El agente de seguros Luis Pérez comenzó a vender pólizas de otras compañías sin informar a su empleador, violando su contrato de exclusividad. Aunque obtuvo mayores ingresos, eventualmente fue descubierto y despedido con un expediente negativo, enfrentando una demanda y no pudiendo ejercer nuevamente en la industria de seguros. Su falta de lealtad y ética profesional le causaron consecuencias negativas que se habrían evitado de haber comunicado sus necesidades a su empleador.