3. Universidad de Granada
Facultad de Bellas Artes “Alonso Cano”
Departamento de Pintura
IN VISIBLE
Memoria Performance
Azucena Almendros Pérez
Granada. Mayo 2009
4. INDICE
1. Introducción
2. Sistema de etiquetas
2.1 Relación etiqueta-sociedad
2.2 El consumo irresponsable
3. De escaparates
4. Lo íntimo se hace público
5. La mirada inesperada
6. Mis visiones---Conclusiones
6.1 Algunas imágenes
7. Bibliografía
8. Apéndices
8.1 Apéndice 1. Citas.
8.2 Apéndice 2.
9
5. 1. INTRODUCCIÓN
“La idea de “superación”, que tanta importancia tiene en toda
la filosofía moderna, concibe el curso del pensamiento como
un desarrollo progresivo en el cual lo nuevo se identifica con lo
valioso en virtud de la mediación de la recuperación y de la
apropiación del fundamento-origen.
Nuestra herencia más próxima heredada, de los siglos XIX y
XX, es la negación de estructuras
estables del ser”(1)
La sociedad del consumo en la que nos encontramos inmersos de pies a cabeza, nos lleva en
cierto modo a comportamientos arquetípicos, y sobre todo artificiales, que nos convierten de una
manera directa en simples muñecos de ocio, de manipulación, y de consumo. Nos consumimos
unos a otros, aunque de una manera sutil, con la mirada, con la observación. Es el morbo de
observar al otro desde el extremo de la cámara, desde la mirilla, sin que se nos reconozca.
Con este trabajo intento denunciar de alguna manera los roles de comportamiento que, en
11
6. concreto, la moda establece en la sociedad occidental actual. La apropiación de identidades
falsas, de identidades que se dan fuera de cada uno, y que se generalizan en ciertos grupos
sociales, o en familias, pero que no atienden a las aspiraciones de cada uno sino de un grupo
heterogéneo y anónimo. Este es el tema de partida, el contenido del primer capítulo.
La moda está en televisión, en prensa, en cartelería pública... pero se vende directamente en las
tiendas de ropa, en un turbulento espacio de paso, de transformación que la misma ropa va
aportando. En el capítulo dos concreto el espacio del que me voy a servir para el proyecto, la
parte más visible, la más pública, el escaparate, y los elementos que existen en ese lugar.
Intento aportar un cambio en el sentido de escaparate, jugando con la palabra, y con la función de
ese espacio. Creo que esta es la parte más interesante del proyecto, que la desarrollaré en el
capítulo tercero.
En el capítulo cuarto hablo del elemento primordial de un espacio público, de un espectador, de un
12
7. público, y un público anodino, que se convierte en espectador sin conocerlo de antemano, esa es
la sorpresa.
En esta memoria quiero reflejar cómo empecé a reflexionar a sobre un tema en particular y cómo
han ido creciendo mis reflexiones y me han llevado al gran proyecto. Intento exponer paso a paso
el proceso de estudio que he seguido para entender enteramente la relación del proyecto con las
reflexiones iniciales de las que parte.
13
8. 2. SISTEMA DE ETIQUETAS
Una etiqueta de ropa puede ser algo insignificante algo que rompemos y tiramos a la basura una
vez que estrenamos la prenda de la que cuelga. Pero analizando sus elementos encontré muchas
similitudes con nuestra sociedad, con la forma que tenemos de valorar a las personas.
2. Relación Etiqueta-Sociedad
Aparece la talla, algo que preocupa a muchas mujeres, y hoy por hoy
esta preocupación también se está extendiendo cada vez más entre el
sexo masculino.
Tener una talla aceptada socialmente se ha convertido en un hecho
cultural de gran relevancia, que siempre he considerado excesivo,
porque provoca sobre todo en personas jóvenes un rechazo no sólo de su cuerpo sino también de
su persona, y en determinados contextos puede ser una forma de exclusión.
14
9. Es un hecho que está ahí, unas personas se aceptan tal y como son y
a otras les puede llegar a afectar desmesuradamente.
Y ya no es sólo la importancia psicológica que pueda llegar a tener sino que, por ejemplo, para
encontrar trabajo, o determinados puestos de trabajo es necesaria una “buena imagen” y la
primera catalogación de esta buena imagen se basa en la talla. Esta segunda exclusión en el
ámbito laboral puede ser causa de la primera de la que hablaba, el rechazo personal.
