2. UN NUEVO MUNDO….
En el que el ritmo de la economía estaba determinado
por los países capitalistas desarrollados.
Nuevo tipo de imperio colonial, entre 1880-1914.
La mayor parte del mundo ajeno Europa fue dividido en
territorios bajo el dominio formal o informal de Europa .
El reparto del mundo entre un número reducido de
estados es la expresión más espectacular de la división
entre débiles y fuertes.
Durante la primera mitad del siglo XIX el liberalismo fue
el modelo general de desarrollo nacional, en la segunda
mitad de la centuria el estado desempeñará un papel
cada vez más activo y fundamental tanto en el orden
doméstico como en relación al exterior
3. IMPERIALISMO, sus diferentes
análisis
Los debates que suscitó el concepto no se centraron en
lo que sucedió en el mundo en ese período; sino en el
análisis marxista revolucionario realizado por Lenin que
veía en el imperialismo una nueva fase del capitalismo
que conduciría a “la división territorial del mundo entre
las grandes potencias capitalistas” y llevaron al mundo a
la Gran Guerra. A finales del siglo este tipo de análisis
sustentaría la teoría de la dependencia. Este análisis se
fundamenta en que la expansión y explotación
económica del mundo de ultramar eran esenciales para
los países capitalistas.
4. IMPERIALISMO, sus diferentes
análisis
Los análisis no marxistas establecían conclusiones opuestas, negaban la conexión entre el imperialismo de fines del
siglo XIX y principios del siglo XX con el capitalismo en general. Afirmaban que el imperialismo no fue el que
generó las rivalidades insuperables que desembocaron en la 1ra. Guerra. Rechazaban explicaciones económicas
y se concentraban en explicaciones de órdenes: psicológicas, ideológicas, culturales y políticas:
+ Demográficas: Aumento de la población mundial (1815: 190 millones de personas; 1870: 300 millones). La
superpoblación estaba asociada al agobio económico, a la pobreza, la agitación social; desde esta perspectiva la
colonización representaría una mejora para los desbordes sociales.
+ Políticas-ideológias: Las colonias eran medios para mantener y aumentar la hegemonía y el prestigio de los
imperios, una cuestión de status. Las colonias resultarían enclaves seguros para los viajes del imperio.
En esta tendencia podemos analizar las afirmaciones darwinistas de la “lucha por la existencia y la supremacía de
las especies”. Se traslada la biología al campo de la política, la ley del más fuerte, la supremacía de las naciones
más adaptadas a costa de las más pequeñas se ve como un hacho natural, casi biológico. Políticos como
Pearson, pensaban que existía la lucha entre razas, atribuyéndole cualidades superiores a la “raza británica”:
“What is empire but the predominance of race?” Roseberg.
La expansión colonial estaba planteada como una “necesidad vital” para las grandes naciones, una carrera abierta
por el colonialismo.
También Podemos considerar la influencia pseodohumanitarias: “La responsabilidad del hombre blanco” de
Kipling, algo así como, el deber de las naciones blancas de trasmitir a los pueblos subdesarrollados la cultura
occidental. Una mezcla de superioridad, misión y responsabilidad.
+ Otros factores a considerar: El espíritu aventurero “el explorador”.
El desarrollo de la Ciencias Naturales y Geográficas.
La superioridad tecnológica europea.
La protección de los estados y sociedades geográficas.
El apoyo de la opinión pública, que veía posibilidades de ascenso económico-social.
5. UNA ECONOMÍA GLOBAL
La creación de una economía global es, al decir de Hobswbam: “El acontecimiento
más importante del siglo XIX”.
Esta economía mundo penetró en forma progresiva en los rincones más remotos del
imperio. Transacciones comerciales, comunicaciones, movimientos de productos,
dinero y seres humanos vinculaba a los países desarrollados entre sí y con el mundo
subdesarrollado.
La red de transportes, mucho más rápida y tupida, posibilitó que las zonas más
atrasadas y marginales se incorporan a la economía mundial.
El desarrollo tecnológico de las naciones centrales dependía de las materias primas
que por razones climáticas o por capricho de la geología se encontraban exclusiva o
muy abundantemente en lugares remotos.
Los países centrales se transformaron en mercados de productos coloniales (azúcar,
café, cacao, té, etc.). Gracias a la rapidez del transporte y la conservación
comenzaron a afluir frutas tropicales y subtropicales: esos frutos posibilitaron la
aparición de las “repúblicas bananeras”. Las plantaciones, explotaciones y granjas
eran el segundo pilar de las economías imperiales.
Estos acontecimientos cambiaron formas y características de los países no
industrializados. Se crearon nuevas ramas de negocios. Transformándolos en un
complejo de territorios coloniales y semi-coloniales que, progresivamente, hicieron
que se convirtieran en productores especializados de uno o dos productos básicos
para exportarlos al mercado mundial. Esto provocó una gran prosperidad en los
mismos, alcanzando incluso niveles europeos. Estos países eran complemento de la
economía europea, viéndose imposibilitados de encaminarse en el proceso de
desarrollo industrial. Sus gobiernos oligárquicos se asociaron al capital internacional.
6. IMPERIALISMO, su impacto cultural
La conquista del mundo por una minoría “desarrollada”
transformó imágines, ideas y aspiraciones, por la fuerza y
por las instituciones. Mediante el ejemplo y la
transformación social.
Las elites locales sufrieron un proceso de occidentalización,
a excepción de la gran masa de población. Las elites que
se resistían a Occidente siguieron occidentalizándose, aún
cuando se oponían a la occidentalización total, por razones
de religión, moralidad, ideología o pragmatismo político. El
imperio creó una serie de condiciones que determinaron la
aparición de líderes anti-imperialistas.
También se suscitó la incertidumbre: Una pequeña minoría
de blancos dominaba a una gran mayoría ¿Podrían
perdurar estos imperios, tan fácilmente ganados, con una
base tan estrecha y gobernados de una forma tan
absurdamente fácil gracias a la devoción de unos pocos y
la pasividad de los más?