1. ~ EL PULPITO ~
¿ES PARA ENSEÑAR O PARA “AZOTAR”?
Por: Dr. Manuel J. Seymour, Sr.
2 Timoteo 2:24-26 “Pues el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino
amable para con todos, apto para enseñar y sufrido; corrigiendo con
mansedumbre a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se
arrepientan para comprender la verdad, y se escapen de la trampa del
diablo, quien los tiene cautivos a su voluntad.”
2 Timoteo 4:2 “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de
tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
El apóstol Pablo le escribió a Timoteo: “Palabra fiel: Si alguno anhela
obispado, buena obra desea” (1 Timoteo 3:1). Las palabras “buena obra
desea” se refieren a la labor de bien, de misericordia, de bondad que se refleje
en sí mismo, en su vida. Por tanto, si un hombre desea el oficio de ser el pastor
o encargado, él está deseando una obra que requiere de él una manifestación
de bondad del Príncipe de los pastores. Cuando Jesús envió a los doce
apóstoles a predicar, el dijo: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio
de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como
palomas” (Mateo 10:16). Un pastor es el representante de todo lo bueno en
Cristo Jesús, incluso cuando él está en medio de la predicación de todo el
consejo de Dios. Sí, él es el predicador de la Palabra; sí, él es quien regaña; él
es quien critica; debe exhortar; pero esto es hecho en la bondad de la paciencia
de Cristo y en la doctrina de la Santa Escritura. Él es un predicador, “Que con
mansedumbre corrija á los que se oponen…” (2 Timoteo 2:25). ¡El pulpito es
un lugar de enseñanza!
Es triste pensar que hay algunos que “desean ser” pastores, porque sienten que
su tarea es usar el pulpito como un lugar para “azotar,” reprender o poner en su
lugar, para lastimar las ovejas hasta someterlas a una obediencia espiritual. El
problema es que uno puede quebrar el espíritu de la oveja y obligarlos a una
obediencia externa para su programa en ese momento, pero esto que no sale de
la voluntad del corazón hacia Dios, no es aceptado por Dios. Generalmente
cuando alguien usa el pulpito como un lugar para “azotar” a las ovejas, es
usualmente para satisfacer su propia agenda, no para la gloria de Dios. No hay
labor de bondad llevado a cabo mediante un azote.
Es una buena decisión desear el oficio de ser pastor, pero es mucho más difícil
conservar la bondad digna de este oficio. Un pastor debe ser cuidadoso al usar
el pulpito del Señor para instruir las ovejas que se oponen a sí mismos y a su
beneficio eternal en el espíritu de mansedumbre. Enseñar con paciencia es más
apropiado que entusiasmar corazones.