Evidentemente dependiendo del contexto en el que nos encontremos estas observaciones
cobraran mayor interés o menor; y en mi círculo social habitual no es que se den estos casos,
pero sí los observo fuera de este, y es algo que me afecta y provoca una intención de crítica
ineludible.
El segundo elemento primordial es el precio, algo que va a fluctuar dependiendo de muchísimos
15
10. factores, pero que tienen mucho que ver con lo que se denomina “moda” y lo que no.
Normalmente los productos de nueva temporada, los que se consideran “ a la última” suelen ser
los artículos más caros, aunque la prenda conste de dos telas mal cosidas.
Es un sistema de mercado el que existe con la vestimenta, lo que está en boga y lo que ha
pasado de moda se suele medir por el baremo del precio, excluyendo con esta afirmación la ropa
de diseño, porque para ese campo es necesario otro tipo de reflexión y la crítica tendría andaría
por otros caminos. Me refiero con esto a la vestimenta que suele estar al alcance de las clases
sociales de nivel medio, no de las “élites”.
Volviendo al tema del precio concreto que es algo muy arbitrario y que depende de muchos
factores y mi punto de partida de cuestionamiento es la relación que tiene ir a la última con los
precios más altos.
16
11. Por último, el código de barras. Un código basado en la representación mediante un conjunto de
líneas paralelas verticales de diferente grosor acompañadas de una serie de números que se
colocan en la parte inferior, y que contienen una determinada información que permite reconocer
rápidamente un artículo. Este sistema se usa para los objetos, pero las personas también estamos
ligados a un código de reconocimiento en la sociedad que viene dado con el D.N.I. Cada persona
lleva un número asociado que le permite identificarse allá donde vaya. Comprendo que sea
necesario para las instituciones que cada cual sea identificable rápidamente, pero esto también
es una forma de control, que convierte a la sociedad en un inventario de números y letras que
permite localizar a todo ser humano que lo posea de manera rápida y sencilla. Y fuera de lo
estrictamente institucional, mi visión sobe este asunto es una visión deshumanizadora, que nos
convierte en objetos de estantería, en ficheros de archivo.
17
12. 2.2 El consumo irresponsable
Estos elementos fueron la clave primordial de interés por la crítica al entramado que la moda teje,
porque se nos obliga de manera directa a adaptarnos a las nuevas modas y de una forma rápida.
Una forma de enganchar al público al consumo masivo de vestimenta, para de esta manera
encontrar una identidad dentro de nuestra cultura. Provoca que desechemos la ropa
continuamente por la actividad mediática, no porque las antiguas se hayan deteriorado o porque
ya nos queden pequeñas o grandes, sino porque hay que modernizar el armario. Una cuestión
que escapa completamente de la necesidad básica.
El ir de compras lo convierten incluso en una terapia psicológica, que alivia el estrés y garantiza
un mayor bienestar psicológico. Estrategias de marketing que hacen de la vida contemporánea
sinsentido de cambios continuos.
“ La moda se halla al mando de nuestras sociedades; en
menos de medio siglo la seducción y lo efímero han llegado a
convertirse en los principios organizativos de la vida colectiva
moderna” (2)
18
13. Esta frase es interesante ya que alude directamente la reflexión expuesta en las líneas anteriores;
y funcionó de puente para ubicar el trabajo artístico, en el espacio de la tienda.
Desde el momento que me acerqué a estos cuestionamientos, comprendí que el trabajo debería
girar en torno al contexto de la tienda de ropa, el probador, el escaparate, quizá una instalación
con estanterías...
Al ubicarme en en este espacio en concreto me llamó mucho la atención la importancia del
maniquí en estos establecimientos. Son imprescindibles para presentar los productos. ¿Cuales
son las medidas de un maniquí? Estos cada vez intentan ser mas parecidos las modelos de
pasarela, o las modelos de pasarela lo son a ellos. Sus rostros son hieráticos, y sus cuerpos de
las tallas mínimas, es decir, son como un referente del canon de belleza que tenemos
actualmente. El maniquí cambia constantemente de ropa, sus poses son completamente
artificiales, estados estereotipados que fluyen encima de las pasarelas. ¿Cómo es posible que se
19
14. den estos modelos de referencia? Es la pregunta que me hago constantemente. Estos
condicionantes apoyan la desvalorización del género femenino, que se convierte exclusivamente
en un objeto para mirar y tocar.
El maniquí se cambia de ropa cada vez que entran nuevos artículos y es necesario mostrarlos al
público para que se reconozca la nueva tendencia.
