HOMILÍA DEL DOMINGO 2º DE NAVIDAD. DIA 3 DE ENERO DEL 2016
00. PARA CONOCER MÁS SOBRE LOS PAISS BÁLTICOS
1. (1º) Para conocer más antes del viaje a Los Países Bálticos
Los Países Bálticos, o Repúblicas Bálticas, son un paso más de nuestras salidas
al conocimiento de Europa y otros continentes. Poco a poco iré, con más o
menos "atino", describiendo en el blog los pasos de cada día, en los que narraré
los lugares singulares y hermosos por los que vayamos pasando. De momento
os dejo un pequeño aperitivo para conocer de un modo general esta bella parte
de Europa.
Países o Estados Bálticos son todos los que rodean o están bañados por las
aguas del Mar Báltico, si bien es cierto que este nombre suele hacer referencia
a tres: Estonia, Letonia y Lituania. Realmente otros países como la vecina
Polonia, Suecia o Finlandia también deberían ser llamados así, aunque en la
realidad y en la mente de todos nosotros los tendemos a catalogar en otros
grupos.
Los tres países a los que me refiero están en el área sur-oriental de la
zona báltica, con playas infinitas, bosques vírgenes y cordillera
quebradas. Toda la región tiene unos 7.000.000 de habitantes y son
países fronterizos con la Federación Rusa, Bielorrusia, Polonia y
Kaliningrado, región que pertenece a Rusia a pesar de no estar unida
físicamente a ésta. Toda el área es bastante semejante en relieve,
aunque quizás sea Estonia la parte más plana. Casi toda la población
se centra en las tres capitales: Tallin, Riga y Vilnius (o Vilna) a las que
haremos protagonistas de en nuestras visitas.
Toda la zona ocupada por estos países está muy virgen,
prácticamente entre el 40 y el 50 % de la tierra son frondosos
bosques, por lo que es un lugar con abundancia de parques naturales, la mayoría de ellos protegidos y explotados como
tal. Son innumerables los ríos, lagos y zonas húmedas; lo cual
hace que la fauna y la flora sean excelentes. Esta parte de
Europa es muy rica en rutas de aves migratorias. En los tres
países abundan los frutos silvestres y las bayas, sobre todo las
rojas, con las que se hacen varias bebidas, vinos y licores.
También encontramos líquenes árticos, orquídeas y muchas
setas. También es un lugar con una gran fauna salvaje, así
abundan los osos, lobos, cigüeñas, focas o alces.
Históricamente la zona se mantuvo alejada de los grandes
imperios de la Antigüedad y no fue conquistada por ninguno. Su
sociedad era tribal y los habitantes originarios del lugar eran una
serie de pueblos, conocidos en general, como los Baltos,
habitantes con distintos orígenes, pero la mayoría indo-europeos
y asiáticos, que a su vez se mezclaron los que ya había. Sin embrago es cierto que el Imperio Romano conocía la zona, ya
que toda el área del Báltico era (y es) famosa por la producción de ámbar. Así los romanos hicieron una serie de rutas
comerciales a través de Centroeuropa, con calzadas romanas incluidas, para poder traer hasta el Mediterráneo el
preciado material, esa vía fue la famosa Ruta del Ámbar.
El cristianismo llegó muy tarde al lugar. En el siglo XIII los habitantes bálticos seguían siendo paganos, principalmente
seguidores de las religiones druídicas, más antiguas.
Incluso Lituania fue la que se cristianizó más tardíamente, siglo XIV, a pesar de ello fue la que más férreamente abrazó la
religión cristiana, también en la actualidad, ya que la influencia de la cercana, y muy católica Polonia, estaba presente. No
se sabe demasiado de las costumbres paganas previas, únicamente a través del folklore, las canciones populares, algunos
restos artísticos (muy pocos) y escasos textos. Estas costumbres previas a las bulas papales de Clemente III e Inocencio III
en la Baja Edad Media, que dieron margen a la cristianización, nos son bastante desconocidas; si bien en la actualidad, en
los tres países, están teniendo cierto repunte. Los Papas permitieron que distintas órdenes de caballería llegaran a la zona
para evangelizarla, hubo principalmente dos órdenes importantes en el área: los Caballeros Teutónicos y La Orden de los
Caballeros Livonios de la Espada, aunque estos se fusionaron finalmente con los primeros. Estas guerras y conquistas
tienden a llamarse la Cruzadas Bálticas. Pero antes de que esto ocurriera, los pobladores del Báltico (excelentes marineros
y expertos en la construcción de barcos) tenían una religión animista, por la que creían que las plantas, los árboles, los
ríos, los mares o las montañas tenían alma. También los animales o los lugares la tendrían, y muchos de los seres vivos
eran realmente la representación de espíritus y dioses naturales. Por lo tanto había bosques o estanques sagrados, con
oraciones, rituales y canciones a ellos. Algunos de los dioses principales eran:
Dievs: Cielo. Saule: Sol. Pérkunas: Trueno. Menes: Luna. Taara: Guerra. Ahti: Agua.