeras ecografías, pudimos oír su
corazón latiendo, ver su cabecita, sus
manos... En las ecografías de tres
dimensiones la hemos visto moverse y hemos
descubierto sus rasgos: su boca, su nariz...
Tiene la misma carita que su hermano
pequeño. ¡Es preciosa!
5. La familia es el único grupo humano en el que se aprecia a cada
uno por ser quien es, y no por lo que vale o representa. Hace
diez años que nos casamos para formar una familia que Dios ha
bendecido con tres hijos varones, y ahora, con esta hija, a la
que queremos, no por lo que vale o por lo que representa, sino
porque es... ¡nuestra hija!
6. Una hija que ha vivido con su familia
la Primera Comunión de su hermano
mayor, las Bodas de Plata de la jura de
bandera de su padre, la fiesta de fin
de curso de sus hermanos, la victoria
de España en el Mundial de fútbol...
Esa noche, María estaba
dormida, mientras en casa, como en
cualquier familia española, sufríamos
con la final del Mundial. En el minuto
116 del partido se despertó y
comenzó a dar patadas. Sus hermanos
estaban convencidos de que vendría
el gol de España, ¡y así fue! Esa noche
sintió la alegría de su familia, de su
barrio, de toda su patria.
7. Mañana miércoles llega el día de inducir
el parto: María nacerá, lo hará querida y
acompañada. Y cuando muera lo hará
querida y acompañada, porque sus
padres no quisimos ceder a la presión de
los que han sido incapaces de ver en
ella, y en su madre, a un ser humano.
Junto al profundo dolor de saber que no
la tendremos más con nosotros en esta
vida, tenemos la serenidad de haber
intentado comportarnos como unos
buenos padres, también con ella.
Siso y Pilar