La función que realizan estos objetos en ese espacio es una función propagandística, publicitaria.
Me llamaba la atención que estos maniquís cada vez se parecen más a las personas, les
esculpen la cara, los pintan, le colocan cabellos que parecen hasta naturales, pero sus poses
siguen siendo muy artificiales y de tipo pasarela.
La observación de viandantes que cada vez se asemejan más a esos maniquís me impacta con
frecuencia, sobre todo por las actitudes superficiales que estamos adoptando con demasía en
nuestra sociedad. Para entrar a ciertos locales hay que ir vestidos de tal o cual manera, para el
20
15. trabajo es necesario otro tipo de imagen, también existe una moda para estar por casa... Y todo
esto me parece demasiado absurdo, y una evidencia del abusivo consumo imperante.
A partir de estas reflexiones me surgió la convicción de que verdaderamente somos como
maniquís a los que manipulan, cambian de ropa y de ambientes a antojo del capital. Hay una
insistencia en que determinados patrones de consumo cultural que determinan el valor político y
moral de un individuo.
Tal y como dice Storey:
“la cultura popular es lo que hacemos a partir de los artículos
de consumo y las prácticas comercializadas que la industria de
la cultura pone a nuestra disposición” (3)
Esto ocurre descaradamente en la industria de la moda, se apoyan unas marcas determinadas, un
tipo de vestimenta “políticamente correcto” y una forma de combinarlo que sea coherente. En el
momento que alguien se salta estos patrones se manifiesta un cierto desprecio o rechazo por
21
16. parte de los grupos o individuos que apoyan la causa de la moda.
Referente a esto, Storey afirma que
“ negar que los consumidores de cultura popular sean
víctimas culturales no es negar que las industrias de la cultura
intenten manipular. Pero sí que es negar que la cultura
popular sea poco más que un paisaje degradado de
manipulación comercial e ideológica, impuesta desde arriba
con el propósito de conseguir beneficios y asegurar el control
social” (4)
Me interesa especialmente la frase subrayada porque tiene una relación directa con la semejanza
que establezco entre el maniquí y las personas-maniquí, como yo las llamo.
Porque apoyo la afirmación de que existe una manipulación comercial impuesta con fines lúdicos,
que manipulan la sociedad a su antojo, en este caso en cuanto a la vestimenta, pero se podría
extrapolar a otro ámbitos. Igual que el maniquí es un objeto publicitario que con su vestimenta
atrae al comprador para que consuma los productos de ese establecimiento, y esto aporta un
22
17. beneficio al propietario de dicho establecimiento, nosotros somos también un puente para,
mediante nuestra imagen, ofrecer un beneficio a los que controlan este tema.
“ La moda es un sistema original de regulación y de presión
sociales. Sus cambios presentan un carácter apremiante, se
acompaña del “deber” de adopción y de asimilación, se impone
más o menos obligatoriamente a un medio social determinado;
tal es el “despotismo” de la moda tan frecuentemente
denunciado a través de los siglos” (5)
No son solo los cambios de moda que se dan entre generaciones, que eso lo veo aceptable
porque cambian los tiempos y cambia el tipo de vida y es lógico que la vestimenta se vaya
adaptando; pero lo que no me parece muy normal es lo que comentaba en el párrafo anterior, de
los continuos cambios de vestimenta que realizan muchas personas a lo largo del día porque creo
que provoca una pérdida de la identidad de cada individuo. Cómo nos vestimos nos da una
información sobre esa persona, puede que sus gustos, o sus ideales, o algún rasgo psicológico de
23
18. su personalidad.... Y si la vestimenta influye en el tipo de actividades que se supone que
deberíamos a hacer ( con esto me refiero por ejemplo, al reservado de derecho de admisión de
muchos locales, o también de cara a entrevistas de trabajo...), esto provoca que la gente no llegue
a ser auténtica, que muestre su identidad sino que se tiene que apropiar de otras identidades y
de otra forma de ser.
24
19. 3. DE ESCAPARATES
Al pensar en los maniquís siempre se viene a la cabeza el lugar
que suelen ocupar, el escaparate. Es el espacio expositivo de la
tienda, visible para todos los espectadores, es el lugar que marca
la frontera entre la parte privada y la pública de la tienda. Se
relaciona con lo público tanto o más que con lo privado ya que el
objeto mediador de ambos es un cristal.
El escaparate es un espacio para enseñar algo, para mostrar ser observado. Espacio que muestra
una relación amistosa con el público, un diálogo respetuoso entre ambos. Y evidentemente se
aprovecha para dar a conocer los productos de los que dispone la tienda en concreto.
Aunque la palabra escaparate tiene otras declinaciones. Tal y como muestra la RAE, por
25
20. escaparate se puede entender:
● 1.m. Especie de alacena o armario, con puertas de vidrios o cristales y con anaqueles para
poner imágenes, barros finos, etc.
● 2.m. Espacio exterior de las tiendas, cerrado con cristales, donde se exponen las
mercancías a la vista del público.
● 3.m. Apariencia ostentosa de alguien o algo con el fin de hacerse notar.
● 4.m. Lugar o circunstancia en que se hacen muy patentes las características de alguien o
de algo. La exposición universal es un escaparate para todos los países.
Cada una de las definiciones se relaciona con la intención primaria de mi proyecto.
La primera definición propone el escaparate como un espacio museístico, donde guardar y mostrar
obras de arte. Aunque lo que se puede entender aquí por arte se hace demasiado tradicional,
imágenes ya sean dibujos o pinturas, y barros finos aludiendo de alguna manera a la escultura de
bulto redondo.
La segunda responde a la idea de escaparate que yo voy a trabajar, como limítrofe entre la tienda
y la calle.
La tercera tiene mucho que ver con lo que criticaba del tema de la moda en nuestra sociedad. Y
26
21. sobre todo cómo se comportan
ciertos individuos en torno a este
tema, creyendo que según lo que
llevan puesto así será su calidad
humana, algo que realmente me
repele.
(Escaparate vacío. C/Paz 4, tienda Boxmen, Granada)
Al igual que hace referencia a la ostentación, al lujo, al consumo irresponsable, como yo le llamo.
Mientras esta frase se plantea como una forma de ocultación, la última definición muestra la otra
cara, el espacio visible, el que se muestra.
Son muchas las dualidades que aparecen en cuanto se reflexiona sobre este espacio.
Yo intento apropiarme de esa dualidad de esa doble visión que se puede tener de un escaparate,
de un medio que te llama a observar y que según lo que muestre puedes sentirte identificado, te
27
22. pude dejar indistinto o incluso puede repugnar.
Me atrae la idea de introducir al observador dentro de ese espacio, que se viera reflejado de
alguna manera dentro del escaparate, conviviendo con esa naturaleza artificial que se muestra.
Ponerlo en lugar del maniquí, para embestirlo de una manera sutil por el cuestionamiento de la
moda y en general de los roles de vida.
Saco a colación una cita de José Perez Adán – sociólogo licenciado en la Universidad de
Valencia -:
“ El desmedido culto al cuerpo y la importancia que a vece se
da a la belleza, ha dejado en un segundo plano las grandes
preguntas de la persona; ya no importa quienes somos sino
quiénes parecemos ser. Es una ficción que da miedo e
inseguridad. El miedo reside en encontrarnos frente a la
pregunta primaria: quiénes somos” (6)
Esta pregunta primaria surge en mi trabajo a raíz de encontrarse con un espectador artificial, con
el propio maniquí. De esta idea surge la intención de sacar el maniquí a la calle, a la vista de
28
23. todos, como una llamada de atención y dando pie a preguntarse ¿por qué el maniquí en la calle?
Y ¿por qué mirando hacia un escaparate y no hacia fuera como se suelen colocar?
Ubicar el maniquí en una zona de paso, de tránsito continuo es una forma de atraer al viandante,
de procurarle un paro forzado en las ajetreadas mentes paseantes, y que durante segundos se
detenga la mirada en el escaparate hacia el que mira. Una vez que el público mira el escaparate
entra en la segunda intención de atracción, verse reflejado en los espejos.
Dentro del escaparate se ubican dos espejos que reflejen lo que sucede fuera de este espacio. El
espejo juega un papel muy importante dentro de la composición ya que procura el reflejo del que
está fuera junto al maniquí, concienciándolo de su posición exterior pero también lo atrapa en el
interior, en el espacio privado con el juego de la reflectancia.
29
24. El espejo aporta la clave de la dualidad entre lo público y lo privado, porque lejos de ser un mero
elemento decorativo el espejo tiene también una función importante dentro del escaparate, ya que
sirve como soporte para la escritura. El espectador se asoma a ver que hay escrito quedando
atrapado metafóricamente dentro del escaparate.
30
26. “ Los espejos y el cristal hacían un juego magnífico de
reflejos que conviven conmigo. Yo mientras intentando
comprender a Freud”:
32
27. 4. LO ÍNTIMO SE HACE PÚBLICO
Estamos acostumbrados a ver por la tele reallity shows de todo tipo, existe un morbo imperante en
observar al otro en sus quehaceres íntimos, en una cotidianidad artificial. Pero todo es inocente
detrás de la cámara, cuando esto se lleva a cabo en un espacio público a la vista de cualquiera,
sin elección de canal, por mera casualidad o intencionadamente. Encontrarse con una vida de lo
mas natural detrás de un escaparate es la acción que se lleva a cabo en este proyecto. Hay una
sustitución de los modales que se tienen detrás del escaparate, algo frío, estático, completamente
artificial, por una actividad que se sale de este contexto, que pertenece a otro ámbitos y lugares y
que se lleva de un modo forzado al escaparate. Leer, comer, beber, escribir, consultar información
vía Internet, dormir, o simplemente observar y ser observado. Este es el juego que se establece
dentro y fuera del escaparate. Es una manera de exponer al público mi quehacer cotidiano,
siempre sin olvidar lo que supone hacerlo en dos metros cuadrados. Trato de evocar una situación
33
28. que no es propia de ese espacio, es propia de mi contexto privado, y lógicamente de miles de
personas más que se pueden sentir identificadas con la práctica que llevaba a cabo. Algo que yo
acostumbro hacer en mi habitación, de forma privada y solitaria se convierte en un espectáculo
compartido. El público tiene la opción de pararse y entrometerse en mi vida, curiosearme a
través del espejo, analizar la situación; así como de pasar de largo sin ni siquiera percatarse de lo
que está ocurriendo allí.
El maniquí ocupa en este caso mi lugar, toma el papel de ciudadana que se posa en la puerta de
la tienda a ver qué muestra el escaparate. Es en cierto modo una forma de cuestionarme a mí que
ocupo su espacio. El maniquí custodia su lugar.
Entre tanto yo construyo mi hábitat detrás del cristal a la vista de todos, pero sin percatarme de la
situación exterior, o al menos eso es lo que debo intentar.
34
29. Desarrollo mi vida con la mayor normalidad posible, ubicándome en ese espacio y apropiándome
de él tal y como lo hago en mi casa.
(Día 8. Como dice mi madre: esto parece una leonera)
35
30. Hacer que un lugar cambie en función de nuestras necesidades, es lo que entiendo por apropiarse
de un espacio, una apropiación no de compra de un espacio sino del sentido de pertenencia
presente y que perdura. Es a lo que me refiero también cuando hablo de hábitat. El escaparte
también fue cambiando también conforme pasaba el tiempo dentro. Cada vez más basura, las
frases en el espejo se volvían más caóticas,
Pero no solo se muestra una intimidad física, palpable, sino que también trato de mostrar a
través de la escritura en los espejos o de algún otro modo las sensaciones, sentimientos y
reflexiones que voy teniendo a lo largo del día. Que me suscita la situación, cómo me estoy
enfrentando a ella, el transcurso del tiempo, incluso mi planificación de trabajo para esos días. De
manera que la información que aporto al espectador no es sólo la parte visible de lo que hago allí,
sino que también les abro las puertas de mi pensamiento. Este al acercarse a leer lo que hay en
36
31. el espejo se hace cómplice de la situación modificando el espacio con su reflejo detrás de esas
palabras, propiciando también una cierta incomodidad para aquel que se observa observando lo
ajeno.
Aunque realmente cuando hablo de mostrar la intimidad, no me refiero al neologismo que
Jacques Lacan usó una vez, extimidad, sino me refiero a la intimidad aliñada del mundo
contemporáneo. La intimidad que se vende a través de Internet y de la televisión. Pero se lleva a
la realidad en un espacio tiempo entre el exhibido y el espectador similares, enfatizando la idea de
intimidad artificial.
Con esto me refiero a que la intimidad que como intimidad se nos vende tiene lo mismo de artificio
que la puesta en escena, porque a fin de cuentas es esto una puesta en escena.
“Lo que hoy llamamos intimidad en realidad es también una
intimidad parcialmente edulcorada, ajustada a los requisitos de
la época”. (7)
37
32. 5. LA MIRADA INESPERADA
¿Cuales es el paisaje típico de una calle
llena de comercios de ropa? Los maniquís
desbordan los escaparates, mirando
desafiantes a aquellos que osan acercarse
a echar un vistazo. El único interés que
mueve al viandante es el de conocer qué
productos ofrece dicho comercio.
No esperamos que detrás del cristal un
maniquí se mueva y nos mire, o sonría, o
(Día 8. Detrás de un vaso de café)
cambie su posición. Esta inesperada
sorpresa provoca reacciones de diversos
38
33. tipos, que no dejan de ser curiosas ninguna de ellas. Cuando los paseantes de la calle Paz dirigían
su mirada hacia mi escaparate su cara se tornaba en sorpresa, en algunos casos una sorpresa
agradable, que de alguna manera les provocaba la sonrisa, quizá de burla o quizá de aprobación,
pero el caso es que por décimas de segundo estos espectadores conseguían conectar conmigo con un
gesto sutil.
Los mejores casos eran aquellas personas que ajenas a la actividad se acercaban inocentes a
observar las prendas de la tienda. Les lanzo una mirada cómplice, que contrario a lo que yo
imaginaba, más bien como una forma de interactuar con el espectador, estos echaban a andar
despavoridos, y en cierto modo habiendo herido la intimidad de ellos, la curiosidad por esa ropa
interior que ofrece la tienda, ha sido violada inesperadamente.
Se cambiaban las tornas cuando alguien se paraba a analizar qué leía, que escribía, qué
comía... era yo la que se sentía violada, a la que amenazaban con esa presencia permanente, que
39
34. me pone a prueba.
En esos momento que sentía tan cerca la observación, que me convierto por minutos en el
centro de atención primario de ese curioso, es cuando tomaba consciencia de dónde me
encontraba, de hasta dónde mi capacidad creativa podía llegar para ponerme a prueba y
conducirme a encontrar sensaciones que no había experimentado. Por momentos me sentía como
el mimo que encontramos por la calle, que te sigue con la mirada, pero si el espectador decide
cuestionarlo lo llevamos a estados límite.
En referencia a este asunto, escribí una frase en uno de los espejos, dejando constancia de mi
percepción de la realidad:
“El desconocido me juzga por su ignorancia. Pero mi mirada se torna poderosa detrás del cristal”
Se conoce que cuando se expone un trabajo de este tipo en público los comentarios que puede
40
35. suscitar irán de un extremo a otro, teniendo especial cabida la burla por parte del que ignora y
desconoce. En ocasiones escuchaba críticas de desaprobación, pero cuando yo fijaba la mirada
cuando me convertía yo en la curiosa, ejercía una fuerza tremenda en estas personas sacando a
la luz la vergüenza que ellos mismos sentían.
(Día 8. Señoras caminando.... ......................................................entretanto...una manzana)
41
36. 6. MIS VISIONES---CONCLUSIONES
Afortunadamente las críticas negativas no fueron muy frecuentes. La sorpresa que despertaba
en el otro es con lo que yo me quedo de esta experiencia.
Creo que es una forma muy acertada para llamar la atención del público introducirse en un
escaparate, invitarles a interactuar con este espacio desde otra perspectiva, provocando una
nueva situación en un comercio. No sólo cambia la actitud del espectador cuando se encuentra
fuera del escaparate observándome sino que también supone una tensión diferente en el
momento en que entran y se mueven por la tienda. Mi ajetreo, mi voz, o mi música se mezcla con
los ruidos que propician dentro de la tienda, ellos tienen conciencia de que estoy ahí y esto les
afecta consciente o inconscientemente.
Pienso que una de las funciones del arte es remover la actitud cotidiana del espectador, cuando
42
37. nos disponemos a interactuar con cualquier obra de arte, nuestra percepción se modifica, nuestros
sentidos sufren una alteración, que será mayor o menor, dependiendo del tipo de obra y de su
calidad. Quiero decir con esto que para mí el arte es una forma de provocación, una provocación
en todos los sentidos.
Con esta performance he percibido que el arte es una forma de estar, una forma de estar en un
escaparate concretamente. Porque con ese “estar” he conseguido una provocación en el
espectador, he conseguido una atracción del otro, y he modificado en un breve tiempo las
intenciones con las que se mueve el público en el espacio urbano.
En el caso de las personas allegadas, que conocían esta propuesta con antelación y que fueron
a visitarme, es más fuerte esta alteración, no solo por la extrañeza de encontrarse con alguien
conocido en un escaparate, sino que se altera la percepción de esa calle en concreto.
Cada vez que pasen delante de esa tienda, y miren el escaparate recordaran de alguna
43
38. manera esta acción,y esto provoca un cambio en la memoria referente a esta ciudad y en concreto
a los alrededores de esa tienda.
En mi caso esta sensación es más fuerte aún, porque ha sido una experiencia tan impactante para
mí que ha hecho ese lugar sea uno de los espacios más importantes de Granada en mi memoria.
Son dos tipos de sensaciones las que tengo de esta acción, por un lado una más negativa que
tiene que ver con los preparativos, con la misma puesta en escena, y sobre todo la claustrofobia
que me producía en ocasiones el encontrarme en un espacio tan reducido.
Y por otra parte una gran satisfacción, por haber tenido el valor de realizara, por despertar la
sonrisa en el otro, sobre todo los niños pequeños y los ancianos, y también por haber convertido
el espacio claustrofóbico de un escaparte en un hábitat medianamente confortable.
El cristal que me separaba de la calle, parecía que también me separaba del tiempo:
“La gente de la calle, va y viene, entra y sale, se paran y continúan su camino o ni siquiera paran;
pero yo no me muevo de aquí, me mantengo en la misma posición por mucho tiempo...”
44
39. Esto si que suponía para mí un verdadero encierro, no físico sino psicológico, ver como pasa el
tiempo por los demás activamente mientras que para mí se había ralentizado. Y ¿cuantas veces
cada uno de nosotros hemos dicho: si pudiera detener el tiempo...? Está claro que el tiempo sigue
no se puede detener, pero yo tenía esa sensación, que me hacía sentir muy a gusto en ese lugar.
Me sentía protegida de todo cuanto ocurría fuera. Parecía que nada me afectaba, nada me
preocupaba más que acomodarme en mi escaparate.
Ha sido interesante ver también los cambios que ha tenido el escaparate durante los tres días, las
frases que iba escribiendo en el espejo iban apareciendo y desapareciendo, la basura cada vez
ocupaba más espacio, los papeles, carpetas, incluso algunas prendas por momentos invadían
todo el escaparate.
En un momento de agobio hice un hincapié en los límites que me marcaba dicho espacio,
45
40. pegando cinta de carrocero por el cristal, el espejo, el suelo incluso en el ordenador portátil.
Por un par de horas tuve el escaparate en modo noche, con la persiana bajada y sólo
acompañada por el maniquí que aún estaba más cerca. Estas dos horas se me hicieron eternas,
porque la sensación de claustrofobia se hizo mucho mayor, ya que no había movimiento en la
tienda, no había música y las únicas luces que me iluminaban eran las del escaparate. Una forma
de apretar un poco más el sentido de encierro.
46
43. 7, BIBLIOGRAFÍA
● VATTIMO, Gianni. “El fin de la Modernidad, nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna ”
Edt Gedisa. Barcelona 1990
● LIPOVETSKY, Gilles. “El imperio de lo efímero, la moda y su destino en las sociedades
modernas”. Edt. Anagrama. Barcelona 1990.
● LIPOVETSKY, Gilles. “El lujo eterno: de la era de lo sagrado al tiempo de las marcas”. Gilles
Lipovetsky y Elyette Roux. Edt. Anagrama. Barcelona. 2004
● CREGO, Charo. “Perversa y utópica: la muñeca, el maniquí y el robot en el arte del siglo XX”.
Edt. Abada. Madrid. 2007
● KLEIN, Naomi. “El poder de las marcas”. Edt. Paridós. Barcelona. 2001
● IGES, José “Persona, materialización del fluir”. Concha Jerez y José Iges. Cat. Exposición. Edt.
Centro Cultural Montehermoso -Ayuntamiento de Vitoria- Gasteiz. 2006.
● ENSACORROTO
● Bienal Internacional de Arte Contemporáneo (1ª. 2004. Sevilla). “ La alegría de mis sueños” Cat.
Exposición. Monasterio de la Cartuja. Fundación Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de
Sevilla. 2004. [pág. 180. Tatsurou Bashi]
● El comienzo y el fin. “Las etiquetas sociales” [en línea]. 25 Abril 2006. [Consulta 27 Febrero 2009].
http://thestarandend.blogspot.com/2006/04/las-etiquetas-sociales.html
● CANTOLLA L, Idoia. “Y tú ¿de quién eres? O la maldición de las etiquetas sociales ” Ilustrae [en
línea].25 Septiembre 2008. [Consulta 27 Febrero 2009]. http://www.ilustrae.com/ilustrae/2008/09/
experiment-stic.html
44. ● GARCÍA, Fernando. “Un catálogo de “cuadros vivos”. Clarin [en línea]. 24 Agosto 2002. [Consulta
12 Marzo 2009]
http://www.clarin.com/diario/2002/08/24/s-03601.htm
● PALLARÉS, Paqui. “Es más importante ser que parecer. Entrevista al profesor José Perez
Adán” Alfa y Omega [en línea] Nº 359. [Consulta 28 Febrero 2009].
http://www.alfayomega.es/estatico/anteriores/alfayomega359/enportada/ep_reportaje3.html
● MOLINA L. Fidel. “Educación, Multiculturalismo e Identidad” Sala de Lectura. Educación en
Valores. [en línea] Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias de la Educación,
Universidad Lleida (España). [Consulta 8 Marzo 2009] http://www.oei.es/valores2/molina.htm
45. 8. APENDICE
8.1 Apéndice 1. Citas
(1) Página. 11. Vattimo, G.. El fin d ella modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna
(2) Página 18. Lipovetsky, G. Citado por Lipovetsky en El imperio de lo efímero.
(3) Página 21. Citado por Storey J, Teoría cultura y cultura popular. La ideología de la cultura de
masas. Página 307
(4) Página 22. Cita de Storey, J. Teoría cultura y cultura popular. La ideología de la cultura de masas.
Página 308
(5) Página 23. Cita extraída del libro “El lujo eterno: De la era de lo sagrado al tiempo de las marcas”
(6) Página 28. Citado por José Pérez Adán en una entrevista realizada por Paqui Pallarés para la
revista Alfa y Omega.
(7) Página 37. José Ramón Ubieto. ¿De dónde surge esta pasión por hacer publica la intimidad? La
Vanguardia. Miércoles 1 de Abril 2009. Tendencias.
46. 8.2 Apéndice 2
SOCIEDAD
Vivir en un escaparate
Una alumna de Bellas Artes de Granada cambia el rol
habitual y convierte el espacio para maniquíes en un hogar a
la vista de todos
09.05.09 -
JUAN ENRIQUE GÓMEZ
| GRANADA
La sorpresa está servida. Cuando los viandantes que pasan por la calle
Paz, en el centro de Granada, se acercan a contemplar los productos de
BoxMen -una tienda de ropa íntima masculina- no dan crédito a sus ojos.
El maniquí habitual está en la calle, contemplando el escaparate, y en el
interior, una chica se mueve y realiza sus tareas de todos los días, como si
estuviese en casa.
Es un drástico cambio de rol. Una idea de expresión artística que ha
desarrollado Azucena Almendros Pérez, una alumna de la Facultad de
Bellas Artes de Granada, que a la hora de realizar un proyecto para la
asignatura de Técnicas y Tecnologías pictóricas, consideró que era una
buena idea cambiar el orden de las cosas, y hacer público el ámbito más
privado, es decir el estar en casa.
Con esa idea ha montado su 'performance' en una tienda considerada ya de antemano como «algo rara» por vender
moda íntima para hombres. «La gente mira y al verme, les da reparo y se marchan», dice Azucena. «Otros, en cambio, se
sonríen y me saludan, pero en todos se aprecia la intencionalidad de observar la intimidad de los demás. Ese es el
objetivo». Por una parte, se extrañan de que el maniquí esté en la calle, mirándola, y por otra, que alguien, tras un cristal,
coma, beba, estudie, lea o teclee el portátil. «La mayoría, sonríen».
Comenzó al experiencia hace tres días, y la mantendrá hasta las dos de la tarde de hoy, porque es cuando cierra la
tienda.
47. «Habrá sido una buena forma de provocar reacciones en los demás, que es la esencia del arte», dice esta chica que lo
mismo está en zapatillas, que anda descalza, se pone la bata o, simplemente, piensa.
Para ella, las personas tienen un gusto especial por observar sin ser vistos. «Pero si es al revés, cuando te propones
mirar algo, sin que nadie te vea, y te encuentras con que eres observado, generalmente huyes», dice Azucena, que ha
comprobado que esa teoría es completamente cierta. «A la gente le da vergüenza que le descubran cuando miran a los
demás, o incluso un escaparate». El maniquí, en la calle, no tiene reparos; mira sin pudor.
Link a mi blog: azucenaalmendros.blogspot.com